Luego de ese día, se aseguraba de entrar y poner la comida en su mano, aunque era más peligroso, al menos, se aseguraría de que pudiera comer.
Así pasaron los años, y aunque se ganó la confianza de todos los sirvientes, esa persona continuaba espiándola, aunque no sospecho en mucho tiempo de ella.
Marina, desde el principio, fue muy eficiente, esperaba que la espía tuviera algo que hacer, para ir a visitar la a pequeña señorita. 'no entendía, ¿Por qué habrían adoptado a una chiquilla si la iban a matar de hambre?'. Pero sin más, ella misma se propuso cuidar de la bebé, ya la veía como una hermana pequeña.
Hubieron veces, qué la habían encontrado visitando a la bebé, así que era castigada y azotada por desobedecer. Entonces, cambiaban de habitación a Sofía, cada vez. Pero Marina, encontraba la manera de ir y llevarle algo que comer. No importaba lo golpeada o adolorida que estuviera, siempre se levantaba a cuidar el huerto, y tomaba las hierbas que necesitaba para atender a la pequeña Sofía.
También, habían veces, en la que Marina encontraba a Sofía con pequeños rasguños o moretones, pero ella no podía hacer nada al respecto. Otras , también veía como de vez en cuando, le llevaban de comer, había semanas donde había "mucho trabajo", casi ni iban, otras semanas iban al menos una vez al día.
Cada año, en verano, la familia Wright, iba a pasar las vacaciones a su territorio, ese verano era como su descanso, ya que la condesa la protegía. También, el pequeño señorito, iba a escondidas a visitar a su hermana, con dulces y golosinas.
Según pudo ver, tanto la condesa como el joven maestro, tenían un gran cariño hacia Sofía, el único que no lo vio ni una vez interactuar con la niña fue el conde.
Richard, viendo que sus planes de deshacerse de la niña no eran efectivos, que la razón era que su esposa la había estado cuidando en secreto. Él Había decidido, dejarlos ser... siempre y cuando, no la integraran a la vida familiar.
Ya cuando la niña tenía 10, ordenó qué no se le reportara nada irrelevante acerca de la niña, que tampoco le pusieran las cosas difíciles a Marina. Le dijo al Mayordomo que, solo si el la encontraba o la veía con sus propios ojos, castigará a Marina, de lo contrario, no le hiciera nada. Que hablara con los demás, para que se hicieran de la vista gorda si la veían, y pretendieran no haber visto nada y así lo hicieron.
Esa fue la última vez que él interfirió en la vida de la niña. También ordenó que no la tuvieran cerca, qué la pusieran en la parte más alejada de la Mansión, y aunque no sea al pie de la letra, hagan algo de caso a lo que su esposa les ordenaba.
Cualquiera pensaría qué él estaba aceptando la existencia de la niña, pero todo estaba muy alejado de la realidad. Lo que ocurría era, que en todo este tiempo, su esposa, parecía haber envejecido 10 años más que su edad actual. Como Richard amaba a Elizabeth, dejó que ella se ocupará en secreto de la 'muchacha', ya que creía que era su hija. No iba a perder a su mujer por una estupidez.
Además, En ese momento, el conde estaba enfocado en muchas cosas importantes, la pequeña Sofía, no merecía su atención.
Esa fue la última vez que se cambiaron de habitación a Sofía, desde entonces, se ha quedado en un mismo lugar.
La habitación de la pequeña, si es que se le podría llamar así, estaba detrás de la cocina, incluso después del cuarto de almacenamiento. Así que pasar por ahí era casi imposible.
La habitación medía poco más de 3 metros y tenia un agujero que es donde iría la ventana. En invierno era muy fría y en verano caluroso, pero Marina se aseguraba de mantenerla en condiciones. Estaba agradecida que estaba en esa habitación, pues al no pasar tanta gente, era más fácil cuidar a Sofía.
Hasta ese entonces, Sofía, solo podía pronunciar pocas palabras en el idioma, debido a la poca interacción, solo había aprendido unas vagas palabras. Entonces, con mucha dedicación, Marina pudo enseñarla a hablar y aunque no hablaba fluido, con el tiempo aprendía más y más. Sin embargo, Marina siempre la oía balbucea cosas sin sentido cuando estaba a solas, y eso le preocupaba mucho...
Con todos los cambios, La condesa, aun se le veía la tristeza cuando regresaban a la capital, pero su semblante era mucho mejor que antes. Así, otros 5 años más pasaron y la pequeña Sofía, ahora tiene 15 años, en unos pocos meses, cumplirá 16.
...
Toc, Toc, Toc... se oyó la puerta de la oficina. "Pase", se oyó la voz de Richard detrás de esta.
Sofía, tembló ante aquella voz. Era la primera vez que la escuchaba, pero lo fría y distante que sonaba, hizo que se le hiciera un nudo en el estómago. De repente. Sintió unas ganas inmensas de huir, pero al no ver nada, se limitó a solo mover los pies por el nerviosismo.
Iván le susurro que todo iba bien, que él estaría esperando por ella afuera. '¿Por qué no entra a con ella? ¿Quién era esa persona, qué incluso Iván no se atrevía a enfrentar?... ¿Acaso era su padre?' se preguntó con más angustia.
Con los pensamientos, Sofía no se dio cuenta que ya la habían entrado a la oficina, y que estaba al frente de su padre.
Richard, veía a la niña con desprecio, más viendo lo flaca y sucia qué estaba, y el estar empapada de agua la hacía parecer vagabunda.
"¿es cierto que eres ciega?" le preguntó aquella fría voz.
Asintiendo, ella respondió "si soy...". Quería explicar algo más, pero sus nervios no la dejaron. No era del todo ciega, es decir... no era que veía, sino que, su visión era muy débil y borrosa, pero podía ver manchas que se movían a su alrededor.
"ya veo" espiró, "además de impostora es una inútil". Expresó con desdén.
Ella no entendía, de donde venía tanto desprecio, es decir... "si no quería que fuera parte de su familia, no la hubieran adoptado desde un principio. Tal vez así, no habría tenido una vida tan dura', pensaba mientras el conde la miraba furioso, algo en ella lo hacía sentir más enojado.
"escúchame, pequeña inútil, dentro de poco, pertenecerás a otra familia" decía mientras se ponía de pie y se acercaba a ella. Sofía, se preguntaba '¿acaso ya se deshará de mí?', cuando vio una mancha moverse y acercarse a ella. "te casaras con alguien a quien no le agrado mucho, así que no puedo garantizar tu bienestar".
'¿entonces será peor que aquí?' no entendía, porque la vida era tan dura con ella. "¿Por qué?" fue una pregunta pero sonó como una queja.
El conde la miró con desprecio, '¿Qué derecho tiene ella a preguntar?'. "eres una desvergonzada ¿Cómo te atreves a cuestionar lo que se hace contigo". Iba a decirle varias cosas hirientes, pero se había prometido , no desquitar su furia con ella, pues no tenía la culpa. La culpable de todo esto es la maldita adivina, ella fue quien le metió ideas a su esposa.
Suspiró, luego se movió al otro lado del salón, Sofía lo siguió con la mirada, lo que lo sorprendió. "realmente, no me interesa mucho lo que pase contigo" declaró sin rodeo, "sin embargo, no fue mi intención casarte con el duque Lion, pero como vivo en este imperio, debo obedecer al emperador".
Richard, tenía razón. En una reunión de la corte, donde estaban las casas nobles y la realeza. La emperatriz sugirió que la casa Lion y la casa Wright, se unieran en matrimonio.
La facción imperial, estaba muy consternados con la sugerencia de la emperatriz, la facción aristócrata estaba sorprendida. Y él quien era 'neutro', estaba aun más sorprendido.