Adam revive mentalmente aquel momento, él debía reunirse con uno de sus socios Richard Morgan, aquella reunión era importante para él, finalmente podría crear su propia empresa. A pesar de que su abuelo le había ofrecido encargarse del emporio Thompson, él siempre prefirió buscar independizarse. Por una inesperada razón, su nuevo socio Mr. Morgan nunca llegó a la cita. Adam esperó por una hora, mas aquello le daba mucho coraje, él siempre ha sido puntual y responsable ¿Cómo iba a querer tener como socio a alguien tan irresponsable?.
Salió del restaurante y subió a su Aston Martin Vintage color plata. Condujo por la carretera, de regreso a la ciudad. De pronto, vio una cantidad de personas en plena via. Miró con curiosidad para ver lo que ocurría. Quedó sorprendido al ver el auto a unos dos metros, las personas eran incapaz de acercarse para ayudar a las víctimas de aquel terrible accidente. Aparcó el auto al lado de la carretera, se quitó la corbata y el blazer. Cruzó al otro lado.
El morbo de los espectadores era tal, que solo se acercaban para tomar las fotos y grabar en vvideo con sus móviles 4G aquel aparatoso accidente. Se abrió espacio entre la multitud, bajó rápidamente, por lo inclinado de aquella pendiente intentó hacer peso hacia atrás para no caerse. Finalmente se acercó al auto de cuya parte delantera un hilo de humo se elevaba. Aquel auto iba a explotar, se agachó y vio la mano de una mujer, la tomó para saber si estaba viva, no tenía pulso. Pudo ver el rostro ensangrentado del piloto, seguramente también había muerto. Escuchó entonces un quejido en la parte de atrás del auto, se asomó y vio a una chica. El auto comenzaba a tomar fuego. Los espectadores solo gritaban:
-Aléjese, el auto va a estallar.
-¡Déjelos están muertos!
Mas Adam, no podía irse y dejar a aquella chica morir de una forma tan cruel, partió el vidrio de una patada, metió la mano, logró sujetarla de una pierna, la arrastró fuera del auto, ella estaba inconsciente. Él la levantó, la tomó entre sus brazos y corrió lo más rápido que pudo para evitar ser atingido por la explosión.
La puso en mitad de la pendiente y la protegió con su cuerpo.
El resplandor de las llamas estuvo tan cerca que por poco su ropa arde en llamas.
Cuando despertó, ambos estaban en el hospital, una cama al lado de la otra. Ella comenzó a reaccionar pero solo preguntaba por su padre y su madre.
-Mamá ¿Dónde estás, mamá? Papá no te mueras -las lágrimas se deslizan por sus mejillas.
Adam se levantó, la tomó de la mano, era una mujer hermosa, sus ojos color miel, sus labios carnosos y su nariz puntiaguda, una cabellera oscura y frondosa enmarcaba aquel rostro casi perfecto de no ser por la pequeña herida en el mentón.
-Lo siento. Ellos...-no terminó la frase cuando el médico lo detuvo y le ordenó volver a su cama.
-Regrese a su cama, no se acerque a la paciente. Está en shock y no es recomendable que usted la confunda más.
El enfermero la subió a la camilla y la sacó del área de emergencia.
Adam se puso de pie nuevamente y salió del hospital sin esperar ser chequeado. Después de ese momento, no volvió a saber de ella. Continuamente buscaba en los periódicos locales y digitales cualquier información que le permitiera encontrar a la hermosa mujer de cabello oscuro. Luego de insistir durante seis meses, desistió de sus búsqueda. Quizás era mejor no encontrarla. Adam nunca había sentido algo tan especial por ninguna mujer, excepto por Irene Bertollini, su actual novia. Aún así no lograba olvidarse de la chica del accidente, ni sacarla de su cabeza un instante.
-¿En que piensas mi amor? -le pregunta la sensual rubia.
-En nada, en algunos pendientes del trabajo.
-Tienes meses en eso, la verdad que ya me está entrando la duda; no sé si realmente es en tu trabajo o si es en alguna mujer que piensas.
-No comiences con lo mismo, Irene. No soy hombre de estar con dos mujeres a la vez. Si estoy contigo, es contigo.
Se levanta enojado de la cama, se pone el pantalón y la camisa, sale del apartamento de su novia, rumbo a su oficina.
Minutos después llega a su oficina, Jeff su amigo de la universidad y CFO de la empresa, lo recibe con un apretón de mano.
-Epale mi hermano ¿Te pasa algo? Traes una cara.
-¿Qué te puedo decir? Es Irene, me tiene harto con sus celos y dudas.
-¿Pero tiene razón, no?
-No, no la tiene. Yo no estuve con la chica del accidente, una cosa es que no logre sacarla de mi cabeza y otra es que engañe a Irene.
-No mentirás en pensamiento, obra y omisión dice la biblia.
-De cuando acá, tú dándome sermones. Si eres de lo peor.
-Hey! Por qué tanta agresividad hermano. Yo solo disfruto de mi soltería. De paso tengo una amiga que conocí días atrás y me está invitando para una reunión, creo que una amiga de ella está de cumpleaños. ¿Me acompañas?
-No sé, no quiero problemas con Irene, tampoco tengo muchas ganas.
-Vamos, no seas tan mala onda. La amiguita llegó de Francia, ya sabes que las mujeres de allá son super liberales.
-Está bien. Iré pero con una condición.
-¿A ver, cuál?
-Me ayudes con unos documentos que debo dejar listos para lo de mi nueva empresa.
-De verdad vas a dejar todo esto -abre los brazos y le muestra la elegante oficina- para irte a una casita remodelada, tipo empresa.
-No me importa ser CEO de la empresa de mi abuelo, por lo menos esa casita remodelada será de mi propiedad y en un futuro no muy lejano, una empresa como esta. Por cierto, ¿no me ha llamado mi socio?
-La asistente fue la que llamó para preguntar cómo iba lo de la inauguración.
-Creo que de aquí a seis meses, todo esté listo.
-Ok, vamos a trabajar, porque esta noche quiero divertirme en grande. ¡Esa morenota tiene que ser mía, esta noche! -frota sus manos.
Luego de terminar de orden los documentos, los dos amigos salen de la oficina cada uno en su auto. Llegan al bar, el lugar está lleno; además de la poca luz, es difícil para Jeff encontrar a su amiga. Él levanta la cabeza y mira por encima tratando de localizar a Alexa.
-Allá está. Vamos. - Se acercan a la chica rubia y la morena sentadas de espaldas en la barra. Se detienen detrás de ellas y Adam siente un extraño escalofrío recorrerle la espalda.