Capítulo 4 La chica

Elijah estuvo distraído durante toda la ceremonia, pues no podía dejar de pensar en esa muchacha de sonrisa dulce e inocente. Ella había sido su única luz en los momentos más oscuros de su vida.

En ese entonces, él todavía no había vuelto a la familia Stephens. Elijah y su madre tenían una vida dura, la cual destrozaba a la mujer. Por eso, ella comúnmente tenía colapsos nerviosos y se arrojaba a los brazos de su hijo a llorar sin consuelo. Los compañeros de Elijah siempre se burlaban de él por no tener padre y por tener una madre loca.

Durante el día, él iba a la escuela y, por las noches, trabajaba en varios lugares en turnos de medio tiempo. Elijah tuvo que mantenerse a sí mismo y también a su madre incluso antes de llegar a la edad adulta. Día tras día, él tenía que trabajar duro hasta la medianoche, para finalmente regresar a casa y cenar nada más que un plato de fideos instantáneos.

Las personas que lo conocían actualmente nunca imaginarían que él solía tener una vida tan miserable.

Sin embargo, un día, cuando él estaba a punto de sucumbir a la desesperación, apareció una chica.

Elijah todavía recordaba su dulce aroma cuando ella se había acercado para aplicarle una pomada en las heridas. En voz baja, la muchacha le había preguntado si le dolía.

Cuando ella le había dado la espalda, él había visto que tenía una marca roja de nacimiento, con forma de una hermosa rosa.

En ese entonces, Elijah tenía quince años. Era la primera vez que él se enamoraba de una chica y sus sentimientos hacia ella no habían cambiado con el paso de los años.

Sin embargo, un día, la muchacha se cayó al mar y se ahogó.

Al pensar en eso, Elijah apretó los puños y sintió el mismo dolor que en el pasado.

Los rescatistas sacaron del mar el cuerpo de la niña, quien tenía el rostro arruinado por el agua. Sin embargo, él reconoció el vestido blanco de algodón que ella llevaba puesto.

Cada vez que el joven recordaba ese momento, sentía un dolor terrible.

Elijah miró fijamente a Kaylee tratando de encontrar alguna similitud con la chica, pero no encontró ninguna.

El hecho de que él la mirara fijamente era un poco desconcertante, por lo que Kaylee frunció el ceño incómoda.

De repente, Elijah volvió a reaccionar y sonrió con amargura, pues había visto con sus propios ojos el cadáver de ella. ¿Cómo era posible que esa mujer fuera la chica que él amaba?

Después de intercambiar los anillos con Kaylee, la ceremonia terminó. Como besarse estaba fuera de toda posibilidad, decidieron pasar directamente al banquete.

Entre los presentes, Haisley Stephens, la hermana mayor de Elijah, miraba fijamente a Kaylee, pues había escuchado los comentarios groseros de los invitados.

Su hermano acababa de casarse con una mujer tan fea que ella sintió vergüenza ajena.

Kaylee iba caminando en su dirección y, al ver que la novia se estaba acercando, Haisley se enojó cada vez más. Sin pensarlo, ella tomó una copa de vino tinto que estaba sobre la mesa para lanzársela a su cuñada.

"¡Si no fuera por ti, mi familia no habría sido tan humillada!", le gritó la mujer.

Elijah frunció el ceño y, justo cuando estaba a punto de extender la mano para detener a su hermana, notó que Kaylee, quien estaba a su lado, había esquivado el vino a una velocidad asombrosa.

Como resultado, el vino tinto cayó directamente sobre Gemma, quien estaba sentada cerca de ellos, y arruinó por completo su maquillaje.

"¡Ay!", gritó fuertemente esta última.

Ella los miró temblando y con los ojos rojos de furia. Ese día, la hermana de la novia se había puesto ese vestido costoso con la esperanza de ligar con algún chico rico en el banquete.

Sin embargo, Gemma había quedado en ridículo frente a todos los invitados, incluidos los miembros de la familia Reynolds.

Al ver la mirada avergonzada de su hermana, Kaylee se rio a carcajadas, pero de inmediato fingió estar preocupada por ella y exclamó: "¡Ay, Dios mío! Gemma, ¿por qué tienes tan mala suerte? ¡Pareces una rata mojada!".

Al escuchar eso, todas las personas que estaban en el banquete comenzaron a reírse.

Gemma nunca se había sentido tan avergonzada en su vida, pero justo cuando iba a ponerse a discutir con Kaylee, Josie apareció y se la llevó a otro lugar para que se cambiara y dejara de llamar la atención.

Cuando ambas llegaron a un salón, Gemma comenzó a gritar de frustración. Ella no podía dejar de pensar que Elijah era muy guapo, por lo que se arrepintió y se puso celosa. "No sabía que Elijah era tan guapo. ¡No debí haber dejado que Kaylee tomara mi lugar!", gritó la chica.

Lo que más la hacía enojar era que Kaylee había tenido una vida mejor que ella cuando eran pequeñas. Como ella había visto que Elijah era tan guapo, comenzó a odiar aún más a su hermana y se puso como objetivo casarse con un miembro de la familia Reynolds.

Los Reynolds y los Stephens eran las familias más poderosas en Atheton. Sin embargo, los Reynolds eran un poco mejores que los Stephens en todos los aspectos.

"Gemma, no deberías haber venido. ¿Qué pasaría si alguien descubre que obligamos a Kaylee a sustituirte? ¡La reputación de nuestra familia se arruinará!", le recordó Josie a su hija en voz baja y con una expresión sombría.

Sin embargo, a Gemma le importaba un bledo la reputación de su familia, pues ella solo quería derrotar a Kaylee. "Mamá, vine especialmente a conocer al hijo de la familia Reynolds. Si me caso con alguien de esta familia, te convertirás en la suegra de un Reynolds. ¡Todas las damas ricas de Atheton se inclinarán ante ti!", le dijo la muchacha.

Josie era extremadamente vanidosa y lo que acababa de decir su hija sonaba muy tentador.

Luego, muy decidida, ella le compró otro vestido costoso a Gemma, sonrió con satisfacción y le dijo: "Te ves preciosa. ¡Definitivamente, te casarás con alguien de una familia mejor que los Stephens!".

El almuerzo casi estaba llegando a su fin cuando Gemma terminó de cambiarse de ropa y de arreglarse el maquillaje. Keegan Reynolds se puso de pie para hacer un brindis en el escenario.

Él era un anciano muy respetado, por lo que fue el último en brindar por los recién casados.

Sin embargo, tan pronto Keegan comenzó su discurso, se tocó el pecho con dolor y, de repente, se desplomó.