Entre neumáticos y corazones
img img Entre neumáticos y corazones img Capítulo 4 EL QUIEBRE DE UN AMOR CONDENADO
4
Capítulo 6 ENTRE LA PISTA Y UN CRUCE DE DESTINOS img
Capítulo 7 JAULA DE CONSPIRACIONES img
Capítulo 8 MIRADAS CAUTIVAS img
Capítulo 9 OFENSAS, DISCULPAS Y UNA OPORTUNIDAD img
Capítulo 10 ENCUENTRO ESTELAR img
Capítulo 11 TRAVESURAS NOCTURNAS img
Capítulo 12 JUGANDO CON EL MISTERIO img
Capítulo 13 EL ARTE DE OCULTAR img
Capítulo 14 DESENCUENTRO EN LA PLAYA img
Capítulo 15 AGUAS TURBULENTAS img
Capítulo 16 EL VÍNCULO QUE NOS UNE img
Capítulo 17 SUEÑO INCUMPLIDO img
Capítulo 18 PENSANDO EN OTRA img
Capítulo 19 NO PUEDO SEGUIR img
Capítulo 20 JUGANDO CON FUEGO img
Capítulo 21 PALABRAS HIRIENTES img
Capítulo 22 VENENO EN LAS PALABRAS img
Capítulo 23 REFUGIO EN EL AIRE img
Capítulo 24 HURACÁN DE DUDAS img
Capítulo 25 TURBULENCIAS DEL CORAZÓN img
Capítulo 26 EL ÉXTASIS DEL PLACER img
Capítulo 27 LA TRAICIÓN img
Capítulo 28 RESPIRO EN BRAZOS AJENOS img
Capítulo 29 EL PRECIO DE LA IMPULSIVIDAD img
Capítulo 30 JUEGO DE SEDUCCIÓN img
Capítulo 31 MOMENTO SUSPENSIVO img
Capítulo 32 BAJO EL FUEGO DE LOS REFLECTORES img
Capítulo 33 EL SANTUARIO SECRETO img
Capítulo 34 LA NIEBLA DEL PASADO img
Capítulo 35 UN OLVIDO DOLOROSO img
Capítulo 36 DEFENDIENDO A CHARLOTTE img
Capítulo 37 ACUSACIONES DOLOROSAS img
Capítulo 38 CONQUISTANDO IMPERIOS img
Capítulo 39 CONTRATO DE SILENCIO img
Capítulo 40 Euforia Y Frustración img
Capítulo 41 CARRERA PERDIDA img
Capítulo 42 INTERNACION Y MIEDO img
Capítulo 43 CONFLICTO FAMILIAR img
Capítulo 44 ERES TÚ img
Capítulo 45 LA LLAMADA img
Capítulo 46 OPERACIÓN img
Capítulo 47 EL PASADO SIEMPRE PRESENTE img
Capítulo 48 PERMISO DENEGADO img
Capítulo 49 EL CONTRATO QUE FIRMASTE img
Capítulo 50 PEDIDO INESPERADO img
Capítulo 51 PREOCUPACIONES Y SORPRESAS img
Capítulo 52 CONFESIÓN DE AMOR img
Capítulo 53 PETALOS DE ROSAS img
Capítulo 54 EL PESO DEL DESEO img
Capítulo 55 SOMBRA DE TRAICIÓN img
Capítulo 56 ENFRENTAMIENTO Y DESILUSIÓN img
Capítulo 57 FUEGO EN LA NOCHE img
Capítulo 58 SOMBRAS DEL AYER img
Capítulo 59 MI AMIGO img
Capítulo 60 NOTICIAS INCOMODAS img
Capítulo 61 NUEVO CONTRATO img
Capítulo 62 MANIPULACION MENTAL img
Capítulo 63 LABERINTO DE DESESPERACIÓN img
Capítulo 64 DANNA img
Capítulo 65 AMENAZA img
Capítulo 66 JUEGO MORTAL img
Capítulo 67 ULTIMÁTUM img
Capítulo 68 EL PRECIO DEL ENGAÑO img
Capítulo 69 AL LÍMITE img
Capítulo 70 MAL PADRE img
Capítulo 71 ROMPIENDO EN LLANTO img
Capítulo 72 BATALLA INTERNA img
Capítulo 73 MINÚSCULA ESPERANZA img
Capítulo 74 NUEVO GUION img
Capítulo 75 EXPLICACIÓN img
Capítulo 76 EL BESO img
Capítulo 77 UN VIAJE img
Capítulo 78 ALEJATE DE MI img
Capítulo 79 UN TIEMPO img
Capítulo 80 UNA SORPRESA img
Capítulo 81 DE SOMBRAS A ESTRELLAS img
Capítulo 82 VUELOS DE ESPERANZA Y DESILUSIÓN img
Capítulo 83 LUCES, CÁMARA, EMOCIONES img
Capítulo 84 ACTUACIONES QUE MARCAN img
Capítulo 85 DIÁLOGOS DEL ALMA img
Capítulo 86 DESEOS NOCTURNOS img
Capítulo 87 CONFLICTO INTERNO img
Capítulo 88 ACTO DESESPERADO img
Capítulo 89 ENTRE EL GLAMOUR Y LA TORMENTA img
Capítulo 90 DUELO DE MIRADAS img
Capítulo 91 FRAGMENTOS DEL CORAZON img
Capítulo 92 VERDADES OCULTAS img
Capítulo 93 EL SECRETO QUE ARDE img
Capítulo 94 UNA ELECCIÓN FATAL img
Capítulo 95 UN DOLOR QUE DESTRUYE img
Capítulo 96 NO TE VAYAS img
Capítulo 97 SOMBRAS DEL PASADO img
Capítulo 98 LUCHANDO CONTRA LOS FANTASMAS img
img
  /  1
img

Capítulo 4 EL QUIEBRE DE UN AMOR CONDENADO

NARRA CHARLOTTE FITZGERALD

La atmósfera del lujoso restaurante se siente opresiva, como si el peso de las palabras pronunciadas estuviera alterando la realidad misma a nuestro alrededor. Los platos exquisitamente dispuestos sobre la mesa permanecen intocados, testigos silenciosos de una tensión que palpita en el aire. Mi copa yace vacía, mientras que la suya apenas conserva un poco de vino. Él juega distraído con su copa, moviéndola sin rumbo, observándola con tal intensidad que unas gotas de vino escapan de su cautiverio líquido, manchando el impecable mantel blanco, como gotas de sangre que anuncian un desenlace inevitable. Mi mirada, llena de anhelo y pesar, se posa en él, esperando desesperadamente que alguna respuesta emerja de sus labios.

Los segundos se deslizan con una lentitud agonizante, mientras el silencio se vuelve casi físico, presionando entre nosotros. Dos minutos pasan como si fueran horas, y finalmente, él rompe la quietud con una pregunta cargada de nerviosismo y una chispa de enojo que apenas logra ocultar.

–¿Cómo que lo nuestro se terminó? –indaga, revelando en su voz una mezcla de incredulidad y angustia.

Respondo con una expresión cansada, pero firme, ya que arrastro el peso de años de conflicto y desgaste en cada palabra que sale de mis labios. –Alexander, ya me he cansado de esta relación. Hemos estado juntos durante tanto tiempo, pero sinceramente, ya no quiero continuar así a tu lado –declaro con la mirada fija en él, buscando un atisbo de entendimiento en su rostro que parece desfigurado por la sorpresa y la indignación.

El instante se prolonga en un vacío ensordecedor. Los murmullos lejanos de conversaciones ajenas parecen fundirse con el latido agitado de mi corazón. El mundo que nos rodea se desvanece, dejándonos aislados en nuestra propia burbuja de despedida. El resto del restaurante parece difuminarse, eclipsado por el torbellino de emociones que nos envuelve.

Las manchas de vino en el mantel parecen formar una metáfora de nuestra relación, los rastros rojizos un reflejo tangible de los desgarros emocionales que ahora enfrentamos. La angustia y el pesar se entrelazan en cada fibra de mi ser mientras observo el semblante de Alexander, anhelando que algo en él se quebrante, que emane una comprensión, aunque sea mínima, de mi decisión.

–¿De qué carajos hablas, Charlotte? –interroga, el tono áspero y la fuerza de su puño golpeando la mesa muestran la violencia de su confusión. El estruendo de la mesa golpeada resuena en el lujoso restaurante, un eco de la ira que se desliza entre las miradas atónitas de los comensales cercanos. Mi corazón late con furia contenida, mis manos temblorosas sostienen la firmeza de mis palabras.

–Me he cansado de fingir que te amo, de ser esa mujer perfecta a la que nunca valoras. Estoy harta de ser demasiado para ti, de estar por encima de lo que tu mundo limitado puede comprender. Pero lo que realmente me ha llevado al límite es ver cómo todas tus "amigas" te toquetean, te abrazan y te besan delante de mí. Soy mucho más que ellas, valgo más y soy más hermosa, pero tú nunca me has dado el lugar que merezco. Así que me lo daré yo misma. Esto se acabó– respondo, cada palabra brotando como un desahogo que se ha acumulado durante demasiado tiempo.

–¿Estás loca? No sé de qué estás hablando. El hecho de que esas amigas, como les llamas, me toquen, me abracen o me besen es porque soy actor, Charlotte. Es parte de mi trabajo, solo lo hago en series –miente, tratando de contener la situación que amenaza con desmoronarse a su alrededor.

El restaurante parece congelarse en un instante eterno, las miradas de los comensales se deslizan entre nosotros como testigos mudos de una relación que ha alcanzado un punto de no retorno. El aire parece cargado de electricidad estática, como si el peso de nuestras palabras y emociones tuviera el poder de alterar la realidad misma.

–Me han mandado las fotos de ti besándote con tu coestrella fuera del set de grabación, entrando en un hotel. He tenido que pagar miles de dólares para evitar que esa noticia salga a la luz, ya que podría afectarme a mí y a mi empresa. Así que esto se terminó para siempre. No quiero que vuelvas a buscarme nunca más, y si lo haces, te demandaré. Adiós –digo, tratando de mantener la compostura aunque el dolor rasgue mi pecho como garras afiladas.

–¿Acaso crees que soy estúpido?– inquiere, sus palabras golpean con una fuerza que hiere más que cualquier golpe físico. Es como si su tono acusatorio me atravesara como un filo helado. Siento el peso de su desconfianza cargada de una certeza injusta, una condena proferida sin juicio ni clemencia. –Estoy seguro de que dices todo esto porque todo lo que dicen de tu compañero de trabajo y tú son verdad. Estás siéndome infiel y de eso sí hay pruebas– acusa, y aunque intento articular una negación, mis palabras quedan atascadas en mi garganta. La imagen de la que el habla fue manipulada, crearon un beso que nunca sucedió y ha sido difundido por esos portales de chismes, sembrando dudas y destruyendo la confianza que todos tenían en mi.

Me incorporo, luchando por mantener la compostura, mi semblante anclado en la dignidad que queda en el naufragio de mi mundo. Cada paso parece retumbar en el salón del restaurante, una fuga precipitada marcada por la angustia, un ballet de urgencia tejido por la necesidad de alejarme de esta escena desgarradora.

El aire se espesa a mi alrededor, cargado de susurros incómodos y miradas penetrantes. Cierro la distancia hacia la puerta, cada paso una carrera lejos de aquel escenario cargado de acusaciones injustas. El sonido de mis tacones en el suelo de madera parece resonar más fuerte, cada uno marcando un latido errático de mi corazón.

Al acercarme a la limusina, siento un alivio momentáneo al verla como un refugio momentáneo. La figura del chófer, imperturbable y serena, contrasta dolorosamente con mi tormento interno. Justo cuando creo que finalmente escaparé de esta pesadilla, mi avance es interrumpido por la firmeza del brazo de Alexander.

            
            

COPYRIGHT(©) 2022