Capítulo 10 Sal de aquí

Edith no se daría por vencida con respecto a Kyler sin dar la pelea. La abuela de Kyler había organizado personalmente la cita a ciegas de hoy. Aunque él no quisiera ir, no tenía otra opción. La mujer fingió que la situación no le importaba demasiado, con la esperanza de que, en el futuro, habrían muchas oportunidades para cambiar el rumbo de los acontecimientos.

"Naturalmente, los hombres buenos son muy apetecidos. Y tú eres un hombre excepcional, Kyler. Pero la única forma de encontrar a la mujer más adecuada para ti es dándote la oportunidad de comparar a todas esas mujeres que quieren estar contigo. ¿No lo crees así, Audrey? Ya que estás aquí, comamos todos juntos", dijo Edith mirando a Audrey tranquilamente, a modo de anfitriona.

La reacción de esa mujer sorprendió a Kyler. Pero dado a que a ella no parecía importarle que hubiera venido acompañado de otra mujer, le indicó a Audrey que se sentara a su lado. Después de eso, le preguntó gentilmente: "¿Qué quieres comer? Le pediré al camarero que traiga lo que desees".

Desde ese momento, interpretó vívidamente el papel del mejor novio del mundo. Cualquiera se hubiera convencido con su eximia actuación. Durante el resto de la cena, se dedicó a atender a Audrey y al niño, sin siquiera mirar a Edith.

Había pensado que la orgullosa mujer se retiraría enojada, sintiéndose insultada y humillada. Sin embargo, para su sorpresa, ella no solo insistió en quedarse como si no pasara nada raro, sino que tampoco se mostró disgustada en lo más mínimo.

¡Sin duda que era una mujer sorprendente! Aunque Audrey ignoró a Edith, en su corazón se sintió muy agradecida. Era una suerte que no fuera realmente la novia de Kyler. De lo contrario, con una oponente como Edith, nadie podría comer ni dormir tranquila.

"Por cierto, ¿dónde trabajas?", le preguntó la mujer de repente, mirando a Audrey fijamente.

"En este momento no estoy trabajando", respondió Audrey con sinceridad. Kyler puso su brazo alrededor de su hombro y dijo: "Actualmente, su trabajo principal es cuidar de mí y de nuestro hijo".

"Ya veo", dijo Edith sonriendo, pero Audrey percibió que estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por parecer natural. Se le notaban los celos y el desdén.

La ira que emanaba de Edith era palpable, por lo que Audrey decidió salir a tomar un poco de aire fresco y se puso de pie.

"Disculpen", dijo antes de salir de la habitación.

Al cruzar la puerta, sacó su celular y revisó un nuevo mensaje de WeChat que acababa de recibir.

Después de leer el contenido del mensaje, su rostro se ensombreció. Rápidamente guardó el teléfono y se dirigió al baño.

Cuando terminó, la joven caminó distraídamente hacia el lavamanos. Seguía pensando en el mensaje que acababa de recibir.

Al levantar la cabeza para mirarse en el espejo, se dio cuenta, de súbito, que había una mujer parada a su lado, mirándola con claro disgusto.

Aunque casi gritó por el sobresalto, fingió estar tranquila. "Señorita Qu, ¿usted también aquí?", preguntó Audrey aunando calma.

Edith la miró de arriba abajo con desprecio y burla.

"¿Por qué apareciste hoy aquí con Kyler? Yo me di el trabajo de investigar sus antecedentes y sé a ciencia cierta que no tiene ningún hijo. Te pidió que fingieras ser su novia para rechazarme, ¿no?. Sin duda que lo nuestro podría haber funcionado si no tuviera tan mal gusto. ¿Acaso esperaba que creyera que una mujer como tú, que es inferior a mí en todos los aspectos, podría ser su novia? ¡Es absurdo! Francamente ridículo. Te aconsejo que tomes el dinero que te prometió por esta farsa y te marches lo antes posible. Si te quedas, quedarás como una tonta".

Hasta ahora, Audrey había estado jugando con Kyler. No tenía ninguna intención de reclamarlo como suyo. No obstante, no esperaba que esta mujer le hablara de esa forma. ¿Edith pensaría de verdad que ella iba a dejarse pisotear sin más?

"Señorita Qu, usted viene de una familia de renombre. Es cierto que no puedo competir con usted, dado su noble origen. Pero como yo provengo de un estrato bajo, no tengo nada que perder. Le advierto que si insiste en quitarme a mi hombre, haré todo lo que esté a mi alcance para avergonzarla. Y por cierto, mi hijo es el transmisor en vivo más popular de la plataforma YUTO. Tiene decenas de millones de fanáticos. ¿Quiere saludarlos?", le preguntó Audrey, mientras sacaba su celular y abría la cuenta de su hijo, para comenzar a transmitir en vivo.

"Queridos amigos, soy la madre de Harlan. Estoy transmitiendo en vivo desde su cuenta. Aquí conmigo está...".

"¡No te atrevas a apuntarme con tu cámara!", Edith la espetó de inmediato. No se había esperado quedar atrapada en una situación tan impredecible. Se cubrió la cara con una mano para evitar aparecer en cámara y trató de arrebatarle el teléfono a Audrey con la otra.

Desafortunadamente para ella, Audrey tenía reflejos rápidos. Dio un paso atrás y esquivó la garra de Edith antes de decir con una sonrisa: "Señorita Qu, se ve tan hermosa. Estoy segura de que se ganará la popularidad entre los espectadores. ¿Por qué no les saluda? Y por favor, ¿podría repetir lo que dijo sobre cuán inferior soy en comparación con usted y de cómo debería alejarme de Kyler? ¿Por qué no saludamos a la audiencia juntas y les dejamos juzgar quién es mejor para él?".

"¿Qué quieres?", rugió la mujer. Su rostro se contrajo de ira, lo que la hizo lucir mucho menos atractiva que antes. '¿Estará loca? ¿Cómo se le ocurre meterme en una transmisión en vivo? Si la noticia de esto se difunde en Internet, ¿cómo podré mantener mi reputación?', se preguntó Edith frenéticamente.

"Estoy segura de que ya sabe lo que quiero. Kyler es mi hombre. No quiero ver a otras mujeres atosigándolo todo el tiempo. Será mejor que se aleje de él de ahora en adelante. De lo contrario, será la invitada especial de una transmisión en vivo", dijo Audrey provocativamente, sacudiendo el celular en su mano.

"¿Cómo pudo Kyler involucrarse con una desvergonzada como tú? ¿Cuánto tiempo crees que durarás con él?", la increpó Edith, fuera de sí.

"No se preocupe por eso. Ese es un asunto privado entre Kyler y yo. No es de su incumbencia".

Audrey no era el tipo de persona que diera su brazo a torcer cuando la trataban con dureza, así que cuando escuchó las palabras ofensivas de Edith, le respondió con fiereza.

"¡Veo que te crees muy especial! ¿No? Pues te diré que he visto a muchas mujeres como tú, que creen que su belleza les servirá para escalar hacia el círculo de élite. Pero cuando Kyler te abandone y te arroje a la calle como un perro, ¡llorarás!", la maldijo Edith, disparando dagas por los ojos.

"Bueno, pues incluso si él me abandona en el futuro, al menos he tenido mi oportunidad con él. Es mejor que arrojarme sobre él y que me rechace directamente, como a ti. ¡Eres patética!". Audrey no pretendía seguir hablando con esa desquiciada. Después de decirle todo lo que le quería decir, caminó hacia la puerta y la miró con frialdad. "¿Quieres volver a la mesa conmigo o llegarás más tarde?".

Edith no respondió a su pregunta ni la miró, así es que la otra mujer se encogió de hombros y abrió la puerta. Sin embargo, cuando apenas había dado dos pasos, escuchó pasos tras ella.

Edith la adelantó rápidamente y entró primero en la sala VIP. Le dirigió una sonrisa de disculpa a Kyler y dijo: "Lo siento. Tengo que irme; surgió un inconveniente. Me comunicaré contigo más tarde, ¿bien?".

"Adiós", respondió Kyler con indiferencia, observando a su cita a ciegas en retirada. El hombre quedó perplejo, por decir lo mínimo. Aquella mujer lo había estado acosando y luego, después de ir al baño, se había ido con mucha prisa.

Mientras le daba vuelta a esa incógnita, su acompañante entró y se sentó, impertérrita. No obstante, cuando sintió la mirada de Kyler sobre ella, se sintió un poco nerviosa.

Era cierto que este hombre le había pedido que fingiera ser su novia para ahuyentar a esa mujer, pero '¿no habría ido demasiado lejos al amenazarla y alejarla sin su permiso?'.

"¿Tengo algo en la cara?", preguntó Audrey, mirándolo. Se clavó las uñas en las palmas de las manos para mantener la calma.

Sus movimientos no pasaron inadvertidos para el hombre, cuyos labios se curvaron ligeramente. Parecía que su primera impresión de esta mujer había sido acertada. Era una luchadora. Incluso había obligado a Edith a alejarse con el rabo entre las piernas.

"¿Qué quieres?", preguntó lentamente. Siempre había tenido claro cómo funcionaba el sistema de recompensas y penalizaciones. Y como ella lo había ayudado, él no sería tacaño con la retribución.

Por un momento, la joven se quedó atónita, pero al instante entendió a qué se refería él. Justo cuando estaba a punto de responder, sonó su celular. Miró la pantalla y vio que era Rylee.

¡No era de extrañar que sintiera que se le había olvidado algo!. ¡Había olvidado ponerse en contacto con Rylee!

Respondió el teléfono apresuradamente y escuchó la voz ansiosa de Rylee desde el otro lado de la línea.

"Audrey, ¿qué hacemos? He buscado en todos los rincones del restaurante, pero sigo sin encontrar a Harlan. ¿Deberíamos llamar a la policía?".

"No te preocupes, lo encontré", confirmó Audrey a toda prisa. Mirando a Kyler, se puso de pie y se hizo a un lado para hablar por teléfono.

Kyler fingió no darse cuenta de lo reticente que era a su alrededor. En cambio, prefirió volcar su atención hacia el niño, que parecía haber comido hasta hartarse. Tomando una servilleta limpia para ayudar a Harlan a limpiarse las manos, preguntó: "¿Estás satisfecho? ¿Quieres comer algo más?".

El pequeño se inclinó obedientemente y dejó que Kyler le limpiara la cara, antes de sentarse y palmear su abultado vientre.

"No gracias, estoy lleno. Tío Kyler, esa mujer ya se fue. No olvides lo que me prometiste".