Matrimonio con el alemán multimillonario
img img Matrimonio con el alemán multimillonario img Capítulo 3 Leyna: Tío Adler
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Capítulo 10 Leyna: Lo que querías img
Capítulo 11 Leyna: Mientes img
Capítulo 12 Leyna: No exageres img
Capítulo 13 Leyna: Bésame img
Capítulo 14 Leyna: Desnúdate img
Capítulo 15 Eres hermosa img
Capítulo 16 ¿Interrumpo img
Capítulo 17 Leyna: Vieja arpía img
Capítulo 18 Aléjate img
Capítulo 19 ¿Que quieres img
Capítulo 20 ¿Dónde estás img
Capítulo 21 ¿Que haces aquí img
Capítulo 22 ¿ Estás bien img
Capítulo 23 Acerté el amor img
Capítulo 24 Preciosa LEYNA img
Capítulo 25 Mi cielo img
Capítulo 26 Mi diamante más precioso img
Capítulo 27 Te ves hermosa img
Capítulo 28 Te quiero img
Capítulo 29 Leyna: Madre img
Capítulo 30 Lo supuse img
Capítulo 31 Fotografía img
Capítulo 32 No tengo idea img
Capítulo 33 Pensando en ti img
Capítulo 34 Te extrañaba img
Capítulo 35 Sorpréndeme img
Capítulo 36 En la cocina img
Capítulo 37 Muy despierto img
Capítulo 38 Bonjour img
Capítulo 39 Felicidades img
Capítulo 40 Anormal img
Capítulo 41 Trueno img
Capítulo 42 Ya lo veremos img
Capítulo 43 ¿Y bien img
Capítulo 44 Vete a la mier... img
Capítulo 45 Voy a foll... img
Capítulo 46 No te duermas img
Capítulo 47 Esposo afortunado img
Capítulo 48 ¿Compras img
Capítulo 49 ¿Madre img
Capítulo 50 No llores img
Capítulo 51 Estamos en la misma img
Capítulo 52 Solo para mi img
Capítulo 53 En el Club img
Capítulo 54 Leyna Fischer img
Capítulo 55 Es solo amigo img
Capítulo 56 Celos de esposo img
Capítulo 57 No eres así img
Capítulo 58 Un castigo img
Capítulo 59 Vulgar img
Capítulo 60 La niñita img
Capítulo 61 Princesita img
Capítulo 62 Sorpresa img
Capítulo 63 Barry y Melisa img
Capítulo 64 Eso creo tio img
Capítulo 65 No tengo hambre img
Capítulo 66 Muy molesta img
Capítulo 67 ¿Bebé img
Capítulo 68 Tu deseo img
Capítulo 69 Te... Mucho img
Capítulo 70 No fastidies img
Capítulo 71 Tu me quieres img
Capítulo 72 ¿Puedo img
Capítulo 73 Keyla y el perro img
Capítulo 74 ¿Que intentan hacer img
Capítulo 75 Una sorpresa img
Capítulo 76 Te amo, Alphonse img
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Capítulo 3 Leyna: Tío Adler

Me muevo sobre su erección y veo una

luz verde en sus ojos. Lo quiere tanto como yo, más que yo inclusive. Me toma

los glúteos con ambas manos, los aprieta y luego me baja las bragas.

Rápidamente y muy excitada le bajo los pantalones y los calzoncillos. Él libera

su miembro y lo acaricio con los dedos, lentamente, lo oigo jadear y maldecir,

al fin tengo el efecto que deseo en

él.

-Leyna... -Murmura-.¿Qué te sucede?

-Pregunta debido a mi extraño e irracional comportamiento.

Nunca creí que imploraría por sexo, pero

sinceramente estoy desesperada. Necesito atención, necesito que me toque, que

me bese, necesito calmar el fuego que me consume lentamente.

Sonrío cínicamente. Él sabe que

sucede.

-Quiero que me folles duro, muy duro, rápido... -Repito desesperada.

Quiero que lo haga.

Tocan a la puerta y él se aparta

rápidamente. Maldigo a medio mundo en mis pensamientos. Alphonse se pone de pie y acomoda su miembro

dentro de sus pantalones, se coloca la camisa apresuradamente y luego camina

hacia la salida de nuestra amplia habitación.

-¿Señor Schäfer? -Pregunta una de mis estúpidas mucamas. La odio.

-¿Qué ocurre, Andy? –Pregunta abrochándose los botones.

-El almuerzo está listo y su invitado

lo espera. -Grita al otro lado de la dura madera blanca. La detesto.

¡Estúpida!

-Gracias, Andy. Bajaremos enseguida. -Responde

a la mendiga mucama como si tuviera que darle explicaciones. Eso me molesta.

-Terminemos lo que empezamos. -Digo

parada frente a él con la respiración agitada. Él parece pensarlo, pero su

respuesta es rápida.

-Nunca empezamos nada, Leyna. -Murmura

secamente.

-No puedes hacerme algo así.

-Esto es solo un acuerdo. No lo

olvides. -Me dice con dureza-. Vístete acorde a la ocasión.

Me lanza una mirada extraña y luego

sale de la habitación como si nada hubiese sucedido.

-¡Imbécil! -Grito golpeando una almohada.

Lo odio, es un maldito idiota.

No me preocupo en escoger un vestido.

Simplemente tomo el primero a mi alcance. Me miro y sonrió por el resultado.

Frustrada, excitada y sobre todo muy, pero muy molesta, bajo las escaleras de

mármol.

Mi vestido completamente nuevo y

costoso hará que Alphonse se moleste y se excite al mismo tempo. Tengo la

espalda al descubierto y todo mi cuerpo se ve perfectamente marcado por el

vestido negro con apliques de encaje. Alcé mi cabello en un moño y me puse los

tacones más altos y caros de mi armario.

No estoy segura del porque, pero

quiero impresionar. Su tío me importa un comino, pero quiero que al menos mi

esposo me vea, se moleste y me folle como tengo deseos de que lo haga. Sé que

es pedir demasiado. Inconscientemente sé que no será del todo como lo deseo,

pero al menos podré sentir algo dentro de mí luego de tres semanas.

Oigo voces a lo lejos, en la sala de

estar. Cruzo todo el amplio salón recibidor y cuando abro las puertas un hombre

extraño y mi marido se voltean a verme.

-Al fin llegas, mi cielo. -Musita mi

esposo, tomándome de la mano. Veo como observa mi vestido y frunce el ceño sin

que su tío lo note. Me toma de la mano y me acerca a él. Beso sus labios, como

todas las típicas veces en las que debemos actuar y luego sonrío.

-Lamento

la demora. -Me disculpo intentando parecer amable-. No sabía que vestido debía

elegir.

-¡La espera ha valido la pena! -Exclama

una voz que desconozco. Elevo la mirada y veo al tío de Alphonse. Tal y como lo

dije. Viejo, gordo y su rostro un poco inexpresivo. Sonrío y me acerco más al hombre sentados en

mi precioso sillón de valor incalculable.

-Cielo, él es mi tío Adler, tío ella

es mi preciosa y amada esposa, Leyna. -Dice intentando sonar orgullo. Le tiendo

la mano al tipo y se la estrecho con firmeza. No es un placer, pero soy muy

buena mentirosa.

-Soy Leyna. -Musito con un delicado

hilo de voz-. Es todo un placer.

-El placer es mío, querida. -Me

sonríe y luego se sienta una vez más en el sillón-. Al fin tengo el gusto de

conocerte, todos me han hablado mucho de ti.

-Espero que sean buenos comentarios. -Espeto

con una falsa sonrisa. Me siento yo también y a mi lado Alphonse, quién sostiene

mi mano con firmeza sobre su muslo derecho.

-Claro que sí, todos hablan

maravillas de ti, estimada Leyna.

-Me alegro. -Respondo

rápidamente.

Es un alivio oír eso. Quiere decir

que mi plan funciona a la perfección, significa que todo este acuerdo marcha

bien. Todo indica que tendré más dinero si sigo siendo la esposa perfecta.

Cuando olvido el porqué de todo esto, recuerdo que hay millones esperando por

mí y eso me

relaja.

-Me llena de ilusión saber que haces

feliz a mi querido sobrino.

Miro a Alphonse de reojo y luego

dirijo mi mirada a su tío. Mi esposo está molesto y eso lo hace todo más

divertido.

-Y su sobrino me hace muy feliz a mí.

-Expreso acariciando levemente la mano de mi esposo-. ¿verdad, cariño?

Él se acerca a mi rostro y falsamente

sonríe mientras me besa con "dulzura".

-Lo haré siempre, cariño. -Concluye

finalmente. Veo a su tío que derrama miel por los ojos ante el estupendo

teatrito y me decido por cambiar el tema de conversación.

Prefiero hablar sobre negocios, empresas y lo

que me importa; dinero. En mi interior siento rabia. Quiero acabar con todo

esto de una buena vez por todas.

Las mucamas ingresan a la habitación

e interrumpen la conversación sobre los últimos ingresos de la empresa. Fulmino

a la tal Andy con la mirada y lo hago durante varios segundos para que ella lo

note. Yo no le caigo bien y ella a mi tampoco. Juro que en la próxima la

despido por incompetente.

-El almuerzo ya se encuentra en el

salón comedor. -Comenta la otra chica, cuyo nombre aún desconozco por

completo...

Me pongo de pie y como toda buena

anfitriona hago que el tío de mi "querido" esposo pase hacia la otra habitación

primero. Intento avanzar, pero Alphonse me detiene.

-¿No tenías un vestido algo más

apropiado para esta ocasión? -Me cuestiona observando con desprecio mi hermoso

y caro vestido.

-Jamás te importó como me visto, ¿Por

qué lo haces ahora? -Pregunto para callar sus estúpidos cuestionamientos sin

sentido.

-Has excedido el límite, Leyna. Sabes

que hay mucho en juego.

-En la habitación también había mucho

en juego y te acobardaste. -Respondo y luego sigo mi camino dejándolo

sorprendido y con la palabra en la boca.

            
            

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