Esposa de un hombre cruel
img img Esposa de un hombre cruel img Capítulo 3 3
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Capítulo 6 6 img
Capítulo 7 7 img
Capítulo 8 8 img
Capítulo 9 9 img
Capítulo 10 10 img
Capítulo 11 Once. img
Capítulo 12 Doce img
Capítulo 13 Trece img
Capítulo 14 Catorce img
Capítulo 15 Quince img
Capítulo 16 Dieciséis img
Capítulo 17 Diecisiete img
Capítulo 18 Dieciocho img
Capítulo 19 Diecinueve img
Capítulo 20 Veinte img
Capítulo 21 (⁠•⁠‿⁠•⁠) img
Capítulo 22 (⁠・⁠∀⁠・⁠) img
Capítulo 23 ◉⁠‿⁠◉ img
Capítulo 24 。⁠◕⁠‿⁠◕⁠。 img
Capítulo 25 (⁠.⁠ ⁠❛⁠ ⁠ᴗ⁠ ⁠❛⁠.⁠) img
Capítulo 26 (⁠θ⁠‿⁠θ⁠) img
Capítulo 27 ʘ⁠‿⁠ʘ img
Capítulo 28 (⁠✷⁠‿⁠✷⁠) img
Capítulo 29 (⁠◔⁠‿⁠◔⁠) img
Capítulo 30 (⁠◕⁠ᴗ⁠◕⁠✿⁠) img
Capítulo 31 (⁠ʘ⁠ᴗ⁠ʘ⁠✿⁠) img
Capítulo 32 (⁠人⁠ ⁠•͈⁠ᴗ⁠•͈⁠) img
Capítulo 33 (⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠) img
Capítulo 34 (⁠ ⁠╹⁠▽⁠╹⁠ ⁠) img
Capítulo 35 (⁠≧⁠▽⁠≦⁠) img
Capítulo 36 (⁠☆⁠▽⁠☆⁠) img
Capítulo 37 (⁠✯⁠ᴗ⁠✯⁠) img
Capítulo 38 ಡ⁠ ͜⁠ ⁠ʖ⁠ ⁠ಡ img
Capítulo 39 (⁠ㆁ⁠ω⁠ㆁ⁠) img
Capítulo 40 <⁠(⁠ ̄⁠︶⁠ ̄⁠)⁠> img
Capítulo 41 (⁠*⁠´⁠ω⁠`⁠*⁠) img
Capítulo 42 (⁠ ⁠ꈍ⁠ᴗ⁠ꈍ⁠) img
Capítulo 43 (⁠✿⁠^⁠‿⁠^⁠) img
Capítulo 44 ^⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠_⁠^ img
Capítulo 45 (⁠◡⁠ ⁠ω⁠ ⁠◡⁠) img
Capítulo 46 (⁠ ⁠´⁠◡⁠‿⁠ゝ⁠◡⁠`⁠) img
Capítulo 47 (⁠。⁠•̀⁠ᴗ⁠-⁠)⁠✧ img
Capítulo 48 (⁠◠⁠‿⁠◕⁠) img
Capítulo 49 (⁠◠⁠‿⁠・⁠)⁠-⁠☆ img
Capítulo 50 ✧⁠◝⁠(⁠⁰⁠▿⁠⁰⁠)⁠◜⁠✧ img
Capítulo 51 (⁠●⁠♡⁠∀⁠♡⁠) img
Capítulo 52 (⁠๑⁠♡⁠⌓⁠♡⁠๑⁠) img
Capítulo 53 (⁠。⁠♡⁠‿⁠♡⁠。⁠) img
Capítulo 54 (⁠✿⁠ ⁠♡⁠‿⁠♡⁠) img
Capítulo 55 (⁠◍⁠•⁠ᴗ⁠•⁠◍⁠)⁠❤ img
Capítulo 56 (⁠ ⁠◜⁠‿⁠◝⁠ ⁠)⁠♡ img
Capítulo 57 (⁠。⁠・⁠ω⁠・⁠。⁠)⁠ノ⁠♡ img
Capítulo 58 (⁠•⁠ө⁠•⁠)⁠♡ img
Capítulo 59 (⁠♡⁠ω⁠♡⁠ ⁠)⁠ ⁠~⁠♪ img
Capítulo 60 ꒰⁠⑅⁠ᵕ⁠༚⁠ᵕ⁠꒱⁠˖⁠♡ img
Capítulo 61 ♡⁠˖⁠꒰⁠ᵕ⁠༚⁠ᵕ⁠⑅⁠꒱ img
Capítulo 62 ♡⁠(⁠Ӧ⁠v⁠Ӧ⁠。⁠) img
Capítulo 63 ෆ⁠╹⁠ ⁠.̮⁠ ⁠╹⁠ෆ img
Capítulo 64 (⁠´⁠∩⁠。⁠•⁠ ⁠ᵕ⁠ ⁠•⁠。⁠∩⁠`⁠) img
Capítulo 65 ♡⁠(⁠>⁠ ⁠ਊ⁠ ⁠<⁠)⁠♡ img
Capítulo 66 ♥⁠╣⁠[⁠-⁠_⁠-⁠]⁠╠⁠♥ img
Capítulo 67 (⁠灬⁠º⁠‿⁠º⁠灬⁠)⁠♡ img
Capítulo 68 (⁠。⁠・⁠ ⁠ ⁠ε⁠ ⁠ ⁠・⁠。⁠) img
Capítulo 69 (⁠´⁠ε⁠`⁠ ⁠) img
Capítulo 70 (⁠〃゚⁠3゚⁠〃⁠) img
Capítulo 71 (⁠ ⁠˘⁠ ⁠³⁠˘⁠)⁠♥ img
Capítulo 72 (⁠~⁠ ̄⁠³⁠ ̄⁠)⁠~ img
Capítulo 73 (⁠◕⁠દ⁠◕⁠) img
Capítulo 74 (⁠ʃ⁠ƪ⁠^⁠3⁠^⁠) img
Capítulo 75 (⁠*⁠^⁠3⁠^⁠)⁠ ⁠~⁠♡ img
Capítulo 76 (⁠っ⁠˘⁠з⁠(⁠˘⁠⌣⁠˘⁠ ⁠) img
Capítulo 77 (⁠●⁠'⁠3⁠)⁠♡⁠(⁠ε⁠`⁠●⁠) img
Capítulo 78 (⁠ ⁠^⁠-⁠^⁠(⁠^⁠ ⁠^⁠*⁠)⁠ img
Capítulo 79 (⁠ ⁠˶⁠ ⁠❛⁠ ⁠ꁞ⁠ ⁠❛⁠ ⁠˶⁠ ⁠) img
Capítulo 80 (⁠*⁠˘⁠︶⁠˘⁠*⁠)⁠.⁠。⁠*⁠♡ img
Capítulo 81 ⊂⁠(⁠(⁠・⁠▽⁠・⁠)⁠)⁠⊃ img
Capítulo 82 EPÍLOGO. img
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Capítulo 3 3

-Nunca más vuelvas a nombrar a Maite en esta casa y en ningún otro lugar -al soltarla la mujer se quedó tosiendo, y comprendió cuánto odio sentía Marcos por Maite.

Sonrió sin que él lo notara, pidió disculpas aunque no sabía que había sucedido. Después de eso Marcos se desplomó cayendo sobre el mueble, estaba exhausto de tantos tragos.

Emma pidió ayuda a las empleadas para que suban a Marcos a su habitación. Estaba pesado como una piedra, entre todas lo pudieron llevar, lo recostaron en su cama y salieron. Quedándose Emma dentro se sentó a un costado de Marcos, lo miraba y suspiraba. Empezó acariciándolo, besando su cuello y desbrochó su camisa, tocó sus firmes músculos, se arrimó a él y al excitarse bajó su mano hasta el miembro de Marcos. Al darse cuenta de que éste no estaba nada excitado enfureció y más cuando en su borrachera nombró a Maite.

Maldijo a Maite en sus adentros, apretó los puños con fuerzas. Esa mujer se había metido en el corazón de Marcos y al parecer no había salido con todo lo que hizo. ¡O, bueno, lo que ella hizo para que creyeran que Maite fue! Salió furiosa de la habitación, dejando a Marcos como estaba.

Al día siguiente él despertó con una resaca, encontró su camisa desbotonada, no le dio importancia y se metió a la ducha. Tenía un olor desagradable y un rostro como si no hubiera dormido por años.

Al bajar encontró a Emma en el comedor, su estómago se relajó al ver la comida que estaba sobre la mesa, dio la vuelta y salió sin saludar a Emma.

Cuando Emma quiso decir algo Marcos dio la vuelta y se marchó, apretando los puños se dejó caer en la silla. Perdida en sus pensamientos se preguntaba: ¿cómo iba hacer para enamorarlo? El hombre si ni siquiera la volteaba a ver.

Ese día Marcos se dirigió al hospital, luego iría a prisión, aquel día Maite iba a ser juzgada. La prensa estaba que ardía, la boda anunciada por el hombre más importante de la ciudad había sido cancelada. Una sola llamada de Marcos hizo que todos los de la prensa pararan de publicar cosas de él, las televisoras no dieron noticias acerca de los hechos. Todos los fans de Marcos Heredia querían saber por qué ya no se casaría con la hermosa Maite.

-Maite Ferri, tienes que llamar a un abogado -dijo el oficial, ella tenía los ojos hinchados e irritados; había llorado toda la noche.

Regresando de sus pensamientos perdidos preguntó con su vos débil:

-¿Acaso en este país no hay abogados de defensoría pública?

-¡Sí, lo hay! -dijo el oficial- Pe... pero... -pausó, tragó grueso y continuó- Nadie quiere enfrentarse al señor Heredia, así que el teléfono le espera para que llame a alguien del extranjero. Su juicio es en la tarde.

Ella sintió un nudo en su garganta, pero a paso vacilante se dirigió al teléfono pensando en quién llamar. Llamaría a sus amigos de París, pero ¿a quién? Todos eran universitarios. Llamó a Emma pero ésta no respondió.

Recuerdos se vinieron a la mente de Maite, Emma había estado esa noche, ella podría saber qué pasó en realidad.

Volvió a llamarla y esta vez si respondió.

-¿Em? Soy Maite -dicho esto la mujer del otro lado del teléfono se quedó en silencio-. ¿Em, estas ahí? -preguntó Maite.

-¡Si! Aquí estoy -respondió Emma.

-Tienes que ayudarme -su voz era de tristeza, sentía una gran impotencia, además de que estaba perdida sin saber qué ocurrió-. ¡Estoy en prisión!

-Sí, ya lo sé -respondió la mujer del otro lado del teléfono-. ¿Cómo pudiste hacerle eso a Marcos? ¡Eres una zorra! No quiero volver a saber de ti nunca más -dichas esas palabras Emma cortó la llamada.

Maite se dejó caer sobre el asiento que estaba cerca del teléfono, ni su amiga quería ayudarla. Sintió como sus ojos se llenaron de lágrimas, quería gritar, pero suspiró y ahogo el grito en su garganta.

Estaba Marcos en el hospital viendo el cuerpo de su abuela tendido en esa cama sin poder moverse, ni siquiera abrir los ojos. Por un instante recordó a Maite y su cara de tristeza se llenó de rabia y odio, esa mujer había destruido su vida su familia, cómo fue tan tonto en querer formar una vida con ella.

Después de visitar a su abuela se dirigió al juzgado, el juicio de Maite estaba por empezar, él jamás permitiría que quedara libre de toda culpa, era imposible, las pruebas mostraban que Maite era una asesina y traicionera.

Llegó y se sentó a la espera que empiece, con el ceño fruncido miró con desdén cómo traían esposada a Maite. Sus miradas se cruzaron, él le lanzó una mirada de desprecio mientras la mirada de Maite era temerosa.

Se sentó en el lugar de juzgamiento y al no ver un abogado a su lado, rio con disgusto.

-¡Increíble que en este país me juzguen sin abogado! -lo dijo en voz alta que todos escucharon.

-Silencio -dijo el Juez-. ¡No tiene derecho a hablar aún! -el abogado de Marcos mostró todas las pruebas encontradas, más que el video había un arma que contenía las huellas de Maite, incluso el bastón con el que fue atacada Elisa tenía sus huellas.

-¡Qué hable la acusada!- Dijo el juez. Por un momento Maite se quedó en silencio, segundos después respondió -¡Soy inocente! ¡necesito un abogado!-, su voz se quebró y de sus ojos descendieron ríos de lágrimas que corrían por sus mejillas. Escuchadas las palabras de Maite, nadie en la sala dijo nada, solo la mirada oscura de Marcos se direccionó a ella.

El juez observó al hombre de rostro amargado, y con firmeza llevó la mano al martillo y vociferó -Mostrada todas las pruebas de la parte acusada, se encuentra la culpabilidad de Maite Ferri y se condena a 60 años de prisión-. Satisfecho Marcos se levantó de la sala de juzgado y procedió a Salir.

Con sus ojos llenos de lágrimas y la voz agónica, Maite gritó -Un día te arrepentirás de lo que has hecho, te juro Marcos Heredia, que el día que te des cuenta que soy inocente y vengas arrepentido te aborreceré.

Al escucharla, Marcos se detuvo en seco y dio grandes pasos para acercarse a ella. Todos los ahí presentes miraron con temor a Marcos, puesto que era un hombre sin escrúpulos, no le importaba herir ni lastimar a quién fuera que se metiera con su familia. Una vez que se paró frente a ella, esperaba verla temer, no obstante, a pesar de que Maite mantenía los ojos llenos de lágrimas, no bajó la mirada.

-¿Me estás amenazando?- Preguntó con desdén, y dada una sonrisa de dicha dijo -¿Acaso no escuchaste al juez? Pasarás 60 años en prisión por asesina y lastimar a mi abuela y todavía tienes la osadía de decir que me aborrecerás-. Marcos crujió los dientes y presionando el rostro de Maite Masculló -No creo que me aborrezcas más que yo, te desprecio y maldigo el día en que te conocí, escucha bien niña tonta, saldrás cuando tengas 80 años y eso sí es que lo permito porque si mi abuela muere. La horca te espera.

Maite sentía su corazón amilanarse, miraba con asombro al hombre de rostro perfecto delante de ella, ¿acaso ese era el hombre del que ella se había enamorado? ¡No! No podía ser él. Por supuesto que no, el Marcos que tenía enfrente a ella era despreciable y arrogante, déspota y vengativo, era tan diferente a su Marcos. El hombre noble, bondadoso, cariñoso que conoció ¿A dónde había ido su Marcos? Porque el que estaba delante de ella era otro, definitivamente se lo habían cambiado.

Con un nudo saturado en la garganta sollozó.

-Te amé como nunca había amado a nadie, me entregué a ti por amor porque creí en tus palabras de amor ¿Y así me pagas?- Ríos de lágrimas rodaban por sus mejillas.

Sonriendo de medio lado Marcos replicó.

-No te obligué, tu quisiste, así que no vengas hacerte la víctima, porque tus lágrimas no me convencen. ¿O será acaso que quieres que pague por tus servicios?- Terminada esas palabras Maite golpeó con su rodilla la hombría de Marcos.

-Cobarde ¡Qué decepción! Te creí un verdadero hombre, pero ya veo que eres un completo cabron. Si Elisa escuchará estoy segura que se avergonzaría de ti.

Terminado de hablar, Maite se dirigió por el mismo lugar donde la sacaron.

-Alto ahí-, gritó Marcos enfurecido, sus ojos negros mostraban una mirada oscura llena de odio y venganza. Una vez que se recuperó del golpe, se acercó a Maite violentamente y la arrastró hasta él.

-Pagarás por esto. Abre la puerta- dijo al oficial, agarrando a Maite y jalándole a un rincón de un espacio cerrado, le arrancó su overol de prisionera y ardiendo en deseos, Marcos la arrimó a la pared.

-Suéltame-, suplico ella con un dolor infinito en el pecho. No obstante, Marcos parecía no escuchar razones, estaba segado por el odio y la ira, deseaba cobrarle a Maite su traición y lo sucedido a su abuela, que vaya a prisión no le era suficiente, el quería verla llorar y suplicar, y aunque lo hacía, no la escuchaba.

            
            

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