De Niñera a Esposa del CEO
img img De Niñera a Esposa del CEO img Capítulo 8 No.8
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Capítulo 8 No.8

Estaba sentada en un taburete, pensando en los días en los que su madre solía preparar la comida. Extrañaba mucho su presencia, su manera de ser y todo lo que ella era capaz de hacer por ella. A pesar de sus errores, Valeria intentaba conservar solo los recuerdos buenos y todo lo bonito que le había quedado. Eso la hacía más fuerte.

Más tarde, al regresar a su habitación y buscar entre los cajones de su mesita de noche, descubrió una tarjeta de contacto que le había dado aquel millonario. Sus ojos casi se salieron de órbita al recordar que aún debía darle una respuesta. Se sintió avergonzada por no haberse puesto en contacto con él. Mientras examinaba la tarjeta, notó que extrañamente tenía la dirección de su casa. Eso le pareció peculiar.

Suspiró. Pensó en llamar y darle una respuesta, así como explicar la situación, pero consideró más apropiado acercarse en persona para ponerlo al tanto.

Después de una larga jornada de trabajo, Paul comenzó a sentirse un poco mal. Para aliviar su dolor de cabeza, tomó una pastilla y se sentó en el enorme sofá de su sala. Su mejor amigo aún no había regresado con la pequeña Abril, pero podía estar tranquilo porque le había dicho que estarían en el parque después de ver una película.

Paul deseaba compartir más tiempo con Abril y darle la atención que se merecía. Cambiar su horario se había vuelto difícil, con una agenda apretada y muchas responsabilidades, necesitaba encontrar una niñera y hacer espacio para lo más importante en su vida.

Mientras se quejaba del dolor de cabeza y cerraba los ojos para intentar descansar, tocaron a la puerta. Probablemente era su amigo con Abril, pero al abrir, se encontró con la joven que buscaba empleo como niñera. Fue una sorpresa verla allí, ya que no le había dado su dirección ni mencionado dónde vivía, lo cual le pareció extraño.

-Yo... Lamento mucho no haberme puesto en contacto contigo estos días, la verdad es que...

-¿Cómo conseguiste mi dirección? No lo entiendo.

Ella se quedó petrificada.

Llegar al lugar donde vivía Paúl había sido muy fácil, ya que solo tuvo que dar la dirección al taxista. En poco tiempo, llegaron allí, pero se encontraron con un obstáculo en la entrada principal: no le permitían pasar sin comunicarse primero con el dueño del piso. Desafortunadamente, el hombre del pórtico le informó que Paul no respondía a las llamadas, por lo que no podía entrar.

Después de intentar convencer al hombre del pórtico con una explicación que incluso a ella le parecía poco convincente, logró que la dejaran pasar. Aunque se sentía culpable por mentir, se vio obligada a hacerlo en ese momento.

Al llegar al piso indicado, se encontró frente a ese hombre que la miraba con expectación, cuestionándola sobre cómo había conseguido su dirección. Ella se sintió incrédula.

-Su dirección estaba en la tarjeta de contacto, lamento mucho si he tomado una decisión incorrecta al venir hasta aquí, lo siento.

-No, es decir...

Fue entonces cuando Paúl recordó que le había entregado la tarjeta de contacto equivocada, reservada solo para personas importantes con las que trabajaba. Ese fue el motivo por el que la chica estaba allí, pensando que se trataba de su amigo y Abril.

-Me iré ahora mismo, lo siento...

Pero Paúl la detuvo por el brazo y la miró a los ojos. La chica tragó con dificultad.

Su tacto quemaba.

            
            

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