Todo lo que Dices Ser...
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Capítulo 4 Cap. 2.

"Solo por las Mañanas":

Carther.

18/10.

Estoy escribiendo esto y no tengo idea de porqué. Ah... Sí, porque usted quiere que lo haga; no me mal entienda, no quiero ser irrespetuoso... Lo que sucede es que no estoy acostumbrado a estas cosas y menos a que asignen deberes de un año para otro. Sé que debía escribir el mismo día, pero una fuerte migraña terminó de asesinarme apenas hace unos minutos (25 para ser exactos). Es bastante contradictorio que nos asigne esto ahora y que no haya llegado a la clase de hoy, muy interesante...

Asumo que debo empezar desde ayer, así que sin más palabrería por delante comenzaré desde ahí:

-Despierta... Despierta...

Escuchaba el suave susurro de alguien o algo, éste se volvió insistente con el paso de los minutos, era yo mismo insistiéndome que me levantara de la cama; pero como nunca he sido muy convincente me ignoré por completo. Logré ponerme de pie al contar hasta tres (unas cinco veces) y levantarme de un brinco, eso hizo que me mareara un poco. Había cumplido con el primer punto de mi lista de propósitos para un día monótono y poco interesante... Justo como quería. No debo tomar el crédito, por poseer una determinación estándar al haberme puesto de pie, la luz del sol entrando por la ventana también contribuyó, o eso creí que era hasta que aparté la cortina de la ventana corrediza para darme cuenta de que se trataba de la luz del poste. -Me equivoqué. -Había sido engañado a primera hora de la mañana en menos de dos minutos y por un elemento abiótico... El día prometía.

Pensé en mirar la hora en el reloj, luego recordé: Ya no era digno de un despertador electrónico. -Démoselo a Erick. -Había dicho mi mamá la noche anterior mientras yo preparaba mi bolso para un día más de invariabilidad, el primer día en el último año de la universidad de Erick era más importante que mi primer día en último año de bachillerato. No me quejé, si llegaba tarde en realidad me tenía sin cuidado, sólo sería un día más, con las mismas personas de siempre y las mismas tareas vacías (ésta por ejemplo). Abrí la puerta para encontrarme con la misma cantidad de personas de todos los días: 0. Mi madre se había ido a trabajar en la cafetería de la tía Eva y Erick de seguro iba en camino a la universidad, por mi parte, ya me había acostumbrado a eso, estar ahí, en ese departamento de dos habitaciones y un baño... Con la mejor compañía que podía pagar: Mis pensamientos (Sí, no puedo pagar algo mejor).

Sólo teníamos una fotografía en la pared, digo "teníamos" porque al llegar esa tarde a casa mi madre la había quitado del muro y no sé si aún la conserve, en la foto estábamos: Mi madre, Erick y yo, ellos dos luciendo sus cabelleras negras a juego y yo con mi piel pálida y cabello amarilloso; sin duda ellos son familia, por otro lado... Yo me parezco a mi padre, gracias a eso el año pasado, con la llegada de un tal "Hudson", me gané (por dos días) el apodo de "ñema cambiada", lo que sea que eso signifique. Ése microscópico ser había llegado dos semanas luego del inicio de clases y de pronto ya era el primer índice del salón, antes había sido yo pero me superó por sólo una asignatura (la suya, profesora Pilarf).

Entré al baño y me di una rápida ducha de agua fría, tenía un leve hormigueo en la frente y pensé que quizá eso me ayudaría a deshacerme de tal sensación, no funcionó, pero sí ayudó a que me terminara de despertar. Me puse el uniforme luego de una corta caminata en toalla hasta mi cuarto. La camisa me quedaba corta de las mangas. -Maldita sea. -Y eso que la había comprado hacía sólo un mes, las enrollé y dejé la corbata floja, por alguna razón sentía que me ahorcaba si la dejaba hasta arriba. Busqué lugar en la mesa de la cocina (como si acaso hubiera más gente) y comí algo de lo que tenía a mi disposición: Vegetales y más vegetales. Una ensalada de zanahoria con mayonesa no era mi idea de una comida mañanera, pero no podía hacer nada. Quise tomarme un poco de café, y recordé: A mi madre y Erick no les parece, de hecho fue algo tonto de mi parte pensar que podría, es decir... Sí puedo, pero a escondidas como si fuese una droga ilegal. Le envié un mensaje a Derek para que me llevará uno del negocio de su abuela y éste me respondió con un: "Está bien, querido"... eso provocó cierto escalofrío que subió por mi espalda al recordar a alguien más que hablaba de ese modo.

Tomé mi mochila y después de haber cerrado con llave salí camino al ascensor, está dañado desde hace dos meses y todas las mañanas lo olvido, fantaseé un poco con "The Big Bang Theory" y me dirigí a las escaleras para bajar por cuatro pisos.

...

En el camino de descenso saludé a mi vecina Verónica, no la conocía bien, pero sí a su vestuario: Esas blusas sin mangas y faldas cortas de jean me daban escalofríos, no porque en cierta forma despertaran pensamientos fuera del horario estelar, sino porque hacían que me preguntara cuál era su trabajo, no por lo que pudiera hacer o no en él, sino que temía por su seguridad. Eran las 06:00 am, yo iba saliendo y ella iba llegando; esas ojeras sólo alentaban más mi teoría.

Luego de 20 minutos esperando en la parada de autobuses tomé un taxi hasta el liceo, esa era la única forma de salir del conjunto residencial, esa y tener un auto... Sin duda alguna ese invierno tenía que aprender a conducir. El hombre tras el volante del "Plymouth Fury" era un usurero, o eso quise decirle por cobrarme 500 por llevarme hasta allá. -Pero si es pasaje regional. -"Eso me pasa por dejarme seducir por el encanto de los cincuenta". Le di su cochino dinero y me dirigí al salón. No tuve que detenerme a revisar mi nombre, Darwin me había dicho que al leer la lista se dio cuenta de que era el mismo grupo del año pasado, sin ningún cambio. Excelente (Sí, claro).

Me senté delante de Darwin y junto a Derek, el puesto vacío frente a mí estaba haciendo que el dolor de cabeza volviera (no me sucedía desde la mañana del día anterior) Annie no era tanta molestia, pero no quería sentarme tras ella para que me abofeteara con su cabello, si me atrevía a decirle algo me ganaría un viaje sin retorno a "Troubled Acres", eso no me importaba pero estaba muy temprano. Pasaban los minutos, veía la hora en el reloj del muro y le rezaba a alguna de las trece Deidades Oscuras para que cumpliera mi petición.

El profesor comenzó con la clase y me alegraba más y más a ver que no llegaba, luego la puerta se abrió de un golpe y vi caer el casi cadáver de Hudson, dándome cuenta de que no serviría de nada que le rezara a las trece Deidades Oscuras... ¡Él es al menos doce de ellas! Pensé en rogarle a Derek para que se cambiara de lugar, pero no me mostraría débil ante "Firkle".

-Qué pérdida de tiempo. -Las palabras salieron por impulso, ese sujeto logra molestarme sólo con su presencia.

...

Las clases fueron largas, Derek me dio el café al final del primer período (ambos lo habíamos olvidado) si algo había extrañado, verdaderamente, era el café hecho por la señora Beatriz, estaba frío pero igual sabía bien.

- ¿Qué hicieron en vacaciones?-Darwin llegando con su jugo de naranja diario.

-Nada en especial. -Derek acomodaba sus cuadernos dentro del bolso.

- ¿Sigues con eso?-Miré a Darwin.

- ¿Con qué?

-Con lo del jugo ¿No te cansa?

-Es vitamina "C" lo mejor para la absorción de hierro. - ¿Por qué no lamía una biga del techo?- Pero tú tienes un problema con el café, todavía no creo que no lo tomes en tu casa, la señora Grechen lo vende sin descanso en la cafetería.

-Es una adicción. Sí, lo vende, pero no lo lleva a casa. En respuesta a tu pregunta: Sólo trabajar.

-Era de esperarse... ¿Cómo vas con tus ahorros? ¿El Mustang del Sr. Edward es casi tuyo?

-Aún no. No te imaginas lo indignado que me siento cuando lo veo lleno de gallinas gordas en el corral de mi abuela. -Ambos rieron, pero era cierto. Ese Mustang Fastback del 67 desperdicia todo su potencial en esa casa. Amo a mi abuela, pero al parecer no comparte mis gustos, a ella le gustan las gallinas.

Hablábamos de los arreglos que le haríamos. -Azul cobalto. -Respondí cuando Luigi, un amigo de otra clase, me preguntaba de qué color lo pintaría, él hacía un bosquejo en su block de dibujo y pensaba colorearlo luego.

Todo estaba muy tranquilo. El día, a pesar de unas breves intervenciones de Hudson, estaba yendo bien... Hasta que sentí tres golpes en la espalda, no tengo idea de cuál lugar oscuro y hediondo Ross Fisher había sacado la idea de que podíamos tener "algo". Sí, tenía una foto suya en mi celular, pero sólo porque me da mucha flojera borrarla, y ni si quiera la había tomado yo, sino Loreta, una loca amiga suya que hace alardes de tocar la guitarra aunque nunca la habíamos visto hacerlo, aparte de eso sólo habla de las fiestas a las que va con su novio, hablaba y agitaba su cabello teñido de rojo. Ambas invadían mi espacio personal mientras me insinuaban salidas... Al Infierno supongo. No, no tenía intención de caerles bien, me sorprende que no se fueran luego de mi larga lista de odiosidades.

- ¿Tienes un color amarillo?-Luigi puede ser muy bueno dibujando, pero no organizando sus cosas: En tan sólo unas horas de clase ya había perdido tres colores amarillos.

-No uso esas cosas. -Guardaba los libros en mi bolso.

-Tu amigo gótico quizá tenga uno, lo vi dibujando varias veces en el patio. Quisiera saber cómo hace el sombreado en color, le queda bien.

Hice mofa de su halago. Hudson no es mi amigo, y tampoco pretendo que lo sea.

-No le hablo a ese tipo, pídeselo tú. -Darwin murmuró algo que no entendí. - ¿Qué dijiste?

Me sonrió con hipocresía y se encogió de hombros.

-Entonces grítaselo.

Mascullé una de esas palabras que si las dices en casa mínimo terminas con un zapato sucio en la boca. No era de dejarme llevar y mucho menos por un comentario asquerosamente acertado de Darwin porque, no podía negarlo, Hudson y yo no hablamos: Nos gritamos, pero sólo así podría alejarme de Fisher que intentaba recostarse de mi hombro, se movió un poco al ponerme de pie. Si algo es Hudson aparte de enano y retraído es que es un excelente insecticida para las "Ross" del mundo, me pregunto si también matará sus huevecillos. Me dirigí hacia su pupitre pensado en tal posibilidad, estaba a sólo tres puestos del mío en la otra fila (Sí, me había cambiado de lugar) Igualmente pensé si sería bueno redactar un plan de ataque o al menos hacer un esquema de posibles coordenadas de un escupitajo. Le pedí el color y sacó 8 variedades de amarillo sin siquiera mirarme, no tenía ni idea de que existiesen tantos tonos, hasta esta mañana sólo conocía el amarillo pollo. Iba a tomar uno cuando él los quitó rápidamente.

-Devuélvanlos íntegros, no los afiles con navaja... <>. -Me miró poniendo una expresiva seña de mal olor.

- ¿Quién coño se trae una navaja al instituto?, ¿Estás demente? -Pregunté aunque sabía la respuesta: ¡Sí!

-Entonces tu amigo de por allá también. -Volteó en su asiento señalando con esa puntiaguda barbilla a Derek, el muy inoportuno jugaba con una navaja en plena aula, tuvo suerte de que ningún profesor permaneciera en el salón en el descanso.

- ¿Eres imbécil?-Incrédulo tomé el color de la mano de Hudson, pero mis cálculos fueron equivocados, al parecer un esquema no era tan mala idea después de todo: Las coordenadas no fueron exactas y terminé apretando un poco sus dedos.

-Asqueroso. -Susurró.

No pude evitarlo...

-Tú fuiste el que me tocó con tus dedos de mierda.

-Claro, obviamente muero de ganas de que apretemos mutuamente nuestras manos y las metamos por la parte trasera de un auquénido. Triste y redundante infeliz.

Luigi tomó el color de mi mano. Estaba a punto de decir algo que luego me arrepentiría... No, obviamente no me iba a arrepentir; pero Fisher se entrometió, como siempre. Creo que quedaron algunos huevecillos bajo la mesa:

-Tú no eres nadie para decirle infeliz a Evan, te la pasas solo y haciendo sonidos raros en el auditorio ¿Con quién te ves ahí? ¿Con tu novio?

-Gracias, Ross. Aunque eso no tiene nada que ver con lo que dijiste. -Aclaré.

Hudson se puso de pie, eso no le sirvió de mucho. Si iba a tener algún compañero de asiento en mi viaje sin retorno no creí que fuera a ser Ross, por lo menos no desde el primero de noviembre del año pasado.

-No, querida...-Se acercó a ella viéndola con altanería, relamió sus resecos labios y metió las manos en los bolsillos del suéter de Fisher. -A mí nadie me hace gemir, yo doy razones para hacerlo ¿Quieres ser mi "Lulu White"?...-La estudió. -Mejor no...-Ella tragó saliva, pero antes de responder él continuó. -... No tienes el ingenio suficiente como para sacar adelante mi "Burdel de Para-filias", lo único que tienes de mi "Lulu" es lo analfabeta. -Sacó las manos del suéter y las puso en la mesa. -Pareces más una "Calamity Jane" y yo no trabajo con trincheras. Lo siento, cariño. -Puso la lengua en la mejilla, tomó su guitarra aplicando el: "No nos llames, nosotros te llamamos". -Quédate con el color si quieres, estimado amigo de "El Giaour". -Se fue del salón y no regresó para las siguientes clases.

...

Derek siguió su ejemplo: Se saltó las horas restantes, tenía que ir a "organizar" su casa para la reunión que haría esa tarde. Tampoco es que se haya perdido de mucho: La profesora de Educación Física sólo nos dio el porcentaje (aproximado) de las evaluaciones junto con algunos apuntes teóricos, y usted envió una suplente. De todas formas Derek no se preocupa mucho por sus calificaciones, parece haber venido en picada desde 1er año cuando entregó el mejor proyecto de ciencias (Una bobina de Tesla hecha a base de un viejo ventilador) Ahora con algo de suerte entra al segundo periodo. El tipo quiere ser Dj desde 2do. Año y el muy ambicioso (para no decir otra cosa) quería empezar lo antes posible, aunque fuese en su propia reunión. Nos invitó a Darwin y a mí. Mientras que por mi parte estaba algo dudoso en si ir o no, Darwin aceptó de inmediato cuando supo que Holiday lo haría, pues claro que sería así, era la mejor amiga de Álvarez desde hace tres años, hasta viven muy cerca, y sí, a Darwin le gusta Holiday. No tengo idea de porqué, es como un capricho de niño que tiene desde hace unos años. No conozco del todo la historia, yo apenas si lo conocí en 3ero, si le gustaba desde antes no lo sé.

Vi cuando el enano se alejaba con su sombra, entraron al auditorio y desaparecieron por un rato. Al salir (o al menos eso fue lo que me dijo Darwin) se despidieron muy rápido y el tipo se fue igual de rápido que mis horas de sueño. Darwin se la pasa espiando a Holiday: Desde el pasillo, el auditorio, en la ceremonia de cierre de 4to año le tiró una bola de papel para que lo mirara; ese tipo está de lo más desesperado y Hudson sólo estornuda y ya la tiene literalmente a sus botas, una vez Hudson estornudó cómo un gato y Holiday lo llenó de pañuelos hasta las botas, el muy considerado los dobló todos y los guardó en una caja para llevarlos a la enfermería. Darwin debió haberse sentido horrible cuando los vio tan unidos desde ese día de octubre... Fue mi culpa, lo admito, más no mi intensión... ¿Cómo iba a saber que a Holiday le gustaría esa miniatura de sujeto? El tipo tiene un alhajero en la cara por amor al cielo; un piercing en la oreja no le fue suficiente, ahora tiene otro en la ceja y una moneda romana en el tubérculo auricular izquierdo. Cómo odio esas cosas... Cómo odio a Hudson.

            
            

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