Vendido a Don
img img Vendido a Don img Capítulo 3 Estrés
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Capítulo 8 Despedida de soltero img
Capítulo 9 Novio te está esperando img
Capítulo 10 Matrimonio img
Capítulo 11 Prefiero ser tu criada img
Capítulo 12 No finjas img
Capítulo 13 Esta mujer img
Capítulo 14 Equivocada img
Capítulo 15 Un beso img
Capítulo 16 Amante img
Capítulo 17 Dios mío img
Capítulo 18 Me atacó img
Capítulo 19 Fuera de mi casa img
Capítulo 20 Enfadada img
Capítulo 21 Curiosidad img
Capítulo 22 Café img
Capítulo 23 Soportar img
Capítulo 24 No sé img
Capítulo 25 Himen img
Capítulo 26 Déjame en paz img
Capítulo 27 De acuerdo img
Capítulo 28 Recompensa img
Capítulo 29 La carne img
Capítulo 30 Al contrario img
Capítulo 31 Embarazada img
Capítulo 32 Un hijo img
Capítulo 33 Tú me calmas img
Capítulo 34 Sabes muy bien img
Capítulo 35 Gran marido img
Capítulo 36 No estás bien img
Capítulo 37 No puedo img
Capítulo 38 Dolor img
Capítulo 39 Cálmate ragazza img
Capítulo 40 Eres tan guapa img
Capítulo 41 Cruzar la línea img
Capítulo 42 Contrólate img
Capítulo 43 Eres mía img
Capítulo 44 Muito img
Capítulo 45 Matado a un hombre img
Capítulo 46 Siempre estava aqui img
Capítulo 47 Besos img
Capítulo 48 Momento img
Capítulo 49 Trabaja img
Capítulo 50 Bailaré para ti img
Capítulo 51 Para! img
Capítulo 52 Te amo img
Capítulo 53 Maledetta img
Capítulo 54 No es mentira img
Capítulo 55 Voy a matar img
Capítulo 56 No merece mi amor img
Capítulo 57 Una puta img
Capítulo 58 Maldita seas img
Capítulo 59 Mátame img
Capítulo 60 Por spuesto img
Capítulo 61 Qué pasaba fuera img
Capítulo 62 Es su problema img
Capítulo 63 Alto img
Capítulo 64 Estaba a salvo img
Capítulo 65 No pasa nada img
Capítulo 66 No quiero saberlo img
Capítulo 67 No quieres img
Capítulo 68 Bella mia img
Capítulo 69 Es de la familia img
Capítulo 70 Casualidad img
Capítulo 71 Lo siento img
Capítulo 72 Deseo img
Capítulo 73 No agas nada img
Capítulo 74 ¿Estás bien img
Capítulo 75 Eres una cabrón img
Capítulo 76 Volvió loca img
Capítulo 77 Todo el sentido img
Capítulo 78 Confianza img
Capítulo 79 Va bene img
Capítulo 80 Estás loco img
Capítulo 81 Enfermería img
Capítulo 82 Confío img
Capítulo 83 La niña img
Capítulo 84 Te quiero img
Capítulo 85 Me disculpé img
Capítulo 86 Vestido img
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Capítulo 3 Estrés

CAPÍTULO 03

Don Antonio Strondda

Salgo de mis pensamientos cuando alguien entra en la sala VIP de la discoteca.

- ¿Estresado, mi Don? - Susany me pone las manos sobre los hombros. - He venido a ver si necesitas algo... - Lleva esa falda corta estilo estudiante que me encanta.

- Un poco... ¡Ni siquiera tú me quitarás el estrés hoy!

- Apuesto a que puedo hacer que te relajes... - dijo de forma sexy y pasó su mano por encima de mis pantalones.

- Hum... ¡buena mano, Susany! Pero hoy quiero estar solo. - Me acomodé en la silla.

- Aquí hay algo mucho más sabroso... - Vino otra vez con la mano y me enfadé.

- ¡Fuera, Susany! Si necesito tus golosinas, ¡te llamaré! - Hablé con más firmeza, pero intenté no enfadarme, porque mañana me levantaré temprano para ver a mi prometida y pienso estar de buen humor.

Ella volvió a su poli baile, y así me quedé mirando, por increíble que parezca, quiero pasar la noche con Fabiana, esa chica me intriga tanto.

.

Al día siguiente...

.

Me desperté y todavía estaba oscuro. Fui al jardín, porque cuando me enfado, las flores tienen el poder de calmarme.

En cuanto toqué la primera rosa, me acordé de ella... la recolectora que me hechiza con su delicadeza.

El suelo estaba frío, el sol ni siquiera había salido. Los pájaros se habían ido, y me relajé plantando los nuevos plantones que había separado ayer.

Coloqué con cuidado una de ellas en una maceta, cogí mi gorra y bajé por el camino hacia su casa, realmente cualquiera que me vea como Don, y me vea como soy ahora, si no me conoce lo suficiente, no me reconoce.

Desde la carretera podía ver un poco lo que pasaba allí arriba, porque su casa estaba en lo alto, casi como una colina, y había arbustos a los lados.

Sonreí de satisfacción cuando la vi, me estaba buscando, miraba a un lado y a otro, así que levanté la mano y me hizo una señal para que subiera.

La puerta estaba abierta, así que subí despacio. El lugar me pareció extraño... había bolsas enormes, unas diez... y al otro lado había un montón de bolsas de basura, y me pregunté cómo podía estar en esta vida una chica tan guapa y delicada.

- ¡Has vuelto! - Se acercó mucho. Hoy estaba más arreglada, no estaba sucia, y su pelo estaba en orden.

- ¡He venido a verte! Te he traído un plantón de rosa, es tan bonito como tú... - Se lo entregué y ella sonrió maravillosamente, pude ver dos hoyuelos en sus mejillas.

- ¡Dios mío! Qué bonito... ¿eres jardinera? - Sujetaba la maceta con cuidado y su delicada forma de moverla me hizo admirarla más.

- ¡Se podría decir que sí! - sonreí, disfrutando de la broma.

- Me parece un trabajo precioso, me gustaría hacerlo, ¡pero por desgracia no puedo! - Ella miró a su alrededor. - Si no te importa, tengo que seguir con mi trabajo, porque mi tío está a punto de despertarse y se pone furioso cuando me lío...

Me acerqué a ella y le cogí las manos.

- ¡Déjame buscar un sitio para la olla! - Vi que miraba fijamente mi mano encima de la suya, parecía avergonzada. - Tienes una piel suave... - La felicité y levanté mi mano hacia su cara y la toqué lentamente, notando que ella levantaba una ceja y no reaccionaba. - Lo siento, creo que te he manchado... - dije, tratando de limpiársela.

- No pasa nada. ¡Estoy acostumbrada a ensuciarme! - Disimuló apartándose y empezando a abrir una gran bolsa negra. Apoyé la maceta en una pared y la observé.

- ¿Qué haces? - metió la mano dentro de la bolsa de basura y me quedé asombrado.

- ¡Tengo que ver toda esa basura! - Señaló el exorbitante número de bolsas. - Y cuando termine, vendrá mi tío con el carrito y saldremos a recoger más... Bueno, en ese caso yo...

- Cielos... ¿y tienes que tocar estas cosas? ¿No tendrías que usar un guante?

- Sí... pero por desgracia mi tío no los compra... así que me las arreglo como puedo. Mira... tengo que clasificar el plástico, el cartón, el hierro y demás. La lista de materiales es larga y los que más dinero dan son el cobre que encontramos en los motores que tiran, y también los metales estropeados, sobre todo esos grifos viejos.

- ¿Así que tienes un sueldo? - bajó la cabeza, clasificando más deprisa. La vi echar los objetos de la bolsa de plástico en las otras grandes, clasificándolos.

- En teoría sería así, pero... - Me acerqué mucho a ella y le levanté la cara.

- ¿Qué te pasa?

- Mi tío no me paga nada.

- ¡No es justo!

- La vida nunca es justa... - Vi una lágrima corriendo por su mejilla.

- ¡Para! ¡Suelta esa basura, no puede obligarte! - Le aparté la bolsa y la abracé.

- No puedo...

- ¿Te está amenazando? ¿Te ha hecho algo? - Sentí que me hervía la sangre al pensar que la había tocado.

Levantó la cabeza para mirarme y seguía llorando. Parecía recordar algo.

- No... - se apartó de mí. - Es que tengo que trabajar, si no, no tendremos comida... - Disimuló y volvió a ponerse el bolso, retomando su trabajo. Cogió un grifo y esbozó una sonrisa mentirosa.

- Podría ser, ¡metal! No todos lo son, tenemos que frotarlo contra el suelo rugoso o pasarle un cuchillo por encima y ver si el color de debajo se vuelve amarillo. - Lo disimuló por completo.

- Así que si se vuelve amarillo, ¿es metal? - Estuve muy cerca.

- Sí... Voy a acelerar aquí, llego tarde...

- ¡Te ayudaré hasta que llegue a tiempo! - Lo dije sin pensar y sin saber cómo hacerlo, pero ahora ya está...

- ¿De verdad? ¡Vaya, qué mono eres! - Saqué otra bolsa y empecé a abrirla. - Pero no te molestes, puede que a mi tío no le guste...

- Cuando se despierte, saltaré la pared y me iré, ¡seguro que ni me ve! dije emocionada.

Ella sonrió, me explicó algunas cosas y yo la ayudé poco a poco. Cuando un objeto curioso cayó al suelo, ella se apresuró a recogerlo y, como yo me había agachado, nuestras caras quedaron muy cerca.

La ayudé a levantarse mientras nuestras miradas se encontraban. Tenía ganas de besarla, de tener su cuerpo junto al mío, de acercarme a ella... cada día parecía más hermosa y no veía la hora de que llegara el día de la boda y poder hacerla mía.

Me acerqué para besarla y vi que cerraba los ojos, iba a dejarme..., pero un ruido en el interior de la casa llamó mi atención y me aparté.

- ¡Creo que se ha despertado!

- ¡Me voy! ¡Espérame mañana! - Le contesté con un beso y ella puso cara de susto, se tapó la boca con la mano y salté por encima de la pared.

Antes de bajar, me escondí un poco para escuchar como la trataría su tío, porque aquella conversación me pareció extraña, y más las frases que escuché:

- Zorra, ¿has traído aquí a otro hombre? ¡Ya te lo he dicho! No quiero que nadie te bese por las esquinas, ¡ya tienes dueño!

- ¡No me hagas daño! ¡No fue mi culpa!

- ¡No te haré daño! Desgraciadamente pronto te casarás con el ricachón, ¡no puedo arriesgarme a que te devuelva!

- NO QUIERO A ESE TIPO ASQUEROSO, ¡LO SABES! ME DA PAVOR MIRARLO, NO DEJARÉ QUE SE ME ACERQUE. - Estaba furiosa. Además de su costumbre de traer hombres aquí, me odia, ¿le doy asco?

Me apoyé en la pared y bajé a los arbustos, porque no quería oír más.

Me sentía enfadada por dentro, y cuando llegué a casa fui a darme una ducha, pero empezó a empeorar y me dolía el pecho.

Tiré la botella de whisky contra la pared y se hizo añicos.

- ¡Dios mío! ¿Qué te ha pasado? - me preguntó Laura, pero yo no quise contestar.

- ¡Separa dos coches y seis soldados! ¡Pídele al ama de llaves que prepare algo de comida y la lleve a la dirección que te daré! - me miró fijamente.

Empecé a anotar la dirección en un papel y, en cuanto terminé, escribí una nota:

- "Nuestra boda ha sido reservada para el sábado, quedan tres días, ¡así que date prisa en recoger tus cosas, y envía tu documento por los soldados! Espero que ese día me digas la verdad, ¡porque el sábado sabré si tengo que matar a alguien!".

- ¿Qué es eso? - preguntó Laura.

- No estoy dispuesto a responder preguntas, ¡voy a practicar tiro!

Le di la espalda, cogí mi pistola y salí a disparar, para aliviar el estrés.

Llamé a la discoteca y les pedí que trajeran a Susany, me sacaría a esa asquerosa de la cabeza.

            
            

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