¿Fútbol? Normalmente lo veían por Tv. ¿Había equipo en NorthWalk Town? Es más... ¿Había estadio?
Eso no importaba, lo que importaba era que mi padre quiere pasar tiempo conmigo y yo necesito despejar, sacarme todo lo sucedido de la cabeza.
- ¡Sí! Si quiero ir... ¿A qué hora vienes? -Dije con emoción
-Ve a casa de tu abuela a las 3pm. Yo llamaré a tu madre, para avisarle.
- ¡Vale! -colgué el celular. Un poco decepcionada por el hecho de que no vendría a buscarme. Una vez más tendría que ir yo hacia él. Esa era la realidad entre nosotros.
A partir de ese domingo vamos a ver el fútbol mi padre y yo. -Ese ha sido una constante entre Alexander y yo. -No me quejo, para nada, me gusta que al menos todos los domingos sean para estar juntos, y más aprovechando que el equipo del pueblo está participando en un torneo y juegan seguido.
Me empezó a gustar mucho más el fútbol. No sé si por lo agradable que es estar en un estadio lleno de fanáticos gritando y el ambiente es tan agradable que te contagia la buena energía; Solo por el deporte o Ambos.
Por otro lado, seguía visitando a mi Titi solo los fines de semana. Ya que había empezado asistir a la universidad con Ismenia. pero desde lo que pasó con Martín, Ismenia decidió que me quedaría en casa encerrada mientras ella iba a la universidad, como castigo. Y la realidad era que para mí era la gloria, el paraíso.
Ella había tomado esa decisión, por 2 razones:
1. Se había divertido y pasado demasiado bien sin mí en su salida al bar ese día.
2. "Porque me porté mal y no merecía salir".
¿Castigo o Premio?
Los viernes tenía permitido salir a las 4pm a visitar a mi Titi. Por ende, ir a jugar con mis primas.
Me había hecho muy unida a Danna, la que es dos años mayor. Había empezado a visitarlas a su casa.
Una noche Danna me pidió que me fuera a dormir el fin de semana con ella, haríamos pijamadas. Desde entonces, trato de todos los fines de semana ir a su casa.
Los domingos mi padre me va a buscar a casa de mis tíos. Cuando hay partido mis tíos vienen también al estadio.
Y así los domingos se volvieron mis favoritos.
Los fines de semana que no hay juego, muy pocas veces mi padre me lleva a dormir con él a su casa. digamos que, de cada Diez, Tres voy a su casa. Me gusta mucho más de lo que me gustaría admitir. Se siente distinto. Mis tíos son muy cariñosos. Yo no estoy acostumbrada a esa sensación de amor y cariño. Me agrada mucho que cuando estoy con ellos no siento que soy un estorbo ni un parasito.
Siempre que voy a su casa, con Danna vemos películas, nos disfrazamos, hacemos pasarelas de moda con nuestra propia ropa y cuando mis tíos salían, que nos dejaban solas, le tomábamos prestado -a escondidas, por supuesto- a mi tía sus tacones y desfilábamos. Cuando escuchábamos el auto estacionarse, corríamos a guardar los tacones y hacer como si nada. Si éramos algo traviesas, pero era travesuras inocentes.
Ya habían pasados varios meses desde ese incidente con Martín.
Ismenia Está embarazada... la verdad no sé si me gusta o no la idea. Por un lado, sí, voy a tener un hermanito.
Por otro... no. No quiero que otro ser humano sufra lo que sufro con Ismenia, eso me hace sentir triste, frustrante.
Ismenia se graduó de la universidad. Solo eran tres años de carrera.
Llegó Eidryan A nuestras vidas, Mi hermanito.
Cumplí mis diez años.
Ismenia inauguró una papelería cerca del colegio... ahora pasaríamos todo el día allí. Bueno yo paso allí toda la tarde, después de salir del colegio me quedo en la papelería hasta el cierre que es en la noche.
Lo bueno, es que una amiga nueva que conocí en el colegio, vive muy cerca de la papelería y puedo jugar con ella y su grupo de amigos -que me aceptaron muy bien. gracias por eso. -mientras Ismenia aun trabaja.
Gabriela y su grupo de amigos siempre juegan justo en frente de la papelería.
La papelería está ubicada como en una especie de estacionamiento. El estacionamiento tiene un aro de básquet y es lo suficientemente amplio. Además, lo aprovechan para jugar el futbol. -A mí me encanta el futbol. -Al parecer es el lugar favorito del grupo de Gabriela.
¿Y de quien no? Si puede jugar dos deportes en un solo lugar.
Gabriela se vuelve mi Mejor Amiga durante cinco años. La conocí en el nuevo año escolar. Para mí fue muy extraño congeniar muy bien con Gabriela, solo me hablaba y llevaba bien con Briel y Manuel. A pesar de mi personalidad fría y mandona.
Si se preguntaban si trataba mal a Briel y a Manuel por mi rabia hacia los hombres... la respuesta es ¡No!
Con ellos siempre fue y será diferente. A ellos los conozco desde antes de lo sucedido con Martín. Ellos jamás me han tratado como una presa, ni me han hecho sentir incomoda con ellos.
Gabriela ha vuelto recién al pueblo, se había ido cuando tenía ocho años y ha vuelto año y medio después.
Me invita a su casa por su cumpleaños... yo dudaba que Ismenia me dejará ir a una fiesta, pero era mi primera Amiga, no quería perderme su cumpleaños o que se decepcionará de mí y ya no quisiera ser mi amiga.
¡Es triste y patético! pero si, no quería perder a mi único prospecto de amiga.
Y estaba en todo lo correcto, Ismenia no quería dejarme asistir a la primera fiesta que me habían invitado -y de mi primera amiga- por lo sucedido con Martín. Para mí esto es un horror, no lo puedo soportar.
¿Hasta cuándo me iba a seguir lo sucedido? ¿Lo llegaría a superar algún día? ¿Me dejarán olvidarlo algún día?
Rogué, pataleé y lloré hasta que logré convencerla con el argumento de: "Estoy cerca de la papelería y podrías vigilarme si quieres".
Astuta La Niña.
Solo tenía una hora para estar en la fiesta y para mí era suficiente, ya era un logro total. Ya había ganado por conseguir al menos una hora.
Yo no me imaginaba que esa hora se convertiría en una de las mejores de mi vida.
Llamémoslo "DESTINO".
El destino hizo una de sus maravillosas jugadas. De esas que realmente no te esperas, pero con el tiempo, concuerda todo, unes cada una de las piezas y dices: ""Gracias Destino, Gracias Universo" Por Esta Distracción Llamada "Amigos" Para mi Vida Tan Caótica".
Es hora de la fiesta. Estoy muy, muy nerviosa. No soy buena para hacer amigos, para socializar. No quiero dañar el día y mucho menos perder una amiga antes de consolidarlo.
Con los nervios a flor de piel, que hasta se podrían palmar de lo tensa que estoy... llego a la casa de Gabriela, hay muchos... supongo que... ¿Familiares?, También hay unos cuantos niños, como de tres o cuatros años menos y otros con unos cuantos más que yo.
Pero... ¡oh, Pánico!
Gabriela no está en la fiesta. No hay ni rastros de ella. Pero ¿Cómo es posible? ¿Me equivoqué de fiesta?... no, no lo creo, Gabriela me había dicho que era acá. Ella misma me trajo a escondidas de Ismenia a Conocer la Casa, para que no me perdiera al venir a la fiesta.
¡Oh, no! ¡no, no, no! ¡Esto no puede ser ciert..!
- ¡Hola! ¿Eres la amiguita de Gabriela no? -Preguntó, pero no me dejó responder- ¡Del colegio! -Dijo una voz que me pareció angelical en ese momento, sacándome de mi pánico interno.
-S-si -Tartamudeé
-Ven, pasa. -Me guio dentro de la casa- Siéntate, Gabriela fue por bebidas a casa de su abuela, ya vuelve. Soy la tía Luisa, por cierto. -Dijo con una sonrisita amable. Solo asentí.
Estaba sentada con las piernas colgando, cruzadas en forma de equis. Porque sí, soy lo suficientemente pequeña como para tocar el suelo. Jugando con los dedos de mis manos, sintiéndome que no encajaba, que no debía estar allí, que no soy suficiente para tener una amiga, pensando en levantarme e irme. Apareció Gabriela con un grupo de chicos.
Me levanté directa hacia ella y torpemente saludar.
- ¡Hey! ¡Feliz cumpleaños! -Avergonzada porque no le había traído un regalo -Te debo tu regalo. -Dije con una sonrisa tímida.
- ¡Estás aquí! ¡Si viniste! -Dijo más emocionada de lo que esperaba, dando saltitos y finalmente me estruja en un gran abrazo -Ven que te presento.
No me dio tiempo de responder, se voltio hacia el grupo que venía con ella.
-Ella es Ana- la señala con una sonrisa de oreja a oreja. Ana es una chica morena, ojos marrones, un poco más alta que yo, pero no tanto, igual seguía siendo Bajita.
-Un Placer- dije tendiéndole la mano
-Él es Liam- señaló a un chico, este si era de mi tamaño. ¿Todo seriamos enanos o qué? ¿son ideas mías o se parece a Ana?
- ¿Son hermanos? -Pregunté con curiosidad. Ambos asintieron con la cabeza, como si no les gustara que se parecieran.
Gabriela continúo presentando, restándole importancia a los hermanos que se miraron con cara de espanto el uno hacia el otro.
-Él es Axel -Señaló a otro chico, este si era más alto que yo, se notaba la diferencia.
-Él Es Ángel -Señaló a un chico que estaba un poco divertido con Axel por la reacción de Ana y Liam. Tenía su cabello esponjoso, pero no era ni liso, ni rizado, digámosle rebelde. Alto y delgado.
-Él Es Fernando -Este sujeto sí que era alto, más alto que todos, vaya que lo era.
-Hola a todos -Dije una vez que Gabriela terminó de presentarlos. Como todos eran hombres solo aparentaba que tenían mi atención a medida que los iban presentando. Supongo que parecí algo antipática, pero eran hombre, no me lo permitiría otra vez.
Luego de esa larga presentación de cada uno de los amigos de Gabriela, Estuvieron Hablando y echando relajo, yo solo estaba observando todo, riéndome y adaptándome poco a poco. Me enteré que Ana y Liam son primos de Axel, que Fernando es Primo De Gabriela y Ángel es el Mejor amigo de Axel.
Todos eran primos de todos.
Se hizo hora de irme, y todos se ofrecieron acompañarme a la Papelería. Desde ese momento supe que ellos valían mucho como amigos y como personas. Solo teníamos diez años, bueno Axel y Ángel eran un poco mayores, pero todos seguíamos siendo niños. Pero de buen corazón.
Quizás solo era que no estaba acostumbrada a que se preocuparan por mi o quisieran estar conmigo.
Desde entonces me volví parte del grupo y todos eran mis buenos amigos. Más que todos jugábamos en el aro de básquet o simplemente se acercaban para hablar conmigo. También había incluido a Helmer al grupo. ¿por qué no incluir a mi primo también? Así yo también tendría un primo en el grupo. Todos nos llevábamos muy bien.
Aunque siendo realista, solo me llevaba de maravilla con Ana y Gabriela, porque con los hombres, obviamente actuaba antipática y recelosa.
Más dura que una pedrada de cerca.
Pero, aun así, a ellos les agradaba mi compañía, quizás porque sabían que, si no se metían conmigo, todo estaría bien y no habría agresiones. Aunque me hacían molestar adrede muy seguido porque les hacía gracia como reaccionaba.
Hombres, nunca le tienen miedo al peligro.
Unas semanas pasaron y seguía creando una amistad con cada uno de ellos. Esto era muy raro, distinto, anormal para mí en el día a día. No me acostumbraba a tener amigos esperando por mí, interesados por mí, en agradarle a una persona. Esto es irreal.
Mi cariño y aprecio por cada uno de ellos fue creciendo. Hasta por los chicos, algo estaba cambiando en mí. Es como si ellos me transmitieran seguridad. Con Gabriela, he tenido unas discusiones, simples, suaves, sutiles.
-Gabriela, ¿Qué te pasa? -La detengo haciéndola girar hacia a mí al tomarla por un brazo. -Desde hace rato estás rara, desde que llegaste a clases, para ser exacta. -Sonó la campana de salida. - ¿Estás molesta conmigo? ¿hice algo que te molestara?
-Solo déjalo así. -Dice mirando a todos lados menos a mí- Ve con Gabriel y habla con él.
- ¿Con Briel? Pero si tú estabas con nosotros hablando en la mañana. ¿Dije algo que te molestara? ¿Qué tengo que dejar "Así"? -Hice comillas con mis dedos, incrédula aun sin entender. - ¿O Briel dijo algo?
-No, no dijeron nada que me molestara, ni nada malo. -Por fin me mira. -Es que siempre estamos con él y no se... -Duda por un momento. -Creo que hoy no me levanté buen humor es todo.
-Pero si todos somos amigos, nos llevamos bien. ¿Cuál sería el problema?
-Ya te dije, solo me levanté de mal humor-Bufó.
-No me digas que estás celosa de Briel -Dije burlándome. Pues no podría ser cierto. -Eso sería muy fuera de lugar. Ya que tú y yo nos vemos mucho más de lo que lo veo a él, solo lo veo acá en el colegio y a ti te veo dentro y fuera del colegio. Siempre te tomo en cuenta para todo, nunca te dejo de lado. -Me rio. -Sino yo debería estar celosa de Ana. Pero la conoces desde antes de conocerme a mí y yo entiendo que la confianza es mucha más grande. -La miro directo a los ojos, no se ríe. -No pasa nada, ya nosotras crearemos nuestra propia confianza. Y otros tendrán celos de nuestra amistad.
- ¡Vale, si, tienes razón! -Sonríe -Lamento haberme portado grosera contigo.
¿Gabriela celosa de mi amistad con Briel? Todo esto es nuevo para mí.
Espera, eso significa que le importo.
¡Lo estoy logrando!
***
Helmer, es mi vecino.
Se ha mudado a casa del abuelo, con su madre. Sus padres se han separado y ahora vive al lado de mi casa.
Desde que se ha mudado, hemos congeniado más, compartido y jugado más, juntos. Vemos nuestros programas favoritos juntos y ahora ambos subimos a la papelería a las 5pm, a jugar con el grupo.
A el Abuelo no le gusta tanto que la idea de que sus dos nietos vivan juntos, y la verdad no se le podría culpar.
El abuelo tiene prácticamente un vivero en el patio trasero de su casa. Helmer y yo no somos muy cariñosos ni cuidadosos con sus plantas.
Una tarde, estábamos jugando a ser Power Rangers y las pobres plantas eran los monstruos que teníamos que acabar, con patadas y ramas que encontramos tiradas en el suelo, que serían nuestras espadas. Teníamos unos teléfonos de juguetes, de estos que se le levantaba la tapita para marcar, supuestamente nos transformábamos y llamábamos a los Megazord con ellos.
- ¿Lista para esta batalla? -Dice mirándome y extendiendo su brazo a un lado con el teléfono en su mano, haciendo que se abriera el instante.
- ¡Sí, Lista! -Asiento con firmeza y hago exactamente lo mismo.
Hace una maniobra - ¡ACCESO! -Dice marcando números al azar en el teléfono. -Power Ranger Rojo-Posa y grita -AAAAAAAH.
Hago lo mismo, solo cambiándole mis movimientos de transformación-Power Ranger Rosa -Hago una pose y grito también- JAAAAAA.
- ¡POWER RANGERS... AL ATAQUEEE! -Alza su espada y corremos en dirección a las plantas. Pobre de ellas.
Después de una larga batalla, mi aliado se ve forzado a:
-Hemos destruido varios de los enemigos, pero su líder es muy fuerte y gigante, necesitaremos el Megazord-Mi compañero me advierte.
Le asiento con la cabeza. Procedemos a marcar nuevamente números al azar en el teléfono y nos fusionamos. - Fusionarnos significa, subirme en la espalda de Helmer y ambos lanzar espadazos a todo.
- ¡Megazord Actívate! -Hacemos nuevas maniobras, unos que otros saltos y poses.
- ¡ESTAMOS UNIDOS! -Gritamos al unísono una vez que estoy encima de su espalda.
Imaginación si teníamos, la verdad.
Destrozamos todas las plantas de café que tenía nuestro abuelo. Resultó ser que eran las que más apreciaba y cuidaba. En pocas palabras, destrozamos lo que más adoraba.
Pero Ganamos.
También ganamos un regaño gigante por parte del abuelo, eso no fue muy genial que digamos. Yo me llevé doble regaño, por el abuelo y por Ismenia, pero el regaño del abuelo no fue nada comparado con el de Ismenia. Ha quedado el recuerdo durante unos días.
El abuelo nos castigó con tener que cuidarle todas sus plantas, hasta que volvieran a estar como estaban antes de nuestra batalla. Mi Tía Paula-La Madre de Helmer. -Solo lo castigó obligándolo a todos los días tomarse un jugo de Remolacha con Naranja.
-No quiero seguir tomando ese jugo, ¡Agh! -Helmer dice mientras hace un gesto de asco sacando la lengua.
-Y yo no quiero seguir cuidando las plantas- Dije con aburrimiento.
-Solo llevamos tres días haciéndolo -Dijo encogiéndose de hombros.
-Tú igual con el jugo. -Le saco la lengua.
Me hace una mueca, arrugando la nariz y le digo.
- ¿Qué tal... Si yo me tomo tu jugo por ti hoy y tú riegas mi lado de las plantas? -Le propuse subiendo y bajando mis cejas. -Vamos, es una oferta que no puedes rechazar.
Lo pensó por lo que fueron unos segundos muy largos hasta que por fin dijo:
-Está bien... -Se llevó un dedo a la cara, pensativo. -Pero tienes que hacerlo al menos dos veces a la semana. -Su turno de subir y bajar las cejas.
¿Valía la pena el trato?
-Me parece bien, yo seré tu Power Ranger Rosa, Que te protegerá de ese jugo unos cuantos días. -Extendí mi mano, para cerrar trato.
-Yo siempre seré tu Power Ranger Rojo, cuando me necesites.
***
Updates:
Eidryan tiene diez meses ya.
Ismenia tiene un mes de embarazo. Sí, otra vez embarazada.
Me había vuelto protectora con Eidryan, desde que nació. Me gustaba cuidarlo, cambiarlo, bañarlo, darle de comer... prácticamente verlo crecer. Pero otro hermano o hermanita... No era bueno. Aún no había crecido del todo Eidryan y ya vendría otra criatura en camino a vivir mi infierno.
Ojalá y ellos no corran con la misma suerte. Deseo con todas mis fuerzas que algo cambie o haga cambiar a Ismenia y mis Hermanitos no tengan que pasar por lo que paso yo.
Papá Alonzo cuando nació Eidryan, prometió dejar de fumar. Y lo ha cumplido, lleva Diez meses sin fumar. Lo que es la voluntad por un hijo. Actualmente le repugna el olor a tabaco y odia que fumen delante de él. Quizás es una forma de repudiarlo y estar lejos de la tentación.
Ismenia y Papá Alonzo tomaron la decisión de tener el otro hijo tan rápido para que no tuvieran gran diferencia de edad. Y el sueño de Papá Alonzo era tener una Niña. propia. Ya tenía a Brandon y Eidryan, faltaba su querida niña.
Niña a la que llamaría Hally.
Papá Alonzo le encanta Hally Berry... La Actriz. y se había dicho a sí mismo que si tenía una hija, la llamaría como la intérprete de Gatubela.
Por otro lado, los golpes y maltratos no cesaron, era como si literalmente le molestara mi existencia a mi propia madre. Como si estorbara. Realmente me sentía así, siempre me he sentido así. Un estorbo, una buena para nada, nada me sale bien, siempre estoy cometiendo errores. Soy una basura.
Cada vez más crece en mí la idea de hacerme daño, de morirme. Total, a nadie le haré falta, claro está. Alexander solo se acuerda de mí los domingos e Ismenia me maltrata física y mentalmente.
No sabía en ese entonces como se le llamaba al acto de auto-matarse. Ni siquiera sabía que eso tuviera un nombre. Solo sabía que yo tenía la necesidad. Tengo la necesidad de hacerlo.
A los diez años, faltando un mes para cumplir los once. Por primera vez tomé una hojilla y me la pasé por el dorso del dedo pulgar, prácticamente la palma de la mano. Trazando mis líneas corporales. Pequeños cortes, para que no se noten y en las líneas para que fueran menos visibles.
No me atrevía aún a intentar hacerme daño irremediable, solo quería apaciguar el dolor en el alma y los golpes recibidos. Increíblemente eso me ayudaba, me gustaba esa sensación de dolor, me ayudaba a olvidar el dolor provocado por mi madre, si me concentraba en el dolor que yo misma me inducia; Pero no me ayudaba del todo. Dejé de hacerlo cuando noté que quería más, que ya no me bastaba. Y no era el momento de ser valiente y auto-matarme.
Tenía dos hermanitos a los que cuidar de Ismenia. Solo por ellos soportaré todo lo venga.
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