Mis padres siempre me ha hablado acerca de todo de cuando eran jóvenes, mi mamá y la de Raquel fueron amigas desde la primaria; mi madre siempre fue la chica seria pero agradable mientras que la mamá de Raquel era extrovertida y carismática. Mi padre las conoció en la preparatoria, mi madre aún no sabía que era mitad ángel después de todo mi abuela ni siquiera sabía que su ex marido era un ángel. Por lo que mi padre llegó y toda la vida de mi madre cambió y heme aquí.
- No sé qué haría sin Raquel, me ayuda a sobrevivir este infierno - le dije de manera dramática a lo que él rió
Ninguno de los dos habló lo que restaba del camino, en cuanto llegamos papá apagó el auto y me vio de manera seria.
Por mi seguridad vivimos un poco alejados del pueblo, en el bosque para ocultarnos. Así que mi casa está en medio del bosque.
- Angelito, tu madre y yo saldremos hoy
Desde que era niña mis padres se iban por horas o días y nunca me han dicho a donde van por más que insista, dicen que es un asunto de ángeles caídos y personas como mamá.
- De acuerdo - respondí resignada
- Te quedarás sola. ¿puedo confiar en ti?
- Si y lo sabes
- Ya sabes que hacer y llama si pasa cualquier cosa - me dijo besando mi frente con cariño
Salí del auto, mamá se dirigía hacia nosotros. Llegó frente a mi besando mi mejilla.
- Cuídate cielo - me dijo mamá
- Igual, los quiero - le respondí en cuanto subió al auto
Papá arrancó y los vi alejarse; en cuanto los perdí de vista entré a la casa soltando un gran suspiro.
Deje mi mochila en mi habitación para después dirigirme a la cocina y hacerme algo de comer. Al terminar deje todo ordenado y subí a mi habitación sentándome frente a mi escritorio para hacer mi tarea.
En cuanto termine note que ella había anochecido, comencé a guardar mis cosas cuando escuche varias ramas crujir por lo que me acerque a la ventana sin lograr ver nada. Seguro fue algún animal.
De un momento a otro escuche un estruendo y caí sobre los vidrios de mi ventana cortándome mis brazos y piernas, frente a mí se encontraba un hombre cubriendo su rostro.
- ¿¡Qué diablos!? - murmure adolorida levantándome
Levanté mi puño para golpearlo pero fue más rápido tomando mi puño golpeando mis costillas con fuerza logrando que el aire escapara de mis pulmones, juro que escuche como algo tronaba en mi interior, me arrojó contra el suelo con fuerza. Me levanté de nuevo pero mi cabeza dolía al igual que mi costado pero volvió arrojarme hacía él donde me tomo y empujó por la ventana. Caí cerca de un árbol, sentí mi espalda chocar contra en tronco con fuerza.
Trate de levantarme pero mis brazos no pudieron sostener mi peso, los ojos me pesaban y veía todo borroso.
El hombre estaba acercándose a mí, cuando escuche un disparo y él salió huyendo.
- Mierda - escuche decir a alguien
Sam llegó a mi lado tomándome entre sus brazos con cuidado.
- Jess, lamento no haber llegado ates - me dijo arrepentido
Trate de negar con la cabeza, acerque mi mano a su rostro acariciando su mejilla para esbozar una sonrisa.
- Tranquilo, estoy bien
Lo último que vi fueron sus hermosos ojos avellana.
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Me encontraba en casa de mi abuela materna, mis padres están frente a mi pero se ven jóvenes.
¿Qué está pasando?
- Tenemos que decirle a mi madre - dijo mamá
- Puede que sea lo correcto pero correrá peligro si lo sabe - respondió papá de manera seria
- Estoy consciente de eso pero debe saber el destino de Jessica - dijo mamá a lo que yo me sorprendí
¿Mi destino?
- No
- Hugo - suplicó mamá
- Esto debe quedarse entre nosotros, solo tú, Cameron y yo lo sabremos
- ¿Se lo diremos a Jessica? - preguntó mamá preocupada
- Cuando sea el momento adecuado le diremos - le dijo papá abrazándola con cariño
¿Por qué mis padres están así? ¿Qué me están ocultando?
Mis padres comenzaron a verse borrosos para después ser absorbida por la oscuridad una segunda vez.