Capítulo 5 Lo siento, pero me casé

"¡Ahhh!", Rita dejó escapar un grito agudo y se desvaneció dramáticamente en el suelo.

"¡Hija!", exclamó Paula, quien no perdió un segundo en correr a ayudarla, "Sheila, ¿cómo te atreves a golpearla? ¡Tu hermana solo estaba preocupada por ti!".

"Está bien, mamá. Estoy segura de que ella no quería hacerlo", murmuró Rita, quien levantó lentamente la cara para revelar las marcas rojas que le había dejado la bofetada.

Atónito por el repentino giro de los acontecimientos, Rogelio miró la mejilla hinchada de Rita y una mezcla de ira y tristeza se apoderó de él: "¿Acaso crees que estoy ciego? ¡Sheila lo hizo a propósito!".

Dado que Rita permaneció callada mientras unas gruesas lágrimas corrían por su rostro, el hombre se enojó aún más.

"Sheila, ¿no te da vergüenza que tu hermana esté tratando de cubrirte después de que la golpeaste? ¡Discúlpate en este mismo instante!".

"¿Disculparme?", Sheila pronunció con incredulidad.

Durante años, ella pensó que como Rogelio estaba envejeciendo, preferiría no armar ningún escándalo en casa. Pero en cambio, la hostilidad pareció crecer entre sus miembros. Fue precisamente por esa razón que decidió no volver a permitir que nadie de ellos la humillara ni le faltara el respeto de nuevo.

"¿Y por qué debería disculparme? Rita es cruel y manipuladora, ¿acaso no puedes verlo? En lugar de regañarme a mí, ¿por qué no le preguntas lo que me hizo?".

Al oír esto, Rogelio no pudo evitar fruncir el ceño, posando una mirada sospechosa en Rita.

"Jamás fue mi intención robarte a Niko. Él se olvidó de ti después del accidente y por eso lo acepté", dijo ella, ahogándose entre sollozos.

Cuando escuchó que su hermanastra quería cambiar de tema, Sheila sintió que su ira volvía a surgir.

¿Entonces Rita pensaba que ella no la expondría por vergüenza?

"Si te molesta tanto que yo esté con Niko, romperé con él", Rita añadió de repente, en un tono más lastimero que antes.

"¡No, no puedes terminar con él! Niko es un buen hombre. ¡No encontrarás otro como él si lo dejas ir!", Rogelio intervino apresuradamente.

Puesto que los Evans tenían vínculos con los White, la principal familia aristocrática de Shusea, un matrimonio entre Rita y Niko beneficiaría significativamente al Grupo Lothian.

Pensando en esto, Rogelio se dio la vuelta y miró a Sheila con dureza antes de hablar: "Ahora Niko está enamorado de tu hermana, ¡no puedes culparla! Pero bueno, no creas que me olvidé de ti. De hecho, ¡te encontré al hombre ideal! En unos días, arreglaré una comida para que ustedes dos puedan conocerse...".

"¿Un buen hombre? ¿Estás hablando de ese viejo calvo y espeluznante?", gruñó Sheila, entrecerrando los ojos.

Poniendo una expresión aún más sombría, su padre respondió: "Pues si ya lo sabes, eso facilita las cosas. Timothy te quiere mucho, así que no debería haber ningún problema para fijar la fecha de su boda".

"¡En tus sueños!", con eso, Sheila sacó su certificado de matrimonio y lo arrojó sobre la mesa de centro, "Míralo bien y grábatelo, papá. Ya estoy casada, así que si estás planeando venderme, quizás quieras reconsiderarlo. Claro, a menos que quieras convertirme en una bígama".

Entonces, todos posaron sus ojos en el acta de matrimonio, sintiéndose demasiado perplejos para pronunciar una sola palabra.

Luego de unos segundos, Rogelio tomó el documento y examinó el sello oficial. Su rostro empezó a palidecer y hasta parecía que estaba a punto de desmayarse cuando Paula lo sostuvo.

"¡Sheila!", estalló él, "El matrimonio es un compromiso serio, ¿cómo es que ni siquiera me lo consultaste? ¿Y así me llamas tu padre? ¿Cómo se supone que vamos a explicarle esto a Timothy?".

Entretanto, Paula se obligó a llorar mientras suplicaba: "¡El matrimonio no es cualquier cosa! ¿Te casaste impulsivamente con alguien solo porque Niko siguió adelante? Por favor, piénsalo bien, ¡elegir un compañero de vida es una decisión sumamente importante! Escucha mi consejo y considera solicitar el divorcio".

"Lamento decírtelo, pero el divorcio no es una opción. Mi esposo y yo estamos profundamente enamorados, así que regresé para dejarles claro que no podré seguir siendo parte de sus planes", declaró Sheila.

Al parecer, ella se les había adelantado al hacerse cargo de su propio destino.

Sin embargo, Timothy no era alguien con quien se pudiera jugar, y si no manejaban la situación con cuidado, su familia podría enfrentarse a graves repercusiones.

Cegado por la ira, Rogelio levantó la mano para golpear a Sheila cuando Paula intervino: "Amor, sabes bien que los jóvenes pueden ser impulsivos, especialmente cuando se trata de asuntos del corazón. ¿Por qué no conocemos primero a tu yerno, evaluamos cómo es y luego decidimos?".

Al mismo tiempo, ella también le hizo una señal a Rita, quien se unió para instar a su padre a que reconsiderara su decisión.

Absorto en lo más profundo de sus pensamientos, el hombre finalmente bajó la mano.

"Está bien", respondió, "Quiero conocer al joven que fue lo suficientemente valiente como para convencer a mi hija de casarse con él".