Mi todopoderoso marido
img img Mi todopoderoso marido img Capítulo 3 El amuleto de Samantha
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Capítulo 10 Reviviendo a los muertos img
Capítulo 11 Tarjeta Rosefinch VIP img
Capítulo 12 Botella de vino img
Capítulo 13 Suplicar misericordia img
Capítulo 14 El hombre más impaciente img
Capítulo 15 Ni siquiera puedo pedir ayuda img
Capítulo 16 La katana img
Capítulo 17 Tienen que ser falsos img
Capítulo 18 El reloj es mío img
Capítulo 19 No voy a aceptarlo img
Capítulo 20 No le pidas dinero prestado a ese hombre img
Capítulo 21 No la toques o te arrepentirás img
Capítulo 22 Está hablando con Michael Wong img
Capítulo 23 No podéis iros img
Capítulo 24 La muerte vestida de rojo img
Capítulo 25 Buen trabajo img
Capítulo 26 Un cambio de actitud img
Capítulo 27 Ignorando las advertencias img
Capítulo 28 Comerás con la mano izquierda img
Capítulo 29 El presidente Zhang quiere comer aquí img
Capítulo 30 Tres copas de vino como castigo img
Capítulo 31 ¡Salvadlo! img
Capítulo 32 ¿Un médico milagroso ¡Es un farsante! img
Capítulo 33 ¿Qué quieres img
Capítulo 34 Otra vez tú, mentiroso img
Capítulo 35 Atónita img
Capítulo 36 Quiero que seas mi sirvienta img
Capítulo 37 A partir de ahora eres mi sirvienta img
Capítulo 38 ¿Podrías darme un par de palmadas más, por favor img
Capítulo 39 Los cheques falsos img
Capítulo 40 ¡Estás despedida! img
Capítulo 41 Una visita inesperada img
Capítulo 42 La tía Ling img
Capítulo 43 La llamada del Grupo Millennium img
Capítulo 44 La espada tripa de pescado img
Capítulo 45 Los enemigos están destinados a encontrarse img
Capítulo 46 No contratada img
Capítulo 47 Doctor milagroso img
Capítulo 48 Los fuertes guardaespaldas img
Capítulo 49 El diamante más fuerte img
Capítulo 50 ¡Mueve tu auto! img
Capítulo 51 Bofetada img
Capítulo 52 Arrogancia img
Capítulo 53 Velvet Pharma img
Capítulo 54 ¿Venganza img
Capítulo 55 Es su culpa img
Capítulo 56 Emboscada img
Capítulo 57 Invencible img
Capítulo 58 Traidora img
Capítulo 59 El heredero abatido img
Capítulo 60 Está enferma img
Capítulo 61 ¡Te reto a atacarme! img
Capítulo 62 Cien millones img
Capítulo 63 No pagaré ni un solo centavo img
Capítulo 64 ¿Conoces la Acupuntura de Nueve Puntos img
Capítulo 65 ¿Maestro img
Capítulo 66 Engañado img
Capítulo 67 ¿Cuáles son los ladrillos que necesita que mueva img
Capítulo 68 Un percance en la Farmacéutica Velvet img
Capítulo 69 La fórmula sereta de la Flor de Coy img
Capítulo 70 Rodeado de espíritus malignos img
Capítulo 71 La ira de Dominic img
Capítulo 72 Voy a cerrar tu clínica img
Capítulo 73 Una provocación img
Capítulo 74 Cap[itulo . Culpa img
Capítulo 75 Encarcelado img
Capítulo 76 Explícame img
Capítulo 77 Papel funerario y tela blanca de funeral img
Capítulo 78 Ruptura img
Capítulo 79 La única familia, los dos guerreros y los tres dioses de la riqueza img
Capítulo 80 ¿Dije que puedes irte img
Capítulo 81 No.81 img
Capítulo 82 No.82 img
Capítulo 83 No.83 img
Capítulo 84 No.84 img
Capítulo 85 No.85 img
Capítulo 86 No.86 img
Capítulo 87 No.87 img
Capítulo 88 No.88 img
Capítulo 89 No.89 img
Capítulo 90 No.90 img
Capítulo 91 No.91 img
Capítulo 92 No.92 img
Capítulo 93 No.93 img
Capítulo 94 No.94 img
Capítulo 95 No.95 img
Capítulo 96 No.96 img
Capítulo 97 No.97 img
Capítulo 98 No.98 img
Capítulo 99 No.99 img
Capítulo 100 No.100 img
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Capítulo 3 El amuleto de Samantha

Phoebe se percató de que su hijo había cambiado mucho, pero no hizo muchas preguntas sobre ello. La mujer se sentía muy mal por Darren, ya que su estancia en el hospital había durado casi un año. Con seguridad, él había tenido que enfrentar muchas dificultades, por lo que era natural que hubiese cambiado. Ella no preguntó nada al respecto, ni tampoco le hizo ninguna pregunta sobre la situación de su padre, ya que no quería lastimarlo ni disgustarlo más.

Esa noche Darren regresó a pagar el alquiler total de la casa que rentaba al propietario y enseguida se mudó con su madre. La razón por la que quería mudarse, era porque eso detendría el acoso de la compañía de préstamos y a su vez evitaría que Kenneth se vengara de ellos.

Él confiaba en que podía protegerse a sí mismo, pero le era muy difícil proteger al mismo tiempo a su madre, y más aún cuando esta acababa de salir del hospital.

El joven alquiló una habitación individual en un poblado del estado de Bai Shi para que Phoebe se quedara ahí temporalmente y se recuperara. Sin embargo, a pesar de que su madre había sido dada de alta del hospital y de que Darren ya había liquidado por completo esa deuda, aún no podía despreocuparse, ya que todavía le debía dinero a la compañía de préstamos.

Además, él seguía buscando a su padre, quien había desaparecido hacía un año. Sin importar si este seguía vivo o no, Darren necesitaba una respuesta.

Luego de cinco días de haber salido del hospital, Phoebe se sentía mucho mejor y ya podía cuidarse sola.

Desde que se había mudado, Darren no había revisado su móvil y cuando por fin lo encendió, este vibró sin cesar. Enseguida, recibió una llamada telefónica, la cual respondió. El joven escuchó la fría voz de una mujer al otro lado de la línea:

"Por fin encendiste tu móvil. Pensaba que habías desaparecido. No contestas las llamadas ni los mensajes, y ni siquiera te he visto en casa. ¿En dónde demonios te metiste? Haz las maletas y lárgate si no quieres quedarte con la familia Tang".

Era Samantha así que Darren le explicó de inmediato:

"Perdón, estos últimos días me he quedado con mi madre. La acaban de dar de alta del hospital y necesita que alguien la cuide. La razón por la que apagué mi móvil es porque la compañía de préstamos no dejaba de llamarme y no quería que mi madre se preocupara. ¿Me necesitabas?", le preguntó con gentileza.

Darren siempre intentaba ser amable con los Tang, a pesar de que no les caía bien. Él les estaba muy agradecido, ya que ellos le habían dado los quinientos mil para el tratamiento de su madre. Al saber que Darren había estado cuidando a Phoebe, el tono de Samantha se suavizó:

"Envíame tu ubicación, pasaré por ti".

El chico se sorprendió:

"¿No estaban tú y tu familia de vacaciones?".

Hacía una semana, los Tang se habían ido de vacaciones, dejando solo en casa a Darren.

"Deja de hacer preguntas y envíame tu ubicación". La mujer colgó bruscamente tras decir eso. Darren entonces le envió su ubicación a Samantha.

¡Brom! ¡Brom! Luego de media hora, un BMW de color rojo se detuvo frente a la casa de Darren y una hermosa mujer bajó del coche cuando se abrió la puerta. La dama iba vestida de negro de pies a cabeza, tenía unos rasgos exquisitos y su piel era blanca como la nieve. Todo eso le daba un aspecto sofisticado y elegante. Además, sus esbeltas piernas hacían que se viera sumamente atractiva y sensual al caminar.

Muchos transeúntes al verla, quedaron impresionados con su belleza, no podían dejar de mirarla y les costaba respirar. Esa mujer era Samantha Tang, la esposa de Darren y la mujer más hermosa de Middlesea.

"Alquilaste un lugar terrible. ¡Se nota que eres un buen hijo!", le dijo ella con sarcasmo y burlándose como de costumbre. Sin embargo, le mujer sacó algunas botellas de suplementos alimenticios de su bolso y se los entregó: "Traje esto para tu madre. Por favor, dile que se cuide mucho... Por cierto, ¿no iban a operarla?, ¿por qué me devolviste el dinero?". A continuación le arrojó una tarjeta bancaria: "Ya hemos gastado mucho dinero en ti. En realidad no nos importa darte otros cien mil".

Él rápidamente agitó la mano y dijo:

"No es necesario, ella ya está bien. Ya no tendrán que hacerle la cirugía...".

De pronto, ella lo interrumpió:

"Guárdala, por si acaso. En lugar de hacer el ridículo y avergonzarnos pidiendo prestado en todas partes, podrás usar este dinero. No finjas tener dignidad. Si de verdad la tuvieras, no te habrías casado con una Tang ni recibirías mis diez mil mensuales para gastos médicos", le dijo Samantha con algo de desprecio en su tono. Para ella, Darren solamente fingía tratar de mantener su dignidad.

Darren se sintió fatal y quiso devolverle la tarjeta a Samantha, sin embargo, ella ya había avanzado hacia su coche. A él no le quedó otra opción que quedarse con la tarjeta y los demás obsequios que le había llevado y le dijo agradecido:

"De verdad muchas gracias, por cierto ¿ya regresaron mamá y papá?".

Con una voz tan fría como de costumbre le respondió:

"Eso no es de tu incumbencia. Rápido, ve a dejar esas cosas adentro, quiero hablar contigo". Darren no dijo nada, llevo adentro los obsequios, se despidió de su madre y luego se fue.

¡Brom! En cuanto Darren se sentó en el asiento del copiloto, Samantha pisó hasta el fondo el acelerador. Como el coche se movía con brusquedad, Darren se balanceó y accidentalmente tocó el muslo suave y exquisito de la mujer con su mano izquierda.

Al mismo tiempo, una visión en forma de mensaje apareció en su mente:

'Condición: Rodeada de espíritus malignos, con muy mala suerte, daño a la familia y amigos, en amenaza de muerte...'.

'Etiología: El amuleto que consiguió durante las vacaciones está maldito... ¿Reparar o destruir?'.

Pero antes de que pudiera dar la orden, se percató de que Samantha lo miraba enfadada, por lo que de inmediato, quitó la mano de su muslo. Él quería liberarla del espíritu maligno que la acechaba, pero para ello, necesitaba tener contacto físico con ella. No obstante, la mujer nunca le permitiría tocarla, por lo que a él no le quedó otra opción que intentar insinuárselo. Le dijo suavemente:

"Samantha, hoy no te ves muy bien. Parece que algo malo te va a suceder. ¿No quieres ver a un adivino?...".

Ella se burló y le dijo:

"¿Ah, sí? Solo estuve fuera unos días, y resulta que ahora ya eres un adivino...".

Él dijo torpemente:

"No bromeo, de verdad estás rodeada de espíritus malignos. Alguien te echó una maldición cuando estabas de vacaciones... ¿Traes contigo un amuleto?".

Él intentó explicarle la situación, pero ella le gritó:

"¡Cállate! Eres tú quien me trae mala suerte. A quien le irá mal es a ti, no a mí". Luego, con gran vergüenza y enfado, agregó: "Yo estoy bien, así que si quieres seguir maldiciéndome, baja de mi coche".

Él dijo con impotencia:

"No trataba de maldecirte...".

Samantha le dijo dirigiéndole una aguda mirada:

"Entonces cállate y deja de decir tonterías si no sabes de lo que hablas. Para lo único que sirves es para cocinar, ¿y ahora me dices que ya eres adivino?". Darren se quedó callado, pues sabía que ella no le creería.

Samantha se enojó aún más al ver que él no se defendía. A sus ojos, Darren no solo era un inútil, sino también era débil, era un completo perdedor.

Sin embargo, también tenía curiosidad de saber por qué Darren estaba enterado de que tenía un amuleto. Ella lo llevaba cerca de su pecho, ¿era posible que el b*stardo la hubiera espiado y luego hubiera tratado de engañarla?

"Eso debió ser", se dijo concluyendo y sintiéndose aún más decepcionada de Darren. Él no solo era un inútil, sino también un pervertido.

"Darren, cuando termine de resolver los asuntos de este mes, me divorciaré de ti". Su mirada era sumamente firme. "No me importa lo que pienses, quiero el divorcio".

Un año atrás, la familia Tang había tenido serios problemas y Samantha también estaba muy enferma. Los Tang permitieron que Darren se casara con Samantha, porque creyeron que eso traería buena fortuna para su familia.

Después de esto, la suerte de la familia Tang había mejorado y Samantha estaba totalmente recuperada. Por ello, los Tang ahora querían deshacerse de Darren.

A ningún Tang le caía bien Darren y a Samantha también le empezaba a desagradar, pues no veía ningún potencial ni cualidad en él.

Cuando escuchó que Samantha quería el divorcio, Darren no dijo nada, pero sus ojos se entristecieron. El hombre creía que era un completo fracaso.

"¿Sabes por qué todos están tan decepcionados de ti? No es porque seas pobre, es porque no tienes visión de futuro. Durante el último año, solo nos ayudaste con las labores domésticas, nunca intentaste buscar un trabajo decente, ni tienes planes para tu futuro. Eres un hombre inútil y despreciable. En realidad no quiero pasar el resto de mi vida con un hombre como tú. Solo eres una herramienta que uso mi familia para librarse de su mala suerte. Pero no te preocupes, te daré otros quinientos mil cuando nos divorciemos. Así no tendrás que preocuparte por los gatos médicos de tu madre". Y con un rostro carente de emociones, dijo: "Sin rencores, por favor. No dejes que te menosprecie".

"¿Sin rencores?", pensó Darren, y un rastro de dolor apareció en su mirada. Recordó vagamente a la niña de vestido rojo y cabello trenzado que aquella noche de invierno lo salvó con una bolsa de panecillos calientes rellenos de carne.

A pesar de que ya habían pasado dieciocho años, recordaba perfectamente el rostro de esa niña y su bondad. Esa también fue la mayor razón por la que aceptó casarse con una Tang.

Él pudo haberse vendido a un mayor precio en el mercado negro, y aunque en aquel momento necesitaba desesperadamente el dinero, consideró más importante devolver la amabilidad que le había brindado la familia Tang.

Darren suspiró con tristeza y se dijo: "Quizás es hora de dejar ir...".

"¿Está claro?", al verlo tan distraído, Samantha se decepcionó aún más y agregó: "Quiero divorciarme de ti de...".

Pero antes de que pudiera terminar su frase, Darren tuvo la sensación de que algo muy malo sucedería. Rápidamente enderezó su cuerpo y se acercó a Samantha, luego se apoyó en ella y la presionó con gran fuerza. Acto seguido, giró con su mano izquierda el volante y con su mano derecha presionó el delgado muslo de la mujer.

Debían frenar en el cruce, antes de que el semáforo cambiara a rojo, pero en lugar de eso, el coche aceleró y pasó a toda velocidad. Samantha gritó:

"¡Darren!, ¿Estás loco?".

¡Paaas! En cuanto el coche pasó el cruce, un camión de volteo se desvió y chocó contra seis automóviles, dañando la carretera. Los gritos se escucharon por todas partes.

Samantha entonces empujo a Darren y pisó el freno. Luego se dio la vuelta para observar lo que había sucedido. Todo el suelo estaba salpicado de sangre.

            
            

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