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Una autopsia al corazon

Josyfer
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Capítulo 1 Capitulo 1

Brihana Koscanov, una joven con grandes sueños e ilusiones, finalmente veía realizado su anhelo al casarse con Brith Cartier, el heredero de una de las familias más poderosas de la ciudad de Rotor. Sin embargo, lo que parecía ser el inicio de una vida llena de amor y felicidad, se convirtió en su peor pesadilla.

La celebración de la boda fue majestuosa, con invitados llegados de todas partes, ansiosos por presenciar la unión de estas dos influyentes familias. Brihana se encontraba en la sala principal, rodeada de ancianas sabias, amigas leales y otros invitados distinguidos. Su vestido era un reflejo de su elegancia y distinción, pero tras su mirada radiante se escondía una inquietud que solo ella podía percibir.

Aunque la mayoría mostraba alegría y entusiasmo, Brihana podía sentir la falsedad en las sonrisas de algunos, la envidia disfrazada de cortesía y los intereses ocultos tras los gestos amables. Mientras el bullicio de la celebración inundaba el ambiente, ella luchaba por mantener la compostura, consciente de que su vida estaba a punto de cambiar para siempre.

Poco a poco, Brihana comenzó a darse cuenta de la verdadera naturaleza de su matrimonio. Lo que una vez pareció un cuento de hadas se desvanecía ante la realidad de una vida marcada por las expectativas ajenas y las demandas implacables de una familia que no aceptaba un "no" como respuesta. La opresión y el control se apoderaron de su día a día, convirtiendo su hogar en una prisión dorada.

La joven novia, que alguna vez soñó con amor y libertad, se vio atrapada en un mundo de apariencias y obligaciones, donde su voz se perdía entre susurros y sus deseos eran ignorados en aras del prestigio familiar. Aquella fiesta fastuosa se convirtió en el símbolo de su encierro, un recordatorio constante de las cadenas invisibles que la ataban a un destino que no había elegido.

Así, entre la pompa y el boato, Brihana comprendió que su matrimonio con Brith Cartier no era más que una fachada, una cruel ironía que le arrebataba todo aquello que alguna vez consideró amor. Su sueño se había convertido en su peor pesadilla, una prisión dorada de la que no sabía cómo escapar.

Karla Koscanov, la hermana menor de Brihana, siempre mostraba una expresión de que todo debía ser para ella. Desde niña, fue muy consentida, sus padres siempre la apoyaron en todo. Mientras Brihana podía tener lo que quisiera, Karla buscaba la manera de obtenerlo también. Su resentimiento creció al darse cuenta de que no sería la mujer que se casaría con Brith Cartier.

Brihana, por su parte, lucía radiante con una sonrisa de oreja a oreja. Era hermosa, con un aspecto angelical, piel bronceada y ojos claros que atraían a muchos hombres. Sin embargo, entre todos ellos, eligió a Brith para ser su esposo.

La boda fue tal como la había imaginado, extravagante y llena de lujo. Brihana se mudó a la villa "Pétalos del Amanecer", la casa de sus sueños. Todo parecía perfecto y placentero, tal como lo había planeado.

Pero tres meses después, las cosas no salían como se esperaba. Brith a veces ni siquiera llegaba a la villa. Brihana se repetía a sí misma: "Hoy debe haber mucho que hacer, por eso no ha vuelto". Con esa idea en mente, no dudaba de su esposo y se mantenía serena, esperando su regreso.

El ambiente en la villa comenzó a cambiar, la tensión se palpaba en el aire. Karla observaba todo con ojos de envidia, deseando tener lo que su hermana tenía. Su resentimiento crecía día a día, viendo a Brihana aferrarse a la esperanza de que todo mejoraría.

Mientras tanto, Brihana seguía esperando a Brith, aferrándose a la ilusión de que su matrimonio sería como lo había soñado. Sin embargo, en lo más profundo de su corazón, una semilla de duda había comenzado a germinar.

Brihana se sumergía en cada centímetro de su proyecto con una dedicación incansable. Había aprendido diseño de interiores y remodelación con esmero, perfeccionando sus habilidades a lo largo de los años. Sin embargo, desde que se casó, no había vuelto a recibir un proyecto. Nadie en su entorno conocía realmente el peso que su carrera tenía para ella, ya que había estudiado en el extranjero y era conocida únicamente como la señora Cartier.

Absorta en su labor, Brihana se mantenía al margen de cualquier chisme relacionado con su esposo. Aunque en realidad, no necesitaba escuchar nada de eso. Conocía perfectamente el tipo de familia en la que se había adentrado al casarse con Brith, y estaba completamente consciente de que sería la más odiada entre todas las amantes que él había tenido.

Brith era un hombre alto y apuesto, con cabello cobrizo, tez clara, ojos marrones y una mirada seductora. Sus músculos bien formados y su estatus como el hijo mayor de la familia Cartier lo convertían en el deseo de todas las mujeres.

Una fuerte lluvia estalló una noche, haciendo que la temperatura descendiera notablemente. Brihana dejó su equipo de trabajo y, bostezando, se dirigió hacia su dormitorio. Allí, abrió el armario y tomó el edredón más cálido antes de recostarse en la cama. A pesar de tener numerosos empleados en la villa, se sentía profundamente sola. Suspiró y miró el techo, tratando de consolarse a sí misma.

"Él está trabajando, Brihana. Deja de pensar tonterías", se dijo a sí misma en un intento por creer en sus propias palabras. Finalmente, logró calmarse lo suficiente como para conciliar el sueño.

Al día siguiente, todo parecía transcurrir con normalidad. Sin embargo, Brith no regresó a casa. Los empleados comenzaron a murmurar entre ellos, sugiriendo que las cosas no marchaban bien entre la pareja.

"Lleva dos días sin volver a casa. He investigado y no está de viaje de negocios. Tampoco ha pasado la noche en la empresa", comentó uno de los empleados.

"Ocúpate de tus asuntos. El señor tiene muchos negocios que atender. Si no vuelve a casa, es problema suyo, no de la señora", respondió otro.

"Ella finge que todo está bien, pero no lo está. ¿Quién no se preocuparía si su esposo lleva dos días sin regresar a casa?", murmuró un tercero.

A pesar de las habladurías, Brihana mantuvo la compostura y continuó con sus labores, esperando en silencio la vuelta de su esposo.

Brihana descendía con elegancia las escaleras, mientras escuchaba a las criadas murmurar entre ellas. Hacía mucho tiempo que no salía de casa, pero su belleza era innegable y no pasaba desapercibida ni por un segundo. No hizo caso omiso a sus palabras, simplemente pisó con firmeza, dejando claro que las había escuchado y que no le importaban sus comentarios.

Vestía un hermoso vestido rosa pálido, con tacones blancos que combinaban a la perfección con su pequeño bolso. Su maquillaje era sutil, resaltando su belleza natural, y sus labios lucían un delicado tono rosa. Las sirvientas se sobresaltaron al verla así, aunque no era la primera vez que la veían vestida de esa manera. Sin embargo, su aura ese día era especialmente poderosa. Las miró con determinación y continuó su camino hacia la puerta.

El chofer la esperaba afuera y le abrió la puerta con cortesía. Brihana subió al auto y se dirigieron hacia el centro comercial. Observaba las distintas tiendas, buscando un lugar que fuera solo suyo. Aunque los Cartier le proveían de todo, nunca había usado la tarjeta entregada por Brith. Su independencia era su mayor orgullo.

Recorrió las tiendas vacías con la mirada, hasta que encontró una en un ángulo perfecto. La vista le gustó y examinó cada rincón con detenimiento. Se puso en contacto con el contratista y lo compró sin dudarlo. Una vez más, observó el lugar con una sonrisa en los labios. Ella no dependía de nadie, y no pensaba hacerlo nunca. A pesar de ser la hija mayor de los koscanov, había forjado su propio camino. Estudió en el extranjero y creó su propio imperio.

Desde los 10 años, se enamoró de Birth y se juró a sí misma que se casaría con él. Su sueño se hizo realidad, aunque más por el deseo de sus padres que por el suyo propio. Birth era el hombre más codiciado de la ciudad Rotor, y todas caían rendidas a sus pies. Sin embargo, Brihana no era como las demás. Ella era una mujer independiente, dueña de su destino y decidida a seguir adelante por sí misma.

            
            

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