Capítulo 2 LLUVIA DE METEORITOS

Dos años antes de casarse, revisó las noticias de información sobre el acercamiento del cometa 2019 CE4. Logrando saber que tendría una duración visual aproximada de siete días, del 23 al 30 agosto del 2025, convirtiendo lo que sería un fenómeno exclusivo, en motivación para pedirle matrimonio a la mujer que amó por más de una década. Para empezar sus planes, solicitó la ayuda de su mejor amiga y de Ana, la hermana de quien ese entonces era solo su enamorada.

Les contaría su idea tomando café y las citó por la mañana. Al estar reunidos, confesó sus planes de pedir matrimonio, aclarando que era una decisión a largo plazo. Las mujeres quedaron sorprendidas por el tiempo que tomarían esas acciones, en especial su mejor amiga, quien planteó su inconformidad.

-Está bien. Supongamos que en seis meses le pides matrimonio ¿Luego qué? ¿Esperarán un año y medio para casarse? -se alteró un poco y golpeó la mesa-. Estás loco, en todo ese tiempo cualquiera puede arrepentirse.

El hombre mordió su hamburguesa y las juzgó con su mirada. Ana bebió un poco de café y apoyó la posición de Alexandra.

-Recuerda que con ella nunca se sabe. Deberías pensártelo dos veces -entregó su celular mostrando una fotografía que no favorecía a su hermana-. Amar a una persona, es amarla incluso sin maquillaje. Si te casas con ella, esa será la primera imagen que verás a diario.

-Lo sé y no cambiaré de decisión. Solo quería que fueran las primeras en enterarse -respondió.

Su mejor amiga se levantó, porque tenía que ir al trabajo, pero antes le lanzó un pañuelo y le dio un consejo.

-Si ella no ve lo especial que eres al entregar tu amor, entonces no merece el paraíso al que deseas llevarla, recuérdalo y usa ese pañuelo por si te rechaza. Las personas de hoy no quieren casarse.

Se despidió dejando a Ana sin comentarios. Se incomodó y desvió su mirada cuando su amigo la vio de frente y en su intento de romper la tensión, apoyó la decisión con un simple argumento.

-Sabes. Siempre quise ir a una boda, y que mejor que ir a la boda de mi hermana menor. -Extendió su mano levantando el pulgar-. Declárate, sé que se emocionará y te dirá que sí.

Los recuerdos felices del pasado fueron pisoteados por el presente. El cambio brusco que ofreció la vida, enseñó que los humanos no estaban preparados para tal acontecimiento. Aun cuando se realizaron películas y series del género apocalipsis y supervivencia, los humanos fueron presa fácil de su repentina realidad.

Recreo Campestre, La campiña. Chimbote, 19 horas con 30 minutos. Hora en la que la humanidad se detuvo a ver las "estrellas de fuego" caer del cielo.

-Mira, mamá. Lluvia de estrellas brillantes -señaló Hans.

-Entremos, esto puede ser peligroso. -pidió Luis a su familia.

Algunos invitados comenzaron a grabar ignorando el peligro. Giraron de un lado a otro para registrar las mejores escenas, cuando uno de los fragmentos cayó justo en el patio frente a ellos y curiosos se acercaron a observar. El novio se colocó delante de su esposa presintiendo el peligro, pero ella intentó calmarlo creyendo que estaba paranoico y quiso acercarse junto a los demás curiosos que observaban el pequeño cráter. En ese instante, escucharon un grito entre la multitud. Se alejaron manteniendo sus grabaciones y capturaron la escena de un hombre desesperado intentando alcanzar algo sobre su espalda.

Quisieron ayudarlo, pero se calmó de repente y no hizo ningún movimiento. Uno de los invitados se le acercó confundido y nadie esperó que el hombre terminaría atacado a mordidas. Retrocedió con las manos en su herida, tropezó y cayó rompiendo su cuello. Una trágica muerte que dejó sin palabras a los invitados de la boda, que de inmediato enviaron a los niños al interior del recinto. A continuación, más fragmentos cayeron, algunos más grandes que otros, facilitando el descubrimiento de bichos saliendo de las rocas para buscar a las personas.

De pronto, el hombre que ocasionó la mordida empezó a generar sonidos, vieron sus ojos oscurecerse desde sus extremos hasta volverse completamente negros y las venas de su piel resaltaron demasiado. Al mismo tiempo, el invitado que creyeron muerto, se levantó con movimientos grotescos que hicieron sonar sus huesos violentamente. Impresionados por lo sucedido, los espectadores retrocedieron desconfiados y el caos abrió el telón cuando otros afectados por los organismos del meteorito tuvieron la misma actuación e iniciaron un festín de mordidas.

La pareja de esposos se separó en medio de la multitud que corrían despavoridos intentando protegerse, pero muchos terminaban heridos o muertos en el intento. Erik, hermano del recién casado, buscó a su hija en medio del caos y se enfocó en protegerla. Por otro lado, Tatiana cayó en medio de los empujones, pero su esposo llegó y la levantó para luego avanzar en dirección al local, encontrándose en su camino a Molly, una invitada que vino de la ciudad de Lima y tuvo una lesión en el tobillo. Quisieron ayudarla, pero los infectados venían en su dirección y la devoraron mientras extendía su mano, confiando en él su última esperanza.

La situación y los gritos lo atraparon sin que pudiera reaccionar. Convirtieron el día del espectáculo nocturno más bello de todos, en el inicio del proyecto escrito por Dios. El Proyecto Apocalipsis que coincidió con el 27 de agosto del 2025. El día más deseado en la vida de este hombre, su boda. Un suceso que no dejó libre a ningún rincón sobre la Tierra.

Lejos de ahí, en las afueras de la capital, justo en la carretera Panamericana Norte, en dirección a Chimbote. Brisa observó su celular sin una barra de señal y se angustió por no llegar a la boda. Quedó atrapada en medio del tráfico y las personas salieron de sus vehículos para a observar la lluvia de meteoritos. Intentó salir de la situación y ofreció pagarle el doble al conductor si lograba llevarla por otra ruta, pero el conductor se negó rotundamente.

-Puede ir por la vía contraria -sugirió una de las mujeres dentro del auto.

-No puedo hacer eso, señorita -respondió el conductor-. Hay militares delante de nosotros.

-Si no hay opción, entonces también sacaré unas fotos y se las mostraré a mis hijos cuando regrese a Ecuador.

-Está bien -respondió Brisa-. Si no hay más opciones que esperar, seguiré intentando contactar a mi hermano para explicar lo sucedido.

De pronto, las rocas de fuego cayeron en medio de la carretera y algunos autos. Próximamente, se presentaron las primeras reacciones por el contacto con los meteoritos, provocando así, otra ola de infectados como en otros lugares del mundo. Estados Unidos de América; México; Rusia; España; Japón; China; Corea y eventualmente, todas las naciones del mundo experimentaron la misma situación sin poder reaccionar y dejando que los zombis devoren todo lo que encontraron esa noche.

Esa noche, Chimbote, ciudad de la pesca y el acero, se hundió en gritos de pavor, con múltiples accidentes en sus carreteras, y violentas pérdidas humanas en medio de lagunas de sangre. Se convirtió en un caos absoluto, donde las personas huían intentando sobrevivir, los niños lloraban abandonados, y otros, sin mucha suerte, caían en las garras de infectados y sumaban miembros al ejército de zombis. Amigos y familiares, de lado a lado, cayeron ante la impotencia de sus seres queridos, que no tuvieron opción de ayudar.

En la boda, la mayoría ingresó al recinto. Las familias de los recién casados los buscaban respectivamente, pero no los hallaron, de pronto, Keith, la hermana pequeña del novio, señaló el exterior, mostrando a su hermano congelado en medio del peligro y a su esposa tirando para que reaccionara.

-¿Qué le pasa? ¿Quiere morir o qué? -dijo Edyn, confundido y exclamó para que lo escuchara-. ¡Levántate, idiota! ¡No te rindas!

El hombre parecía no escuchar el exterior. Fijó sus ojos en dirección a la entrada principal y comenzó a andar en dirección a los zombis.

-Anciano, ¿Qué está pasando? -dijo sin sentido.

-¿Anciano? ¿Te volviste loco? -abrazó su esposa y aplicó fuerza intentando detenerlo -. No hay ningún anciano, vas directo a los monstruos. Detente o morirás también.

De repente, Ana que escapó protegiendo a una niña y rozó accidentalmente el hombro de su cuñado, lo que provocó una nueva reacción en el hombre. Posiblemente, escenas irracionales producto de ver morir a muchas personas que atesoró. Vio una serie de imágenes y situaciones que no comprendía, ¿Escenas del futuro o simplemente una alucinación?... El anciano señaló detrás y al voltear, su alucinación le hizo ver cuatro cruces en medio de un terreno rodeado de árboles, la silueta de una bestia y a un hombre sosteniendo una katana con miles de zombis a su espalda.

Acto seguido, cayó de rodillas sosteniendo su garganta como si se asfixiara. Tuvo una crisis de ansiedad poco favorable para la situación y su esposa no sabía cómo ayudarlo, por el contrario, se dejó invadir por los nervios. Su esposo comenzó a repetir el nombre de Ana, pues en su alucinación la vio con un agujero en el estómago, despidiéndose en sus últimos minutos de vida. La sostuvo en sus brazos y el agujero comenzó a crecer. Sus venas resaltaron y oscurecieron la esclerótica. Su temperatura se elevó de golpe y sintió como los huesos de su amiga parecían romperse entre sus manos.

-Lo siento. De verdad, lo siento mucho -dijo con la voz agitada.

-No. No. ¡No! -repitió con gesto desesperado-. Vas a estar bien. Lo prometo.

-Siempre cumples tus promesas, así que no prometas algo que no cumplirás -sonrió tiernamente-. Me alegró conocerte, fuiste un gran amigo y te admiré demasiado.

Derramó lágrimas en su evidente miedo a la muerte mientras su amigo sostenía su mano sin poder hacer nada.

-Me burlé de la muerte muchas veces y deseé morir, pero ahora que estoy a punto de hacerlo, me arrepiento un poco... moriré odiando al dios culpable de nuestro sufrimiento.

Unas manos putrefactas aparecieron para tirar de ella y aunque se aferró, lograron arrastrarla. Acto seguido, el anciano apareció de nuevo, pero esta vez lo acompañó una niña de vestido blanco, que caminó entre los zombis hasta quedar frente al hombre que sufrió la muerte de su amiga.

-Bienvenido al Proyecto Apocalipsis, Sunshine -dijo y dibujó al Sol sobre su mano-. Nos veremos pronto.

Así inició la purga de la humanidad, que antes de llevarse sus vidas, cambió emociones como amor y felicidad por dolor, tristeza y desesperación durante el tiempo que enfrentarían el juicio del fin del mundo. Llenó de angustia sus corazones, sin embargo, la raza humana no caería esa noche, sería su instinto lo que se activaría para enfrentar los próximos sucesos.

            
            

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