Capítulo 3 3

Entonces escucho las voces. Sus voces. Los tres hombres que me follaron mejor que nunca en mi vida.

Pero esta vez sus palabras no envían otra ola de emoción que recorre mis muslos temblorosos.

- Eres un jodido idiota. ¡No deberías matarlo, maldito idiota! ¡Qué jodidamente estúpido! - Refunfuña el más alto de los tres hombres desde el final del pasillo.

Dobla la esquina y de repente me encuentro cara a cara con su imponente figura.

Las lágrimas corren por mi rostro. No puedo dejar de temblar. Nunca se lo diré a nadie, quiero gritar. Pero no puedo encontrar mi voz. Y no es que pudieran creerme de todos modos. Querrán salvarse a sí mismos y a quienquiera que los haya enviado aquí.

Como en cámara lenta, una mano se levanta y de repente estoy mirando el cañón de la pistola humeante.

¡Estallido!

No usan silenciador. Si bien esto puede haber sido organizado, no son profesionales. Al menos yo no lo creo. Un último pensamiento extraño que tener...

Suena un disparo. Eso es todo lo que se necesita.

Caigo al suelo y la oscuridad me envuelve.

Evelynn

Miro el edificio frente a mí. El nombre escrito en letras rojas con curvas resuena una y otra vez en mi mente.

Escarlata.

Todavía estoy luchando por racionalizar todo lo que ha sucedido en los últimos días.

Primero mis padres me dicen que tienen algún tipo de enfermedad, pero luego se niegan a darme detalles. Quiero decir, ¿quién le hace eso a su hija?

Luego dicen que tengo que ocuparme de sus asuntos mientras están enfermos. ¿El negocio? Les dije cuando llamaron. ¿Que negocio?

Y, sin embargo, la única respuesta que obtuve fue una risita y te amo, ¡disfrútalo!

Y un clic.

Típico.

Ahora tengo este lugar en mi regazo y no tengo idea de qué es el negocio, y mucho menos de cómo administrarlo.

Por supuesto, me acabo de graduar de la escuela de negocios mucho antes de mi tiempo.

Por supuesto, he organizado organizaciones benéficas en todo el estado para cientos de personas.