Capítulo 2 Nada que ver con tu información.

Miré la hora en mi reloj y ¡ya eran las nueve! Como todos los días pasaré por el mal humor de mi mamá. No sé cómo lo hace, pero desde que mi papá nos dejó para irse a vivir con otra familia, mi mamá nunca volvió a sonreír. Se complacía maliciosamente en torturarme moralmente, acusándome de ser la causa de la partida de mi padre. Cómo ? No lo sé

no. ¿Por qué? Yo también estoy completamente perdido aquí. Una buena mañana fui al colegio y cuando regresé mi padre había desaparecido con más de la mitad de las cosas del hogar. Desde entonces no lo he vuelto a ver, ya han pasado cinco años, pero mi madre sigue diciéndome que fue por mi culpa, que si él se había ido, yo era una vergüenza para él. Es cierto que al principio todas esas palabras me dolieron así que me escondí para llorar. Y mucho después entendí que mi madre estaba sufriendo, estaba sufriendo el abandono de mi padre, y necesitaba desahogarse con alguien y si para que ella se sintiera bien había que bajar, entonces accedí a convertirme en su objetivo. ¡La dejé decir lo que tuviera en mente! Después de todo ella sólo me tenía a mí.

"Hola mamá" le digo una vez que bajo a la cocina.

"Niña vaga, ¿es a esta hora que te levantas?" Al parecer su humor no había cambiado en absoluto.

"¿Dónde cree que está aquí, señorita? No soy su sirvienta, ¿vale? Y para evitar las molestias, preparará su propio desayuno". Como dije nada nuevo!.

" Vale, mamá." Respondí yendo a sentarme a la mesa.

"Por cierto mamá, tengo una entrevista de trabajo en GK TECH CORPORATION para mañana en el departamento de arquitectura".

"¿Y se supone que eso debe impresionarme?" Mi madre me respondió con una mirada muy malvada,

"No, era sólo para informarte".

"¡Pues no me importa tu información ahí!. Aquí hazte útil y limpia los estantes de la biblioteca. Recibí libros nuevos que guardaré más tarde.

"Por supuesto, lo haré más tarde"

Salió como una furia para seguramente ir de compras.

EN la sede de GK TECH CORPORATION...

Sentado detrás de un gran escritorio, el CEO Samuel Marsh estaba leyendo sus correos electrónicos en su computadora portátil cuando alguien llamó suavemente a su puerta.

" ¡Adelante!"

Su asistente María Pérez entró llevando en brazos un lote de documentos para ser firmados por su jefe.

"Sr. Marsh tengo conmigo el expediente de financiamiento del complejo hotelero de la ciudad del Sur

"Muy bien, ponlo sobre la mesa, lo comprobaré más tarde".

"¡Tienes una reunión con los directores dentro de treinta minutos y no olvides almorzar con tus socios rusos a las doce! Te llamaré veinte minutos antes", anunció María, todavía profesional.

"Gracias, María"

Tuvo un momento de vacilación que llevó a Samuel a levantar la cabeza de sus archivos y mirar a su asistente con mirada inquisitiva.

"¿Algo más María?" »

"Sí señor, ¡la cita para la entrevista de la señorita Amanda Blaid está fijada para mañana a las nueve! le dijo a su jefe. Como si de repente recordara algo, una sonrisa furtiva rápidamente cruzó su rostro.

"Está bien. No olvides que ella tendrá que hablar conmigo primero antes de unirse al departamento de arquitectura. »

"Se toma nota del señor Marsh. Dijo María mientras cerraba la puerta de la oficina de su jefe.

Al quedarse solo, el hombre recordó aquel viernes... Había salido a cenar con unos empresarios con los que iba a cerrar un contrato muy jugoso. En este grupo estaba Dean Fletcher, su rival comercial, que nunca pierde la oportunidad de provocarlo para culparlo. Desafortunadamente para él, Samuel no era alguien fácil de atrapar. En el medio lo apodamos "EL TIBURÓN DORADO" No le daba regalos a nadie y todo lo que tocaba se convertía en oro. Hay que decir que a sus veinticinco años era un prodigio en los negocios. Heredó el negocio familiar a los dieciocho años y en tres años logró aumentar los beneficios de la empresa a más del 100%. Amplió y diversificó las actividades de la empresa familiar. Hoy está al frente de un conglomerado de varias empresas en todo el mundo. Esa noche, después de haber brindado, bebió varios vasos y de repente se sintió mal. Se escabulló para ir al baño, justo había tenido tiempo de llamar a su guardaespaldas para pedir ayuda. La cena se llevó a cabo en uno de sus hoteles, fue transportado a su suite para descansar. Llevaba un rato en la cama cuando sintió una presencia en su cama. ¡Se acercó a la figura que se movía en todas direcciones y vio que era una mujer! ¡Olía tan bien! Su largo cabello estaba esparcido sobre la cama y todo en ella invitaba a la lujuria. Sin pensarlo mucho capturó sus labios y siguió un loco baile de amor por el resto de la noche.

Cuando despertó le dolía la cabeza, tardó unos segundos en darse cuenta de que no estaba en su cama y sobre todo que no estaba solo en esta cama. Necesitaba entrar en razón. Primero date una ducha fría y luego charla con el extraño en la cama. Sólo que cuando salió del baño, ¡había desaparecido!

Tomó su teléfono y llamó a su guardaespaldas pidiéndole que subiera rápidamente a su suite. Mientras tanto, había ido a su camerino a vestirse. Al salir vio una billetera que parece haberse caído de una bolsa, la recogió y vio la tarjeta del desconocido.

"Amanda Blaid, estudiante de arte de veintiún años", leyó en voz alta. Un golpe en su puerta, y fue a abrir la puerta.

"Hola Angelo, pasa"

"Gracias señor, hola a usted también"

"Me gustaría que revisaras las cámaras de vigilancia y rastrearas el camino que siguió la persona que entró aquí ayer y salió inmediatamente esta mañana"

"Señor Marsh, esto se hará rápidamente"

" GRACIAS. » Angelo se va, Samuel llama a su asistente

"Hola María, necesito información de una tal Amanda Blaid, veintiún años, recién graduada en arte en la Universidad del centro. »

"Muy bien Sr. Marsh"

Se sentó en la cama pensando

"¿Cómo se atreve a huir sin siquiera hablarme? Frustrado, tiró de las sábanas desordenadas y luego su mirada se posó en la mancha de sangre claramente visible en la cama. Sonrió y se dijo a sí mismo en voz alta.

"¡Así que la señorita Blaid era virgen!" ¿Cómo se me escapa mi linda? Miró la foto de su documento de identidad y descubrió que tenía un rostro bonito e inocente con rasgos finos. Le gustó lo que vio en ese momento.

"¿De qué sirvió tu vuelo, si vendrás a recuperar tu billetera? El timbre de su teléfono lo sacó de sus pensamientos.

"Sí María..."

"Señor Marsh, la señorita Blaid tiene más de veintiún años, es graduada como usted dijo, vive sola con su madre que trabaja en un internado para personas mayores, ha solicitado empleo en nuestra empresa en el departamento de arquitectura de la posición

Asistente vacante, está soltera sin hijos. Dijo María por teléfono.

"Gracias María, dijiste que postuló al departamento de arquitectura, ¿verdad? »

"Sí señor", respondió María. Una idea cruzó por su mente.

"Dale una cita para mañana por la mañana a las nueve y tráela primero a mi oficina, ¿de acuerdo? "

"Sí, señor"

"Eso será todo por ahora. Esta mañana llegaré un poco tarde. Por lo demás no se cambia nada. Hasta luego". Y colgó muy satisfecho de sí mismo.