Capítulo 4 Conociendo a mi futuro esposo

Adhara

Luego de lo sucedido en el almuerzo, mi padre nos ha ignorado olímpicamente. Todos fingieron que no habían escuchado nada y la fiesta transcurrió sin más inconvenientes. Casi dos horas después se despidieron todos y papá se marchó con sus socios a una supuesta reunión de última hora. Si me preguntan diré que estaba más interesado en observar cómo vuela una mosca antes que abordar el tema del compromiso con nosotras.

Se suponía que hoy sería un día especial, bueno ciertamente lo fue solo que no de manera positiva. Era algo que no podía evitar y que durante toda mi vida he sabido que pasaría, pero podía haber sido de mil maneras diferente. Pero él simplemente se marchó, envió a uno de sus hombres para recogernos y dejarnos en el yate.

Lo del matrimonio arreglado no ha abandonado mi mente ni un instante, pero cómo podría hacerlo cuando mi futuro se escapa entre mis dedos.

Alana deja caer su cabeza en mis piernas mientras el auto nos dirige al puerto.

- No hay nada que hacer, papá nos adora pero es implacable cuando se trata de negocios y acuerdos. Simplemente a la que le toque el sacrificio ayudará a la otra a elegir el vestido de bodas y a hacer todo un poco más aceptable. No hay manera de que una de las tías chismosas organice mi boda- agrego intentando darle un poco de diversión al asunto.

Mi comentario la hace reír genuinamente. A pesar de que siempre he sido la más centrada ella siempre fue la optimista entre nosotras, la que siempre ve la luz al final del túnel o algo así.

Ambas terminamos riendo como idiotas y la angustia de mi pecho desaparece un poco. A pesar de que esto se siente como cargar sobre nuestros hombros un peso que definitivamente no pedimos, puedo decir que son estos pequeños instantes los que hacen de la vida un lugar menos doloroso. Definitivamente no sé qué sería de mi vida sin ella, Alana es mi faro en medio de la tormenta.

El verdadero

Rebusco en mi bolso y le entrego el regalo que llevaba meses escondido esperando para esta ocasión. Saco una cajita alargada y se la entrego. Ella lo detalla minuciosamente cuando lo abre y su rostro adquiere una mezcla entre nostalgia y una inmensa felicidad.

- Te amo mucho Alana.

Sollozando nos envuelve en un cálido abrazo.

- Yo también te amo víbora sentimental.

El resto del trayecto transcurre tranquilo, demasiado tranquilo teniendo en cuenta todo lo qué pasó esta mañana. Básicamente estoy esperando que en cualquier momento se abra la tierra y me trague o alguna desgracia ocurra.

Alana se ha quedado dormida con su cabeza en mi regazo y mi mente por primera vez en el día se permite analizar todo.

Los recuerdos del día de hoy llegan como olas arrolladoras a mi mente y me hace ruborizarme ante lo que pudo suceder con el desconocido y a la vez enojarme por cómo se refirió a mi. Realmente besé a un extraño, y ciertamente lo disfruté, aunque luego no sé cómo hubiese terminado todo si Alana no hubiese llegado a interrumpir o si habría terminado por estrangular a Jean. Ciertamente mi hermana es una cosa muy inoportuna de vez en cuando.

Lo más retorcido de esto es saber que ese chico terminará casándose conmigo o con mi hermana. No hay una razón lógica que justifique mis pensamientos, pero imaginar siquiera a Alana casándose con él se siente desagradable e inapropiado.

El viaje finalmente termina y el auto se detiene en el puerto cerca de un hermoso yate. No tengo siquiera tiempo de admirar el hermoso atardecer que se está formando, porque al bajar del auto me quedo prácticamente petrificada al ver a las personas que nos reciben.

«No»

De ninguna jodida manera esto puede estar pasando.

- Bienvenue future femme. (Bienvenida futura esposa).

«Bien dicen que cuando invocas al diablo aparece»