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Elena sabía que cuando Maruí aparecía era porque algo le molestaba, podía sentir su energía fluctuar, estaba agitado.
_Habla Maruí, ¿qué te preocupa?
_Es difícil ocultarte cosas,_ dijo sonriendo.
_Puedo sentir tu energía, es un desastre.
_Intento encontrar la manera de lidiar con una foca.
¿Qué foca?
_Lo siento, Elena, pero esto es confidencial.
¿Pero qué quieres hacer con este sello?
_Fortalecerlo.
_Entonces el mejor momento es esta noche, vamos a tener una superluna, es el momento perfecto para fortalecer el sello sin consumir su energía vital, podrías sacar energía de la luna -Marui la mira asombrada por su razonamiento, ni siquiera sus consejeros se habían percatado de este detalle, pero ella lo cita como si fuera algo tan obvio.
_¿Dime por qué no estás en mi consejo? - le sonríe.
_Por tres razones _, dice tendiéndole la mano, _una, soy demasiado joven, dos, soy un farolillo y tres, no lo aceptaría_ Maruí entendía lo que decía, la única razón por la que no la habían expulsado del reino era porque él no lo había permitido, la población pensaba que daba mala suerte por ser un farolillo, alguien a quien la diosa de la luna le había dado la espalda.
_Lo sé, a veces me gustaría poder hacer más por ti.
_Ya lo haces Marui, me has cuidado durante años, no te preocupes más por mí, puedo arreglármelas sola.
_Gracias por tu ayuda.
_Ya sabes dónde encontrarme cuando me necesites.
_Llevaré lo que has dicho a los demás, me parece una gran idea.
_Hay que aprovechar la fuerza de la luna, hoy en cuanto salga me voy al monte a recoger hierbas, hay algunas que cuando reciben la luz de la superluna aumentan sus poderes curativos, será bueno aprovisionarse de algunas. - Maruí se preocupa y no disimula su disgusto.
_No vayas hoy a esa región, no estarás segura allí.
_¡Oye! yo puedo con Maruí, no te preocupes.
_Hablo en serio, Elena_, le dice cogiéndole las manos entre las suyas, y ella le mira desconcertada.
_Lo siento Maruí, pero hay alguien que necesita estas hierbas, así que tengo que irme, pero prometo tener cuidado -sabía que discutir con ella era un caso perdido, así que no insistió más-.
_Está bien, ahora tengo que irme - se levanta y se va - Gracias por el té.
_Ven cuando quieras.
Marui abre un portal y se marcha, Elena vuelve a su cabaña y empieza a organizar las cosas que necesitará para recolectar plantas medicinales por la noche.
Ajeno a todo, Mork comenzó a sentir que su fuerza crecía, sabía que esta noche sería su oportunidad de romper el sello.
A medida que la luna se alzaba en el cielo oscuro, las cadenas se debilitaban, la concentración de poder en Mork estaba a un nivel en el que no durarían mucho más.
Elena estaba emocionada, había recolectado un buen número de hierbas medicinales, pero terca como era, continuó caminando por el bosque hasta que divisó la que buscaba desde hacía tiempo, una hierba rara, brillaba a la luz de la luna, en lo alto de la montaña destacaba por su belleza. Corre a cogerla con una amplia sonrisa en la cara. Al acercarse a la hierba, el suelo sobre ella se derrumba. Con un fuerte impacto, cae al suelo, un poco desorientada.
_¡Ay! -, dijo, sujetándose la pierna, aún ajena a dónde se encontraba. Con dificultad, se puso en pie, pero cuando intentó apoyar el pie derecho en el suelo, se dio cuenta de que se lo había torcido. Mientras examinaba la zona, una luz llamó su atención y, como hipnotizada por ella, Elena caminó hacia ella. Un hombre estaba encadenado a una silla de montar con gruesas cadenas, sus brazos y piernas sujetos por gruesas cadenas que debían de ser mágicas por la energía que emanaba de ellas. Lentamente, caminó hacia el hombre, obligada por una fuerza que de alguna manera la atraía hacia él.
El hombre que tenía delante tenía la piel pálida y el pelo negro que le llegaba hasta la barbilla, su cuerpo era esbelto y era alto, no podía verle la cara ya que el pelo le caía sobre el rostro.
Elena no entendía porque lo había atrapado en ese lugar, viéndolo en esa situación parecía inofensivo, cuando estaba muy cerca de él se encontró con una barrera mágica que oscilaba, mostrando que se iba a derrumbar, Elena forzó su cuerpo sobre la barrera y la atravesó, ahora que se encontraba en el mismo entorno que el hombre que tenía enfrente, la presión de la energía que la atraía hacia él era mucho mayor y siguiendo el impulso se acercó a él y como sintiendo su presencia el hombre levantó la cabeza y Elena se encontró de frente con los ojos más azules que había visto en su vida, tenían una luz que brillaba alrededor de sus iris, sus labios eran finos y su nariz pequeña y bien hecha, su rostro era hermoso y transmitía una inocencia que era surrealista. Incapaz de resistirse, Elena sigue caminando hacia él, hipnotizada, en ningún momento el hombre aparta la mirada de ella, sigue cada uno de sus pasos sin expresión alguna. Elena alarga la mano y toca el rostro del hombre, en ese mismo instante sus ojos brillan con intensidad y siente una corriente de energía recorriendo su cuerpo, la barrera vuelve a oscilar y con un fuerte sonido explota, la corriente de energía que recorre su cuerpo es tan fuerte que Elena no puede soportarlo y se desmaya, lo último que ve son unas fuertes manos que la sostienen.