Capítulo 4 Enemigos que se cruzan

Sin responder al mensaje, Lilah se dispuso a organizar sus pertenencias. Había reservado aquel hotel para asistir a una velada de intercambio de joyas y conocer las posibilidades del mercado nacional.

Tras cambiarse de atuendo, se dirigió a las plantas inferiores.

El salón de banquetes de la segunda planta brillaba bajo sus luces.

Mientras Lilah atravesaba el alargado pasillo, una voz familiar resonó con asombro.

"¿Lilah?".

Adaline interceptó a Lilah, dudando de sí misma por un momento, pero el reconocimiento era innegable.

Iker estaba de pie junto a Adaline, con un rostro mezcla de asombro y alivio.

"¿Lilah? ¿Aún... sigues viva?".

Su mirada se detuvo en la muchacha, escrutando su rostro.

Ella había desaparecido hacía cinco años, dejando un vacío que Iker asumió con culpa que era permanente. Sin embargo, su regreso reveló a una Lilah más serena y seductora, con un atractivo casi magnético.

Los ojos de Adaline se entornaron al detectar la mirada prolongada de Iker.

¡Esa mujer! Apenas había vuelto y ya atraía la atención de Iker.

Alimentada por los celos, la mente de Adaline empezó a maquinar.

Fingiendo euforia, estrechó la mano de su hermana.

"Es maravilloso que estés de vuelta, Lilah. Te hemos echado de menos. ¿Por qué estuviste fuera tanto tiempo?".

Lilah, visiblemente irritada, retiró la mano. Pero, antes de que pudiera responder, Adaline, en un movimiento teatral, se tiró al suelo, con los ojos llenos de lágrimas.

"¿Sigues resentida conmigo? Estaba perdidamente enamorada de Iker. Si quisieras, me iría y te lo devolvería".

Sin duda, semejante exhibición tocaría la fibra sensible de más de uno.

A Iker se le endureció la expresión. Le tendió una mano a Adaline y se volvió hacia Lilah.

"Creía que habías madurado, Lilah. ¿Por qué sigues siendo tan grosera? La entrega de Adaline a la empresa en tu ausencia fue total. En lugar de gratitud, ¿recurres a la mezquindad y la violencia? Discúlpate".

"¿Violencia?". Lilah sonrió con satisfacción, tirando bruscamente a Adaline por el cuello.

De un empujón y una patada, Adaline cayó, haciendo una mueca de dolor.

"Eso sí que es violencia", afirmó con frialdad la otra. "Adaline, mantener la empresa es admirable. Pero a este hombre...". Señaló a Iker. "Todavía no lo has entrenado bien, por lo que veo. ¿Y me devuelves esta basura a mí? ¿Soy una caridad acaso?".

La cara de Iker se contorsionó de rabia.

"¿A quién llamas basura?", increpó.

La muchacha enarcó las cejas.

"Quien se pica, ajos come...". Se encogió de hombros. "¿Es que necesitas un espejo para verte? Qué tragedia...".

Iker replicó:

"Sí que cambiaste, ¿no? Unos años fuera y vuelves con la lengua aún más afilada".

Lilah respondió:

"A diferencia de otros, yo evolucioné. ¿Algún problema?".

Iker se quedó sin habla.

Adaline, al darse cuenta de que Iker no la ayudaba, se levantó, con los ojos brillantes de lágrimas no derramadas.

"Lilah, por favor, perdona a Iker. Tu hostilidad hacia nosotros... Es obvio que está arraigada en tus sentimientos hacia él".

Iker, atando cabos, creyó que el comportamiento de Lilah era una táctica para llamar su atención. Exhalando, dijo:

"Tus juegos no funcionarán conmigo, Lilah. Mientras estabas fuera, Adaline ha hecho progresos. Ahora está asociada con L. P., un auténtico prodigio en el diseño de joyas. ¿Y tú? Puede que una vez destacaras en el diseño de joyas, ¿pero ahora? Dudo que puedas siquiera competir".

Adaline levantó la barbilla, enmascarando su orgullo con fingida modestia.

"Puede que yo no sea extraordinaria, pero mi colaboración con L. P. ha acaparado la atención en todo Eleywood. Lilah, sé que te gustaría participar en el evento de esta noche. ¿Por qué no me acompañas como mi asistente?".

"Te está tendiendo un salvavidas", dijo Iker con sorna. "Este es un evento exclusivo. No puede asistir una cualquiera".

La pareja miró a Lilah, insinuando con petulancia que le otorgaban un privilegio.

La respuesta de la muchacha fue tranquila, solo le pasó su invitación VIP a un sirviente.

"Tomo nota de su amabilidad, pero lo tengo cubierto".

"¿Invitación VIP?". Los ojos del sirviente se abrieron de par en par y, con una respetuosa reverencia, anunció: "Distinguida invitada, por favor, pase".

Adaline, aferrada a su invitación estándar, enrojeció de vergüenza ante la mirada de los espectadores.

¿Cómo había conseguido Lilah un pase VIP?