Secretos a Nuestro Alrededor
img img Secretos a Nuestro Alrededor img Capítulo 2 Dos
2
Capítulo 6 Seis img
Capítulo 7 Siete img
Capítulo 8 Ocho img
Capítulo 9 Nueve img
Capítulo 10 Diez img
Capítulo 11 Once img
Capítulo 12 Doce img
Capítulo 13 Trece img
Capítulo 14 Catorce img
Capítulo 15 Quince img
Capítulo 16 Dieciséis img
Capítulo 17 Diecisiete img
Capítulo 18 Dieciocho img
Capítulo 19 Diecinueve img
Capítulo 20 Veinte img
Capítulo 21 Veintiuno img
Capítulo 22 Veintidos img
Capítulo 23 Epílogo img
img
  /  1
img

Capítulo 2 Dos

Mentiría si digo que presté atención a la clase del profesor Stevens, mi cerebro era incapaz de procesar cualquier tipo de información, aunque mi rostro simulara atender y estar de acuerdo con las ideas de mi maestro. Cuando indica que la clase ha terminado me apresuro en arreglar mis cosas para irme lo más pronto posible, sin embargo, el destino parecía tener otro fin para mí.

-¿Puedes acercarte un momento Rachel? - pide con amabilidad, y me tenso al notar que tiene una copia impresa de mi escrito, quiere revisarlo conmigo presente. No, por favor no.

-No pretendo sonar grosera profesor, pero si no salgo en dos minutos de aquí llegaré tarde a mi trabajo, y necesito cuidar mi puesto en la cafetería - respondo excusando mi ausencia, sin embargo, este hombre no acepta un "no" como respuesta nunca.

-Treinta segundos - pide y me limito a asentir - leí tu escrito, y quedé sorprendido, no es "los secretos de la laguna azul", pero tiene un cierto encanto, es un lenguaje fresco y una lectura ligera, me gustó mucho. Me alegra ver que estás volviendo Rachel, si sigues así estoy seguro que pronto tendremos un libro que te llevará más allá del cielo.

-Me alegro de que le haya gustado, me esforcé mucho en ello - contesto con una media sonrisa, es mejor que confesar que adapté una vieja historia que cree junto a mi ex novio.

-Bueno, eso es todo lo que tenía que decirte, suerte en el trabajo - me pide.

-Gracias profesor, espero que tenga un buen día.

Soy buena mintiendo, no es que me enorgullezca, pero esta habilidad poco ética me ha salvado muchas veces, como ahora. En realidad, hoy es mi día libre en la cafetería, por lo que tengo algunas horas para descansar hasta que sea mi turno en la biblioteca.

Tienes un mensaje sin escuchar...

Hey sunshine, disculpa que recién pueda responder, pero sabes lo distraído que soy, deja de ser tan hipster y usa los audios de voz ¡por favor! Esto de mensajear a lo antiguo está acabando con nuestra amistad... Espera, ¿Dijiste Dylan, noche en vela y no mencionaste la palabra sexo? Mi más sentido pésame. Creo que te hace falta un poco de acción, al igual que a Stevens, ¿mi consejo como mejor amigo? Es un imbécil y mándalo a la mierda, eres muy talentosa y podrás con ello. ¿Consejo de adulto? No olvides que además de ser tu maestro es también tu editor, por eso te respira en la nuca, eres su gallina de los huevos de oro, y no puedes hacer nada más que escribir, vendiste tu alma al diablo, cielo. ¿Consejo de alma gemela? Cariño, eres el ser más talentoso que he conocido, transmiten muchas emociones tus historias, porque escribes con el corazón, tal vez tu bloqueo creativo se deba a la gran presión que tienes... Y también a la falta de sexo... Eres mi mejor amiga, pero debes de admitir que tu vida se vuelve cada vez más aburrida... Considera lo de los audios... Te amo.

Estúpido Matt, siempre tiene la razón, me siento vacía y triste, es por eso que no logro encontrar las palabras adecuadas para volver a escribir. Necesito un descanso de la adultez, cada día se vuelve más difícil, en definitiva nadie nos prepara para esto.

-Hey Matthy, ¿querías algo de aventura en mi vida? Pues debo contarte algo, necesito que sea un secreto entre los dos, nadie más puede saberlo, ni siquiera tu novia loca... Ayer discutí con Dylan y Luke me escribió... No sé qué diablos pasó Matt, y debo añadir que no he dormido nada por el trabajo de Stevens, que, por cierto, le gustó mi historia, pero mi mente no puede dejar de pensar en Luke desde esos mensajes, no fue nada fuera de lo común, simplemente... no lo sé, no creo haber hecho algo malo, pero no puedo siquiera responderle los mensajes de Dylan, porque me siento culpable... en fin, en serio necesito verte y conversar más. Te amo.

Mensaje de Dylan

D: ¿Sigues enojada? Rachel, por favor, arreglemos esto como los adultos que somos, sé que cometí un error, pero dame la oportunidad de remediarlo.

Llamada entrante: Luke.

Mierda. Mierda. Mierda.

Intento calmar mi respiración y alejo el teléfono de mi vista, mi cerebro sabe que no debo atender a la llamada, pero mi instinto de estupidez extrema nunca obedece, por lo que es mejor que ocupe mi mente en otra cosa: como ducharme, limpiar el apartamento... lo que sea que me haga distraerme.

¿Alguna vez has leído un artículo que indica que los teléfonos y en general, el internet nos vuelven seres inútiles? Empiezo a creer que tienen razón, cociné, limpié, lavé la ropa, me duché y hasta pude hacerme una mascarilla facial en dos horas y media sin teléfono. ¿Tuve paz? No. En cambio, conseguí otros dos mensajes de mi novio y cerca de veinte llamadas perdidas de mi ex.

L: Veo que decidiste guardar silencio... Me da curiosidad saber ¿cuánto tiempo durarás callada, Ray Ray? - Enviado a las 15:45.

L: ¿Está contigo ahora mismo y por eso me ignoras? - Enviado a las 16:20.

L: Aunque sea dime si te ayudó lo que te envié anoche, con un simple "sí" me es suficiente. - Enviado a las 17:36.

Decido caminar de regreso a casa, el atardecer es hermoso y necesito despejar mi mente, algunas veces me sorprende lo irónica que la vida puede resultar, tantos años de silencio, y de pronto Luke explota como una bomba de tiempo en mi rostro atentando contra todo lo que costó construir.

Pero lo conozco, y sé que seguirá insistiendo hasta que obtenga alguna respuesta, y bueno, sólo pidió un "Sí". Me salvó la vida ayer, lo menos que puedo hacer es responder.

R: Sí, sí me sirvió, gracias por la ayuda. - Enviado a las 21:57.

L: Sólo pedí un "sí", tampoco me cuentes tu vida, cariño. - Enviado a las 21:58.

R. ¿No tienes nada más que hacer? Pareces un psicópata pendiente de mi respuesta. - Enviado a las 22:00.

L: Siempre tan arrogante, es lo que me encanta de ti. Y es que tienes razón, el mundo gira en torno a ti, al menos en mi mundo así lo es. - Enviado a las 22:00.

Sonrío. Sigue tan idiota como antes.

L: ¿Logré sacarte una sonrisa de esa cara de culo tan hermosa que tienes? - Enviado a las 22:01.

R: Anda a molestar a alguien más. - Enviado a las 22:02.

L: Molestarte a ti es más divertido. ¿Y Dylan? - Enviado a las 22:04.

R: Trabajando... - Enviado a las 22:06.

L: ¿Hasta esta hora? ¿El "trabajo" tiene nombre y apellido, o pelearon? - Enviado a las 22:08.

R: No tengo por qué decirte mis cosas, Luke. - Enviado a las 22:14.

L: Ya veo, te enojaste, eso quiere decir que tengo razón, ¿por qué pelearon? No creo que tengas algo mejor que hacer, le estás respondiendo seguido a tu ex novio. ¿Algo que quieras decirme, amor? - Enviado a las 22:15.

-Hola soy Matt, en este momento estoy ocupado haciendo deberes a última hora o viendo porno, deja tu mensaje y te llamaré...

-Idiota, te necesito ahora mismo, estoy siendo el ser más tonto de todo el mundo, tengo una conversación fluida con Luke, siento que se está metiendo en mi cabeza y no puedo alejarlo, sé lo que tengo que hacer, sólo que no puedo hacerlo... Ayuda...

El timbre del apartamento suena haciéndome estremecer, es imposible que se trate de Luke, pero ¿si fuera él? ¿qué haría? Vamos Rachel, deja de actuar como una maldita cobarde, tú no eres así, tú no huyes de los problemas, tú los enfrentas.

Sosteniendo un gran ramo de rosas rojas Dylan se abre paso en la sala. Me había olvidado de su existencia por casi todo el día. Oh Dios, debe de creer que estoy muy enojada con él. Una gran pizca de culpa me carcome por dentro.

-Sé que esto no arregla nada, pero en verdad lo siento Rachel, reconozco que me equivoqué y actué como un imbécil, odio pelear contigo, te amo mucho Rach, ¿podemos volver a estar bien? - me pide tomando mi mano.

-No fue tu culpa Dylan, exageré en mi respuesta, y debo trabajar en mis inseguridades con... la cicatriz, pero entiendo que estás trabajando en algo muy importante ahora y es normal que debas prestar más atención a tus labores.

-¿Entonces estamos bien? - pregunta.

-Por supuesto que sí, tonto - respondo besándolo, pero algo se siente extraño, además de la culpa, Dylan parece nervioso, como si dudara en contarme algo, que pudiese poner en peligro nuestra reconciliación - ¿qué sucede?

-Debo decirte algo más... - dice esquivando la mirada.

-¿Cuánto tiempo? - pregunto sabiendo a lo que se refiere: viaje de negocios de última hora. Alguna veces he llegado a pensar que Tyler desea arruinar nuestra relación, tonterías mías.

-Un mes - contesta sentándose a mi lado - sé que es más tiempo que las otras veces, pero probablemente sea uno de los últimos viajes antes de mi ascenso, se haría realidad todo por lo que he trabajado este tiempo.

-Lo sé, cariño, créeme que lo sé - respondo acariciando su mano - y estoy muy orgullosa de ti, tus sueños están haciéndose realidad! - exclamo emocionada - te extrañaré mucho, pero sé que es por tu bien este viaje. ¿Cuándo viajas?

-En una hora.

-¿Qué? - exclamo.

-Te lo iba a decir antes, pero la pelea nos distanció y... no quería irme estando mal contigo - susurra apretando mi mano - ¿segura que todo está bien?

-Sí, sólo me tomó por sorpresa que te vayas hoy... Pero todo está bien, en serio.

-Prometo que hablaremos todos los días y apenas regrese...

-Me lo compensarás - termino la frase.

-Quizá podamos hacer ese viaje del cual hablaste anoche - propone - desconectarnos del mundo por unos días y sólo estar tú y yo un fin de semana.

-Suena bien - respondo antes de darle un corto beso. El timbre vuelve a sonar desconcertando mi mente.

-¿Ordenaste algo de cenar? - pregunta Dylan y niego con mi cabeza. Mi novio me indica que irá a ver quién está tras la puerta para evitar problemas y le resto importancia.

Dato de vital importancia en mi vida: Soy una idiota.

Lo único que había detrás de la puerta era la alegría y buen ánimo de Dylan, quien vuelve con un semblante serio y un girasol en la mano. Aprieta el puño con fuerza, realmente parece enojado

-¿Qué pasó? - pregunto.

-Eso mismo es lo que me gustaría preguntarte a ti, Rachel ¿no hay nada que quieras contarme? - responde lanzando el girasol en la mesa junto a una nota.

No me toma más de dos minutos leerlo, tomo del brazo a Dylan evitando que se vaya del apartamento, no puedo permitir que se viaje enojado conmigo, mucho menos cuando se irá por un tiempo prolongado. Pone resistencia, pero deja que mi tacto avance, hasta tomar su rostro y besar suavemente sus labios.

-Mírame, cariño - le pido susurrando, él resopla y me obedece - Te amo, tú y yo lo tenemos todo juntos, y ambos sabemos cómo es él, no dejemos que arruine lo nuestro. Te irás mucho tiempo, y no quiero que viajes estando peleados.

-¿Lo que dice es verdad? - pregunta apenado.

-Por supuesto que no, Dylan, los gustos cambian cariño, por favor, es una tontería.

-Sí, tienes razón, no dejaré que arruine nuestra relación - repite antes de volver a besarme- es que Dios, te amo tanto Rachel y temo perderte.

-Aquí me tendrás, siempre. Recuérdalo.

-En verdad odio esto, pero ya debo irme, te llamaré apenas llegue - dice a manera de despedida.

-¿Me vas a extrañar? - pregunto haciendo un puchero.

-Cada instante.

-Por favor, cuídate, Dylan. No olvides comer a tus horas y llamar a tu madre - le ordeno haciéndolo sonreír. - Te amo.

-Te amo más.

La puerta de la entrada se cierra y vuelvo a tomar la nota entre mis manos. Unas simples palabras realmente pueden desatar el mismo infierno.

¿Algún día le dirás que te encantan los girasoles? Las rosas tienen espinas y son cortadas para ser admiradas como obras de artes, mientras se van marchitando poco a poco, perdiendo aquella belleza hasta que son echadas a la basura. Los girasoles en cambio, son independientes, no necesitan de nadie más que del sol, y ellos mismos se mueven buscándolo. Para él eres una rosa, pero Rachel, ambos sabemos que tú eres un girasol. El más lindo de todos. Y por más perfecto que Dylan parezca, no te conoce ni la décima parte de lo que yo te conozco. Puede que lo intente, pero no lo logrará, no es un examen, sino una conexión, y para eso no hay conocimiento que sirva.

Luke Hamilton xx.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022