Capítulo 7 Su marido es un verdadero encanto

Del otro lado del teléfono, Sheila acababa de salir de la ducha. De hecho, su rostro seguía teniendo un brillo rosado por el vapor, y debido a la seductora voz de Shane, sus mejillas se ruborizaron aún más.

¡Definitivamente, ese hombre sabía cómo sacarle provecho a su encanto!

De pronto, la joven no pudo evitar preguntarse si él había usado ese atractivo suyo para enamorar a las mujeres ricas y quitarles su dinero en el pasado.

Respirando hondo para no perder la compostura, ella decidió ir al grano: "Bueno, solo te llamo para informarte que mi padre quiere conocerte. La reunión está programada para mañana a las siete de la noche en el Hotel Lennox. ¿Crees poder ir?".

Luego de soltar una risita traviesa, Shane respondió: "¿Cómo podría negarme, cariño?".

"Ya, basta de bromas. Estoy hablando en serio".

Escucharlo llamarla "cariño" hizo que el corazón de Sheila diera un vuelco.

Probablemente él se había acostumbrado a llamar así a las mujeres, pero ella apenas se estaba adaptando a la dinámica de su "relación".

Manteniendo un tono casual, Shane dijo: "Yo también estoy tratando esto como algo serio. Nos vemos mañana a las siete en punto en el Hotel Lennox. Ahí estaré".

"Sí. Solo recuerda que mi padre tiene motivos ocultos, así que podría intentar amenazarte o ponerte a prueba. Envíame los datos de tu cuenta bancaria y te transferiré cinco mil dólares adicionales como bonificación. Te ruego que mañana hagas uso de tus mejores dotes de actuación, ¿entendido? Si lo haces bien, habrá más bonificaciones para ti".

De otro lado de la línea, Shane reprimió una risa, se levantó de su silla y caminó hacia el enorme ventanal en su oficina.

Afuera, el cielo estaba cubierto con un manto de estrellas mientras que la ciudad brillaba con las luces de las farolas.

"¿Vas a darme una bonificación? ¿Ahora soy tu gigoló o qué?".

"¡No, no lo plantees así! ¡Es un plan de compensación basado en tu desempeño!", exclamó Sheila, cubriéndose la cara sonrojada con la mano.

Razonando consigo misma, ella llegó a la conclusión de que si él era un trabajador sexual, entonces estaba acostumbrado a recibir dinero de mujeres, ¿no?

"Okey, está bien".

"Nos vemos mañana".

Muy poco después de haber colgado, Shane recibió la notificación de que Sheila le había transferido cinco mil dólares. Ahora sí, él no pudo evitar reírse, pues ninguna mujer le había pagado tanto dinero por algo como esto. ¡Era tan extraño!

El tiempo pasó volando y pronto llegó la noche siguiente.

Habiendo reservado con anticipación una habitación privada en el Hotel Lennox, Rogelio llegó allí con Paula, Rita y Sheila.

Después de enviarle a Shane un mensaje para recordarle su cita de hoy, Sheila volvió a guardar el celular en su bolso.

"Entonces, hermana, ¿a qué hora llegará tu marido? Espero que no se haya arrepentido", preguntó Rita, fingiendo preocupación.

Acto siguiente, Paula intervino y le advirtió a la joven que tuviera criterio a la hora de elegir pareja.

Ignorándolas como si no existieran, ella respiró hondo y cerró los ojos para descansar unos segundos.

Por su parte, Rogelio estaba luchando por reprimir su molestia, aunque Paula lo apaciguó con una mirada.

Él estaba ansioso por conocer al hombre que era lo suficientemente valiente como para casarse con Sheila, desafiando tanto a las familias Jones como a los Green.

Sin embargo, lo que Rogelio no había previsto era pasar un momento incómodo cuando llegó a la entrada del hotel.

En cuanto lo vio, el gerente se le acercó y le dijo un poco avergonzado: "Disculpe, señor Jones, lamento informarle que la habitación privada que reservó fue reclamada inesperadamente por un cliente muy importante. ¿Le molestaría si le damos una habitación normal en el primer piso?".

Claramente ofendido, Rogelio se puso tan rojo como un tomate mientras gruñía: "¿Qué está implicando? Si bien mi familia puede no ser tan reconocida como otras, todavía somos personas influyentes. Además, yo reservé esa habitación primero, ¡no puede dársela a alguien más solo porque sí! ¿Está tratando de decir que yo soy menos importante que su cliente VIP?".

"No, señor Jones, mi intención jamás fue ofenderlo. Pero le pido de favor que comprenda que no podemos darnos el lujo de molestar a este cliente en particular".

"¿Entonces a esa persona no pueden hacerla enojar pero a mí sí?".

Justo cuando Rogelio terminó de hablar, se escuchó el sonido de unos neumáticos. Entonces, un Bentley se detuvo suavemente en la acera.

El vehículo era tan llamativo que los transeúntes voltearon a verlo enseguida. Pero al momento siguiente, estos mismos estallaron en burlas.

Mientras que la parte delantera del vehículo irradiaba estilo y sofisticación, la mitad trasera contaba una historia diferente; presentando señales de colisión y el parabrisas trasero destrozado, emitiendo humo blanco.

De aquel automóvil, el cual parecía que se haría pedazos en cualquier momento, se bajó un hombre alto.