_ Parece que no estás encubierta en general! ¡O talvez alguien, nos vendió teniente! _ Gritaba Félix mientras protegía a su teniente.
Una balacera potente desayuno en las colinas bajas del monte crochet, allí donde la Teniente general Dana Fénix, una chica de gran corazón. Nombrada como una guerrera. Una mujer que ha sido destrozada tantas veces que la convirtió tan dura, al igual que una armadura impenetrable.
Corrieron colina abajo, 5 de sus hombres la cubrían. Corriendo hasta poder encontrar un refugio donde esconderse. Esteban, yendo encubierto, no entendió como una misión extraoficial pudo salir de tal manera. Como pudieron ser descubiertos tan fácilmente, no había explicación alguna.
Estaban en pleno camino, en medio del escombro, cuando el primer soldado cayó. Solo vio polvo nublar su visión. Era recuperar una maldita mercancía. Una banda mafiosa había tomado el lugar, y el tráfico de humanos y armas se duplicaba en cada instante. Tenían que llegar chequear quién era el jefe de esta mafia y buscar como lidear con él.
Pero cayeron bajo sus trampas en el territorio y ya estaban en sus redes. Alguien debió filtrar esa información extraoficial. Tenían un sapo en la base. Ella supuso todo lo que estaba pasando y buscaba la manera de sacar su equipo de se peligró.
Pensó para sí misma luego de acurrucarse en un lugar hasta poder salir, perdió a unos cuantos de sus hombres. No podía arriesgar a más.
_ ¡Teniente, creo que tenemos que quedarnos aquí, hasta que las cosas se calmen! ¡Las cosas está muy calientes, afuera estamos siendo vigilados! ¡Las cosas salieron de nuestras manos, o simplemente por decir fuimos llevados a la emboscada, es una misión suicida!
_ Si es una misión suicida, de ella saldremos vivos. Quien sea que nos llevó a este huerto lo llevaré al suicidio. ¡Estamos enfrentando nuestra vida, tenemos que salir de aquí y planificar las cosas de otra manera!
_ Saldremos de aquí, voy a liderar camino si, ¡no regreso, vayan sin mí!
_ No seas impulsivo Félix, ese ataque estaba bien preparado. Primero atacaron al primer convoy y luego al del medio. Sabían que veníamos. Nos tienen acorralados. Cálmate solo estemos alerta por cualquier movimiento.
_ Dana estamos enfrentando una mafia rusa, las cosas no son tan fácil. Le habló Daniel
El pez que estamos buscando agarrar es un pez gordo, se reúsa a morder el anzuelo. Tenemos que salir de aquí, tenemos que conseguir la forma de salir. Si la misión falla, pues que así sea, pero regresemos con vida.
_ ¡Chicos, cubrámonos, seguiremos este camino para salir, sean cuidadoso! Es territorio enemigo. Dijo Dana
_ ¡Teniente, hemos perdido a dos hombres, Felipe y Marco!- Le confirmo Eduardo.
_ Mierda, crees, podremos recoger su cuerpo?!
_ Son mis hombres, no los dejaré allí?! Y si no están muertos?!
_ ¿Volver arriba? No, creo que se haga fácil, no sabemos lo que tenemos alrededor, no sabemos lo que pueda pasar. ¡Opino que salgamos y volvemos a investigar, para poder saber qué fue lo que pasó! Quién fue, quién nos atacó?!
_ Buena idea David, pero no podemos salir de aquí así. Tenemos que camuflarnos. Si queremos salir vivos tenemos que hacer algo. Tenemos que quitar todo lo que tenga que ver con la milicia, el tiempo que portamos enzimas, es corto, mantengamos un comunicado, podrán con esto?!
_ Si Teniente general, contigo hasta el final. ¡Si usted puede, nosotros podemos!
_ ¡Vámonos, creo que el tiempo se agota chicos, vámonos!
Perdió a dos de sus hombres, Felipe, y marco sus dos chicos. Ella pasaba la mayor parte del tiempo, con ellos siempre estaban en práctica. Una Misión, Marco y felipe siempre la acompañaban en toda. Volver sin esos dos sería un duro gore para ella. Ella juraba hacerle pagar a quiénes los han separado. Tenía que cobrar venganza por ellos y buscaría hasta el fin del mundo si es necesario.
Nadie sabía lo que estaba pasando y ni siquiera ella. Le dolía la cabeza de solo pensarlo. Tenía que investigar, tenía que saber el resto y saber de esa mafia Rusa y afgana.
Subieron una colina, había habitantes. Robaron ropas que habían lavado y tendido. Se mezclaron con ellos luego de esconder todo lo que portaban pesados que podían dejar. Se pudo mezclar muy fácil, por saber sus idiomas y hablar amablemente con ellos. Fueron amables, les brindaron agua y comida.
Había caído la noche, todo era intenso. Ella no podía dormir ni siquiera cerrar los ojos. Había subido a una azotea de una de las casas y pudo ver a cierta distancia. Gracias a Dios tenía unos auriculares que la ayudaban a escuchar las conversaciones de los demás. Se quedó para poder ver, y buscar pista, escucho las conversaciones, los gemidos, las loqueras de los demás. Todo esto para poder identificar una pista. Si algunos de los enemigos están hablando. Ser una teniente no es un trabajo fácil, cuanta vida ha visto irse en sus propias manos. Cuanto de sus compañeros no llegaron a despedirse. Cuantas veces ha tratado de oprimir sus lágrimas para ser fuerte y poder darle una buena guía.
La noche tenue, la calle a media oscura. Tomo una bufanda y se cubrió el rostro. Camino y se guio del guía hasta llegar al mercado. Es un mercado negro donde hacen todo tipo de negocios. Y podrá conseguir información y localizar a los chicos. En ese mercado no se podía confiar en nadie. Hombre como mujeres todo tenían algo bajo la manga. No tenía ningún mal presentimiento. Supuso que ellos están bien, y que se preocupaba demasiado. Pero tenía que estar alerta por si cualquier cosa llegara a suceder.
Estaba dando vuelta y vuelta hasta que llego a una esquina, no entendía, pero vio un hombre y que estaba completamente sospechoso.
No quería entrometerse en problemas porque estaba sola. Aunque es una muy buena peleando. Pero tampoco tenía que meterse en problemas en un lugar donde no tenía a nadie que socorrer. Miro a los lados y sus ojos cayeron el del hombre, y él se desplazó de su lugar dirigiéndose a ella. Se calmó y salió de la esquina. Lo vio salir de su esquina y estaba mirando de lado a lado, volteó su cabeza arriba, en ese punto también hay otro hombre que la miraba. Se metió a una esquina detrás de una vendedora para qué no la alcanzarán.
_ Maldita sea, por poco me pillan. Cómo hago para contactar con los chicos, debo barrer aquí es algo peligroso, aquí me huele algo muy peligroso. Y raro, ahora cómo hago para salir de aquí sin que me noten.
Miro por algunos lados, da vuelta a algunas esquinas detrás de los vendedores. Paso desapercibida, llegó a una esquina donde veo que también hay hombre buscando. Supuso que la están buscando a ella. Noto una tienda de ropas usadas. Entro, eligió unos atuendos y se cambió. Pago a la dueña y salió y se hizo una coleta, se puso una chaqueta con una capucha roja, debía desaparecer de aquí. Como se le ocurrió venir sola.
Salió del lugar, volvió a la casa, encuentro a la anciana sentada y leyendo un libro. una vez que entra ella le sonríe y le sirve a una taza de té. Ella le habla delo peligroso que es la calle a estas horas. Siempre desaparecen personas. Por eso solo salen de día. Si alguien no regreso a casa, ellos saben que fue vendido en el mercado.
_ Estuve rezando que regresaras, a salvo. Me has hecho compañía y me has ayudado. No tengo para darte, mi hijo, el único que me quedaba, fue llevado por los afganos. No tenemos protección, mi hija.
Cuando ella le habló, las lágrimas forzaban por salir, pero no podía permitirse llorar. «Los reportes son ciertos, no hay protección aquí. Sea lo que pase debes defenderte sola. Esa misión es más que una misión suicida. Es casi imposible»
Entro al pequeño cuarto que ella les brindó y saco el teléfono de comunicación.
_ ¡Aún no hay señal de mis chicos!
Apago el teléfono para evitar la pista de ruta y la embosquen en la casa de la anciana.
En la mañana le marco a Félix, él responde, por lo que hay señal de vida con ellos. Eduardo también marcó con Albert, se conectaron para hablar, ellos también encontraron pista, estuvieron cerca, del lugar de la emboscada. Hablaron un buen rato, sobre donde tenían que juntarse para seguir buscando pista.
Y descubrir la verdad de lo que pasó. Eduardo le contó que cuando llegaron volvieron al lugar cerca del pantano no había cuerpo. Los chicos no estaban. Eso la sorprendió bastante
_ Pues quién nos estaba buscando?! Se llevaron los cuerpos de los chicos. ¡Tengo que buscar pistas!
Intento de encontrar una radiación que tenía Felipe. Pero, nada no entra la señal. No sabía a dónde se lo llevaron, y qué está pasando. Le está llevando la angustia, es la primera misión que las cosas se salen de su control