La Dama de Acero
img img La Dama de Acero img Capítulo 5 UNA NOCHE MUY LARGA
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Capítulo 6 CÓMO CURAR UN CORAZÓN ROTO img
Capítulo 7 NOCHES OSCURAS img
Capítulo 8 La Dama de acero  img
Capítulo 9 Trastornos img
Capítulo 10 En busca de la armonía   img
Capítulo 11 El secreto de Mark img
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Capítulo 5 UNA NOCHE MUY LARGA

Me paré a las seis de la mañana, bajé al cuarto de televisión donde justamente Mark tenía todas sus consolas y juegos. Encendí el estéreo de alta definición y subí tanto el volumen que estaba segura que lo oirían los vecinos y eso que estaban a unos cientos de metros de la propiedad, cuando puse Play con Bad Reputation, Mark y Lilian despertaron de golpe y furiosos. Ambos bajaron molestos, pero lo único que encontraron era todo un espectáculo en la cocina, yo saltando y haciendo hot cakes. Ambos se miraron y regresaron a sus habitaciones.

¿Pensaron que no me iba a vengar de lo de anoche? Lo siento, sabía que no es muy maduro de mi parte, pero ya me hacía falta una victoria contra ellos.

Mi padre siempre dijo que admiraba el trabajo de los doctores, ya que les toca trabajar con el dolor.

Scott estaba amputando una pierna y en otro quirófano más tarde, Mark estaba asistiendo en una de las mejores cirugías de su enseñanza según sus palabras.

No es fácil decirle al familiar del paciente que la vida va a cambiar para todos después de una operación, en ocasiones para bien.

-Fue todo un éxito, el trasplante de corazón le dará una nueva vida a su hijo -dijo Alex a los familiares de su paciente, estos lo abrazaron llenos de alegría.

Y a veces...

-¡MALDITA SEA! -exclamó Scott, golpeando el casillero, furioso.

-¿Qué pasa Scott? -preguntó Kelly mientras guardaba sus cosas en su casillero.

-Recuerdas al paciente del que te hablé la otra noche, el que tenía diabetes... -dijo Scott, pero Kelly lo miraba con cara de no saber de qué hablaba-. Kelly te lo dije anoche... bueno el tratamiento no funcionó y hoy tuve que amputarle la pierna.

-Pero eso no fue tu culpa, sino de su doctor de cabecera, mira no te exaltes, ya deberías estar acostumbrado a estas situaciones, no siempre se gana y estoy segura que debió ser un obeso de los que no se cuida -dijo Kelly con frialdad, dándole un beso a Scott en la mejilla, él la miró asombrado de su poca empatía.

En la mansión, me encontraba hablando con mis amigas, sobre el proyecto de Amy.

-¿Cómo ves? -preguntó Amy, vi a ambas-, te juro que si no estuviera con la soga en el cuello no te lo pediría.

-Somos amigas por qué me dices eso, ya sabes que cuentas conmigo y supongo no sería malo invertir algo en moda, aunque tendría que preguntarle a Benji como están nuestras finanzas -dije guiñando el ojo-. Ya saben, no sé nada de eso.

-Sólo hay una situación, Ximena... no quisiera que mi papá se entere de quien me está dando el dinero -comentó Amy.

-¿Por qué? ¿Qué tiene de malo? -preguntó Alondra un poco molesta.

-No quiero que empiecen las preguntas y los sermones. ¿Podrían ayudarme con eso? -dijo Amy.

-No creo que esté bien -dijo Alondra.

-Eso no importa, te ayudaré -dije con una sonrisa-. Ayer salí con Alex nuevamente.

Ambas me miraron, pero a Alondra claramente se le veía que no le agradaba en lo absoluto.

-¿Qué pasa Alondra? -pregunté, Alon miró a Amy.

-Mira, no quiero herir a Amy, pero su hermano tiene una reputación terrible de don Juan, así que yo me andaría con mucho cuidado -comentó Alondra.

-No me molesta, lo sé e incluso yo le digo que no vaya a hacer nada que pueda arruinar nuestra amistad, pero ya no somos unas niñas, tú también sabes lo que haces y qué riesgos puedes tomar.

-Yo no estoy saliendo con él en ese plan, sólo como amigos, aunque tienes razón. Además, acabo de terminar una relación.

-En la cual le hiciste larga la historia al pobre de Chris y nunca concretaste nada -dijo Amy, dejando a Alondra un tanto extrañada.

-No cabe duda que son hermanos -dijo Alondra sin pensar, ambas la miramos-. Perdón quise decir que no debiste hacerle eso.

-Lo sé, yo le dije que me daba miedo enamorarme y aún sigo con esa idea -dije.

-Sí, pero una cosa es el amor y otra es que ni siquiera hayas intentado acostarte con él, era guapísimo -dijo Amy.

-¿Qué es lo que te preocupa? Nunca me nació acostarme con él, no soy virgen, pero he tenido malas experiencias, me gustaría encontrarme con ese hombre que me haga perder el piso, la cabeza -dije ruborizándome-. Alex es muy lindo Amy, pero he oído como es.

-Así es él, no es lo mejor, pero dile Alon, que sí es preocupante -agregó Amy.

-Creo que Ximena está en lo correcto, no porque seas novia de alguien quiere decir que tengas que tener sexo con él -dijo Alondra, que se veia amaba a alguien y no era correspondida como ella quería.

-¿Pasa algo Alondra? -pregunté.

Ella intentó cambiar el tema y al parecer la salvó la campana, pues se escuchó la puerta, Lupe entró con un hombre enorme, traje y gabardina negros, guapo, bastante varonil, corpulento, imponía; solo que al oírlo.

-¡MI VIDA ADORADA! -exclamó Benji.

Él es Benji, mi mejor amigo en la vida, fuimos juntos a la escuela, él dos años arriba de mi, él, Alondra y Amy jugábamos todo el tiempo, hasta que mi madre decidió que debíamos irnos a Nueva York, su familia junto a la de Amy y la mía es de renombre en la ciudad. Los Murphy son dueños de suficientes negocios a nivel nacional.

-¿Dónde andabas, Benji? -preguntó Amy.

Benji besó la mejilla de Amy y la de Alondra.

-Lo siento tanto, estaba en Italia con mis padres, fue su viaje de aniversario y nos enteramos cuando estábamos allá -respondió Benji-, sus mensajes me llegaron apenas, pues perdí mi celular durante el viaje.

-Como siempre -respondí.

-Calla, al menos no los rompo como tú -dijo él riendo.

-¿Y qué tal Italia? -preguntó Alondra pícara.

-Sé a dónde quieres llegar, pero mis padres aun no lo saben y no se cuando vaya a informarles, ¿se imaginan decirles que su único hijo es gay? Créanme no es algo fácil de asimilar -contestó Benji.

-Nosotros te amamos tal y como eres -contesté.

-Ustedes sí, pero faltan mis padres y créeme no es fácil -respondió Benji.

En el hospital, Alex estaba haciendo el seguimiento de una de sus pacientes, era una señora de unos ochenta años aproximadamente.

-Pronto se irá a casa señora Smith -dijo.

-Disculpe doctor Brown que sea tan imprudente, pero hoy se ve muy sonriente, la chica que debió pintarle esa sonrisa en la cara debe ser especial -dijo la señora.

-¿Qué le hace pensar que es una chica? -preguntó Alex con una sonrisa.

-Ay hijo, bien dicen que los viejos sabemos más que los jóvenes. ¿Es tu novia? -preguntó la señora entrometida.

-No... no como cree, yo no soy un chico de novias -respondió Alex.

-Mmm entonces eres de esos gays -dijo la despectiva señora, causando las carcajadas de Alex-. ¡Ah! eres de esos que les gusta tener a muchas chicas juntas, ten cuidado hijo, un día te puede regresar el karma todo. -La señora también se rio.

-Créame, con ella no pienso hacer nada malo, es una linda chica, pero la veo más como mi amiga.

Scott estaba planeando su pedida de mano, él se encontraba en uno de los restaurantes más exclusivos de la ciudad, yo alcancé a verlo cuando entró.

-¡Hola Scott! -dije levantando un poco la voz para que me oyera.

-¿Qué haces aquí?, lo siento es una pregunta estúpida -dijo con una sonrisa.

-Descuida... vine por un café y un croissant de chocolate, es el único lugar donde están así de ricos. ¿Esperas a Kelly? -pregunté.

-No, en realidad venía a ver lo de la cena de hoy. Quiero que el camarero me ayude a llevar el anillo, pero la mesa que me reservaron no me agrada tanto. Por teléfono me dijeron que ya no tenían otra y que si quería la VIP, pero está fuera de mis posibilidades -dijo Scott con tristeza.

Su expresión era la de un niño, claro un niño bastante imponente con ese físico que tenía, me recordaba un poco a Jason Momoa, lo miraba, se veía que soñaba con ese momento y no lo pude evitar.

-Ven acompáñame -dije tomándolo de la mano.

Caminamos hasta la puerta de la cocina y ahí uno de los trabajadores nos impidió el paso.

-Quiero hablar con Cécilie -dije un tanto presuntuosa.

-¿Y usted es? -preguntó el empleado.

-Dígale que soy Ximena McCarthy -dije.

El trabajador entró. Scott me miraba un poco extrañado, no tardó ni cinco minutos en salir Cécilie, el dueño del restaurante, él era un hombre alto de color, al verme nos abrazamos.

-Ximena querida, cuánto tiempo sin verte -dijo Cécilie.

-Es cierto, tenía tiempo sin venir a Pittsburgh, mira te presento a Scott Blair. -Ambos se dieron la mano-. Verás Cécilie, hoy mi amigo le pedirá a su novia matrimonio, pero dice que tu gente no le apartó la mesa que pidió -dije poniendo una cara de cachorrito.

-Ya me imagino que mesa quieres hermosa... es tuya y sólo porque es tu amigo y le debo todo a tu madre, dile al mesero les muestre la terraza -dijo Cécilie, lo abracé emocionada.

-Muchísimas gracias señor -dijo Scott.

-Descuida, si eres amigo de mi Ximena eres amigo mío -dijo Cécilie.

-Eres el mejor -dije a mi amigo.

-No, esa era tu madre, yo solo soy un aprendiz, ahora los dejo porque este lugar debe seguir trabajando -dijo Cécilie retirándose, no sin antes darme un beso.

Scott y yo comenzamos a caminar a donde estaba el mesero.

-Tal vez mi pregunta sea tonta, pero. ¿Quién es tu madre? -preguntó Scott.

-Mi madre era la dueña de la cadena de restaurantes The Home. -Al decirle eso Scott se quedó perplejo.

-¿En verdad? Yo amo comer en esos restaurantes, es, no sé... es como si estuviera en casa, además el trato, por mí se lo hubiera pedido ahí, pero ella ama la cocina de Cécilie -respondió Scott con una sonrisa.

-Cécilie, es asombroso y sí, la idea de mi mamá es que te sintieras como en casa, por eso muchos platos son caseros -respondí.

-Vaya, Mark nunca me había comentado que tu mamá era la dueña de los restaurantes -comentó Scott.

-Me imagino que él no habla mucho de mí. -Llegamos con el mesero-. ¿Si nos muestra la terraza?

El mesero nos guió mientras seguíamos platicando.

-Pues tienes razón, somos amigos, pero casi no habla de su vida familiar, lo único que sé es que eres su media hermana y es todo, de lo único que habla es de Alondra.

Eso me dejó sorprendida «¿De Alondra? ¿Por qué tendría que hablar de Alondra?». Ambos entramos a la terraza.

-¡Wow! -dijo Scott emocionado.

No era para menos, se veía toda la ciudad y de noche estoy segura tendría una vista excelente.

-Todo se decora con velas señor, además de pétalos, no sé... ¿Cómo piensa pedirlo? -preguntó el mesero.

-¿Qué más puedo pedir? -dijo Scott.

-Creo que él se refiere a cómo vas a pedirle matrimonio a Kelly -dije. Él se abochornó.

-Ella es una mujer muy independiente, así que no importa que yo la invite a cenar ella querrá pagar la cuenta, por lo que la pedirá, así que no se si pueda traerla con la caja encima. -Tanto el mesero como yo lo miramos un poco desencantados-. En ese momento yo me hincaré.

-¿Esa es tu idea? -pregunté.

-No se me ocurre algo mejor... y creo que de igual forma será sorpresa, soy malo con eso de los momentos románticos -respondió Scott.

-Entiendo, entonces pónganse bien de acuerdo, yo tengo que irme ya, espero me digas mañana que tal estuvo, te doy mi número de teléfono por cualquier cosa. -Le quité su celular y le registré el mío, él me miró algo extrañado, pero después sonrió-. Suerte.

-Estoy seguro que la tendré y veo que está de mi lado, me has ayudado con este lugar, gracias Ximena -dijo Scott, ambos nos miramos y yo me retiré.

Mark estaba esperando a Alondra fuera de la preparatoria, para suplicar una última oportunidad, veía como salían los chicos entre risas, burlas de unos a otros, hasta que salió la chica de sus sueños.

-¿Qué quieres? -preguntó Alondra molesta de verlo.

-Lo siento -dijo Mark siguiéndola mientras ella caminaba al auto.

-Estoy cansada, mira ya deja de venir a verme sé que no vas a cambiar y sé también que nunca gritarás a los cuatro vientos lo que hay entre nosotros o más bien lo que hubo -espetó abriendo la puerta de su auto.

-Alondra te juro que yo hago lo posible, pero... mi vida es un remolino el cual creo nunca se va a detener, cuando veo que por fin tendré aguas tranquilas todo se mueve de nuevo y lo único que me hace sentirme yo, eres tú -exclamó Mark.

-Pues por eso que dices es que deberías de defender lo nuestro, pero sinceramente Mark ya no quiero sentirme herida, porque mientras tú eres tú al estar conmigo yo... Tengo miedo de que me hieras una vez más -dijo Alondra subiendo al auto y cerrando la puerta, él se recargó-, por favor termina ya con esta agonía.

Alondra arrancó el automóvil, retirándose del lugar, al ver eso Mark se puso colérico, pateando la llanta del auto de al lado, sólo que al momento de sonar la alarma del mismo, Mark salió corriendo para que nadie viera lo que había hecho.

Ya en la noche, yo entraba a la cocina de la mansión para platicar con Lupe.

-¿Mark y Lilian? -pregunté.

-Lilian acaba de llamar que tuvo que salir de la ciudad por asuntos de trabajo y Mark llamó para avisarme que no le hiciera la cena pues tenía un grupo de niños accidentados -respondió Lupe.

-Eso quiere decir que será otra noche sola -dije suspirando.

-Así parece mi niña -contestó Lupe, ambas hicimos silencio.

-¿Tú sabes si entre Alondra y Mark hay algo? -pregunté a mi nana, que se quedó helada por la pregunta.

-Ay hija. ¿Por qué preguntas eso?

-Hoy alguien me dijo que de lo único que Mark habla es de Alondra -respondí a Lupe, ella sonrió ligeramente-. Y esa risa es por...

-Porque sería muy gracioso, ¿no lo crees? Ellos siempre se han llevado mal.

En eso tenia razón Lupe, Alondra y Mark todo el tiempo desde que éramos niños se habían llevado mal, era tonto pensar que mi hermano, quien era un ególatra, presumido, anduviera con una chica tan sencilla como Alondra, aunque...

-¿O es lo que siempre han querido que pensemos? -dije

-No eres nada tonta Ximena, pero creo que esos asuntos son de ellos, ¿no crees?

-No es que vaya a intervenir, sólo me asombra el hecho de que mi mejor amiga casi mi hermana tenga algo que ver con la persona que más me odia -dije un poco celosa.

-Él no te odia -respondió Lupe en tono dulce.

-Tienes razón, sólo no me soporta -dije retirándome del lugar.

Scott llevaba a Kelly vendada de los ojos a la majestuosa cena de compromiso, ella se veía muy nerviosa por la situación.

-¿A dónde me llevas, Scott? -preguntó Kelly.

Al quitarle Scott la venda, ella se quedó petrificada de ver las velas, la vista asombrosa y el lugar lleno de flores, era el lugar perfecto para pedir casamiento.

-¡Feliz aniversario! -exclamó Scott.

-Vaya, no pensé que hicieras algo así... -dijo Kelly sonriendo nerviosa-. ¿Cuánto pagaste por este lugar?

-Eso no importa -dijo Scott mientras el mesero sirvió champagne en las copas -. Sabes que tú eres mi reina.

-Lo sé, pero esto es demasiado, hubiéramos podido ir a cualquier otro lado -respondió Kelly.

-Déjame consentirte, eso es todo -comentó Scott.

Alex y Mark hacían lo que mejor saben hacer los residentes, suturar, porque ustedes sabrán que al principio solo eso es lo que los ponen a hacer, aunque ellos ya iban en el segundo año.

-¿Quieres pasarme la gasa de ahí? -dijo Alex a Mark.

-No puedo creer que un autobús escolar haya chocado de esa manera.

-Lo que no puedo creer es que todos los niños estén bien, son sólo cortadas y fracturas, por la magnitud del choque hubiera podido haber hasta muertos -respondió Alex.

-Creo que esta vez arruiné todo -dijo Mark.

-¿A qué te refieres? Descuida nuestra amistad no se va a dañar, lo que pasó ayer con Ximena no debió pasar eso es todo -respondió Alex.

-Me refería a... ¿Espera, qué pasó con Ximena? -dijo Mark preocupado.

Alex se quedó callado, luego de ver que había arruinado un poco las cosas.

-Nada, sólo que ayer nos íbamos a besar, pero tienes razón, somos amigos y eso no se repetirá jamás -dijo Alex. Mark lo miró un tanto sorprendido.

-Alex ya te dije que por favor te alejes de Ximena, ella no es como las chicas con las que estás acostumbrado a salir -dijo Mark.

-Olvídalo, lo sé, lo sé. ¿Entonces hablas de Alondra?

-Sí, pero... -Iba a decir Mark, cuando sus localizadores comenzaron a sonar-. Creo que ya empezó la verdadera acción -comentó Mark, mientras salían corriendo.

Scott y Kelly terminaban de cenar, ella se veía un tanto nerviosa aún.

-Todo estuvo delicioso. ¿No lo crees? -preguntó Scott.

-Sí -dijo Kelly con una sonrisa-. ¿Has hablado con Richard?

-Sí, justo hable hoy con él, pero ya sabes que la residencia lo absorbe -dijo Scott.

-No me tolera ni un poco -dijo Kelly.

-Eso no es cierto.

-Lo es, eso me preocupa, es tu mejor amigo casi tu hermano y que no me tolere, no es bueno -comentó Kelly. Scott quiso cambiar el tema de golpe.

-¿Cómo ves si pido la cuenta y nos vamos a seguir esto a casa? -preguntó Scott.

-Claro, pero la cena yo la pago -dijo Kelly, Scott le hizo la seña al mesero -. Scott...

-¿Si, mi vida? -Kelly comenzó a llorar, Scott se quedó preocupado-. ¿Qué es lo que pasa?

-Me gustaría haber escogido un mejor momento, pero ya no sé qué hacer -enunció Kelly respirando aprisa y con el rostro lleno de lágrimas.

El mesero iba caminando con la cuenta y la cajita sobre ella, Scott le hizo una seña para que éste se detuviera.

-¿Por qué no sabes qué hacer? -preguntó Scott.

-Debemos terminar -dijo Kelly tajante -. Lo siento es sólo que... Me van a dar la oportunidad de irme a París a aprender más sobre cardiología y tú sabes cuánto he querido esa oportunidad.

-¿Y por eso tenemos que terminar? No te vas a quedar ahí por siempre, sabes que yo te apoyo en todo lo que hagas.

-No creo en el amor a distancia y además no sé qué pase con nosotros y la verdad... en estos momentos no sé qué siento por ti, no sé si es amor o...

-No lo digas -dijo Scott bajando el rostro, se puso de pie, tomó la caja del anillo y salió del lugar.

Scott se sentía destrozado después de tantos años juntos, escuchar lo que Kelly le decía era como una bala en el corazón.

-¡SCOTT! -gritó Kelly desesperada, el mesero la miró.

-¡Pobre tipo, iba a pedirle matrimonio y usted se comportó como toda una maldita! -dijo el mesero.

Eran las tres de la mañana, yo dormía profundamente, pues lo que Alex me había recetado me hacía tener un sueño relativamente bueno, sin embargo, a lo lejos alcancé a escuchar el vibrar de mi celular con el buró.

-Bueno -dije adormilada, pero al escuchar la voz me senté de golpe-. ¿Dónde estás? No sé dónde es eso... exactamente cerca de donde está. Okey, no te muevas. Voy para allá.

En el hospital estaban vueltos locos con lo del accidente de los niños, Alex vio a su padre salir de uno de los cuartos y se le emparejó.

-¿Ya localizaste a Scott? -preguntó Alex con preocupación.

-No, le hablé a su segundo, pero es extraño que no haya contestado el teléfono, Kelly llegó hace un momento, pero no me supo dar información de él -respondió Robert.

-Comentaba con Mark que era increíble que no hubiera más que cortadas y fracturas, pero jamás pensé en los tripulantes del otro autobús -dijo Alex.

-Esto es una locura, espero que sigas trabajando tanto como Mark, ese chico es increíble -dijo Robert, causando un poco de celos en Alex.

-¿Sabes?, ayer platiqué con Ximena... creo que me agrada demasiado -dijo Alex, pero el rostro de Robert cambió de golpe-. Tenía razón Arthur, su hija es especial.

-Aléjate de esa chica -espetó su padre.

Robert salió del lugar dejando a Alex impresionado por lo dicho.

Benji se encontraba vistiéndose, después de haber tenido una sesión de sexo ocasional en un lugar cercano al centro.

-Debo irme -dijo Benji.

-Claro, debes seguir jugando al hombre fuerte -dijo el joven triste.

-Paolo, ya sabes que aún no puedo comentar con mis padres nada, pero en cuanto pueda, todo estará bien -enunció Benji.

-Sí Benji, el problema es que te paseas con miles de chicas en los periódicos o revistas. ¿Crees que no me lastimas? -preguntó Paolo.

-Sabes que solo es para disimular, perdóname, pero tengo miedo, me aterra pensar en que mis padres dejen de hablarme, tu sabes lo unidos que somos -respondió.

-Eso es lo que te debería ayudar a decir la verdad, yo no creo que tus padres no acepten tu orientación sexual, te han apoyado en tus más retorcidos proyectos -comentó Paolo.

-No te pido mucho, dame unos meses y resuelvo todo, lo prometo -dijo Benji, el heredero de la fortuna Murphy.

-Está bien -respondió Paolo dándole un beso a Benji.

En un bar de malísima fama en Pittsburg, Scott Blair, estaba completamente perdido en alcohol, yo entré un poco temerosa, todos en el lugar eran hombres, que para nada se veían de buen ver, vi que estaba recargado en la mesa y me acerqué a él.

-Tú no eres Richard o Mark... -dijo Scott arrastrando la lengua.

-Scott... ¿Qué fue lo que pasó? -pregunté.

-¿Qué haces aquí? -preguntó mi borracho amigo.

-Me llamaste para que viniera por ti -dije.

-¿Yo? No, yo le hablé a Richard o a Mark -contestó Scott, quien no coordinaba nada.

-Me hablaste a mí -respondí, un enorme hombre se acercó a nosotros.

-¡Esta es la perra Scotty! -exclamó el borracho.

-¡Oye amigo! -exclamé furiosa de oír al tipo y empujándolo-. Yo no soy nada de lo que dijiste. ¡Ahora ayúdame a llevarme mi bulto al auto!

-¡VAYA TIENE UN CARÁCTER DE LOS MIL DEMONIOS! -dijo el borracho ayudándome a llevarlo.

Mark salía de una cirugía, cuando se topó con Kelly en el pasillo, al verla corrió para alcanzarla.

-¿Y Scott? -preguntó.

Kelly estaba muy seria y se veía preocupada por su ex.

-No lo sé, lo he querido localizar desde hace horas, pero nada. ¿Le habrá pasado algo? -preguntó Kelly tomando sus manos.

-No lo creo. ¿Qué no cenaron juntos? -preguntó Mark, ella lo miró.

-Tengo que ir a cirugía -dijo Kelly retirándose del lugar, Mark se quedó pensativo por todo.

Iba llegando a la mansión McCarthy con Scott en su auto, claro responsablemente yo era quien venía conduciendo, al llegar, Lupe salió corriendo a ayudarme a bajarlo, pues Scott fácilmente pesaba más de cien kilos.

-Ayúdame a bajarlo Lupe -dije mientras bajaba rápidamente.

Lupe abrió la puerta del copiloto y lo movió, Scott abrió los ojos y sonrió.

-Tú no eres Nora -dijo Scott.

-¡Dios mío qué muchacho! ¡Viene demasiado alcoholizado Ximena! -dijo Lupe.

Entre las dos lo bajamos y subimos las escaleras.

-¿Dónde estoy? -preguntó Scott.

-Tranquilo, estás a salvo -respondí, mientras entrábamos a la mansión y lo llevábamos a la sala, él daba tumbos-. Hay que ponerlo en el sillón.

-Si tu hermano se entera a la hora que saliste y a donde fuiste se infarta, Ximena -dijo Lupe.

-Pues esperemos no pase eso Lupe, no quiero más problemas con Mark -respondí.

-¿Qué le pasó? ¿Por qué tomó de este modo? -preguntó Lupe.

-Lo más seguro... es que su novia no quiso casarse con él -dije con tristeza.

-¡Qué Juventud! -dijo Lupe retirándose, mientras yo me quedé con Scott sentada en el sillón, lo recosté.

-Gracias -dijo Scott quedándose dormido.

Lo miré dormir, pasé mis dedos entre su cabello y sonreí. Era bastante guapo y se me hacía que era super tierno y dulce. Me puse de pie y caminé al closet cercano, saque una frazada y lo tapé antes de irme a mi habitación, pero no podía dejar de mirarlo, Scott era un adonis y tenía un cuerpo de infarto, no podía creer que Kelly le rompiera el corazón de esa manera.

Kelly estaba pensando en todo lo que había pasado esa noche, ella tomaba café sobre una de las camillas, cuando Alex la vio, él se aproximó a ella.

-Alex -dijo Kelly.

-¿Qué ha pasado contigo? -preguntó Alex.

-¿A qué te refieres? -regresó la pregunta.

-Sí, antes me platicabas todo, éramos muy buenos amigos, pero de un tiempo para acá todo ha cambiado y en especial hoy te siento distante -respondió Alex. Ella sonrió triste.

-Es sólo que... no puedo explicar lo que siento, pero solo te diré que hoy perdí lo poco que me quedaba de alma -dijo Kelly de forma abrupta-. Me voy Alex, me voy para siempre, tu padre me ha ofrecido la beca para estudiar la especialidad en Europa y yo la he aceptado. -Alex se quedó perplejo.

-¿Y Scott?

-Él es un niño bueno, créeme que él estará mejor sin mí -dijo Kelly, al oír eso, Alex la rodeó con su brazo.

Los doctores pueden curar casi todo... excepto un corazón roto. Son quienes pueden dar la vida...

Mark estaba en la sala de urgencias, dando una descarga con el desfibrilador, cuando volvió a oír el latido de su paciente, él sonrió de emoción.

-Esta vez lo logré -dijo.

-Excelente trabajo doctor -dijo Zoe una enfermera del hospital.

Pero como personas, pueden causar heridas muy profundas y Alex era la prueba fehaciente de ello, pues se encontraba con Kelly teniendo sexo en el cuarto de descanso.

Al otro día, Mark llegaba a la mansión después de su fatídica guardia, iba a subir cuando, de reojo alcanzó a ver a Scott en el sillón de su sala, Mark caminó y gritó:

-¿Qué haces aquí?

Scott se levantó como resorte y miró a Mark, él miraba para todos lados.

-¿Qué? -preguntó Scott.

-Te pregunté. ¿Qué haces aquí?, todo el mundo te buscó anoche -dijo Mark.

-Es una larga historia..., pero no recuerdo cómo es que llegué aquí, sólo recuerdo que estaba tomando en un bar de la zona norte y... ¡Ah! -dijo Scott avergonzado.

-¿Qué fue ese ¡Ah!? -preguntó Mark un poco celoso.

-Estaba en un bar en la zona baja y... -dijo Scott preocupado

En ese momento entré a la sala.

-Mark ya llegaste -dije sorprendida y un tanto nerviosa

-¿Tú fuiste por él? -preguntó Mark.

-Sí -dije.

-Estás loca, te pudo pasar algo esa zona es de las más bajas de la ciudad -comentó Mark.

-Lo sé, por eso no podía dejarlo ahí -respondí.

-No te molestes con ella, yo te hablé a ti y a Richard, pero en realidad marqué su número -dijo Scott.

-¿Y tú porque tienes su número? -preguntó el hermano celoso.

-Yo le ayudé a conseguir la mesa anoche para que pudiera pedirle a Kelly que se casara con él, por eso lo tenía -respondí.

-¿Y qué pasó Scott?... -preguntó Mark.

Más tarde en el departamento de Scott, los tres llegamos con él, abrió la puerta y vio, como Kelly se había llevado todas sus cosas.

-Se lo llevó todo... -dijo Scott con tristeza.

                         

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