Entre Máscaras y Tentaciones.
img img Entre Máscaras y Tentaciones. img Capítulo 3 Aceptación
3
Capítulo 6 Su chica en público y su enemiga en privado. img
Capítulo 7 Tensión en el baño img
Capítulo 8 Son reglas de convivencia, no celos img
Capítulo 9 Irrevocablemente enamorado de alguien más img
Capítulo 10 Lo de anoche fue un error img
Capítulo 11 ¿De vuelta a casa img
Capítulo 12 Siempre te protegeré img
Capítulo 13 Escogiendo mi vestido de novia img
Capítulo 14 Una diosa de cabello rojo, mi diosa img
Capítulo 15 Tan dulce, tan idiota y tan mío img
img
  /  1
img

Capítulo 3 Aceptación

Alana

24 horas antes

Luces, música y alcohol son la mezcla perfecta para perder el control. Pero después de todo, que es el mundo sin un poco de diversión y malas decisiones.

- ¿Tenemos un trato entonces?- sonríe el rubio francés.

Mi cerebro intenta lanzar advertencias e incluso veo varias banderitas rojas sobre el asunto, pero en el estado de embriaguez en el que me encuentro todo me parece genial y una excelente idea. Quizás mañana me arrepienta de las decisiones que he tomado hoy, comenzando por ese momento donde me metí a husmear en la oficina de mi padre descubriendo cosas que realmente no debería haber descubierto y terminando por último dejando a mi hermana irse a casa sin mi.

Según la historia los tratos con el diablo son peligrosos, pero aparecen en el momento justo donde navegas entre la desesperación y no ves otra salida. Quizás debería decirle que no, que no estoy segura y que definitivamente no quiero ese destino, pero no hay mucho más que pueda hacer para salvarnos de una decisión que ya ha sido tomada por alguien más.

- No te entiendo. Si tanto te molesta la idea de casarte ¿porque no te rehúsas? ¿Por qué acudir a mi?

Después de todo es el heredero de uno de los mayores conglomerados de Europa.

- Por el mismo motivo que tú no puedes rehusarte, no quiero renunciar a la vida que conozco y aunque lo niegues tú tampoco quieres abandonar el estilo de vida de princesa que llevas. Solo queda intentar sabotear sus planes, esperar que funcione y un año después ser libres.

Asiento en su dirección, porque ciertamente está dejando claro un punto aquí. Si no puedes luchar contra la corriente, aprende a utilizarla a tu favor.

Marc me sostiene cuando comienzo a sentir que la cabeza me da vueltas y mi vista se torna borrosa. Mantener esta conversación se vuelve una verdadera agonía cuando mis pies ya no me permiten sostenerme por mi cuenta.

- De acuerdo linda, creo que ya bebiste suficiente por esta noche- agrega Marc mientras me lanza a su hombro como si de un saco de patatas se tratase.

Auch.

Ambos hermanos se miran entre sí, como si manejan un idioma que solo ellos entienden.

Mirándolos así se nota que son tan distintos, pero aún borracha logro reconocer que son demasiado hermosos para la sociedad y mi pobre corazón se acelera solo de mirar a Marc.

Tranquilo corazón, o terminarás por salirte de mi pecho.

Son un contraste perfecto tanto en su físico como en la manera de actuar. Marc tiene una piel bronceada, cabello castaño y una actitud que rápidamente te hace sentir en confianza. Sus rasgos varoniles y definidos, con unos preciosos ojos cafés que logran adueñarse de tu alma.

Sin embargo, Jean es algo totalmente distinto. Todos sus rasgos son fríos e incluso misteriosos. Posee una de esas bellezas intrigantes que solo inspiran peligro. Sus ojos verdes hacen un contraste hermoso con su pálida piel y cabello rubio.

Definitivamente son demasiado hermosos para el juicio de cualquier mujer que esté cerca de ellos, pero aún con toda esa belleza y sensualidad de ninguna manera estoy dispuesta a casarme por algo que dispuso alguien más. Aunque mi pobre corazón sufra un cortocircuito cada vez que estoy cerca del castaño, me rehuso a aceptar que se quede conmigo solo por un contrato y no porque me ame.

- Nos quedaremos en el hotel, en las condiciones que está no es recomendable que maneje y mucho menos a altas horas de la madrugada- Jean agrega mientras le entregan las llaves de un hermoso deportivo blanco.

Adhara me mataría si pierdo nuestro cumpleaños y lo último que quiero es arruinar aún más el día de mañana, así que lo más prudente me parece quedarme en casa.

- Nos quedaremos en mi casa y ustedes se irán a primera hora, mañana es un día ajetreado y no puedo fallarle a mi hermana ausentandome.

- Bonita, creo que aún no lo sabes pero tú padre pidió que pasáramos este fin de semana en tu casa para oficializar las cosas. Solo que ustedes no deberían saber los verdaderos motivos hasta después de mañana.

El camino a casa se hace ligero mientras pienso en todas las cosas que sucederán y aunque intente mantenerla al margen y salvarla no es algo que esté en mis manos ya.

Mi dulce Adhara, solo espero que este plan funcione y no te ocasione más dolor del que ya tuviste desde pequeña.

Para no levantar sospechas decido dejar a los chicos en una habitación de invitados que está cerca de la mía para tenerlos bajo vigilancia y a la vez no levantar sospechas de que ya se los planes de nuestros padres.

Cuando les indico dónde quedarse, intento dirigirme hacia mi habitación pero todo se vuelve un enorme agujero oscuro en mi mente de repente.

Abro los ojos cuando un calor extraño acompañado del dolor de cabeza por la enorme resaca que tengo me terminan despertando.

Intenté levantarme para ir al baño pero caí en cuenta de que un pesado y musculoso brazo me mantenía abrazada contra un pecho firme.

«Ohhh Alana que haz hecho»

Giro mi cabeza a la misma velocidad que la niña del exorcista y me topo con el cálido rostro de Marc que luce plácidamente dormido.

Miro a mi alrededor intentando localizar a Jean sin éxito y trato de recordar cómo llegué aquí si lo último que recuerdo es haberme ido a dormir.

Cuando miro a la pared y veo la hora, despierto a Marc a toda velocidad para poder irme a mi cuarto para que pueda cambiarme.

«La madre que me parió mil veces»

Adhara va a matarme.

- Marc por cierto si hice algo inapropiado anoche.

- No me acuesto con chicas inconscientes, el abuso no es lo mío. Ni aunque rogaras me habría acostado contigo.

Un balazo dolería menos.

- ¿Algún día dejarás de odiarme Marc? Fue solo un error.

- No tengo planeado hacerlo. Por cierto, felices diecinueves. Ahora muévete, tienes un almuerzo al que asistir.

Trago el nudo que se forma en mi garganta ante tantas cosas que decido callarme y tomo el último riesgo por él.

- Técnicamente como es mi cumpleaños puedo pedir un deseo y no puedes negarte.

- ¿Qué soy yo, el hada madrina de Cenicienta?

- Un poco de cortesía no va a matarte Señor Cascarrabias. Después de todo, es mi cumpleaños, tampoco es como si te fuese a pedir que me dones un riñón.

- Bien ¿qué quieres?

-Un beso- susurro tímida de repente.

Mi petición lo descoloca y puedo escuchar prácticamente el millón de pensamientos que pasan por su mente antes de responder.

-No tientes tu suerte ¿Segura que no quieres el riñón?

Niego ante su respuesta y comienzo a hacer el recorrido hasta mi habitación. Cuando estoy a punto de entrar miro a Marc una última vez y decido que dejaré estar este tonto enamoramiento.

- No volveré a insistir, finalmente comprendo que mi compañía supone algo parecido a tragar ácido para ti. A partir de este momento doy por olvidado todo lo qué pasó entre nosotros. Mi enamoramiento por ti termina ahora.

-¿Crees que funciona así? Vienes, destruyes todo, me haces reconstruir el mundo tal y como lo conocía antes de que lo pusieras de cabeza, para ahora decir que terminarás tu enamoramiento hacia mi. Suerte con eso.

Tira de mí contra la puerta y me besa, Dios mío y qué beso para ser delicioso. El calor se propaga por mi cuerpo junto con sus manos que tocan en todas partes. Siento una lucha enorme entre ambos, me besa con odio, frustración e intensidad. Cómo si estuviera librando una lucha interna por besarme.

Tomo un pequeño momento para respirar y siento que por más que lo intente el aire no llega correctamente a mis pulmones.

- Tú nunca habías hecho eso.

Una risa genuina se escapa de sus labios y yo quedo embelesada con ese simple gesto.

- Si he besado antes Alana.

- Pero no a mi, dijiste que los premios son para presumirlos no para jugar con ellos.

- Qué sentido tiene ganar algo y no probarlo al menos una vez- añade con la vista fija en mis labios.

- ¿Puedes volverlo a hacer?- dejo escapar la pregunta, que más que una interrogante parece una súplica-. Al menos solo una vez más.

Sus labios y manos se apoderan nuevamente de mi, una corriente extraña se apodera de mi cuerpo, haciendo que cada lugar que toca quema y duele dulcemente.

Abro la puerta como puedo, sin dejar de besarlo. Si él no me deja ir, yo menos. Pero para mi desgracia me topo con dos personas en mi cama, me alejo de Marc como si de repente fuese un pecado capital estar junto a él. Supongo que no le haría ninguna gracia que su hermano lo vea así conmigo, sobre todo después de lo que sucedió.

Adhara jura que no se acostó con Jean Luca, le creo pero definitivamente voy a molestarla un poco con el tema.

Dios, perdóname por esto pero no podía dejar pasar la oportunidad de hacer esto.

Su cara es todo un poema y se esconde bajo la sábanas.

Se siente bien ser la que atrapa y no la atrapada, miro a mi hermana y le guiño un ojo mientras ella se aleja hacía el baño y yo aprovecho para sacar a Jean del cuarto. Me despido de Marc, no sin antes cómo toda buena cumpleañera me robó otro beso que para mi sorpresa responde.

Actualidad

Esto más que doler, parece insultante, incluso guardo la esperanza de que todos comiencen a reír y digan que solo fue una simple broma de mal gusto. Pero en mi mundo las cosas no funcionan así, en la extraña aristocracia que aún vivimos en nuestro círculo social es algo común esta clase de arreglos.

Es como esas películas donde los ricos se casan con los ricos e incluso antes de nacer ya existe una promesa de matrimonio entre apellidos poderosos.

Siempre pensé que mi padre nos había traído desde Turquía para alejarnos de esas creencias y cultura tan machista por decirlo de algún modo.

Demonios, incluso pensé que podría vivir mi sueño por completo. Ese de salir, emborracharme, ligar con desconocidos y de repente volverme exitosa y formar una familia. Es algo estúpido ciertamente, pero me aferraba a esas pequeñas fantasías aún cuando siempre supe en el fondo la verdad. Se supone que yo sabía que esto iba a suceder, pero eso no significa que ahora que es una realidad inminente duela mucho más. Marc me odia por lo que hice y soy incapaz de condenarnos a algo así.

Adhara siempre fue la más calmada, la niña favorita de todos porque nunca rompía las reglas, nunca se rebelaba ella simplemente bajaba la cabeza y cumplía con cualquier cosa que le pidieran. Verla ahora perdiendo el control es raro, inusual pero satisfactorio.

Mientras observo en silencio todo el caos que se desata a mi alrededor reconozco al chico que discute a lo lejos con uno de los socios de papá, casualmente el mismo chico que encontré al lado de mi hermana está mañana.

Jean Luca.

Él la observa a lo lejos y ella ignora totalmente su presencia, ajena a todo lo que está a punto de suceder.

No está preparada para jugar algo que comenzó mucho antes de lo que ella y yo siquiera podamos imaginar.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022