Matrimonio con el alemán multimillonario
img img Matrimonio con el alemán multimillonario img Capítulo 9 Leyna: Nunca lo sabes
9
Capítulo 10 Leyna: Lo que querías img
Capítulo 11 Leyna: Mientes img
Capítulo 12 Leyna: No exageres img
Capítulo 13 Leyna: Bésame img
Capítulo 14 Leyna: Desnúdate img
Capítulo 15 Eres hermosa img
Capítulo 16 ¿Interrumpo img
Capítulo 17 Leyna: Vieja arpía img
Capítulo 18 Aléjate img
Capítulo 19 ¿Que quieres img
Capítulo 20 ¿Dónde estás img
Capítulo 21 ¿Que haces aquí img
Capítulo 22 ¿ Estás bien img
Capítulo 23 Acerté el amor img
Capítulo 24 Preciosa LEYNA img
Capítulo 25 Mi cielo img
Capítulo 26 Mi diamante más precioso img
Capítulo 27 Te ves hermosa img
Capítulo 28 Te quiero img
Capítulo 29 Leyna: Madre img
Capítulo 30 Lo supuse img
Capítulo 31 Fotografía img
Capítulo 32 No tengo idea img
Capítulo 33 Pensando en ti img
Capítulo 34 Te extrañaba img
Capítulo 35 Sorpréndeme img
Capítulo 36 En la cocina img
Capítulo 37 Muy despierto img
Capítulo 38 Bonjour img
Capítulo 39 Felicidades img
Capítulo 40 Anormal img
Capítulo 41 Trueno img
Capítulo 42 Ya lo veremos img
Capítulo 43 ¿Y bien img
Capítulo 44 Vete a la mier... img
Capítulo 45 Voy a foll... img
Capítulo 46 No te duermas img
Capítulo 47 Esposo afortunado img
Capítulo 48 ¿Compras img
Capítulo 49 ¿Madre img
Capítulo 50 No llores img
Capítulo 51 Estamos en la misma img
Capítulo 52 Solo para mi img
Capítulo 53 En el Club img
Capítulo 54 Leyna Fischer img
Capítulo 55 Es solo amigo img
Capítulo 56 Celos de esposo img
Capítulo 57 No eres así img
Capítulo 58 Un castigo img
Capítulo 59 Vulgar img
Capítulo 60 La niñita img
Capítulo 61 Princesita img
Capítulo 62 Sorpresa img
Capítulo 63 Barry y Melisa img
Capítulo 64 Eso creo tio img
Capítulo 65 No tengo hambre img
Capítulo 66 Muy molesta img
Capítulo 67 ¿Bebé img
Capítulo 68 Tu deseo img
Capítulo 69 Te... Mucho img
Capítulo 70 No fastidies img
Capítulo 71 Tu me quieres img
Capítulo 72 ¿Puedo img
Capítulo 73 Keyla y el perro img
Capítulo 74 ¿Que intentan hacer img
Capítulo 75 Una sorpresa img
Capítulo 76 Te amo, Alphonse img
img
  /  1
img

Capítulo 9 Leyna: Nunca lo sabes

El camino de regreso a nuestra casa

es incomodo. Permanecemos en silencio y cada quien observa sobre su respectivo

lado de la ventanilla. Tengo deseos de llorar por primera vez. No sé que me

sucede, pero comienzo a ser consciente de lo que realmente ocurre en mi

vida.

Cuando llegamos, me bajo del coche

apresuradamente e ingreso rápidamente al recibidor.

Alphonse viene detrás de mí

pronunciando mi nombre para que me detenga, pero no lo hago.

-¡Leyna! ¡Detente! -grita a mis espaldas.

-¡Vete a la mierda, Schäfer!

Sé que estoy a punto de llorar y no

quiero que me vea. Jamás le demostré a nadie la debilidad y no lo haré delante

de él.

Me siento como una estúpida, siempre

me digo lo mismo, tengo todo lo que quiero, pero al mismo tiempo no tengo lo

que más deseo. Me siento vacía y ni siquiera puedo quejarme como pretendo.

Entro al baño de mi cuarto y cierro

la puerta con seguro. Me voy derribando lentamente hasta que siento que mi

trasero toca el piso. Me tomo mi momento, evito que las malditas lágrimas se

escapen y lo logro. Sé que debo salir y aparentar indiferencia, pero se me hace

muy difícil. Cada día que pasa caigo en una realidad mucho más profunda y me

hago la tonta porque no quiero creerlo aun.

-Leyna, sal ahora mismo, debemos

hablar. -Me dice al otro lado de la puerta.

Seco una lágrima, solo una que

escapó. Me incorporo y luego me acerco al espejo del baño.

Arreglo mi rostro para que él sepa

que nada sucedió. Me quito mi vestido y lo dejo a un lado. Abro la puerta y

camino solo en ropa interior hacia la cama.

-Leyna, te estoy hablando. -Espeta

parado a solo unos metros de mí, ya no lleva el saco de su esmoquin y tampoco

la corbata negra.

-No me interesa hablar contigo. -Le

digo ásperamente y aparto las sabanas a un lado.

Él se aproxima furioso y me toma del

brazo otra vez. Me encuentro con su mirada llena de ira y trago en seco. No

quiero pelear ahora. Todo es mejor cuando nos ignoramos mutuamente.

-¿Quién era ese hombre? -Pregunta tomándome desprevenida.

-No sé. -Digo rápidamente.

-Hablabas con él.

-No lo sé.

Responde.

-¡Me estabas espiando! -Afirmo.

Él no lo niega y eso me

desconcierta.

-Estaba preocupado. -Se excusa. Rio

cínicamente y luego me alejo de él.

-No es necesario que mientas ahora,

nadie nos está viendo. -Siseo saliéndome de control.

Esta conversación es estúpida y sin

sentido. No le debo explicaciones.

-No finjo, estaba preocupado por ti.

No digo nada. Quiero acostarme y

descansar. Me duele la cabeza y no me siento del todo bien. Ya lo he dicho,

pero esta discusión es estúpida y sin sentido.

-Estoy cansada, déjame dormir. -Inquiero

sin dirigirle la mirada.

-Estás molesta y ni siquiera sé por

qué.

-¡Claro que lo sabes! -Exclamo a los gritos.

Me siento en la cama y me quito los

zapatos lentamente, eso lo enoja y yo lo disfruto. Peino mi cabello con mis

dedos y luego apago la luz proveniente de mi mesita de noche. Él resopla y

maldice una y otra vez en voz baja, sé que quiere contenerse, pero no logrará

hacerlo por mucho tiempo.

Me acuesto y me cubro con las sabanas

hasta la altura de la cintura. Cierro los ojos y Alphonse cruza la habitación y

se coloca delante de mí.

-Leyna, no terminamos de hablar. -Espeta

de manera poco amigable.

Sigo con los ojos cerrados, el

comienza a perder el control. No pienso decir nada, estoy molesta y además de

eso sin vida sexual plena desde hace tres semanas.

Las sabanas de la cama se apartan de

mí inconscientemente y luego siento las manos de Alphonse tomándome por los

brazos y obligándome aponerme de pie. Abro los ojos aturdida, lo veo, está

enojado, muy enojado y eso me gusta.

-¿Qué crees que haces? Pregunto intentando escapar.

-¡Te comportas como un niña! ¡Quiero hablar contigo, pero jamás logro

hacerlo!

-¡No es mi culpa que no logres hablar conmigo, al fin

y al cabo hay muchas cosas que no logras hacer! -Digo sin piedad alguna. Sus

ojos reflejan sorpresa y veo como su mandíbula se tensa. Lo estoy provocando y

sé que lo voy a lamentar.

-¿Qué quieres decir con eso?-Pregunta acercándome más

a su cuerpo. Comienzo a excitarme, mierda que estoy excitada. Huelo su colonia

y siento deseos de besarlo, no sé porque, pero su enojo me enciende.

-Sabes a lo que me refiero. Murmuro

acercando mi cara a la suya. Ahora si pienso quejarme, por primera vez voy a

hacerlo.

-Dime entonces. -Me reta.

Suspiro, estoy dispuesta a

desahogarme.

-Nuestro matrimonios es una completa mierda! ¡Todo es una mierda!

-¿Qué más? -pregunta con los ojos cargados de enojo-. ¡Dime que

más!

-¡Lo nuestro no funciona, es un completo desastre,

fingimos todo el tiempo y además de eso no nos llevamos bien!

-¡Eso ya lo sé! ¡Quiero que funcione, pero tú no me lo permites!

Claro, ahora resulta que yo soy la

culpable de todo lo que sucede. Me sorprendo, es la primera vez que hablamos

seriamente sobre lo que nos sucede. En el año que llevamos de matrimonio jamás

habíamos intercambiado palabras de la manera en la que lo hacemos en este

momento.

-¡Tu y yo sabemos que no nos queremos, sabemos que

esto es un desastre! ¡Tú sabes que este ultimo años que pasamos juntos, fue una

completa mierda! ¡No somos felices, Alphonse!

-¡Yo quiero que seamos felices, Leyna! -grita rápidamente.

-Pero... no... -murmuro claramente impactada por lo que

acaba de decir. Necesito cambiar el tema rápidamente, tengo que evitarlo por

completo-. ¡No te pido que me ames o que me quieras porque no me interesan tus

sentimientos! Sabes que me casé contigo por tu dinero y fui muy sincera contigo

al respecto de eso, pero si al menos el sexo entre nosotros fuera mejor no

estaríamos discutiendo por algo sin sentido.

-¡Ese

es tu mayor problema! ¿Solo quieres eso? ¿Sexo? -Me cuestiona claramente

irritado-. ¡Puedo darte mucho más que sexo, Leyna! ¡Abre los ojos!

No sé que responder. No tengo

palabras, puedo decir que si o decir que no, pero no quiero hablar, las

palabras no me sirven en este momento. Él me observa en silencio y distingo que

una descarga de adrenalina irradia mi cuerpo.

-No puedes darme nada más, Alphonse. -Murmuro

para provocarlo-. No quiero nada más. - miento.

                         

COPYRIGHT(©) 2022