Caía, me raspaba las rodillas, estuve a punto de arrollar a personas e incluso me estrellé contra un árbol, y pese a llevar casco, obtuve una contusión cerebral. Papá me animaba a continuar, hasta que una tarde le confesé con lágrimas en los ojos que me aterraba la idea de hacerlo. Aquella sensación estando sentada tratando de no perder el equilibrio mientras obligatoriamente debes conducir hacia una dirección, y no olvidemos lo importante que es vigilar que vayamos a lastimar a alguien en el camino. Eran demasiadas cosas que debía hacer al mismo tiempo.
Y era muy frustrante, ver como algo que para todos era sencillo, a mí me costaba el triple, y sin importar el esfuerzo que pusiera, no podía. Mi padre pareció comprenderme, y recuerdo que dijo que cada persona tiene un proceso distinto para la vida, quizá el momento en el que pueda andar en bici sea más adelante, y eso estaba bien. Él siempre fue muy comprensivo conmigo.
Me hace tanta falta un poco de esa comprensión en estos momentos. Ahora mismo me siento exactamente como cuando estaba aprendiendo a ir en bici: perdida, a la deriva y muy desconcertada. Con constante temor de que todo se vaya al diablo, asustada de lastimar a otros, o a mí misma. A punto de perder el control, y sin saber exactamente a dónde ir.
Era incluso irónico, como el desastre en el que se había convertido mi vida calzaba a la perfección con mi experiencia manejando bici. Y cada vez la situación era peor. Había subido a un carrusel del cual no podía bajar.
Hablaba un promedio de diez minutos diarios con Dylan, básicamente sobre el trabajo, la universidad y lo bien que le iba en su viaje; Matt y yo por suerte pudimos tener una conversación más fluida tras meses de escuchar mensajes de voz; aunque el motivo no era el mejor de todos: Luke Hamilton.
Sí, mi fuerza de voluntad decidió irse de vacaciones junto a mi dignidad sin fecha aparente de retorno, pues las conversaciones entre nosotros eran cada vez más frecuentes, al punto de convertirse en parte nueva de mi rutina diaria: desde un simple "buenos días", contar cada cosa que sucedía, enviar fotos de nuestros almuerzos, canciones antes de dormir... era como si el tiempo se hubiera detenido y otra vez tenía dieciséis años.
Olvidaba lo sencillo que era todo con Luke, mi cerebro se había encargado de eliminar muchos de los buenos recuerdos, dejando exclusivamente la amargura y dolor... Escribí un maldito libro sobre nosotros, pero olvidé lo feliz que fui junto a él alguna vez. En apenas unas pocas semanas este chico logró introducirse en mi mente sin el menor inconveniente.
Matt cree que se debe a la ausencia de Dylan, sumado al repentino zumo de decepciones en el que se estaba convirtiendo mi vida, y Luke representaba a mi pasado, a aquellos momentos en los que me sentía contenta, cuando tenía tantas expectativas altas sobre mi vida adulta, y soñaba con salir de Ryalville. Puede que no signifique que todavía estoy enamorada de él, simplemente mi mente lo asocia con recuerdos felices y un pasado que supera por mucho al presente.
Cada vez sentía más culpa, pues de alguna forma le estaba siendo infiel a Dylan, al menos mi cerebro lo interpreta de esa manera, si no fuese algo malo no tendría que hacerlo a escondidas, y mucho menos tendría esa opresión en el pecho aquellos diez minutos diarios en los que hablamos, y le miento cínicamente diciéndole que todo está bien.
Y fue en ese preciso instante, donde mi torre de naipes tambaleó y se desplomó sobre el suelo.
Parecía ser un día como cualquier otro, en el que cumplo la misma rutina que odio con mi vida, pero me veo en la obligación de continuar para costear mis cosas, viva la adultez.
Otra vez Matthy me lo advirtió, y otra vez lo ignoré.
-Sabes que no te juzgaré Rachel, eres probablemente la persona más importante en mi vida, y es por ello que debo decírtelo las veces que sean necesarias: deja a Luke en el pasado. Su presencia sólo te trae problemas y un sinfín de situaciones que atentan contra tu estabilidad mental. Vales mucho, alma gemela.
¿Lo peor de todo? Que yo misma lo sabía, mantener a Luke en mi vida era como si un adicto guardase una bolsa de cocaína en su baño: puede tener toda la intención de cambiar, poner fuerza de voluntad en no recaer, pero, tarde o temprano, vuelve a consumir, al fin y al cabo es un adicto, y la abstinencia es dura. Era consciente de que él acabaría por hundir mi vida, y parecía dispuesto a dejarlo.
L: ¿Ocurre algo? Te noto un poco extraña ahora. - Enviado a las 9:20.
R: Sólo pensaba... - Enviado a las 9:21.
L: ¿Sobre el reencuentro? Igual yo, será emocionante verte después de tanto tiempo, Ray. - Enviado a las 9:22.
Luke odia Ryalville, los reencuentros y sabe al igual que yo que no podemos volver.
R: ¿Acaso estás loco? No iré ni de coña.- Enviado a las 9:22.
L: ¿Por qué no? ¿Dylan tiene miedo de que nos veamos? .- Enviado a las 9:22.
R: No, claro que no, pensaba en algo más... - Enviado a las 9:23.
L: ¿Crees que no debamos continuar conversando? No estamos haciendo nada malo. - Enviado a las 9:23.
R: Sabes que sí, Luke. - Enviado a las 9:23.
L: ¿Desde cuándo te importa si lo que haces es bueno o malo, Rachel? Ambos sabemos de lo que eres capaz. - Enviado a las 9:24.
¿Qué demonios le ocurre?
R: Cometí errores en el pasado, pero tú también, Luke. - Enviado a las 9:25.
Silencio sepulcral. ¿Desde cuándo Luke planea hacerse el moralista conmigo? No tiene ninguna autoridad para hablarme de esa forma, además, todo ese repentino entusiasmo por el reencuentro es todavía aún más raro. Es como si...
Esta persona no es Luke, y probablemente nunca lo ha sido.
Jadeo asustada por mi hipótesis, si en verdad no es Luke ¿con quién he estado conversando en todo este tiempo? ¿Cómo es que sabe tantas cosas? No puedo quedarme con la duda. Ruego a Dios para que se trate de alguna nueva novia de turno celosa, o alguna clase de broma retorcida.
R: Tú no eres Luke. Dime ¿qué es lo que quieres? - Enviado a las 10:17.
L: Ya estabas tardando en darte cuenta, Rachel. - Enviado a las 10:19.
Mis manos temblaron al leer aquel mensaje, ¿cómo no me di cuenta antes? Estaba tan ensimismada viviendo del pasado, que dejé pasar señales: es imposible que Luke y yo podamos hablar bien por tanto tiempo, creí que ahora que el tiempo pasó quizá podría cambiar, pero las personas no cambian, y menos las personas como Luke. O como yo.
R: ¿Quién eres y qué es lo que buscas? - Enviado a las 10:25.
L: Simple: necesito que confirmes tu asistencia al reencuentro de cinco años de graduación de Ryalville. Nadie puede huir para siempre. ¿No lo crees? - Enviado a las 10:30.
R: No tengo idea de quién eres, pero te diré dos cosas: Uno, no pienso volver, y dos, no me asustas en lo absoluto, no eres más que un cobarde. - Enviado a las 10:30.
L: ¿Eso crees? Oh, déjame presentarme, dime Pandora, porque estoy a punto de abrir la caja de secretos que eres, Rachel Stone, así que, si sabes lo que es bueno, te recomiendo que aceptes esta invitación de una buena vez. - Enviado a las 10:40.
R: Pierdes tu tiempo, estimada Pandora, no eres la primera persona que intenta intimidarme con amenazas baratas. Espera sentada mi confirmación al reencuentro.- Enviado a las 10:42.
L: ¿Es tu última palabra? Bien, pero no digas que no te lo advertí. - Enviado a las 10:45.
Aviento con furia mi teléfono a la cama, estoy tan abrumada, ¿cómo pude ser tan tonta en pensar que era Luke? ¿cómo no me di cuenta de que no era mi ex novio? ¿Quién es aquella persona que sabe tantas cosas sobre mí? Debo reconocer que es un tanto aterrador, pero más que miedo, tengo decepción, otra vez caí por Luke. No dejaré que un anónimo arruine mi tranquilidad, lo más seguro es que se trate de una broma de mal gusto.
Eligieron a la persona equivocada. No me dejaré intimidar por alguien que ni siquiera es capaz de dar su verdadero nombre.
...
Gimo de dolor después de morder mi uña, sin darme cuenta he jalado tan fuerte que me ha quedado más pequeña de lo usual, dejando libre un poco de piel, acompañada de una cierta cantidad de sangre.
Esta persona me está amenazando, y sé que puede ser una broma, pero son muchas coincidencias: tiene el número de Luke, habla como Luke, pero no es Luke. ¿Debería llamarlo para contarle lo sucedido? Si en verdad esta tal Pandora conoce todo sobre mí estoy jodida, y Luke también.
¿Y si él también es parte de esto? Quizá planea culparme de todo...
No puedo ir a la policía ni mucho menos poner una denuncia, todas mis hipótesis están basadas en hechos no constatables.
Sé que dije que no me afectaría el tema, sin embargo, mis nervios están a flor de piel, me sobresalto de cualquier cosa, no soy capaz de atender a las clases como es debido... Otra vez vuelvo a caer. Mi vida parece un camino sinuoso, en el cual debes tener cuidado siempre, porque de descuidarte tropiezas, caes, y no sabes el daño que ocasionará en tu cuerpo, o ¿quién sabe? A los demás.
- ¿Señorita Stone? - dice el profesor Stevens indicando que me acerque para conversar, y no parece nada feliz. ¿Señorita Stone? Nunca me dice así...
- ¿Ocurre algo, profesor Stevens? - pregunto confundida.
- Lamentablemente sí Rachel, y es algo serio - respondió entregándome una carta - es de la oficina de Ética de la universidad. Presenté tu trabajo para que vean que estabas volviendo, pero detectaron que esa historia no es tuya.
- Eso no es cierto - digo con desesperación.
- Rachel, tu historia fue publicada en un blog hace aproximadamente cinco años. - contesta con seguridad, y una pizca de decepción. Es imposible, era una historia íntima, Luke y yo hicimos la promesa de nunca publicarlo sin el consentimiento del otro, pero el idiota con el que hablaste no es Luke, tonta.
- Pero igual es mío, lo escribí años atrás con mi novio, bueno, ex novio, quizá no es nuevo, aunque no por ello es plagio, salió de mi cerebro. - explico con la única intención de que Stevens crea en mi palabra, el comité de Ética de la universidad son palabras mayores, y necesito un aliado que esté a mi favor.
- Está registrado a nombre de un alias Pandora. Rachel, es algo serio, te están acusando de plagio, y me enviaron a notificarte que quedarás suspendida de la universidad hasta nuevo aviso. Evaluarán durante esta semana tu estadía en Brown.
Pandora. No puedo creer que esta persona me haya metido en semejante problema por una estupidez...
O puede que lo sepa todo.
Una acusación de plagio es algo serio, en la universidad es algo todavía más grave, pero, ¿un plagio en la Universidad de Brown, dentro del programa de escritura creativa? Es sinónimo de un crimen. No tengo idea de cómo Pandora obtuvo la historia, pero acaba de arruinar mi vida.
Esa historia era mía, y las modificaciones que hice la pulieron, convirtiéndola en un escrito con alto potencial, el mismo Stevens lo dijo. Lo más probable es que sea expulsada de Brown, y ningún otro centro de estudios querrá recibirme si se enteran del plagio.
Pandora va en serio. Y si esto es sólo el comienzo, estoy acabada.
-Hola soy Matt, en este momento estoy ocupado haciendo deberes a última hora o viendo porno, deja tu mensaje y te llamaré...
-Matt... estoy en problemas y no sé qué hacer - digo sorbiendo mis lágrimas - disculpa si me escuchas llorar, no estoy triste, siento rabia, estoy muy enojada porque soy tan estúpida, y todo me sale mal porque soy una terrible persona... Creo que me echarán de Brown, Matthy, y no tengo un plan b, ¿qué estoy haciendo con mi vida, Matt? Todo está mal, alguien me está amenazando y quiere que vuelva a Ryalville, tú mejor que nadie sabe las razones por las que no puedo regresar, pero estoy jodida Matt, necesito escucharte... Por favor, apenas escuches esto, no importa la hora, llámame.
X: Te lo advertí - Enviado a las 11:05.
X: Guerra avisada no mata gente, como dice el dicho. - Enviado a las 11:05.
X: Y esto es apenas el comienzo Rachel, dime cariño ¿todavía seguirás diciendo que no? Eres inteligente, y sabes perfectamente que el tema del plagio es lo menos relevante ahora. La punta del iceberg se descubre. - Enviado 11:10.
R: Tú ganas, iré.