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Calle abajo. Un Paraje inesperado. Las fachadas parecen haber perdido su color. A lo mejor el tiempo ha contribuido para que se vea de esa forma. Es una gran ciudad el lugar en donde se encuentra Gabito y sus amigos.
Son los mismos de antes es cierto, pero el clima pareciera hacer ver de distinta manera sus rostros. Y era Luisito seguidamente de sus otras amistades.
En sus palmitos y en sus vestimentas se les puede ver que son unos verdaderos peregrinos. No se sabe por qué los nubarrones siempre se colocan en el norte del cielo. Lo cierto es que se está encapotando cada vez más el lugar. La avenida por donde pasan rápidamente los vehículos es inmensa.
Hay muchos capitolios también. En nada se compara esas habitaciones con las del más arriba.
Cualquiera lo hubiera dado por sentado que esta ciudad casi distópica que real en sí debe existir en alguna parte de la Tierra.
El frío es intenso. Aquí ni los abrigos abrigan.
Tienen que poner en marcha las calefacciones, pues si no en unos cuantos escasos días, los rostros se quemarán y los labios se partirán.
Marlo está más huidizo y tristísimo que nunca. Luisito a como dé lugar está tratando de avesarse a esto
En cambio Leo sonríe como si estuviera en una selva tropical. Al ver a García tan contento, sus amistades han quedado en una pavidez incontrolable. Lo que no saben ellos es que García ha estado fogueado a estas inclemencias del clima.
Gabito al verles que están sentados afuer trepidando del frío a sus amistades, les hace entrar a su departamento inteligente.
Era mes de abril para que pasase esto. Las 20 horas llega sin tener casi nada que ofrecer. Acá todo parece ser triste como el clima.
Como si fuera poco una estrepitosa lluvia acompaña a la lobreguez de la noche. Por los focos del alumbrado de afuera las gotas de lluvia caen precipitadamente. Si no fueran por esa especie de esponja que tienen las calles y avenidas, el agua estuviera enmposado ya.
Quizás los animales pequeños ya fuesen nadando, otro siendo llevados por el agua a su otro destino. Eso no pasa y no tiene por qué pasar. Hay un filtrador que lleva el agua a los desagües.
Deberian haber ascendido hasta el quinto, pero esta vez los errores son constantes. Luisito y Compañía tan solo lograron subir al tercer piso y sin hacer caso entraron a un departamento que tenía la puerta abierta.
Cuando entraron la inocencia de Leo se perdió por completo. Pues vieron como un abogado junto a su amigo estaban copulando como una quinceañera. Más nada, estaban haciendo un " trio", de temer.
No se sabe cómo la chica cayó a sus manos.
Gabito creyó que fue por dinero.
Luisito indicó que a lo mejor le ilusionaron a la nenita.
Marlo porque aquellos a lo mejor tenían buena pasta.
No pensó en nada y prefirió callarse.
Por ahora el último estaba carente de significado práctico.
Cuando los dos que estaban llevando a cabo sus deseos, vieron a los jóvenes que entraban y se quedaban mirándoles, no les quedó hacer otra cosa más que sonreír.
De resueltas que para ellos les era incómodo que le siguieran viéndolos.
El abogado con un gesto despectivo les pidió que se largasen. No era bueno eñ concepto de despedida, pero para impedir más incordios, ellos fueron al departamento del quinto piso que les esperaba para darles un buen recibimiento. Unos llegaron con los rostros sonrientes, otros con un tono más calmado que de costumbre.
Ya bien acomodados en los sofás correspondientes y con una pantalla muy grande al frente de ellos, la sala se prestaba para recibir a sus ocupantes que conversen a grado sumo.
- Y yo te digo Luisito que la nena de abajo estaba más buena que la del centro recreacional, sostuvo Marlo.
A lo cual el imputado y nombrado murmuró a buen talle: Sí pero qué que hiciéramos tampoco iba a soportar ella para hacer un cuarteto o un Quinteto.
A ello Gabito se adelantó a intervenir: Puede que sí Viña. A aquella morrita la conozco como si lo hubiera follad* más de cien veces.
Fiel a su Estilo García tan solo escuchaba.
Con un tono encantador Marlo aseguró: No sé por qué seguimos hablando de calenturas muchachos sí en este frío no está ni para pensar en nenas albas o morenitas.
- Tú piensas eso y en cierta medida puede que tengas razón mi estimado, anunció Luisito algo sonriente. Tras mirar a Leo y ver que intervenía, gabito abiertamente señaló: Oye García No intervienes porque no quieres, te aseguro que tú tienes muchas cosas secretas que contar.
Siguió ahí medio timorato y poniendo el rostro de " qué hago aquí".
- Hablando de frío es cierto lo que aclaró Marlo compas. Pues ante la exposición al frío, hay menos probabilidades que sientas unos deseos sexuales insaciables e incontrolables. Y lo único que lo calma es otro aparato reproductor, sostuvo Gabito.
Para ello mientras escuchaba atentamente, Luisito se preparada para replicar y por ello soltó a decir: Puede que sí Gabito, pero no siempre se calma así ese deseo. Más adelante detallaremos a fondo las otras maneras de como se puede lidiar con ese fuerte impulso que a muchos les hace padecer y a otros les hace florecer y con ello crear sus mejores obras que jamás hubieran pensado realizar.
- Que filósofo!, expresó Marlo.
- En los tiempos álgidos podemos llevar mejor nuestras empresas, detalló Gabito.
Con una sonrisa simulada Luisito se prestó a ahondar en ese punto:
Cierto, si no fuesen los tormentos literales o fantásticos, Stevenson no plasmaba su Obra maestra.
- Cierto no, sostuvo Marlo- para luego agregar: También está tolstoi o dostoyevski y si más quieres puedes mencionar a Curtis Dawkins
- Da igual no, mantuvo Gabito.
Entre parlar y comentar, leo tan solo les escuchaba queriendo saber de dónde conocían tanto sus amigos. Hasta ahora no comprendía por qué aún les consideraba sus amistades si no compartían casi nada de sus cosas.
En cambio, cada uno de sus amistades tenían una opción distinta a su recato.
Luisito creía que a lo mejor se comportaba así porque se pasó muchas horas leyendo y no teníendo vida social.
Gabito quería entender que a lo mucho su viejo que era militar era muy estricto y rígido con él, por ello sufrió algún trauma.
Malo intentó no pensar en eso, pero al fin creyó que eso se debía porque traía ese candor y reserva en sus genes.
De todo los puntos de vista, lo más probable y algo asegurable era lo que daba a entrever Gabito.
Aunque en sí, no era palmario todo lo que daba a entender. Habría un posible trauma sí, pero hasta sus 19 años y que sus padres profesionales no le detecten, estaba más complicado que una chica salga en gravidez usando D.I.U.
En esa noche se quedaron jugando en línea. También observaron esos videoconsolas unas noticias que llegaban desde el viejo continente sobre los nuevos avances tecnológicos.