Capítulo 4 3. El lazo que nos une

Amor, palabra compleja y con tantos significados, con tan pocas letras, pero que genera tantas sensaciones, aunque a veces un buen golpe pueda ser inicio de algo cómico pero inolvidable.

Ingreso a mi casa en silencio, trato de animarme por que los exámenes están cerca y aun tenemos varias exposiciones que se aproximan. Pero mis buenos ánimos disminuyen cuando observo a mi padrastro recostado en el sofá con dos botellas de cerveza en sus manos.

Suspiro pesadamente mientras intento ignorarlo.

-¡Martha!-Ingreso a la cocina y me sirvo un vaso de agua-¡Oye tú ¿Dónde esta tu madre?-Encojo los hombros restándole importancia

-Hey Logan sírveme el almuerzo, muero de hambre-Retiro mis audífonos de mi bolsillo y me lo coloco en los oídos aun sin conectarlos a mi móvil.-¡Te estoy hablando!-Siento la presión en mi brazo y mis audífonos caen al piso de manera frenética.

-¿Eso que tiene que ver conmigo?-Pregunto con fastidio retirando mi brazo bruscamente-Sírvase usted, tiene manos-Ríe con fastidio pero le hago frente aunque por dentro este temblando de miedo, retrocede un poco, como suele ser lanza una botella de cerveza al piso al no controlar su ira.

Escucho que vocifera mi nombre pero sostengo lo que queda de mis audífonos y subo a mi habitación ignorándolo.

Desordeno mi cabello con impotencia, por que aunque intente responderle no soy capaz de proteger a mi madre y mi hermana. Me recuesto en mi cama sin saber que hacer. Observo mi lampara de noche y una pequeña nota que a pesar de tener años, se conserva pegada en este con una pegatina del capitán américa.

"Jamás te rindas campeón, se que lograras tu meta y serás un gran Doctor"

Sonrió intentando animarme. Intento arreglar mis audífonos con algunas cosas que aprendí cuando trabaje en medio tiempo en un taller de reparación, pero al no ser de buena calidad esta muy dañado. Lo coloco en su estuche y lo guardo en mis bolsillos.

Tendré que comprar otro.

Escucho la música proveniente de la sala de mi casa y los gritos de mi padrastro aun son audible. Niego con la cabeza por que se que no puedo seguir viviendo en este lugar y la única manera de salir de aquí es terminando de estudiar.

Me aseo el rostro e ingreso a un pequeño cuarto escondido debajo de mi habitación, remuevo mi cama apoyándola contra la pared y retiro el tablón grande que cubre un hoyo en el piso y bajo las escaleras con cuidado. Como un mini sótano que mi padre creo como un escondite donde solíamos jugar cuando era un niño.

Lugar que después de años se convertiría en mi refugio para escapar de la realidad de mi casa, donde lograba estudiar y me sentía en paz. Mi padrastro no tenia alcance aquí y tenia prohibido la entrada a mi habitación. Era mi lugar secreto.

Enciendo la luz en este lugar, es como si todo encontrara paz aquí. Retiro algunos tomos de libros que logre comprarme con el tiempo que trabaje y algunos que mi padre me regalaba cuando me recogía de la escuela en secreto.

Abro uno de ellos mientras retiro un cuaderno que uso como block y comienzo anotar datos importantes. Las estanterías están repletas y cada una tiene las hojas subrayadas con ideas importantes. Repaso mis materias para el examen de estos días y leo los últimos temas que llevamos en clase para retener un complemento.

Mucha gente suele decir que estudiar tanto no es tan bueno, pero a mi me agrada estar aquí. Con el tiempo coloque una pequeña cocina y suelo prepararme algo de comer cuando lo deseo.

Observo las metas que escribí hace años en esa pizarra, las notas pegadas en ellas y las cuentas del dinero que ahorre con esfuerzo me recuerdan por que me esfuerzo tanto.

No solo es por Sophia, también por mi.

Pero un espacio en esa pizarra me trae aquel recuerdo de niño, cuando escribí lo que según yo en ese tiempo era ser perfecto, ese día voló por los aires mientras intentaba escapar de mi madre y sus gritos por que rompí un jarrón de casualidad, pero a ella suele gustarle avergonzarme frente a los vecinos. Recuerdo que por la vergüenza lo busque sin parar pero no lo halle. Aun sigo pensando que quizás alguien lo encontró y lo rompió.

Es posible.

Enciendo mi laptop y abro la carpeta que dice Medicina mientras sigo guardando información de mi futura carrera por ciclos y posibles lugares donde postular, el tiempo que me tomara finalizarla, los posibles gastos de una pensión si no logro obtener una beca y la mensualidad que conlleva alquilar una habitación para un estudiante.

-Si trabajo unos-Comienzo a sacar cálculos en una hoja de mi cuaderno-Dos años mas, podre vivir tranquilo-Suspiro agobiado, niego con la cabeza por que debo motivarme-No es tanto.

Guardo las tarjetas de crédito que suelo tener en mi billetera y me animo por que tengo que ponerme a estudiar.

El instituto tiene diversas modalidades para obtener una beca, ingresar a algún taller de arte que son por las tardes, ya sea en canto, baile o tocando algún instrumentos, los cuales me gustaría participar pero si lo hago no podre seguir pagándolo.

Las otras modalidades tampoco son tan sencillas, mi casa de estudios destaca en los deportes, el primer año intente apoyar en los deportes, aun lo hago pero solo en la hora de los refrigerios pero eso también absorbe tiempo. Y el ultimo es obtener los primeros cinco puestos a nivel de cada grado.

A esa modalidad es la que aspiro. Y no es por alardear pero no me ha ido tan mal. Mi celular tintinea y recibo la llamada.

-Por supuesto, ahí estaré-Indico ojeando mi libros de anatomía sin dejar de tomar apuntes, mientras escucho por la otra linea a mi anterior jefe que indica que necesitan a alguien de medio tiempo en las tardes. Finalizo la llamada y celebro animado.

-Si trabajo en eso hasta fin de año, solo tendré que hacerlo-Vuelvo a sacar cuentas y asiento satisfecho-Un año y medio mas, que agotador-Recuesto la cabeza en mi libro.

Termino de estudiar mientras intento aprenderme mi exposición de mañana. Siento mis ojos pesados y así me quedo dormido por unos minutos.

-¡Andrew!-Me sobresalto al escuchar una voz chillona, alzo la mirada bostezando-Mamá dice que es hora de cenar-Pestañeo varias y mi hermana pequeña asiente mientras corre por mi habitación.

-Gracias Zoé-Indico, pero al parecer ya se retiro de mi habitación. Ordeno mi lugar casi secreto y regreso a mi habitación regresando mi cama a su sitio. Me sorprendo al ver lo rápido que anocheció desde mi ventana.

Me coloco un suéter que me abrigue y me cambio las zapatillas, corro las cortinas blancas de mi ventana pero cuando estoy por cerrarla, las risas de la casa de enfrente me hacen observar con curiosidad.

Sophia sale de su casa corriendo con la cara y ropa con manchas de lo que parece ser harina, sus hermanos y padre la siguen mientras ella huye por su jardín. Sonrió enternecido al ver la bonita relación que ellos tienen.

Me pierdo sin dejar de observarla, sus ojos brillan y es feliz con su familia. La sigo con la mirada como suelo hacerlo. Siempre desde lejos.

Rio contagiado por su risa y por las bromas que sus hermanos se hacen entre ellos. Pero siento que alguien me observa, el señor Santiago, el padre de Sophia me observa en silencio, no se como reaccionar, solo observo a muchos lados nervioso. Pero el relaja su rostro y me sonríe.

Sin saber como tomar su reacción bajo la mirada.

-¡Basta Mario, es suficiente deja esa botella!-Cierro la ventana al escuchar esos gritos. Giro la mirada asustado al escuchar la voz de mi madre.

-¡A ti que te importa, esta también es mi casa, déjame en paz!-Apretó los puños impotente mientras salgo de mi habitación y observo la escena desde el segundo piso, mi madre discute con mi padrastro mientras que este sigue recostado en el sofá, cayéndose de borracho.

-Piensa en la niña, no puedes seguir aquí-Mi madre se acerca e intenta detenerlo, pero este la aleja bruscamente, bajo con prisa aunque muera de temor, trato de acercarme pero ella me pide que me aleje.

-Esta ebrio, ve adentro-Suplico pero ella me observa molesta-Mamá de verdad hazme caso por una vez, no debes-Mi madre me sostiene de la mano y me impide volver.

-Ve por tu hermana y no salgan-Niego con la cabeza, pero ella me observa molesta. Apretó mis manos controlando mi molestia, pero escucho los sollozos de mi hermana y me acerco a ella.

Extiendo mi mano, Zoé desvía la mirada y parece tener una lucha interna consigo misma, se coloca de pie y me empuja haciendo que tropiece, sube a toda prisa hasta su habitación, intento seguirla pero al llegar a la segunda planta solo la escucho sollozar. Me siento en el piso observando la puerta de su cuarto.

-Enana ¿Me abres la puerta?-Pregunto en un susurro.

-¡No!-grita y aun entre sollozos.-Déjame sola-Susurra.

-No puedo, necesito saber que estas bien, ¿Te hizo algo?-Pregunto ansioso.

-Papá no me pega-Susurra, suspiro aliviado-Pero...tampoco me quiere-Responde, la escucho llorar y bajo la mirada ante sus palabras.

-Eso no es cierto, él te quiere mucho, sabes que el alcohol puede nublar la mente de las personas, no debiste presenciar eso, deberías estar en casa de la abuela-Le regaño, no responde pero parece estar mas tranquila.

-Seguro mas tarde todo estará tranquilo, te avisare cuando puedas bajar, solo quédate ahí-Me coloco de pie cuando no escucho respuesta.

Me armo de valor por que debo al menos intentar que mi madre se aleje de el. Pero observo a mi alrededor confundido, al no escuchar gritos, bajo hasta la sala, la gran cantidad de botellas rotas en el piso y muchos utensilios de la cocina regados en el piso, mi padrastro en el sofá que aun ronca de manera desagradable.

Busco a mi madre, ingreso a su habitación preocupado y al verla sentada en su cama respiro aliviado.

-Ve a dormir Logan, todo esta bien-Indica sin observarme, la observo secar sus lagrimas, abro la boca para refutar pero ella se coloca de pie y me abraza-Todo esta bien hijo, yo puedo con esto, descansa y cuida a tu hermana, mañana todo estará mejor-Trato de detenerla, pero ella me pide que la deje sola.

Me alejo sin saber que decir. Observo el gran caos y comienzo a limpiar observando todo lo que ese hombre o quizás mi madre rompió en casa. Subo a mi habitación y aunque mi madre me observa todo el tiempo que estuve removiendo el desastre en la casa no hizo nada.

Mi celular vibra y observo una llamada entrando de mi padre. Con cuidado salgo de mi cabeza , me siento en las bancas del parque frente a mi casa y respondo intentando disimular esta noche desagradable.

-Buenas noches papá-Exclamo y mi padre me saluda desde la otra linea, riendo como siempre. Froto mis manos en mi pantalón para entrar en calor.

-¿Todo bien campeón?-Me pregunta, inhalo profundamente por que, él podría descubrir que miento.

-Todo genial, mas bien debo ir a dormir, mañana tengo exámenes y volveré a trabajar en la pastelería-Indico intentando no tiritar por el frio.

-¿Estas fuera de casa?-La preocupación en su voz me hace observar a mi alrededor.

-No, solo que tengo la ventana abierta y esta haciendo frio-Escucho gritos otra vez y supongo que mi padrastro esta despierto, me alejo para que mi padre no escuche-Debo dormir, papá hablamos mañana, cuídate-Él se despide, no muy convencido y cruzo la acera de mi casa, pero al ver como un motorizado se estaciona frente a la casa de Sophia me detento curioso, ella y sus hermanos salen para recibir lo que le hayan traído. Sonríe y sus ojos brillan ante ese gesto.

Sonrió ocultándome, alzo la mirada para volver a mi casa pero ella me observa en silencio. Bajo la mirada sin saber como debería actuar. Ingreso muy rápido, ignoro los gritos de mi padrastro, reviso la habitación de mi madre al verla recostada en su cama, la cierra dirigiéndome a la de mi hermana. Subo a la mía intentando olvidar esta noche.

Me recuesto en mi cama intentando dormir, cierro los ojos y a pesar de como estuvo finalizando este día, debo admitir que al ver sonreír a Sophia hace unos segundos me hizo feliz. Cierro los ojos y mi mente me recuerda aquella escena y me acurruco en mi sabanas por que mañana podre verla y se que con eso tendré motivación para seguir.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022