Increíblemente, esa ha sido la solución a dejar de sentirme un estorbo. Pues la condición de Ismenia para permitirme quedar en casa, ha sido de limpiar la casa, todos los días. Eso implicaba, sacudir muebles, barrer, pasar trapeador, limpiar la cocina, las encimeras y las vajillas. Mantener mi habitación limpia y ordenada, al igual que mi baño.
Pero esto solo era durante las vacaciones. En la etapa escolar, me tocaba hacerlo los fines de semana. -sábados y Domingos
Ya no me sentía un parásito porque le ayudaba en algo en que se le dificultaba por el trabajo. Cuidaba de mis hermanitos para que no la estresaran en el trabajo, ya que son niños y se aburren muy rápido, tienden a llorar mucho y yo no tenía problemas en cuidarlos.
La abuela me ha enseñado a cocinar, ciertas cosas, sencillas. Ya no tengo que esperar por Ismenia ni por nadie si tengo Hambre. También de vez en cuando me deja preparada la mezcla para Hotcakes o Waffles en la nevera, para facilitarme el desayuno.
Los chicos del grupo se han vuelto mi familia. Es increíble el cómo he evolucionado con el contacto de los chicos. Me siento una más de ellos. Gabriela y Ana se han convertido en mis mejores amigas, prácticamente somos inseparables. Liam se ha vuelto un buen amigo, he aprendido que no todos los hombres son iguales, o no lo son los de este grupo. Ninguno me hace sentir que debo correr o enseñarles mi derechazo. Me hacen sentir segura en su entorno, me cuidan y me respetan.
Nos hemos vuelto muy buenos amigos todos. Ellos hacen planes para ir por helados y siempre me invitan, aunque saben que yo les diré que no puedo. Preguntarle a Ismenia si puedo ir por helados con mis amigos, no sería buena idea. Ya lo hice una vez y no resultó bien. Así que me limito a decir que no, anticipando lo que me dirá Ismenia y agradeciendo que siempre me tengan en cuenta a pesar de saber la respuesta.
-Deberíamos hacer algo el Domingo- dice Liam
Los chicos están jugando futbol mientras que Ana, Gabriela y yo estamos hablando entre nosotras.
- ¿Algo? ¿Cómo qué? -le dice Gabriela ahora que tiene nuestra atención.
-Como ir por helados, por ejemplo- suelta encogiéndose de hombros- nunca hacemos nada, siempre estamos aquí, jugamos entre todos, básquet y futbol o sino ustedes están hablando entre ustedes, no sé, hagamos algo distinto. Ir hablar en una heladería o mientras caminamos hacia ella, sería distinto.
-No suena mal la verdad- dice Axel con un tono burlón hacia Liam- por fin tu cabeza funciona para algo.
Observo muy callada los planes que están haciendo. -No opino nada-. Suenan bien, pero normalmente los planes no llegan a nada. Como dice Liam, siempre estamos haciendo lo mismo, en el mismo lugar.
-Yo voto si- se acerca Helmer
-Yo también-dice Ana
-Ok, pero hagámoslo interesante...-dice Gabriela haciendo una pausa-juguemos chicos contra chica el que meta un Gol primero Gana y el perdedor paga los helados.
-Pero siempre perdemos contra ellos-me quejo- no sería justo para nosotras
Gabriela lo piensa, chasquea la lengua en el momento exacto en que se da cuenta que tengo razón.
-Vale. Pues olvídenlo. Pero juguemos igual.
-No, lleguemos a un acuerdo primero. ¿A qué horas vamos y donde nos encontramos? -dice Liam adueñándose del balón y sentándose encima de él.
-Puede ser a las 5 de la tarde, aquí mismo, en la papelería. -concuerda Gabriela
-Tu vendrás ¿no? -me mira directamente Liam
No había pensado que quisieran que yo fuese, a pesar de que nos llevamos todos bien no me acostumbro a que quieran estar conmigo y aun soy muy insegura en sentido de cuidar mis pasos para no perderlos.
-Eehh... no lo creo, yo... -trato de decir, pero Gabriela me interrumpe.
- ¡Claro que vienes! Iremos todos hablar con tu madre si es necesario, para que vengas. Pero de que vienes, vienes.
-No, no creo que sea necesario yo le preguntaré. -terminé diciendo. Me da mucho miedo el cómo Ismenia los pueda tratar a ellos. No sabría decir si saldría bien o mal, pero no lo quiero averiguar.
-Ve a preguntarle de una vez-dice Ana.
Tengo las miradas de todos encima de mí, esperando a que responda, expectantes.
-Está bien. -me levanto con el corazón a mil.
Ismenia está hablando con Papá Alonzo, mientras sostiene en brazos a Eidryan y Hally se encuentra en los brazos de Papá Alonzo. Me aclaro la garganta y tengo su atención.
-Eem... -juego con mis dedos y la mirada en mis pies- ¿Puedo ir el domingo a comer helados con mis amigos? -suelto tan rápido que tengo miedo de tener que repetir la pregunta.
- ¡No! -dice con brusquedad Ismenia. Me quedo helada.
- ¡Vale! -giro sobre mis talones y me dispongo a salir.
- ¿Por qué no? -me defiende una vez más Papá Alonzo.
Tengo el cuerpo rígido, se me han tensado cada musculo de mi cuerpo y rápidamente abro los ojos tan grandes, que siento que se me van a salir y le digo "No" apresuradamente con la cabeza a Papá Alonzo. Veo la pregunta en sus ojos y solo susurro un no y me encojo de hombros.
-Es muy pequeña para salir sola. -responde Ismenia con desdén
-Bueno, Como quieras- sé que me lo dice más a mí que a Ismenia.
Regreso con los chicos, un poco desanimada. No esperaba que me dijera que sí, hubiera sido un milagro, pero tampoco me siento bien con la respuesta.
-Lo siento chicos, no me dieron el permiso.
- ¿Hablo con tu mamá? -me pregunta Helmer
- ¡NO! -digo demasiado rápido -es decir, no es necesario, nada la hará cambiar de opinión.
-Si Vamos todos no creo que diga que no- dice Ana.
Y todos se levantan y concuerdan con Ana, pero ellos no saben la realidad, el cómo es Ismenia, - ¿Quién los podría culpar? ¡Nadie! -Cuando me doy cuenta ya están en camino hacia la papelería. Veo mi fin llegar.
Los veos desde lejos, Ismenia les sonríe y está hablando con cada uno de ellos. No hay malas caras de parte de Ismenia y eso interiormente lo agradezco.
Unos segundos después ellos vuelven hacia a mí con la derrota reflejada en la cara.
- ¿Y? -la curiosidad me come viva, necesito saber que les dijo.
-Nada, dijo que no estaría en casa el domingo y por eso no te daba el permiso -dice Liam.
-Le hemos dichos que entonces para el sábado y dijo que no porque se iban a visitar a su mamá, o sea, tu abuela-dice Ana.
Se me acerca Helmer y me susurra.
-No sabía que iban a casa de la abuela
-Es mentira-le digo muy bajito.
ya en casa, estoy alistándome para dormir, salgo del baño, entro en mi habitación y me encuentro a Ismenia sentada en mi cama, esperando por mí.
-Que sea la última vez que mandes a tus amigos a pedir permiso por ti. -Se levanta y me grita- si yo te digo que no es ¡NO!
Asiento, no la puedo ni mirar. Se lo que se viene.
- ¿No te da vergüenza que otras tengan que hablar por ti? -me toma del brazo y me estremece, debo parecer una muñequita de trapo en sus manos. Me aprieta tan fuerte que sé que me dejará marcas.
-No volverá a pasar -digo escondiendo mi cara
-Más te vale -por fin me suelta y sale de la habitación.
¡Y si! Dejó marca. Un pequeño recordatorio.
***
Es Domingo.
Los chicos están en el punto de encuentro. Lo sé porque Helmer pasó por casa antes de irse. Estuvimos hablando hasta que le enviaron un mensaje diciendo que están todos esperando, solo falta el.
El resto de la tarde paso viendo Televisión con Hally y Eidryan. Papá Alonzo E Ismenia Salieron a Beber Con Sus amigos.
Estoy recostada en el sofá viendo televisión. Doy un salto del susto cuando tocan la puerta.
- ¡Te tengo que contar algo! -dice a penas abro la puerta, levantando una bolsa que trae en manos como ofrenda.
- ¡Pasa! -me hago a un lado riendo y aceptando lo que ha traído para mí.
Helmer ha vuelto de la salida con los chicos y me ha traído helado. Según Helmer, lo compraron entre todos.
No pude pedir mejores amigos de los que tengo.
-A ver, suéltalo- digo acomodándome en el sofá para cómeme el Helado, mientras que Helmer prefiere uno de los sillones. - tienes toda mi atención.
-Le he pedido a Ana que sea mi novia.
Pero ya va, de que me he perdido. ¿Cómo? ¿Cuándo? ¿Qué?
- ¿Cómo? -chillo escupiendo el helado- ¿desde cuándo te gusta?
-He venido sintiendo cosas por ella y hoy me animé-se encoje de hombros, restándole importancia.
- ¿Y? ¿Qué te ha dicho? ¡Cuenta! ¡Cuenta! -me llevo una cucharada de helado a la boca, expectante.
-Que sí. Ahora somos novios.
Doy saltitos y chillo. ¿Cómo es que este hombre esta tan tranquilo y yo estoy que me tiro del tejado?
- ¿Cómo es que soy la última en enterarme? - le hago pucheros
-Nadie sabía, lo tenía muy bien guardado.
-Y Ana también. No se les notaba que se gustaran el uno al otro. O solo soy yo que no me entero nunca de las cosas. -me rio poniendo los ojos en blanco (Dándole la vuelta al mundo).
-supongo que un poco de las dos- se ríe a carcajadas.
El helado tenía varios sabores. No tengo ni idea porque alguien se comería un helado con tantos sabores distintos. Pero, estaba riquísimo.
Estuvimos hablando un rato hasta que se fue a su casa. Luego acosté a los niños en mi cama y estuve despierta hasta que Ismenia y Papá Alonzo Llegaron.
Cada que salen, solo puedo dormir si ellos llegan. No es que me de miedo, sino que estoy pendiente al móvil por si llegan a llamar o hay alguna emergencia. También me gusta estar pendiente de los niños, que no se caigan de la cama y que estén durmiendo bien.
Han pasado acontecimientos que no puedo pasar por alto a contar.
Ángel, por alguna razón que no entiendo. Dice que le gusto. Es algo completamente extraño, casi ni habla conmigo. Siempre está jugando con los chicos, muy poco interactúa con nosotras, bueno con Gabriela y Ana habla mucho más que conmigo-ya se conocían desde antes- y aun así es muy extraño que sepa que en el grupo también hay chicas. Vive en su propio mundo.
Se le ocurrió la brillante idea de querer robarme un beso. ¿Quién en su sano juicio hace eso? Repito. Los hombres no le temen al peligro.
Liam, Helmer, Gabriela, Axel, Ángel y Fernando una vez más se encontraban Jugando en el aro de básquet. Esta vez juagaban lo que llamamos "Veintiuno". Es como si fuera Básquet.
Consiste en que el primero que haga Veintiún puntos gana. Va por turnos y solo tienes una oportunidad de lanzar por turnos. Si la encesta acumulas puntos, sino debes pasar el turno y quedas en cero o en los puntos que tengas. Se juega con las reglas de lanzamientos del básquet, cada lanzamiento tiene su puntuación-uno, dos y tres puntos-. El que menos puntos haga debe cumplir una penitencia o hacer un reto determinado por el ganador. Según por ser tan pésimo jugador y para darle emoción al juego. El resto queda inmune por no dar tanta pena encestando el balón.
El resultado quedó en que el ganador era Axel y el perdedor nada más y nada menos que Ángel. Axel, retó a Ángel a robarme un beso. Ángel rogó por una penitencia, así fuera doble por resistirse al reto. Pero, para Axel, más divertido era provocar que el mundo ardiera. O que el pobre ángel saliera lastimado.
Todos sabíamos cómo sería mi reacción ante aquel acto. Axel lo sabía, Ángel lo sabía. YO, lo sabía.
Mientras tanto en mi tranquilidad. Ajena de lo que estaba pasando a unos centímetros de mí, de la conspiración que estaba planeando Axel, estaba acostada en el suelo con Ana mirando al cielo mientras me contaba cómo fue que Helmer le dijo que le gustaba.
-Habíamos llegado a la heladería, todos nos concentramos en mirar los sabores que había disponibles. -explica tumbada justo a mi lado, con las manos entrelazadas sobre su estómago, mirando el cielo- Para mí pedí de fresa, mientras que Gabriela pidió de menta; Axel, Dulce de leche; Helmer, chocolate; Liam, mantecado y Ángel, tornado...
- ¿Tornado? -la interrumpo. No había escuchado de ese sabor.
-Sí, es chocolate y mantecado. -me aclara y sigue diciendo- Todos pedimos sabores diferentes para luego sentarnos y probar del sabor que pidió cada uno. -me mira sonriendo- Hicimos una degustación.
- ¿Por eso el helado que me llevó Helmer tenía tantos sabores? -dije incrédula
-Exactamente. Helmer creyó que sería buena idea comprar un helado tamaño grande y pedir de cada uno de los sabores que se habían pedido, más, el sabor que todos sabíamos que te gustaría-dijo encogiéndose de hombros, restándole importancia.
-Café-confirmé. Ella asintió.
-Todos estábamos de acuerdo que ese sería el sabor que pedirías en helado. Entonces, el creyó que así sentiría que, aunque no fuiste con nosotros, de alguna manera estuviste allí con nosotros-niega y se ríe- ¿algo tonto verdad?
- ¿Bromeas? No, claro, que no. Me hace sentir parte del grupo. Gracias. -Sonrío- Pero cuenta de una vez como se te declaró Helmer- le suelto, volviendo al tema principal.
-Es que no me dejas terminar. - se ríe- Bueno, le sirven primero el helado a él y luego a mí, nos sentamos en una mesa a esperar a los demás. -hace una pausa- Le digo para probar su helado, él me deja tomar un poco con mi cuchara. -otra pausa, recordando el momento- Pruebo el helado y estaba realmente bueno, delicioso y yo le digo: "Me Gusta, está Delicioso" y entonces él dijo: "A Mí Me Gustas Tú". Yo sentí que me quedé paralizada al escucharlo. Luego me pidió que fuera su novia y le dije que sí. Fin de la historia eso es todo-termina riéndose, evitando mi mirada.
-Eso no me lo había contad...
-Puedo decirte algo- me interrumpe Ángel de pie ante mí.
Asiento. Me dispongo a sentarme para estar más cómodos, cuando... SAS. Me ha intentado robar un beso, fui un poco rápida al girar mi cabeza para que no me diera el beso, pero logro darme un medio beso. Un beso de media luna.
No me permití quedar en shock, con la misma que se está alejando, me levanto de un salto, le tomo del brazo le hago girar hacia mí y...
¡PAM!
La mano me dolía, ardía, del golpe que acaba de recibir por mí. Ángel tiene una mano en su mejilla. Todo pasó tan rápido que no supe cuando tuve a todos encima de mí para tranquilizarme y apartarme de Ángel.
Todos se reían, menos Ángel, claro está.
Yo no entendía que estaba pasando. Definitivamente no podía bajar la guardia en ningún momento, todos se aprovechan de mí. Lo acaba de hacer Ángel. Sin pedir permiso. Como en su momento lo hizo Martín. Y para todos eso está bien, sino, no se estarían riendo, ni tomándolo a la ligera.
¿Soy yo la que no está bien? ¿y si exagero todo? ¿Por qué me siento sucia otra vez? Una vez más estuve vulnerable y nadie me defendió, solo yo. Siempre seré yo.
- ¿Por qué lo hiciste? -solté alterada, con desdén hacia Ángel.
-Fue por un reto. Axel, le dijo que lo hiciera -Interviene Gabriela. Miro Axel y este aun riéndose, asiente.
Había sido por un reto. Aún estoy molesta, pero ya no tanto. Puedo entender porque lo hizo. Ahora siento culpa por haberle agredido. No estuvo bien.
- ¡Lo siento! -digo con sinceridad a Ángel- De verdad. Solo no lo vuelvas hacer.
Me vuelvo a sentar en el suelo con Ana y Gabriela esta vez. Llevándome las manos a la cara, frustrada.
- ¿Por qué lo retó a besarme? -pregunto. Mis compañeras intercambian una mirada y suspiran
-Le ha dicho a Axel que le gustas y... bueno, Axel como buen amigo... lo reto, porque sabía cómo podías reaccionar. -dice Gabriela con diversión. - ¡Buena cachetada, Eh!
Nos reímos y dejamos pasar ese momento. Pero los próximos días quien no podía olvidarlo era Ángel porque el grupo se burlaba de él constantemente. Intervine un día en el que me apiadé del pobre y les dije a todos que el próximo que se burlara le pasaría lo mismo y fueron esas las palabras mágicas para que lo dejaran tranquilo de una vez.
Pero ahora Ángel, menos se acercaba a mí.
Han pasado semanas, todo sigue igual. Los chicos siguen jugando en el mismo lugar de siempre, las chicas y yo cada vez congeniamos más. Con los chicos he aprendido a llevarme bien, los sigo tratando un poco a los golpes, pero no pasa nada, ya se acostumbraron.
Liam y yo hemos creado una amistad que no sé de donde nació, pero nos llevamos súper bien. Hacemos equipo para todos los juegos y nos entendemos bien. Es el único que no me dan ganas de matarlo, al menos el 50% del tiempo.
Axel también se ha acercado un poco más a mí, pero solo porque empecé a jugar con todos y no quedarme sentada a un lado viéndolos jugar.
Empezaron a conocer mi lado eufórico, competidor. La realidad era que yo misma me estaba permitiendo mostrar mi real yo. Estos chicos me habían mostrado que podía confiar en ellos, que no me harían daño. Que no les importaba si parecía una completa loca en medio de la calle, ellos se unirían a mí. No les importaría si gritaba para todo de lo eufórica que soy, ellos alimentarían esa parte de mí.
***
-Fernando quiere pedirte que seas su novia... -explica Gabriela, subiendo y bajando sus cejas -Pero no sabe cómo acercarse a ti.
-Mm... si se olvida de esa idea, no se tendría por qué acercar -mi sarcasmo es evidente
-Vale, no entiendo porque eres así. Pero... ¿No puedes solo darle la oportunidad? -se encoje de hombros
-Yo entiendo que es tu primo, ¿Vale? -poso mis manos en sus hombros y la miro fijamente a los ojos -Pero, no creo que sea buena idea. Yo no lo veo de esa manera. No quiero verlo de esa manera.
Jamás he tenido novio en mi vida. No creo estar preparada para tal cosa, ni para siquiera solo aparentar. Han pasado cuatro años desde lo sucedido con Martin; todo es muy reciente aun, para mí.
Hay situaciones que me ponen muy nerviosa y me hacen sentir una sensación de temblor en todo el cuerpo, mi respiración se acelera, no sé por qué mi cuerpo reacciona de esta forma antes una que otras situaciones.
Como con Ángel, por ejemplo. Esa noche en mi cuarto, acostada con la mirada perdida en la nada... recordé lo sucedido. TODO lo sucedido. No sabía que le pasaba a mi cuerpo, pero de pronto solo temblaba, no podía dejar de pensar en todo lo miserable que ha sido mi vida, lo infeliz que me sentía estando sola, mi pecho cada vez iba más rápido, solo podía pensar en cosas mala.
Me había dado cuenta que los episodios terminaban una vez que aclaraba mi cabeza, pensaba en los pocos momentos que he sido feliz. -Los chicos me hacen feliz, me hacen Olvidarme del caos de vida que llevo, de lo miserable que siempre me siento. Cuando estoy con ellos, puedo ser yo misma, sin miedo a burlas, regaños, desaprobación y maltratos físicos.- Que todo estaba en mi cabeza. Sobretodo que debía ser fuerte, no por mí, sino, por Eidryan y Hally.
Siempre ha sido difícil salir de allí, pero, aun así, lo logro. Unas veces más complicadas que otras, pero lo logro. Mi respiración vuelve poco a poco a la normalidad y puedo seguir adelante una vez más.
Sola, pero seguimos adelante.
Definitivamente no es el momento, no estaría bien.
-Solo dale la oportunidad de demostrarte que estará bien -hace pucheros -te lo pido como un favor. ¿Si?
¡Agh! No puede ser que vaya a caer ante la presión social.
- ¡Esta bien! -cedo ante la presión, me rindo dejando caer mis manos -Pero solo si él se acerca y me trata bien, nada de insinuaciones o cosas raras. Tampoco debes de decirle que "está bien" que puede acercarse. -Lanzo una mirada de advertencia- Él Solito Debe afrontar esa inseguridad y acercarse. Si no lo hace, sabré que no es lo suficiente valiente. -la señalo con un dedo -Estoy dejando pasar por alto que has venido tu hablar conmigo en vez de él.
Mientras Gabriela da saltitos de alegría, se acerca Ana. Estamos en el mismo lugar de siempre, en el estacionamiento, los chicos juegan. Ana y Liam, recién están llegando.
- ¿Qué celebramos? -se apresura a chismosear Ana.
Gabriela me señala.
- ¡Que va a ser novia de Fernando!
- ¡Si! - Da un grito de victoria - ¿Cómo la convenciste? -le pregunta directamente a Gabriela. En Estos momentos pareciera que no existo. Pongo mis ojos en blanco.
-Nadie me ha convencido de nada. Solo hago un favor. Es todo.
-Ajá. Pero, si costó un poquito. Le tuve que decir que lo hiciera como favor -Se ríe Gabriela.
Los chicos nos llaman a jugar. -Gracias a dios- Allí se acabó la conversación, murió, no se habló más del tema.
***
Días pasaron... ha llegado el momento.
Por un momento en estos días llegue a pensar que no se atrevería y Ambos estaríamos bien con eso. Pero me he equivocado.
-Ok, no sé cómo hacer esto -tomó aire y suspiró exageradamente.
-Vale, sé porque me has pedido hablar a solas -directa y concisa
- ¿Quieres ser mi novia? -soltó tan de repente que di un respingo. Extendió su mano y tenía una cajita en ella. La tomé.
-Espera un momento -Fernando se tensó de pies a cabeza, juro que empalideció -¿Por qué si te doy tanto miedo quieres que sea tu novia?
- ¿¡Ah!? -Pareció confundido por un segundo, pero se recompuso rápido -No te tengo miedo, solo estoy nervioso, he notado que no te gusta el contacto físico ni estar sola sin las chicas. Pero no te tengo miedo, solo no quería hacerte sentir incómoda.
Eso me tomó por sorpresa. No me lo esperaba. Pero, bueno, puntos para el chico.
-Buena respuesta -Sonrío. Bromeo para relajar el ambiente.
Abro la cajita que me ha ofrecido, contiene un collar de perlas -de fantasía, por supuesto- en la parte superior de la cajita tenía el texto escrito "¿Quieres ser mi novia?". Le miro de vuelta.
- ¡Si! Quiero ser tu novia.
***
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