Lo que comenzó con un sueño
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Capítulo 5 Capitulo 5

Capítulo 5 Desayuno

Como él me ve, siento que lee mis pensamientos y de cierta manera me asusta.

-He traído el desayuno: huevos rancheros con chilaquiles y zumo de naranja- dijo la cocinera, haciendo que mi concentración dejará de estar en esos hermosos ojos verdes que me devoran hasta el alma. La muchacha sirve nuestros platos y yo veo que hasta para comer huevos rancheros lo hacen con estilo. La comida está acomodada muy bien en el plato que da miedo moverla aunque sea un poco.

-Gracias- dijimos todos. Ahora sí, me he convertido poco a poco en lo que más odio: en un robot. Ell la robotina me llaman.

-De nada chicos, buen provecho- dijo la muchacha de servicio con una radiante sonrisa. Ella se ve linda y tierna, como si fuera poco, se ve que es educada.

Distraje mis pensamientos y volví a ver mi desayuno. Se miraba delicioso, aunque no tenía mucho apetito y menos con él frente a mí. Todos empezamos a comer, mientras yo solo luchaba para no jugar con mi comida y comer todo.

-¿Me pasas la sal?- me preguntó.

Alcé mi mirada y vi que nuestras miradas se cruzaron. Mi entrepierna ardía de deseo, así que decidí ignorarlo. ¿Por qué demonios no deja de verme? Volteé a ver a Martha.

-¿Amiga, tienes tiempo viviendo aquí?- Pregunté sin meditar en las palabras que salían de mi boca. Yo lo hablaba por hablar, estaba muy nerviosa.

🔥William

Rayos, quizá se ha molestado por que no dejo de verla. ¿William, qué estás haciendo? Pareces un acosador. Volteé a ver mi comida mientras trataba de que mi deseo por tomarla y abrirla de piernas sobre la mesa me venciera. ¿Qué demonios me pasa? ¿Por qué la deseo tanto?

Sara trató de pasarme la sal, así que la tomé sin echarle a mi comida. Yo solo quería que nuestras manos se rozaran de nuevo, no precisamente las de Sara.

-Si, amiga, toda mi vida. ¿Y tú, hace cuánto llegaste a la ciudad?- No sé si Martha finge gentileza o en verdad le interesa saber.

🍭Ell

-Hace unas semanas. Es muy diferente el ruido de la ciudad al ruido del campo- dije sin duda alguna. Me encantaba más el campo y, además, creo que envidio a Martha en un buen sentido. Yo no estuve más de 6 meses en el mismo lugar.

-¿El campo? - pregunté sin pensar. Esta chica no es hermosa como las amigas de mi hermana, pero algo tiene que me está haciendo babear como un loco. Todos han vuelto a verme. Es típico que lo hagan. Nunca he entablado conversación con los amigos de mi hermana, solo saludos.

-Sí, antes de venir a la ciudad estuve en el campo por 6 meses. En una cabaña tomaba clases particulares - la cabaña, la cabaña era la de mis sueños donde yo y este suculento hombre fornicamos con locura, claro en mis sueños...

-Sería bueno ir unos días de estos a esa cabaña que dices, ¿verdad Will? - le dijo Sara a William. ¿Sara y William tienen algo entre ellos? No mamacita, a esa cabaña donde este joven me da duro en mis sueños no te llevaré. Sería como ensuciar ese lindo y candente sueño con la presencia de alguien más allí.

-¿Acaso ustedes dos son pareja? - pregunté sin pelos en la lengua. Sara sonrió y William pareció que se molestó con mi pregunta.

Casi me ahogo de la impresión al escuchar la pregunta de esta joven. ¿Acaso está loca que no ve que la estoy cojiendo con la mirada? ¡Qué rabia!

-¡No, no somos pareja! - dije molesto y me levanté de la mesa. Creo que no estuvo bien mi reacción ante ella, pero ¿para qué hace preguntas tan tontas?

En dado caso, si tuviera algo con alguien, sería ella, no con Sara. - Lo siento, me retiro. Tengo que atender mis correos - dije sin antes lanzarle la última mirada de disgusto a esa mujer. Quiero que se dé cuenta de que me molesta su estúpida pregunta.

-Adiós - dijeron todos, menos ella que solo se quedó sin decir nada y agachó la cabeza.

-Perdónalo, Ell. Creo que mi hermano no se despertó de buen humor. Llegó a las 3 de la mañana y, a pesar de estar algo desvelado, siempre se levanta temprano - dijo Martha tratando de disculparme por cómo su hermano me había hablado. Aunque creo que de cierta manera la culpa la tengo yo por hacer preguntas que no debo.

-Está bien, Martha - dije. Creo que se haya ido me relaja un poco, ya que estaba muy pero muy nerviosa con su presencia y su insistente mirada sobre mí.

¿Qué le pasa a este estúpido niño rico? ¿Por qué me trató así? Solo fue una pregunta inocente o quizá me pasé. ¿Tuvieron algo y no terminaron bien? Tantas cosas pasaron por mi mente.

-¿Preparamos empanadas? -dijo Hilda, muy emocionada. Claro, nadie más que yo se da cuenta de lo incómoda que estoy.

-Sí, ¿por qué no? -dije con una sonrisa fingida, pero Hilda me regresó la sonrisa y le sonreí con sinceridad.

-Vamos a la cocina -dijo Martha y todos la seguimos.

🔥William

¿Qué he hecho? ¿Por qué le hablé así? Me dejé llevar por un momento de ira. La verdad es que estaba incómodo, me sentía como un pez fuera del agua. Debería disculparme. Sonó mi celular, así que no fui a disculparme.

-Bueno, ¿quién habla? -contesté.

Me enfoqué en la llamada y ya no supe más de lo que pasaba con la amiga de mi hermana.

Al parecer, es de la empresa de mis padres. Realmente odio tener que hacerme cargo yo...

Estudió Literatura en la misma universidad que mi hermana. Mi gran sueño es ser dueño de la mejor editorial de todas. Dice mi padre que deje de soñar, que veo las cosas muy altas. William Smith, el soñador, me llamaba mi tía Alma cuando vivía. Sin duda, extraño esos momentos. Cuando ella vivía, las cosas eran mucho más sencillas.

                         

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