Capítulo 5 GOLPE EN EL ESTACIONAMIENTO

Al salir de las clases en donde vale decir que Ayleen era la mejor estudiante de todas, Katty y Ayleen estaban en el estacionamiento cuando Ludwing y un grupo de sus compañeros las seguian.

-Vamos, dime que sí que me aceptas la invitación a unos tragos, total, tu marido anda con otra, Ayleen no te creas la gran cosa por un cambio de look, vamos acepta, dijo Ludwing atrayendo a la chica fuertemente para besarla.

Fue prácticamente de inmediato que el estudiante sintió un fuerte golpe que lo dejó tendido en el piso del estacionamiento.

- No se te ocurra volver a tocarla nunca mas, dijo Liam con una voz de trueno que no pudo controlar, haciendo que Ludwing realmente sintiera terror.

-¿Eres un animal, como se te ocurre golpearme, no sabes quién soy yo?

-No la vuelvas a tocar nunca más y sí, sí sé quién eres Ludwing Salem y yo Liam Hendrich.

Al escuchar el chico quien era el hombre que lo había golpeado, de inmediato se puso en pie y se disculpó con Ayleen.

-Lo siento, me dejé llevar por una hermosa mujer, no vuelve a suceder.

En ese punto Ayleen y Katty estaban dentro del auto, de manera astuta Liam las había protegido del chico quien tenía una historia bastante interesante y él pudo ver que estaba armado, al ser de una familia prominente en el país, pasaban por alto en la universidad que el chico tuviese con él un arma.

-Te juro que si vuelves a molestar a la señora Hall, vas a saber quién soy yo Ludwing, creo que no tengo que repetirlo una vez más.

-No, no se preocupe señor, dijo el prepotente Liam humillado y con algo de temor al dirigirse al chofer.

En ese punto, Ayleen se dio cuenta de que su guarda espaldas era algo más que eso y tenía que descubrir lo que era, porque para que su compañero de carrera reaccionara de esa manera, había algo detrás de todo eso y ella no lo sabía, no tenía idea a quien había contratado Aldo para protegerla y todo podía ser posible viniendo de él.

-Gracias, pero no era necesario Liam, espero no te metas en problemas con la familia de Ludwing, es una familia bastante importante en el país, a su padre no le va a gustar que tocaran a su hijo y mucho menos dejarle un ojo morado como lo hiciste.

-No se preocupe señora, ¿usted está bien?

-Sí, solo un poco enojada con Ludwing, pero estoy bien respondió ella con una sonrisa.

-Bueno, creo que mejor voy a mi auto, gracias Liam por ayudarnos, este chico es por lo que he investigado un matón, que se escuda en el nombre de su padre para hacer lo que le da la gana, anda armado, no es la primera vez que he visto que muestra su arma como signo de poder, un golpe no le caía mal, solo que le receteaste todo el sistema, dijo la chica haciéndolos reír.

-Bueno, para eso me pagan, dijo él atractivo hombre levantando sus hombros.

Las dos chicas se despidieron al igual que de Liam.

-Puedes llevarme a un lugar tranquilo, no quiero volver a la casa, paso por algo de beber y listo, dijo Ayleen intentando no parecer curiosa con el hombre.

Cerca de la universidad había un pequeño supermercado en donde la chica compró una botella de vino y una tabla de quesos, hielera y una copa, se sentía un poco abrumada por todo lo que estaba ocurriendo en su vida, la universidad, Liam, Aldo y su infidelidad con una compañera de su carrera, el incidente con Ludwing y como actuó al escuchar el nombre de su guarda espaldas.

Liam condujo durante mucho tiempo y cuando la chica se percató estaba frente al mar azul, con la vista más espectacular que había visto jamás.

La chica bajó del auto realmente impresionada, iba cayendo la tarde, el sol se ocultaba y los colores del mar y las nubes eran espectaculares.

-Liam, que lugar más hermoso, tenía mucho tiempo de no salir de casa, solo con mi esposo a sus cenas y lugares con personas adineradas, dijo ella sin dejar de mirar el paisaje.

-¿Puedo pedirte algo sin que te molestes?

-Claro señora, lo que guste, respondió el hombre sin pensarlo.

-¿Puedes dejarme sola un rato? Por favor.

-Claro, estaré por allá, dijo el hombre señalando una pequeña casa a unos quinientos metros.

Después del incidente en la habitación de Ayleen, todo se había vuelto más formal, Liam la trataba de señora y ella lo trataba como un empleado.

Liam caminó hacia la casa, se quitó su traje entero de color negro y se puso un wetsuit, el traje para hacer surf, tomó una tabla y fue mar adentro.

Ayleen observaba el espectáculo de aquel hombre nadando mar adentro.

La chica abrió la botella de vino y bebió una copa, comió algo ya que moría de hambre, ella miraba la puesta del sol.

Ayleen comenzó a llorar mirando aquella puesta de sol, al ver en lo que se había convertido su vida, una chica joven, con un esposo treinta años mayor, a quien no le llamaba la atención, sola en la vida, con una depresión en puertas, ella con sus lagrimas rodando por sus mejillas y una copa de vino en la mano suspiraba fuertemente.

Una hora después Laim llega donde está su jefa, con un traje descubierto en su torso y un pantalón negro que cubría de la cintura para abajo, aquel cuerpo perfecto era espectacular.

-Señora, está bien, le puedo ayudar? Preguntó el hombre al ver a la chica en aquellas condiciones.

-No lo sé Liam, no lo sé, dijo ella llorando con todo el sentimiento.

-Ay señora Ayleen, dijo el atractivo hombre sentándose al lado de la chica quien le ofreció una copa de vino.

-¿Qué pasa? puede confiar en mi señora, soy su amigo.

La chica tomó una copa de vino de manera rápida, ya se había bebido más de la mitad de la botella de vino, Ayleen no estaba acostumbrada a beber, así que estaba un poco ebria.

                         

COPYRIGHT(©) 2022