Dagmar permitió que ella hiciera la cena, simpatizó con la muchacha, aunque todos saben poco de él. Tener a alguien que reparta las tareas domésticas era obviamente mejor que hacerlo todo sola... Como su primera misión, Victoria preparó un risotto de hongos que era uno de los platos preferidos de Adrian.
Después de la preparación, ella subió las escaleras para tomar un baño y descansar... Al entrar en su habitación constató aquellas bolsas sobre su cama, se sentó al lado y las abrió. Eran hermosos vestidos largos, similares a los que las mujeres usaban en las calles y mucho menos reveladores que el que ella usaba.
- ¿Te gustó? - preguntó Adrian, mirándola por la puerta entreabierta.
- ¡Sí, señor!
- No tienes que llamarme, señor, soy un joven como tú...
- Es una cuestión de educación y respeto, gracias por los vestidos y le pido que descuente del valor que pretende pagarme por el trabajo.
- Claro, Alexia, como tú quieras. - respondió él. - ¡Descansa y después baja a cenar!
Después de tomar un largo baño, Victoria bajó para cumplir las recomendaciones de su patrón. Ayudó a otra empleada a servirlo... Ambas intercambiaban miradas como si esperaran instrucciones.
- ¡Con permiso! - Dagmar se retiró del comedor y los dos quedaron solos.
- La cena está excelente, ¿tú hiciste todo?
- Dagmar me ayudó a acertar el condimento que te gusta! - respondió ella.
- Esta comida me recuerda el viaje que hice al sur de Brasil. ¿Te gusta viajar?
Victoria se limpió los labios con la servilleta, lo miró a él que esperaba ansiosamente la respuesta.
- Sí, me gustaría...
- ¿Ya no te gusta? - ¡Adrian no esperó su respuesta. - ¡Olvídalo! Me pediste el trabajo y estoy satisfecho hasta ahora, tanto que he estado pensando en asignarte más funciones. Por ejemplo, suelo ir a algunas fiestas para relajarme. Me encantaría que entendieras mejor lo que me gusta, y tal vez sería interesante para ti también salir un poco de casa y aprender el idioma...
- Yo solamente...
- ¡Puedes usar un velo, así nadie te reconocerá! Todo eso forma parte de tus funciones... dijiste que querías el empleo!
Era arriesgado salir, cada lugar representaba un peligro... Pero Adrian tenía razón al decir que la joven necesitaba aprender muchas cosas, saber comunicarse era importante y quizás un día sentirse lo suficientemente fuerte como para denunciar al mundo lo que le había sucedido.
- ¡Está bien! - estuvo de acuerdo.
Sonrió, poco a poco se ganaría su confianza. Quizás ella misma revelará sus secretos, acordaron ir al club el sábado y que él garantizaba que nadie los fotografiaría o se acercaría sin autorización.
- ¡Te llevaré al Cavalli Club, una de las mejores del país!
Victoria esperó a que terminaran la cena, se levantó y comenzó a recoger los platos para lavar platos. Adrian estaba aprendiendo a anticipar las cosas con ella, pensó en decir que Dagmar podía lavar esos platos al amanecer, pero ya estaba satisfecho de que ella aceptara la invitación a la fiesta.
Adrian envió un mensaje de WhatsApp a Ahmed, diciendo que él mismo podría fotografiar a Alexia en cuanto la conociera en el club... Facilitando la investigación para ellos.
Victoria siguió aprendiendo a cocinar y a cuidar la casa como debía; Dagmar era una buena maestra y tenía paciencia. Adrian no podía esperar a que llegara el sábado, sabía que de alguna manera esa fecha representaría un avance para descubrir más sobre ella. Ignoró los mensajes y llamadas de su madre, pero estaba preocupado por la ausencia de su padre... Hasta se extrañó que el viejo no hubiera aparecido o descubierto que él estaba escondido en aquella casa.
Mientras Adrian se relajaba en la enorme piscina, Victoria tenía una bandeja para servirle. Estaba buceando en esas aguas azules, que dibujaban su silueta fuerte... revelando la piel bronceada y sus músculos aparentes.
Al emerger, la encontró acomodando la bandeja sobre la mesa de la piscina. Parecía desconcertada y evitaba mirarlo. Adrian salió del agua en traje de baño, con las gotas recorriendo su cuerpo, estiró el brazo y Victoria se alejó. Él solo quería alcanzar la toalla acomodada sobre una de las sillas.
- ¡Puedes usar la piscina cuando tengas ganas! - dijo, pasando la toalla por las piernas y subiendo lentamente hasta el tórax.
- ¿Necesitas algo más? - respondió ella, tratando de evitar fijar la mirada en el volumen de su traje de baño y algunos pocos pelos de su vientre que bajaban hasta...
Adrian encontró su recato encantador.
- ¡Por ahora nada!
- ¡Con permiso! - dijo ella, al salir casi corriendo de allí.
Dejándolo con una enorme sonrisa maliciosa y pensamientos...
"¿Se ha ido ya hasta el final con un hombre? ¿Será que su cuerpo y corazón, ya tiene un elegido?"
Él nunca se había preocupado por el pasado de una mujer, siempre tuvo muchos amoríos, pero ninguno de ellos pasaba de la fase de prueba sexual. Cuando una chica era realmente notable en la cama, conseguía una segunda cogida... ¡Pero solo eso!
Adrian incluso se dio cuenta de que, desde la llegada de Alexia, todavía no había tenido sexo o buscado con ninguna mujer. Tal vez esto estaba motivado por la idea del compromiso que se vio obligado a aceptar, ¿cómo podría tener, para el resto de la vida, solo una mujer?
Por un momento se culpó, estaba fantaseando sexualmente con alguien a quien estaba ofreciendo ayuda.
"¡ala tiene que perdonarme, no soy perfecto y no quiero serlo!"
La sonrisa tímida, gestos casi melodiosos y contenidos de aquella joven ya le han quitado la paz desde el primer segundo. Adrian subió a tomar un baño, terminó masturbándose imaginando momentos calientes a su lado.
Acercando su cuerpo de manera repentina, tirando de la toalla blanca de su mano, envolviendo su cintura y recorriendo su delicado cuello con la boca hasta intercambiar un beso de lengua apasionado. Causando escalofríos a su piel blanca, lentamente sus manos desbrozaban su cuerpo y sus pechos se endurecen...
Al levantar su vestido, Adrian se arrodilla a los pies de su joven protegida. Baja su pieza íntima y pega sus labios en los de ella, teniendo su rostro "atado" por su pierna derecha... Alexia gime mientras esa lengua caliente humedece y calienta su sexo. Un fuerte gemido sale de su boca, Adrian eyacula, en medio de ese sueño despierto y su corazón late de amor y excitación.
Él necesita realizar ese deseo o siente que será consumido por entero, pensó que tal vez su historia se está repitiendo.
Victoria fue a la cocina, Dagmar sabía que Adrian se estaba refrescando y que se estaban involucrando emocionalmente.
- ¿Le llevaste la bandeja?
- ¡Sí! - respondió ella, mientras comía una manzana.
- Puedo maquillarte para la fiesta mañana, si quieres...
Victoria asintió.
- Si te hago una pregunta, ¿prometes no decírselo a nadie?
- No te preocupes, no le diré nada. Dime, ¿qué quieres saber? - preguntó Dagmar, sentándose delante de ella.
- Tiene muchas novias, ¿no?
- He oído rumores sobre un compromiso, pero Adrian se niega a aceptarlo. ¡Es una chica rica!
Ni ella entendía por qué había preguntado aquello, estaba allí apenas de paso y poco importaba los deseos y el futuro de aquel hombre.
- ¡Olvida mi pregunta, por favor!
- Ya está olvidada... - La señora respondió.