La Dama de Acero
img img La Dama de Acero img Capítulo 4  En medio de la nada
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Capítulo 6 CÓMO CURAR UN CORAZÓN ROTO img
Capítulo 7 NOCHES OSCURAS img
Capítulo 8 La Dama de acero  img
Capítulo 9 Trastornos img
Capítulo 10 En busca de la armonía   img
Capítulo 11 El secreto de Mark img
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Capítulo 4  En medio de la nada

El cáncer es la peor enfermedad del mundo, no sólo acaba con la persona que lo padece, lo va haciendo poco a poco con la familia o personas cercanas al enfermo. Nosotras iniciamos la batalla con toda la actitud del mundo, estábamos seguras de poder vencerla. Cuando ella se enfermó fue cuando me volví vegetariana, intentamos comer lo más sano posible, compramos miles de remedios mágicos, porque teníamos fe en que algo de todos esos miles de productos funcionarían.

No duermes, no descansas y sólo ves como la persona a la que amas con todas tus fuerzas se va apagando poco a poco frente a tus ojos, pidiéndole a Dios que haga lo que crea conveniente para ella, los últimos días de mi madre, más que pedir por su vida, pedí porque la dejara descansar de una buena vez. Aún recuerdo ese momento en el que murió, me sentía tan sola en el mundo, aunque creo que las cosas no han cambiado en lo absoluto.

Me encontraba sentada frente a la tumba de mi padre, con más preguntas que respuestas, «¿Qué fue lo que pasó contigo? No quiero pensar cosas que no son, pero... algo me dice que te asesinaron», me decía a mi misma, el solo pensar en que Lilian hubiera sido capaz de hacer algo así, me hacía sentir que me estaba empezando a volver loca, pero entonces, ¿de quién eran esos zapatos?

Alguien me vio sentada a lo lejos y gritó con todas sus fuerzas.

-¡Hola! -gritó Scott Blair, compañero de trabajo de Mark.

No pude evitar sonreír y me sonrojé un poco, Scott era bastante guapo y educado, me aproximé a él.

-Hola. ¿Qué haces aquí? -dije.

-Pues mi hermana está aquí mismo a unas cuantas tumbas de la de tu papá -respondió Scott.

-Perdiste a tu hermana. ¿De qué falleció? -pregunté.

-Murió de cáncer de seno -respondió Scott con tristeza, pero no pude evitar mirarlo con sorpresa.

-Mi madre falleció de lo mismo -respondí.

-Lo siento, es una enfermedad terrible, el problema con mi hermana es que nunca me dijo que había algo malo en sus senos, más bien nunca se exploró y cuando lo hizo ya era demasiado tarde, ella y su esposo vivían aquí y él decidió enterrarla en Pittsburgh -comentó Scott.

-¿De dónde eres? -pregunté.

-Nosotros somos de Gettysburg, bueno a nosotros me refiero a mi familia -dijo Scott con una sonrisa.

-No conozco Gettysburg -contesté.

-Será un gusto mostrártelo en algún momento -comentó, ambos comenzamos a caminar a la salida-. ¿Quieres que te lleve a algún lado?

-No gracias, estoy bien, puedo caminar a casa -respondí.

-Claro que no, voy para el hospital así que puedo dejarte en tu casa -dijo con amabilidad.

-Eres muy amable, Scott -contesté.

Mark llegaba a casa después de su guardia exhaustiva, traía colgada su mochila y se topó con Lupe en el pasillo de la entrada.

-Lupe. ¿Dónde están todos? -preguntó Mark.

-Lilian se fue a la oficina y Ximena salió muy temprano, hijo. Me imagino que quieres dormir un rato -dijo Lupe.

-Sí, tuve una noche sumamente ajetreada -dijo Mark, ambos caminaron a la cocina-. ¿Tú le pediste a Ximena que me llevara la maleta?

-Claro que no Mark, ella se ofreció a llevarla -respondió Lupe.

-Okay, me pareció un buen detalle de su parte -dijo Mark, haciendo sonreír a Lupe-. Esa cara Lupe, no pienses que por el hecho de llevar una maleta ya voy a tratarla bien.

-Yo no he dicho nada hijo, solo me agrada que ayer no hayas peleado con ella, eso es todo -contestó Lupe.

En casa de los Brown, Alex entró a su casa, al cruzar el umbral se encontró con Amy.

-Alex, por lo que más quieras no vayas a entrar al cuarto de mamá -dijo Amy con tristeza.

-No me digas que de nuevo está alcoholizada -dijo Alex con molestia.

-Sí, la acabo de acostar y estaba diciendo unas cosas horribles -comentó Amy.

-Debemos hacer algo con ella, no puede continuar así. ¿Qué te dijo papá de esto? -Amy puso cara triste y Alex respondió-. Oh entiendo, no dijo nada.

-Dijo que se iría a dormir al cuarto de huéspedes y que todo esto era por sus nervios.

Alex enojado se fue a buscar a su padre a la habitación de huéspedes, se encontró con Robert, él estaba terminando de ponerse la corbata frente al espejo.

-Hijo. ¿Qué tal estuvo la guardia anoche? -dijo Robert como si nada pasara.

-No vamos a hablar de la guardia papá, lo que está pasando con mi mamá es un problema, no puede seguir así, se va a morir -dijo Alex furioso.

-Tú sabes cuántas veces he querido que ella deje el vicio, pero no puedo hacer nada. -Alex se molestó aún más.

-Vamos a meterla a una clínica de desintoxicación papá, si se puede hacer algo, ella puede dejarlo -dijo Alex con esperanza. Su padre lo miró frío y calculador.

-Hijo, estos tiempos no son para tirar el dinero... la economía del país aún no mejora y mientras eso no pase, el hospital está en riesgo, así que no podemos internarla en ningún lado. Y con tu permiso me voy al hospital -contestó Robert Brown, saliendo de la habitación y dejando a Alex enojado.

Scott iba llegando al hospital, justo al área de casilleros, se topó con su hermosa novia Kelly.

-¿Qué tal estuvo tu guardia? y, ¿por qué no te has ido a casa? -preguntó Scott.

-Me dijo el doctor Thomson que quería verme, así que estoy esperando a que llegue -respondió Kelly.

Kelly Baker era cardióloga en el hospital Presbiteriano de Pittsburgh y su padre era un accionista del hospital.

-Bueno, yo tengo que entrar a revisar a unos pacientes y tengo que operar al Sr. Martin, así que te dejé el desayuno en la mesa y nos vemos hasta en la noche -dijo Scott besando a Kelly, ella sonrió un poco preocupada.

En la mansión, yo estaba practicando mi fouetté, pues necesitaba mantener mi cuerpo y flexibilidad como si continuara en el ballet, de lo contrario poco a poco comenzaría a perder elasticidad y práctica, claro que mis compañeras en Nueva York lo hacían con música clásica y yo... bueno, lo hacía al ritmo de Rihanna y Rude Boy, giraba y giraba, cuando en una de las vueltas me percaté que alguien me miraba, me detuve apenada, pero Alex sonreía.

-¿Cuánto llevas ahí? -pregunté.

-Lo suficiente como para ver que eres buena -respondió Alex.

-Necesito mantenerme ocupada, no tengo nada que hacer en esta ciudad -contesté en lo que limpiaba mi sudor, ambos nos sentamos en el sillón-. Cuando regrese a Nueva York mi carrera ya habrá terminado.

-¿Y por qué no buscas aquí en el ballet de Pittsburgh? Viendo lo buena que eres, yo creo que muerta de risa entras, tengo algunos contactos, tal vez podrían ayudarnos -dijo Alex, me hizo sonreír.

-¿En verdad harías eso por mí?

Ese ya no era el Alex que había conocido cuando niña, se mostraba bastante agradable.

-Claro, no creo que sea justo lo que está pasando contigo -dijo, yo bajé la mirada y tomé su mano, poniéndolo nervioso-. Ximena...

-Muchísimas gracias. ¿Me ayudarías a hacer otra cosa? -pregunté.

-¿Qué?

En la preparatoria donde Alondra trabajaba, ella iba saliendo con su portafolio y llena de libros, al levantar la mirada, Mark estaba parado frente a la puerta de salida, ella caminó hasta él.

-¿Qué haces aquí? -preguntó.

-Salí de mi guardia, dormí un rato y en mi sueño vi a la mujer más hermosa del mundo -respondió Mark.

-Deja eso para después Mark. ¿Qué haces aquí? -preguntó Alondra con seriedad.

-Necesitaba verte, Alondra quiero cambiar, pero lo que me pides es muy apresurado para mí -contestó mi hermano.

-¿Muy apresurado? Lo único que te pido es que ya no andemos a escondidas, no te estoy pidiendo boda ni que vengas a vivir conmigo, sólo algo que sea verdadero. Yo sé que es difícil confiar después de lo que pasó con tus padres, pero ni tú ni yo somos ellos y yo tampoco puedo pensar que serás un golpeador de mujeres como era mi padre, ¿o sí? -dijo Alondra.

-Tienes razón, jamás sería como él y sé que tú no serías mi madre, sólo dame un mes, sólo eso te pido, yo sé que tú también quieres estar conmigo -dijo Mark con un poco de esperanza.

-Tengo miedo, no quiero sentirme decepcionada de nuevo -contestó Alondra.

Mark tomó los libros de Alondra y con su otra mano acarició el rostro de ella.

-No lo harás, no de nuevo, lo prometo Alon -dijo mi hermano dándole un hermoso beso en los labios.

Alex y yo íbamos entrando al edificio McCarthy, ese edificio era enorme, la representación del imperio que mi padre había creado y ¿saben qué?, tenía uno en diferentes estados del país.

-Estás loca, no puedo creer que pienses semejante estupidez -dijo Alex hablando bajo.

-No es sólo una idea, tengo una prueba, pero no es lo suficientemente creíble, necesito más -contesté a Alex y aproximándonos a la recepción-. Buenas tardes señorita, mi nombre es Ximena McCarthy.

-Lo sé señorita, ¿se le ofrece algo? -preguntó la joven.

-Sí, quería saber cómo puedo acceder a las cámaras de vigilancia del edificio, verá, mi padre me pidió en su testamento que revisara algunas cosas -dije con una sonrisa.

-No sabía que eso había pedido el señor Arthur, pero si quiere llamo a la señorita Lilian para que la atienda -respondió la joven.

-No -contestó Alex interrumpiendo, él se fijó en el gafete de la chica y con una coqueta sonrisa-. Brittany, no es necesario. -Él guiñó el ojo y se recargó en la barra-, tú sabes Lilian está muy ocupada y es algo rápido de hacer.

La chica se puso roja como tomate y sonrió.

-Miren, vayan por ese pasillo, ahí están las escaleras de seguridad. Sólo pídanle a los guardias que se los muestren -dijo Brittany.

-Gracias Brit -dijo Alex pícaro, ambos caminamos al pasillo.

-Vaya, ¿sólo con cerrar el ojo obtienes lo que quieres? -pregunté.

-Claro, es como ustedes cuando las para la policía, se enredan el cabello en el dedo o se ponen a llorar -dijo y yo comencé a reír.

Lilian estaba en la oficina revisando unos documentos, cuando la puerta sonó.

-Pase -dijo Lilian. Mike entró a la oficina.

-Hola, no te he visto en todo el día -dijo Mike.

-Lo sé, después de la junta vine directo para acá. ¿Qué es lo que ocurre? -preguntó Lilian.

-Estuve revisando los documentos de tu padre, pero faltan algunos, no sé si los tendrán en tu casa. ¿Crees que pueda ir hoy en la noche para ver si están ahí? -preguntó Mike, causando alegría a Lilian, quien sonrió ligeramente.

-Claro que puedes, es más le diré a Lupe que irás a cenar, bueno eso pensando que Dolly no se ponga celosa -comentó Lilian.

-No, descuida, ella no se pondrá celosa, porque ayer rompimos -contestó Mike.

Lilian sólo escuchó en su cabeza, «ding, ding, ding», pero no sonrió.

-¿Y eso por qué? -preguntó Lilian.

-Bueno, hay veces en las que uno ama más que el otro y ella me amaba más -dijo Mike, se quedaron callados-, pero bueno al rato voy a tu casa.

Mike salió de la oficina, dejando pensativa a Lilian, quien lo amaba desde que era una niña.

Yo jugaba al detective en el cuarto de seguridad del edificio.

-¿No está? Busque bien -dije un tanto exigente.

-Ya buscamos señorita, de hecho, es extraño que no esté, todos los videos están en la base, pero parece que alguien lo tomó o borró -respondió el guardia. Alex y yo nos miramos.

-Gracias amigo -dijo Alex.

Ambos salimos de la oficina, topándonos con Lilian, que nos miró enojada de encontrarnos ahí.

-¿Qué hacen aquí? -preguntó.

-Sólo... venía a verte y preguntarte si no habrá algo que yo pueda hacer en este lugar, me aburro mucho en casa -dije, pero parecía que Lilian iba a explotar.

-Dudo mucho que tú sepas algo de esto, ahora vete a casa -espetó Lilian.

Ambos salimos del edificio y comencé a caminar más rápido, Alex corrió para alcanzarme.

-Espera. ¿Por qué estás furiosa? -preguntó Alex.

-¿Acaso no es obvio? Ahora si estoy comenzando a pensar más en que fue un asesinato y que Lilian está metida en todo esto -dije llena de rabia.

Alex me detuvo y me tomó de los brazos.

-¡Ximena! No sé qué pensar, es una locura siquiera imaginar en que Lilian haya cometido algo tan atroz -dijo Alex.

-Con lo que pasó hace dieciséis años me basta -respondí furiosa.

-Lo que pasó hace dieciséis años fue un accidente, Lilian ni siquiera estaba ahí -dijo Alex bajando el rostro-. Y lo siento tanto yo...

-Es cierto... tú participaste -dije furiosa.

Me fuí y Alex se quedó sintiéndose mal por el pasado.

Mark despertaba en el departamento de Alondra, ambos estaban envueltos en las sábanas después de haberse entregado el uno al otro, él abrió sus ojos y admiró la belleza de la chica que lo hacía temblar desde que tenía siete años de edad, sí, al parecer mis hermanos tenían a sus amores desde la infancia, besó la frente de Alondra quien dormía en su pecho, cuando su celular sonó, él se levantó de forma sigilosa, se vistió y contestó la llamada, saliendo de la habitación.

-Bueno. ¿Qué ocurre? -preguntó Mark, quien escuchaba atento los gritos histéricos del otro lado de la línea-. ¿Y por qué la dejaron entrar hasta allá? Entiendo, tranquila, no puedes exaltarte frente a ella, ¿entiendes? -dijo Mark con tranquilidad y pasando su mano por su rostro preocupado -. Estoy en casa de Alex, sí, nos vemos en un rato.

Mark colgó y al momento de girarse palideció al ver a Alondra parada tras de él enredada en la sabana.

-En casa de Alex -dijo Alondra defraudada.

-Era Lilian, no quiero que empiece a meterse entre nosotros -respondió Mark.

-Casi te creo, yo jamás seré suficiente para ti, toma tus cosas y vete -enunció Alondra indignada.

Ella entró a su habitación y se encerró en el baño, Mark corrió, recargándose en la puerta del baño.

-¡ALONDRA! -exclamó Mark-. Abre la puerta.

-Lárgate Mark -gritó Alon dolida, Mark se retiró del lugar lleno de tristeza.

Más tarde, Alex se encontraba revisando a su madre, la veía dormir. Amy y Alex habían vivido el alcoholismo de su madre desde que tenían memoria, su padre nunca había hecho nada al respecto, por lo que sus hijos querían ya tomar cartas en el asunto.

Alex salió de la habitación y Amy estaba afuera esperando.

-¿Cómo está? -preguntó Amy.

-Durmiendo, esto es demasiado, debemos hacer algo por ella. No es un perro, es nuestra madre -respondió Alex.

-Lo sé, pero ella no quiere ser internada Alex.

-Si dejamos que esto siga seremos los asesinos de mamá -dijo con tristeza, Amy miró sorprendida a su hermano-. Aún la tenemos a ella... Ximena no tiene a nadie.

-¿Qué te pasa Alex? -preguntó Amy-. No quiero hablar mal de mi propio hermano, pero tú nunca has sido empático.

-Es horrible cuando el pasado te alcanza... Yo había suprimido el recuerdo de por qué la madre de Ximena se la había llevado de Pittsburgh -respondió.

-¿Cómo lo hiciste? -dijo Amy cruzando los brazos-. ¿Cómo pudiste olvidar? Espero ahora entiendas que para ella es muy difícil y que aún así aquí está, no he tenido tiempo de verla por el estreno de mi línea de ropa, pero siempre que hablo con ella se escucha sumamente triste.

-Lo sé, está completamente sola -dijo Alex.

Yo llegaba a casa, buscando a Lupe por todas partes para hacerle algunas preguntas.

-¡Lupe! -grité.

Giré y de golpe Mark estaba detrás de mí, sacándome el peor de los sustos.

-¿Qué te pasa? -preguntó Mark.

-No te esperaba tras de mí, solo eso. ¿No está Lupe? -pregunté.

-Fue a comprar algunas cosas porque viene a cenar Mike -dijo Mark mirándome fijamente-. Me dijo Lilian que fuiste a la oficina.

Me puse nerviosa, no sabía si Mark estaba coludido con Lilian.

-Es que yo quería que me diera trabajo o algo así me aburro mucho aquí en la casa -respondí.

-Pues deberías hacer lo que mejor sabía hacer tu mamá... -dijo Mark, yo lo miré atenta esperando la respuesta-. Me refiero a cocinar, digo tu mamá no te dejó desprotegida tienes las ganancias de diez restaurantes.

-No sé si yo tenga la habilidad de ella -dije.

-¿Qué haces aquí? -Lo miré extrañada-. Sí, ahora que lo pienso tú no necesitas el dinero Carolina te dejó bastante.

-¿Piensas que estoy aquí por el dinero? -dije indignada -. Estoy aquí porque quiero saber qué es lo que quería mi papá al obligarme a vivir un año con ustedes, quien sabe tal vez haya una sorpresa al respecto.

Ambos nos vimos de forma desafiante, si no fuera porque Lupe llegó en ese momento, tal vez nos hubiéramos matado.

-Ya llegué niños -dijo Lupe con su tierna vocecita.

-Que bueno Lupe, te ayudo -dije para romper el momento de tensión.

Mark salió furioso y en la sala se topó con Lilian.

-Tú y yo tenemos que hablar arriba ¡Ya! -exclamó Mark.

-Entiendo -dijo Lilian sin expresión alguna.

Scott llegaba del hospital, Kelly se encontraba viendo el televisor, al entrar él sonrió al ver a su chica.

-Hola amor. -Él caminó hasta ella y la besó-. ¿Qué ocurrió con Thomas?

-Nada, sólo era información -dijo Kelly nerviosa.

Scott se acercó al refrigerador para hacer la cena, Kelly se puso de pie y se recargó en la barra.

-Scott... -dijo con debilidad, él se giró a verla, pero ella ya no tuvo valor-. Olvídalo, te voy a ayudar porque no es justo que siempre hagas tu la cena.

-Vaya gracias -dijo Scott sonriente.

En la mansión sonaba la puerta, yo me dirigí a abrirla, Mike estaba parado como siempre impecable.

-Hola Mike, pasa -dije.

-Hola. ¿Cómo has estado? No hemos tenido tiempo de platicar -dijo sonriente.

-Sobreviviendo -contesté, Mike me abrazó y me dio un beso, después de todo éramos como hermanos, solo que Lilian nos vio y creo que ella no lo tomó muy bien.

-Mike, buenas noches, pasa -dijo Lilian, reflejando sus celos, yo me hice a un lado.

-Bueno, yo voy a ayudarle a Lupe -dije alejándome del lugar.

-No sabía que te llevaras tan bien con Ximena -comentó Lilian.

-¿Cómo es que pensaste que no? Sé que Ximena no creció aquí, pero cuando venía la pasábamos bien, viajé muchas veces con tu padre a Nueva York, de hecho, hasta la he visto bailar, es extraordinaria. -Eso último tampoco le gustó a Lilian.

Mark bajó las escaleras y al ver a Mike sonrió.

-¡Hey grandulón! -dijo abrazándolo.

-Mark. ¿Qué tal el hospital? -preguntó Mike.

-Ni me digas, estos últimos días ha estado bastante pesado, como está comenzando a enfriar, el asfalto es más resbaloso -respondió Mark.

-¿Por qué no pasamos a la sala? -comentó Lilian.

Yo mostraba a Lupe mis dotes de chef, picando el apio como toda una profesional de la cocina.

-Igualita a tu madre, aún no sé por qué no te decidiste por la cocina -dijo Lupe.

-No lo sé, tal vez no quise imitarla, la cocina me encanta, pero sé bailar -contesté.

-¿Y si vas a entrar ahí donde te dijo Alex? -preguntó Lupe.

-Pues no lo sé, dicen que las audiciones son hasta junio entonces tengo que meter mi solicitud ya -respondí.

-¿Sería lindo no?, que fueras la estrella.

-Pude haber sido la estrella, pero entrar a un lugar nuevo es... ser sólo la sombra de la estrella -contesté con un poco de tristeza.

-Bueno... tal vez en algún momento alguien volteé a ver atrás y diga es la mejor bailarina del mundo -dijo Lupe haciéndome reír, la rodeé con mis brazos y besé su mejilla.

En casa de los Brown, Amy estaba sentada triste en su habitación, en ese momento alguien tocó a su puerta.

-Pase -dijo Amy. Alondra entró a la habitación.

-Hola, me dijo Alex que estabas aquí. ¿Qué pasa, por qué esa cara?

Amy le hizo la seña de que cerrara la puerta, Alondra lo hizo y se sentó en la cama.

-Me pararon el proyecto -dijo Amy con tristeza, mientras Alon la miraba extrañada-. Dicen que no quieren arriesgarse con alguien que no tiene renombre.

-Entonces ya no te harán la ropa -comentó Alondra.

Amy negó con la cabeza, sentía que su sueño se alejaba poco a poco.

-Y no puedo decirle a mi padre porque me va a restregar en la cara que él siempre tuvo razón con todo esto de la moda -comentó Amy-, no me perdona haber abandonado la universidad por esto.

-¿Y qué es lo que necesitas? ¿Sólo el dinero? -preguntó Alondra, Amy asintió-. Tú sabes quiénes podrían ayudarte con esto.

-Lo sé, pero según lo que platiqué con Alex, Ximena tiene sus propios problemas en este momento y Benji solo me va a regañar -dijo Amy.

-Tú sabes que Ximena te ayudaría de cualquier forma, mira, ella te pone el capital, se hace tu ropa, organizamos un desfile de modas y cuando empieces a vender le vas pagando -respondió Alondra haciendo ver las cosas con mucha facilidad.

-Tendríamos que invitar a mucha gente importante para que todo funcione -comentó Amy.

-Podríamos intentarlo a través de los McCarthy y de los Murphy -dijo Alondra con una sonrisa.

-Hay que hablarlo muy bien con Ximena para ver si se puede lograr -comentó Amy.

Me encontraba poniendo el último platillo elaborado por mi y por Lupe cuando me percaté que solo había tres platos en la mesa, me quedé extrañada, pensé. «¿Se habrá ido Mike?», en ese momento me giré y choque con Lilian.

-Sólo hay tres lugares. ¿Mike se fue? -pregunté con inocencia.

-No Ximena, creo que no has entendido, es una cena importante para la familia, por lo que no estás invitada, pero puedes comer en la cocina, después de todo ese era el lugar favorito de tu madre -dijo Lilian con saña.

Miré a Lilian atónita e hice lo mejor que sé hacer ante estas situaciones, salir corriendo de la casa, bajé los escalones furiosa justo cuando Alex iba llegando, mi rostro llevaba lágrimas, me sentía sola, dolida. Bajó del coche y corrió a verme yo no lo pensé, solo me aferré a él y comencé a llorar como tenía mucho no lo hacía.

-¿Qué te han hecho? -preguntó Alex, pero el solo ver mi rostro lo afectó-. Sube al auto.

Dentro de la casa los tres "hermanos" porque en realidad Mike no lo era, se sentaron a cenar, él miró extrañado la mesa.

-¿Y Ximena? -preguntó.

-¿Dónde está? -preguntó Mark extrañado a Lilian.

-Me dijo que tenía que retirarse, tenía cosas que hacer -contestó Lilian con desfachatez.

Mark miró la mesa y vio el plato de la ensalada, suspiró pues al verlo se transportó a su infancia.

-Hizo la ensalada que hacía su madre... -dijo Mark, Mike sonrió al verlo también-. No se ustedes, pero me encanta, nadie la hace o más bien la hacía como ella.

Mark tomó su plato y se sirvió una porción bastante considerable de ensalada.

-Opino lo mismo, pero se ve que no han probado la sazón de Ximena -dijo Mike captando la mirada celosa de Lilian por el comentario.

-¿Y tú cómo lo has probado? -preguntó mi hermana.

-El día del entierro de su madre, después del sepelio nos preparó de comer a tu padre y a mí y la verdad heredó el don de Carolina -dijo Mike.

Eso último llenó de sentimiento a Lilian, como si causara dolor, solo que ella no lo expresaba en lo absoluto.

-¿Tú sabes por qué papá no nos dijo nada? -preguntó Lilian.

-Es obvio, ustedes odiaban a Carolina y su padre no quería una escena, aparte de que Ximena estaba deshecha y ustedes bueno, no iban a apoyarla. ¿Verdad? -dijo Mike poniendo el rostro serio, como regañando al par de hermanos.

Lilian y Mark se miraban avergonzados, ante el mayor, porque así era como veían a Mike, como el mayor.

Scott arreglaba la cocina junto con Kelly después de cenar, él la miraba de reojo, estaba enamorado de esa chica, sin embargo ella se veía bastante pensativa.

-¿Qué pasa?, te veo un poco ausente -preguntó Scott.

-No es nada, sólo que tengo demasiado trabajo, ya sabes que mi investigación ha estado muy pesada.

-Sabes que todo estará bien -dijo Scott besando su frente-. Por cierto, aún no es un hecho, pero platicando con Robert me ha dado a entender que puedo convertirme en el jefe de trauma, más ahora que creo que se ha corrido mi nombre por todo el estado, me estoy haciendo famoso -dijo Scott con orgullo, Kelly sonrió, ella terminó de guardar los platos y se acercó a él.

-Me imagino Scott, eres muy bueno en lo que haces -dijo Kelly apagada-. Me voy a acostar, me siento muy cansada. -Lo besó y se retiró.

Scott sintió una ligera opresión en el pecho, agitó su cabeza y continuó acomodando la cocina.

Alex y yo nos encontrábamos en una banca del parque, el viento corría con frialdad pues ya era otoño, yo miraba a la nada y Alex solo me observaba.

-¿Me quieres decir que fue lo que pasó? -preguntó Alex.

-En realidad... nada que me sorprenda, pero esta vez lo sentí más de lo normal -dije mirando a Alex-. ¿Qué hacías cerca de la casa?

-Quería platicar contigo, quería preguntarte... -dijo Alex mirándome-. ¿Cómo le haces para que las cosas no te afecten?, pero hoy no fue el mejor día.

-¿Quién dice que las cosas no me afectan? Mi vida no ha sido nada fácil... Mis hermanos siempre me han odiado, veía a mi padre cada fin de semana, mi madre murió hace unos años y ahora creo que mis hermanos mataron a mi padre, además de otras cosas... -dije bajando mi rostro.

-Tú con tantos problemas y yo queriendo que me enseñes a afrontar los míos -dijo Alex apenado.

-¿Lo dices por tu mamá? -pregunté.

-¿Quién te dijo? Ah sí Amy. -Rio triste.

-Es difícil tener una madre alcohólica Alex, pero la solución a su problema la tienen ustedes, ella tiene años así y nunca va a aceptar su enfermedad, si tu papá no quiere ayudar, háganlo ustedes solos -respondí.

-¿De qué murió tu mamá? -preguntó Alex-. Si no quieres decirme lo entiendo, sé que no soy quien para pedirte que confíes en mí, pero créeme estoy muy arrepentido de lo que sucedió en el pasado.

-Cáncer de seno... ella se dio cuenta muy tarde y no se pudo hacer nada al respecto, pero aún así yo tenía la esperanza de que algo pasara, compré miles de bebidas, hierbas y demás que la ayudarían, no quise quedarme sin hacer algo. -Ambos nos miramos-. Y en estos momentos que sé que alguien estaba con mi padre en el momento que estaba muriendo, menos. ¡Tengo que hacer algo, tengo que encontrar la solución! -Alex me miró impresionado-. Que triste es cuando no puedes correr a ninguna parte... -dije.

Lilian miraba por el gran ventanal de la mansión, Mike la observaba y se aproximó a ella.

-Lo siento, me quedé pensativa -dijo Lilian.

-Me imagino, no es fácil manejar una empresa tan grande como la que te dejó tu padre, es una responsabilidad enorme -contestó Mike.

-Sí lo es, pero no sólo es eso -dijo Lilian, ambos se miraron a los ojos-. He hecho cosas de las que no estoy orgullosa y es eso lo que no me deja tranquila.

Mike tomó las manos de Lilian entre las suyas, esto la hizo temblar y sonrojarse, ella intentó contener su respiración.

-Tranquila, todo tiene solución... Ni que hubieras matado a alguien -dijo Mike.

Solo que al escuchar eso, Lilian retiró sus manos de golpe, miró a Mike y salió de la sala con rapidez.

Cuando eres un alma solitaria buscas tu lugar, estás desesperado por pertenecer a algo. Mark lo estaba intentando, dejando miles de mensajes de voz a Alondra.

-Hola Alondra, soy Mark, ya sé que sabes quién soy..., pero quiero que sepas que lamento mucho lo que paso hoy yo... sé que estás cansada de promesas, pero esta vez quiero intentarlo, en verdad siento que esta vez puedo lograrlo. No puedo estar lejos de ti -dijo Mark, mientras que Alondra escuchaba la contestadora en su habitación. ¿Qué pasa cuando estás rodeado de gente y sientes la soledad en tu corazón?

Scott veía a Kelly dormir, él se levantó de la cama; caminó al estudio, sacó de un archivero la cajita, la abrió, vio el anillo, la cerró y se quedó pensativo, respiró profundo. Tomó su teléfono.

-Buenas noches, sé que es muy tarde, pero quisiera hacer una reservación para mañana en la noche -dijo Scott.

Alex y yo llegamos a casa por fin, él me acompañó hasta la puerta de la mansión.

-Me encantó platicar contigo -dijo Alex.

-A mí también -dije con una sonrisa.

-Prometo que no diré a nadie lo que hoy me has confesado, lo prometo en verdad y ahora te admiro más. -Alex se aproximó a mí como queriendo besarme cuando de golpe Mark abrió la puerta -. ¡MARK!

-¡¿QUÉ DEMONIOS?! ¡ENTRA A LA CASA XIMENA! -gritó Mark.

-No puedes -le dije.

-¡Que entres! -exclamó, yo entré y Mark salió furioso cerrando la puerta-. ¿Qué crees que estás haciendo?

-¿Estás celoso? -dijo Alex con una sonrisa un tanto burlona.

-Mira Alex, eres mi mejor amigo... no lo arruines, además, te conozco y sé en que puede terminar esto. -Mark se metió azotando la puerta en la cara a Alex.

Dentro de la casa yo esperaba a Mark.

-¿Qué te pasa? ¿Qué te sientes jugando al hermano mayor? -dije con molestia.

-Sé que tú y yo no nos llevamos bien, sé que me odias y también que te sientes sola, créeme no eres la única... -espetó Mark, dejándome en silencio-, pero por mi culpa ha ocurrido todo esto y no pienso dejar que tu vida se arruine... se lo debo a tu madre, con permiso. -Subió corriendo Mark.

Me dejó perpleja, entonces pensé en lo que mi padre siempre decía «Cuando más perdido te sientas... es porque tal vez estés a punto de encontrar el camino».

            
            

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