Tal vez, Algún día
img img Tal vez, Algún día img Capítulo 4 Tres minutos pueden cambiar tu vida para siempre
4
Capítulo 6 Cuenta conmigo img
Capítulo 7 Cuidado con lo que dices img
Capítulo 8 Tu belleza nunca me ha asustado img
Capítulo 9 Atrapada en tu propia historia img
Capítulo 10 ¿Realmente es lo que quieres img
Capítulo 11 Las rosas tienen espinas img
Capítulo 12 Algo está ocurriendo img
Capítulo 13 Realmente me importas img
Capítulo 14 Feliz Cumpleaños img
Capítulo 15 Alguien que te ama no te haría eso img
Capítulo 16 No podemos escondernos de nuestra línea familiar img
Capítulo 17 La nueva Reagan img
Capítulo 18 A todas partes img
Capítulo 19 Mientras estemos juntos img
Capítulo 20 Por favor, abre la puerta img
Capítulo 21 Relájate, me tienes img
Capítulo 22 El último día de mi vida img
Capítulo 23 Fuera de sí img
Capítulo 24 Sueños y promesas rotas img
Capítulo 25 Hay una luz que nunca se apaga img
Capítulo 26 Atlantis img
Capítulo 27 Epílogo img
img
  /  1
img

Capítulo 4 Tres minutos pueden cambiar tu vida para siempre

Is this the real life? Is this just fantasy?

Caught in a landslide, no escape from reality

Open your eyes, look up to the skies and see

I'm just a poor boy, I need no sympathy

Because I'm easy come, easy go, little high, little low

Any way the wind blows doesn't really matter to me, to me

Reagan Lacefield

¿Alguna vez te has puesto a pensar en lo extraño que es el tiempo? Es impredecible e imperceptible, transcurre sin que nos demos cuenta, muchas veces rápido, y en cambio otras tan lento. Nunca nos adelanta lo que nos espera más adelante, siempre nos deja expectantes al futuro. Aunque claro, ese futuro depende exclusivamente de nosotros mismos.

Y en mi caso era consciente de que no podía esperar algo bueno después de todo el daño que ocasioné en mis pocos años de vida. Aunque durante este mes me propuse cambiar, me concentré en trabajar y estudiar (además de pasar tiempo con Grace... y William). Dejé atrás todo lo relacionado a Steve Montgomery, quien seguía junto a Kate, lo que me demostraba que tomé la decisión correcta.

Estaba decidida a tener una mejor vida, y pese a los errores que cometí en nombre del amor, la vida me daba una oportunidad nueva junto a William, quien resultó ser un gran chico. Llevamos saliendo un par de semanas, en las cuales nos hemos ido conociendo un poco más, William Preston era todo lo contrario a Steve, y eso me gustaba, todo lo que alguna vez quise que Steve hiciera conmigo, William lo hacía el doble.

Era el chico perfecto, mucho más de lo que podía pedir.

Y por primera vez en mucho tiempo, todo en mi vida parecía tener un orden normal: mis calificaciones iban bien, obtenía más propinas en mis turnos como mesera, mi madre estaba bebiendo menos, incluso me llevaba mejor con Mango, el gato que adopté después de rescatarlo de mi odiosa vecina.

Como todo animal solitario y abandonado a su suerte al inicio se mostraba desconfiado y trataba de esconderse de mí, pero poco a poco he conseguido que se dé cuenta de que está a salvo y nunca lo lastimaría. Jamás tuve oportunidad de tener una mascota, así que estaba jodidamente emocionada por eso, tanto que incluso empezaba a disfrutar de la música de Eddie Moore.

En las últimas semanas se podría decir que desarrollamos una extraña clase de amistad platónica: no éramos precisamente cercanos, y tampoco hablábamos de nuestras cosas, nuestras interacciones se limitaban a saludos lejanos o alguna conversación sobre la música que tocaba en la madrugada, eventualmente empecé a conocer grupos como Metallica, Iron Maiden o Black Sabbath, y me atrevería a decir que él también expandió sus horizontes musicales, pues algunas noches me sorprendía con alguna canción de Queen o versiones más "metal" de Tears For Fears, que eran algunas de mis bandas favoritas.

Algunas veces tenía ganas de tocar la puerta de su remolque e intentar hablar con él, pero no me atrevía a hacerlo, ni siquiera sabía de qué podría hablar con él, así que quedaba en eso: una idea.

Pero nada de eso importaba en estos momentos, porque mi vida estaba a nada de irse totalmente a la mierda por una estupidez y la única persona a la que tenía la confianza de contarle cualquier cosa estaba sufriendo una crisis nerviosa a mi lado.

-Grace, llevas más de diez minutos callada, por favor dí algo, estoy empezando a preocuparme - dije moviendo su hombro con delicadeza para sacarla del trance en el que entró.

-¿Recién? Debiste preocuparte mucho antes, Reagan - exclamó jalando su cabello con frustración, frotó sus rodillas para ponerse de pie y empezó a caminar dando vueltas sobre el mismo punto - ¿Estás completamente segura?

-No... Deja de moverte así que me estás mareando.

-¡Estás mareada! Joder, confirmado, estás embarazada.

-Cállate, Grace, es una maldita posibilidad, y honestamente espero que no sea cierto - susurré.

-Pensé que usaban protección.

-Y lo hicimos, excepto cuando fuimos al cuarto de limpieza, pero...

-Espera, esa vez no me contaste - Grace abrió los ojos y me palmeó el brazo al darse cuenta - Dijiste que no lo volverías a hacer. Ay, acabo de golpear a una embarazada, mierda, lo siento, es que eres una tonta, una tonta embarazada.

-Estoy empezando a arrepentirme de haberte contado esto, Rob - suspiré cubriendo mi rostro.

-Lo siento, es mucha información para mí también - ella apretó mi mano en señal de apoyo - debes decirle.

-No.

-Claro que sí, tú no te metiste en este problema sola - me dijo seria - haya o no haya bebé, se necesitan dos personas, y es injusto que tú cargues sola con todo este asunto. También es responsabilidad de Steve.

-Hablaré con él si la prueba sale positiva, me costó mucho alejarme de él y no quiero que otra vez todo se complique.

-¡La bola de pelos! - exclamó de pronto Grace viendo hacia Mango - ¿No serás estéril? Mi mamá dice que los gatos vuelven estériles a las mujeres, de repente no estás embarazada, sino que tu útero está más seco que una pasa.

-Sería una buena teoría, pero por otro lado tenemos la opción "sexo sin protección" - dije moviendo mis manos simulando ser una balanza, inclinándome hacia la posibilidad de estar embarazada.

-Bueno, al menos Steve tiene dinero - se resignó Grace y la miré indignada - ¿Qué? Digo, podría ser peor, no me mires así, las dos somos pobres, así que hay confianza para hablar de estos temas, quizá Montgomery sea un tonto, pero tendrías apoyo económico.

-Grace, estamos hablando de un jodido bebé, ¿y si él no quiere hacerse responsable? No puedo esperanzarme en él.

-Hey, estoy contigo ¿sí? No entremos en pánico antes de tiempo, primero hagamos la prueba, si sale negativa compraré un vino barato para celebrar en la noche, y si es positiva golpearé a Steve en las bolas y lloraré contigo, pero igual seré la madrina ¿hecho? - me dijo demostrando ser la mejor amiga que podía pedirle a la vida.

-Bien, entonces ahora el siguiente problema es ¿cómo conseguiremos la prueba? - pregunté mordiendo mi labio inferior.

Quizá parece una pregunta tonta con una solución muy obvia, pero viniendo de un pueblo tan pequeño con creencias anticuadas, que una adolescente vaya a una farmacia a pedir una prueba de embarazo era lo más parecido a un suicidio social, inmediatamente me convertitiría en la perdición de Montana, toda la atención estaría puesta en mí, incluso la madre de Grace le prohibiría juntarse conmigo.

-¡Reagan! ¡Código rojo! ¡Hay un chismoso en la ventana! ¡Debemos dejar de hablar de ya sabes qué! - gritó Grace y pude ver una cabellera rizada.

-¡No soy chismoso! Ustedes hablan demasiado alto - replicó el chico desde la ventana de mi cocina - Sólo vine a dejar un paquete y escuché sin querer.

-¿Ah sí? ¿Dónde está el paquete? - preguntó Grace y Eddie le enseñó una bolsa - El chismoso tiene razón. Quizá si lo golpeo en la cabeza puede que tenga una contusión que lo haga olvidarse de todo.

-O tal vez pueda ayudarlas con una idea menos psicópata - sugirió él.

-Te escuchamos.

-Puedo ir a la farmacia - se ofreció - No es gran cosa, a lo mucho habrán un par de rumores de que embaracé a alguien o que no soy virgen.

Era la mejor opción disponible, por lo que acepté su oferta y le di el dinero para que compre la prueba. Eddie demoró alrededor de veinte minutos en volver con el paquete, Grace tomó mi mano rápidamente para encerrarnos en el baño.

- Bien, según el manual tienes que orinar y esperamos tres minutos - dijo leyendo las instrucciones - Bueno ¿qué esperas? Hora de hacer pis.

-No puedo orinar si me estás viendo así.

-Niñita - masculló dispuesta a abrir la puerta.

-Tampoco dije que te fueras.

-Bien, me quedaré de espaldas hasta que termines - apenas se necesitaban unas gotas, y el siguiente paso era esperar - ¿nos tomaremos de las manos hasta que pase el tiempo o prefieres que nos sentemos en la sala por tres minutos?

-Salgamos de aquí - respondí para encontrarnos con Eddie merodeando entre los cassettes de música que había en mi sala.

-Sabía que eras un chismoso - espetó Grace cruzándose de brazos - ¿qué haces aquí?

-Bueno, quería asegurarme de que todo esté bien, perdón si incomodo - dijo dirigiéndose hacia la puerta.

-Quédate - le pedí acercándome - Y perdón por meterte en este tema.

-Técnicamente me metí yo solo - bromeó un poco para aligerar la tensión - Eres toda una caja de sorpresas, Reagan.

A diferencia de la creencia popular de Montana, Eddie Moore no era un chico problemático que intimidaba a los demás, es decir, sí, tal vez su apariencia era peculiar, pero si te tomabas cinco minutos para hablar con él podías darte cuenta que era alguien interesante, siempre tenía algo qué decir, no le gustaba meterse en problemas o esparcir rumores sobre los demás, prefería mantenerse en un perfil bajo y dedicarse a lo que le gusta.

Y su sonrisa no daba miedo, al contrario, era reconfortante.

No recuerdo haberlo visto sonreír de esa forma antes.

-Ehh, chicos, lamento interrumpir su batalla de miradas, pero ya pasó el tiempo - nos avisó Grace.

-Todo estará bien - dijo Eddie dándome un rápido apretón de manos.

Bien, el momento de la verdad había llegado. Abrí la puerta del baño y tomé la prueba entre mis manos, siendo incapaz de ver el resultado aún, bastaban de tres minutos para conocer el rumbo que tomaría mi vida a partir de este momento.

Dios, si sale negativa prometo que nunca más tendré sexo en mi vida... Al menos sin protección.

-¿Y? ¿Qué salió? - preguntó Grace con un semblante más preocupado que el mío - Una raya es bebé y dos rayas no bebé.

-¿No es al revés? - cuestionó Eddie frunciendo el ceño.

-Leí las instrucciones mientras Reagan orinaba en la prueba Moore, sé de lo que estoy hablando - respondió mi amiga con suficiencia, para después tocar su mentón como si empezara a dudar - Aunque puede que tengas razón.

-Bien dos rayas significan bebé y una raya significa que no hay bebé... O que la prueba fue mal hecha - dijo Eddie recibiendo una mirada desaprobatoria de Grace - ¿Qué? También es una posibilidad.

-Bueno ¿cuántas rayas salieron? - preguntó nerviosa.

-No lo sé, no la he visto aún, mírala tú - le pedí lanzando la prueba hacia ella, Grace la tomó en el aire.

-Eso fue pura suerte porque mi coordinación es pésima, yo tampoco puedo ver esto, soy una persona sumamente ansiosa - se quejó y entregó la prueba a Eddie.

-Oigan, sé que dije que iba a ayudar, pero no creo que deba ver algo tan personal y... ¡Esta cosa tiene orina! ¡Qué asco! - exclamó queriendo lanzar la prueba, pero se limitó a alejarla de su cuerpo - Jesucristo, la próxima vez tocaré el timbre sin importar si interrumpo una conversación importante - aseguró para mirar la prueba - Una raya.

-¡Dios existe! - gritó Grace abrazándome - Eso estuvo cerca, mierda, es lo más intenso que he vivido en mi vida, y ni siquiera era mi bebé. Se me hace tarde para ir al trabajo, volveré en la noche con vino barato ¿te unes, Moore?

-Tengo concierto en la noche - dijo a manera de disculpa.

-Bueno, más para nosotras, nos vemos.

Eddie y yo nos quedamos en silencio mirándonos fijamente durante cinco minutos seguidos, era extraño verlo tan tranquilo e incluso me atrevería a decir que tenía una actitud ligeramente tímida, no parecía el Eddie de siempre que hacía bromas o hablaba de música.

-Bien, creo que...

-Quédate - lo interrumpí - Es decir, si no tienes algo que hacer.

-¿Estás más tranquila ahora? - me preguntó y parecía realmente preocupado.

-Sí, aunque también siento vergüenza - admití -Debes pensar lo peor de mí.

-¿Te preocupa lo que el marginado del pueblo pueda pensar? Vamos Regan, no es para tanto, además, no tendría que pensar nada malo, sólo fue un error.

-Varios errores - corregí, aludiendo a las veces en las que me ayudó en mis estúpidos problemas.

-Igual no soy nadie para juzgarte, excepto por esto - dijo señalando uno de mis discos de The Smiths - ¿En serio?

-Son muy buenos.

-Son deprimentes - opinó.

-Bueno, sí un poco - admití - pero siguen siendo buenos.

-Si tú lo dices - su mirada se desvió hacia Mango, quien se acercó hacia él - Oh, todavía lo tienes.

-Sí, hacemos buen equipo - bromeé y fue extraño ver a Mango interactuar con alguien que sea yo. Normalmente huye de las visitas - Parece que le agradas.

-¿Le pusiste un nombre?

-Mango.

-¿Por qué lo odias? - me preguntó con una gran risa - ¿En serio crees que lo van a respetar con ese nombre? Nunca he visto un gato que se llame así.

-Bueno, es naranja y gordito, como un mango. ¿Qué? - pregunté al sentir su mirada fija en mí, con una sonrisa extraña en su rostro.

-Nada, solo que sigues sorprendiéndome.

Narración omnisciente

You spin me right 'round, baby, right 'round

Like a record, baby, right 'round, 'round, 'round

You spin me right 'round, baby, right 'round

Like a record, baby, right 'round, 'round, 'round

-¿De dónde demonios viene esa bulla? - preguntó Gareth mientras bajaba de la furgoneta de Eddie, después del concierto decidieron beber unas cervezas en casa, no esperaban encontrar semejante espectáculo en uno de los remolques vecinos.

-No está tan fuerte - el rizado le restó importancia, especialmente porque sería hipócrita quejarse cuando él es el primero en hacer escándalos en la madrugada.

-Joder, mira nada más - se burló Gareth. Eddie alzó la vista hacia el remolque de Reagan, a través de la ventana de su sala se dejaba verla junto a Grace mientras bailaban al ritmo de la música, parecían felices dentro de su propio mundo - Hey, tierra llamando a Eddie, ¿qué tanto las miras? Están fuera de tu alcance.

-Nada, simplemente odio esa canción - dijo caminando hacia su remolque.

-Entonces ¿por qué sonríes de esa forma? Da miedo.

Sí, da miedo, pensó al percatarse de lo que sucedía con él.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022