Los Angeles se encuentran en extraños lugares
img img Los Angeles se encuentran en extraños lugares img Capítulo 4 Proyección
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Capítulo 6 Choque img
Capítulo 7 Volantazo img
Capítulo 8 Amanda img
Capítulo 9 Ruleta img
Capítulo 10 Abrázame mucho img
Capítulo 11 Quiero ser pediatra img
Capítulo 12 El examen img
Capítulo 13 Fragmentos img
Capítulo 14 Andrew img
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Capítulo 4 Proyección

Ya en el auto, condujo unos kilómetros cuesta arriba, hasta una gran montaña.

Bajó, y se sentó en una banca que había debajo de un árbol, en la cumbre.

Comentó pensativo:

-Aquí vengo siempre a reflexionar. A veces, estoy horas horas enteras, y vuelvo cuando anochece. A veces, vengo cuando llueve, y me refugio en una cabaña que está un poco más arriba. Y cuando la lluvia amaina, vuelvo, y siempre encuentro un hermoso arcoiris. Eso me hace ver que quizá en la vida tengamos momentos difíciles, que parezcan tormentas, casi imposibles de soportar, pero por más fuertes que sean, al final de la tormenta siempre hay un arcoiris esperando para mostrarte la solución.

Yo lo miré, observé su rostro sereno; a través de toda esa paz, se podía reflejar un poco de dolor. Eso me llamó la atención.

-Y dime. ¿Por qué pensaste suicidarte ayer?- preguntó, tomándome por sorpresa.

-No es de tu incumbencia.

-Me importa, en serio, me preocupa. Después de todo, no te dejaré ir, hasta que no esté seguro de que has desechado esos pensamientos suicidas.

-¿En serio me estás diciendo esto? ¿Me tendrás aquí para siempre? Iré a la policía y te denunciaré.

-Lo digo en serio. No te retendré aquí para siempre, sólo hasta que te recuperes, y lo de la policía, puedes ir si lo deseas, no te detendré, pero en cuanto se enteren de los que intentaste hacer ayer, te internaran y te pasaran antidepresivos vía intravenosa.

-Prefiero quedarme aquí. No soportaría estar internada de nuevo.

-¿De nuevo? ¿Qué sucedio?

- Fue la primera vez que intente suicidarme, pero fallé y fui ingresada en el hospital con un cuadro de sobredosis, de antidepresivos por cierto, y estuvieron una semana desintoxicandome.

-¿Cuántas veces más lo intentaste?

-Solo estas dos.

-Dices, "solo estas dos", como si fuese algo normal. Es degradante querer acabar con tu vida.

-Es una buena escapatoria a los problemas.

-Es una salida cobarde. Es no tener el valor necesario para enfrentarse a los problemas y superarlos.

-Ni siquiera sabes que problemas tengo. Tú sólo eres un niño rico.

-No hables de lo que no sabes- contestó conteniendo su enojo.

-¿Y qué tipo de problemas tienes, a ver? ¿Se te murió la tortuga?- dije enojada y socarronamente.

-Eres estúpida, ¿sabes?. Pero esta bien, te contaré

Mi madre biológica me abandonó en un descampado, cuando contaba con sólo meses de edad. Por suerte me hallaron, y estuve al cuidado de una enfermera en un hospital, mientras intentaban dar con ella. Cuatro meses después la encontraron, y me llevaron con ella. ¿Sabes lo que hizo? A medianoche, me llevó al puente, y me arrojó desde allí al lago helado.

Alguien la vió, y me rescató. Ingresé en el hospital con un cuadro grave de hipotermia. Creyeron que no sobreviviría, pero lo logré. Cuando fueron a arrestar a mi madre, la encontraron muerta. Se había ahorcado.

Así que a mí, me llevaron a un orfanato, y trataron de estimularme para que me desarrollara mentalmente, pues con toda esa experiencia, tenía trastornos de aprendizaje. Sólo comencé a hablar, a los cuatro años, cuando me dieron en adopción, y allí, al sentirme amado, crecí sin problemas; hasta los 11 años.

-¿Qué sucedío?

-Mis padres adoptivos murieron en un accidente de avión, y sólo mi hermanastro se quedó conmigo. Para entonces él tenía 16 años. Nuestros abuelos nos acogieron en su hogar, y así pudimos terminar nuestros estudios. Dos años después del accidente, cobramos el seguro de vida de nuestros padres, y mi hermano viajó al extranjero a trabajar en una empresa de telecomunicaciones.

-¿Y tú no trabajas?

-El lugar dónde estás ahora y el lugar dónde estabas ayer, son míos. Soy dueño de una cadena de hoteles.

-Por eso me encontraste ayer ahí.

-Había subido a tomar aire, cuando ví que corrías para saltar al vacío.

-Lo siento.

-¿Qué cosa?

-Haberte dicho que eras un niño rico, cuando en realidad has sufrido mucho.

-¿Ahora me dirás el porqué de esa decisión?

Suspiré.

-Mi madre se embarazó de mí cuando tenía 16 años. Mi padre era un hombre mayor que ella; tenía veinticinco años.

Durante cinco años estuvo con nosotras y luego nos abandonó para irse con otra mujer. Mi madre cayó en un estado depresivo y adquirió el síndrome de Munchausen por poder: madres que causan daño deliberadamente a sus hijos para conseguir llamar la atención. Además se drogaba y autolesionaba. Cuando una vecina del edificio en el que vivíamos descubrió esto, la denunció, le quitaron la tutoría y la internaron en un hospital psiquiátrico. Murió el año pasado al contraer meningitis.

Mientras estuvo internada mi padre apareció, y me llevó con él, aunque no lo hacía porque me quería, sino porque el Estado lo obligaba.

De todas formas, termine mis estudios básicos, con mucho sufrimiento de por medio. Mi padre me golpeaba e insultaba diariamente. Gastaba todos sus ingresos en el juego, así que usé un solo uniforme en los años de preparatoria.

Finalmente cuando conseguí un trabajo a los dieciocho años en una cafetería, el dueño del lugar me hacía trabajar horas extras y me obligaba a utilizar un atuendo provocativo, pero seguía allí porque necesitaba el dinero para pagar la renta. Hace dos días me quedé hasta la madrugada limpiando el lugar, cuando él llegó borracho y trato de violarme. Logré escapar, llegué a mi departamento y me encerré en él. Ayer me dijeron que debía desocupar el apartamento porque estaba atrasada dos meses con el alquiler, y es obvio que no podía volver a trabajar, así que saqué mis ahorros del banco, arrendé una habitación en el Belden Place y decidí acabar con todo. Te preguntarás por qué el Belden Place; pues,allí se conocieron mis padres y escogí acabar con mi vida, en el mismo lugar en dónde comenzó.

-Y es cuando llegué y te detuve.

-Exacto.

-Bueno. No sé cuál historia es peor pero ninguna justifica que hayas querido acabar con tu vida.

-No tenía adónde ir. ¿Qué habrías hecho tú?

-Pedir ayuda.

-¡Oh vamos comoseaquetellames!.

-Derek.

-Mucho gusto, soy Sharon. En fin, no tengo a quién pedirle ayuda. No tengo dinero, ni amigos, ni familia, nadie me conoce.

-Si te digo que te ayudaré y que quiero ser tu amigo. ¿Me dejarías?- preguntó él, mirándome.

-¿Qué diferencia habría si de todas maneras no me dejarás libre?

-Que será con tu consentimiento.

-Está bien. Da igual si no tengo nada por lo que luchar.

-Pronto lo tendrás.

-¿Cómo?.

-Te enseñaré algunas cosas. Además, ya no estaré tan solo.

-Aceptaré, pero más te vale que no intentes sobrepasarte conmigo.

-No soy esa clase de chico.

-Eso espero.

-Para empezar, te dejaré que cuides a Wendy. Ahora será tuya.

-¿De verdad? ¿Es para mí?

-Sí, pero debes cuidarla como a una hija. Ella tiene sus caprichos.

-Lo haré- contesté riendo.

-Es la primera vez que te veo sonreir.

-Creo que es la primera vez que alguien me ha hecho sonreír.

Volvimos al departamento, almorzamos y luego fui a dar una vuelta por el jardín. Me senté con los pies en la piscina, mirando el horizonte un momento. Estaba muy abstraída cuando algo me cayó en la cabeza, miré hacia arriba y alcancé a ver la cola de Kraft en lo alto de la palmera, bajo la cual estaba sentada. Lo que me había golpeado era una pequeña fruta. Maldije en voz baja.

-Lo hace todo el tiempo- escuché decir a Derek.

Él se sentó a mi lado y luego se tiró a la piscina, salpicándome con agua. Hice una mueca de enfado.

-¡Vamos Sharon, ven!. El clima está ideal para nadar.

-No quiero volver a mojarme la ropa.

-Quítatela.

-¿Qué? ¿Acaso estás loco? No soy nudista.

-Yo no dije que te desnudaras.

-¿Y cómo se te ocurre que me meteré entonces?

-Con tu ropa interior.

-No te permitiré verme en ropa interior.

-¿Alguna vez fuiste a la playa?

-Claro.

-¿Y cómo te metías? ¿Con una túnica?

-Con bikini.

-Entonces es lo mismo. Solo cambia el material. Además la ropa que te compré no es indecente o erótica. Creo que tú quieres desnudarte.

-Pervertido.

-Mal pensada.

-Patético.

-Tonta.

-Entrometido.

-¡Al agua pato!- y estirándome de un brazo, me hundió en la piscina.

-¡Aisshh! ¡Te odio!.

-Tú lo quisiste. No me provoques así.

-Madura un poco, Derek.

-Diviértete más, Sharon.

-No contradigas todo lo que digo.

-Y tú no cuestiones lo que yo hago.

-Cállate.

-Cállate tú.

-¡Aisshh! Me pones nerviosa.

-Me encanta hacerlo.

- Me voy.

-Bueno. No mojes el piso, en la entrada hay una toalla y en mi habitación algo de ropa. Yo me quedaré un rato más.

-Quédate para siempre.

            
            

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