- ¿En serio no lo escuchas?- Otra vez el niega con la cabeza. Cada vez el aullido es más fuerte, me tengo que hacer un ovillo en el asiento delantero del auto y taparme los oídos.
-Brooke... ¿estás bien? - Niego con la cabeza y empiezo a gritar para que se calle ese maldito sonido. Él aparca despacio en el costado de la carretera y me saca el cinturón de seguridad. Me agarra en sus brazos y me aprieta contra él. Susurrando me dice - Esto suele pasar cuando no te conviertes a los 18. Tienes que tranquilizarte y escucharla, respira hondo. -
Trato de entender lo que él me dice entonces paro de gritar, pero el sonido se hace cada vez más fuerte, trato de respirar hondo y el sonido cada vez se hace más tangible, como si lo tuviera al lado y ahora ya no es un aullido, es "alguien". Me habla y me tranquiliza como Jake, estoy tan relajada que no me doy cuenta de lo que sucede. En mi mente una loba Blanca como la nieve aparece, yo la admiro, es bellísima, pero de golpe, se esfuma y observo la cara de preocupación de Jake.
- ¿Que fue todo eso? - Lo observo enfadada, ¡No entiendo nada! - Tu... - le inco un dedo en el pecho- tú dices muchas cosas pero no aclaras nada, tú me drogaste.- me mira extrañado - ¡Me hiciste inhalar cocaína, lo sabía! - Me mira sorprendido, pero sus manos pasan por al costado del cuerpo y me empiezo a relajar, muy paulatinamente me agarra mi cara y me pasa el dedo por mis mejillas, hasta que sus labios están cerca de los míos. Mi corazón late a gran velocidad, y él me mira, sentía una electricidad entre nosotros, el aire se volvió pesado cada vez que se acercaba.
Me besa. Al principio es un beso tierno y dulce, luego se va transformando en algo más, en un lazo más fuerte, como un hilo que estaba tirante y se relaja, con solo un beso, sentía ese hilo, que en mi mente lo podía palpar, era de color amarillo, como el reflejo que tenían a veces lo ojos de Jake. Se separa unos segundos de mí y observo sus ojos, amarillos como me los había imaginado. Pero esta vez, no vuelven a su color normal se quedan allí, para poder observarlos, no era un reflejo, definitivamente. Me sienta encima de él y me vuelve a besar, pero esta vez con más fuerza, como si fuera una necesidad. Me agarra el trasero y siento como me aprieta contra su miembro, todo un fuego me recorre por el cuerpo, y el hilo que pasaba por mi mente, se volvió un cordón dorado. El beso se intensifica dejando que nuestras lenguas se abran paso en nuestras bocas. El vestido al ser corto se sube hasta mis caderas, dejando ver mi ropa interior negra. Ahora aprieta en mi desnudo culo y creo que no hay vuelta atrás.
Mientras me besa, apaga las luces del auto y como puede me saca el vestido. No llevaba sostén, así que el observo mis pechos al desnudo de golpe y eso hizo que sienta su masculinidad muy dura abajo mío, no sé cómo hace para que esté más dura que hace 5 segundos pero se siente así, le saque la camisa mientras pasaba mis uñas en su espalda, suelta un gemido. Se desabrocha el cinturón del pantalón y ya se ve como sobresale su miembro. Con una mano él empieza a rodear uno de mis pezones y con su boca se encarga del otro, haciéndome gemir a mí.
Me detengo, ¡Que estoy haciendo! Le empujo la cara y el me mira.
- ¿Hice algo mal? - Me mira con cara de perro mojado, me tapo con los brazos mis pechos y el observa el movimiento. Sus ojos siguen amarillos.
- No, solo es que...-miro hacia abajo y me sonrojo. - ya sabes... Yo... no - lo miro y asiente. - no tengo experiencia en esto. - Él se queda asombrado.
- ¿En serio? Perdona, no me imaginé que tú... bueno, siendo una mujer hermosa de 21 años sigas siendo ya sabes... con tu florecita puesta todavía... - y yo asiento toda sonrojada, porque no se me fue de la mente que me diga hermosa, busca mi vestido y me lo entrega mirando para un costado tratando de darme intimidad, aunque ya me vio completa. Mira por la ventana mientras me lo coloco y voy a mi asiento. Él se abrochó el cinturón y se termina de vestir. Estábamos callados y los dos sumidos en sus pensamientos, cuando él decide hablar primero. - Solo voy a decir una cosa, tu cuerpo nena, - suspira y mi cuerpo tiene un recorrido eléctrico que me pone la piel de gallina- hace mucho que nadie hacía poner así a Dukens.- Lo miré extrañada y empecé a reír.
- ¡Quien malditamente le pone nombre a su pene! - Me sigo riendo hasta que me frena de un beso y se lo correspondo. - Ya, tú besas muy bien.
- Y no sabes cómo lo hago - me guiña un ojo y empieza a conducir. - Bueno, después de este momento que tuvimos, creo que puedo explicarte algunas cosas, otras no tengo permitido contarlas. Eso lo sabrás cuando te cuente lo que sí puedo.
- ¡Ya! me estas desesperando, al grano. - El asiente.
- En el mundo hay tres tipos de seres "mitológicos", los hombre lobos, los vampiros y los Dioses, con sus derivados. - Lo miro con una sonrisa de "¡Y este loco!". - Hace no mucho, descubrí que yo era un hombre lobo y por eso es que ves mis ojos amarillos de vez en cuándo... - hace una pausa y suspira - Yo soy tu guardián, me han mandado a eso, a cuidarte. Eres muy importante en mí... como decirlo... mi ¿mitología? - yo asiento, tratando de comprender lo que dice, aunque ya estoy pensando en llamar a un policía, ni siquiera sé que pensaba cuando lo bese hace un momento.-
»Tus padres lobos, al darse cuenta que no tenías los rasgos de una mujer lobo, te dejaron en un orfanato. Por eso es que cuando hablamos te dije que yo ya sabía esa historia. Cuando ellos te dejaron, se olvidaron que eras la séptima hija del séptimo hijo de la familia. Es algo importante por así decir en los hombres lobos, te lo explicarán Los reyes cuando lleguemos.
Lo observé, ¿reyes?
- ¿a dónde vamos? - ¡Porque estaba confiando en él! Debería llamar a la policía, agarre mi móvil que estaba en la guantera del auto y le baje el volumen así no se escucharía las teclas.
- A mi casa, está en una ciudad escondida de los humanos. Así que abróchate el cinturón que me meteré en terreno boscoso. - Hice lo que me dijo. - Ahora seguiré con la historia.
»Cuando te abandonaron a los siente meses, una familia te acogió, y por lo que se, es que fueron muy malos contigo. Para no dificultar al niño no lobo, en nuestra tradición hay que matarlo o darlo en adopción, tus padres te amaban Brooke pero no podían cuidarte, si no alguien más te mataría por ellos. - Asentí, busque la app de teléfono y entre, como pude escondí el celular entre mis piernas para que él no viera lo que hacía. -
Fuiste creciendo y tus padres biológicos fueron observándote desde lejos, una vez, cuando estabas patinando sobre hielo a los 18 años con James se dieron cuenta de algo, un vampiro te perseguía. En ese entonces yo estaba entrenando para ser guardián, y me dijeron que vaya a protegerte a ti como primer misión. Debo admitir que me quedé embobado cuando te vi. - Me sonrojé y le sonreí. - Cada vez tenía que protegerte más y estar más cerca de ti por la cantidad de vampiros que te perseguían, justo este año, a los 20 años, empezaste la universidad y tuve que estar más cerca de ti, y empecé a ir a clases contigo. - ¿Cómo hacía con la banda? - Al principio traté de que no me notaras hasta hace dos días, cuando estabas corriendo, sin que te des cuenta habían tres vampiros atrás tuyo, tuve que acercarme para que me huelan y se den cuenta que no estás sola y bueno, nos chocamos. Como seguro ya te preguntaste, ¿Qué pasó con la banda? Tenía que estar tan pendiente de ti que no podía practicar con ellos, tuve que dejarla, además que... estoy por ya recibirme de lobo guardián de la reina de la Luna.
Lo miré confundida y dejé el celular marcado con el número de la policía... - No era que, me habían abandonado por no ser mujer lobo. - Busque el error en su historia de drogadicto. Él me sonrió.
-Sí, eso es lo que te explicarán los reyes. Solo tienes que saber, que esa es la razón por la cual cientos de vampiros están a tu acecho y por eso alguien te quito la pulsera.
Me quedé callada, debería tomármelo con calma y tratar de creerle al menos algo de lo que dice. Si no, ¿cómo sabía tanta información sobre mí?, No le había contado sobre mi amor por el patinaje, ni tenía fotos en mis redes como para que él lo sepa. Jake seguía manejando, y se notaba que había muchos pozos en el camino, me daba miedo a dónde me podía llevar, pero para darle una chance y tratar de creerle, tengo un par de preguntas.
- Perdón, no te creo en nada pero te voy a dar una chance, si me estuviste vigilando los últimos dos años, vas a saber varias cosas. Una de ellas, es que ya deberías saber que yo no tuve relaciones con nadie, y no lo sabías - me sonrojo - Tienes que responder estas preguntas y te creo, no llamaré a la policía. - me mira relajado y me hace un ademán para que le pregunté, seguro. - ¿cómo conseguí mi ex trabajo? - Se queda pensativo.
- Estabas buscando trabajo hace tiempo y no conseguías, una vuelta cuando estabas volviendo de la casa de tus padres adoptivos, para ser más exactos fue uno de los primeros días que te vigilaba e ibas con una coleta alta y unos jeans ajustadísimos que te dejaban ver un culo - se muerde el labio y me mira, yo lo miro serio, aunque por dentro eso me encendía. - Y viste un anuncio para venir a estudiar aquí, sobre esta universidad y luego al lado un listado de empleos que podrían tomar a estudiantes que pagaban lo justo para pagar el mes a la universidad, para pagar alimentos y un alquiler. Lo justo y necesario. Esto lo podría haber averiguado con alguno de tus amigos asique, hazme una pregunta que sea algo más personal. - lo miré enojada, tenía razón, era fácil, pero lo contó con mucho detalle había estado en el lugar o le habían contado todo exactamente. Se me ocurrió una pregunta difícil que ni James lo sabía, no se lo había contado a nadie.
- ¿Porque fui muchas veces al ginecólogo el año pasado? - Lo mire decidida, el me observó todavía con los ojos amarillos, eso era una prueba que tenía el a favor, pero seguro eran lentillas. Su mirada era triste.
- ¿Quieres que lo recuerde? No es una información muy agradable... -
-Sí, si quieres que te crea.-
- Te estuviste haciendo estudios porque habían unos resultados raros, y eres infértil. - lo miré sorprendida, el no mentía. Abrí la boca para hablar pero la volví a cerrar. - Mira, sé que es mucho por procesar. Y lo entiendo, ni siquiera me conoces, solo sabes que soy un famosito que quiere tocar la batería. Debes creerme, ¿sí? Duerme un rato, estaré por este camino como por 2 horas más hasta llegar. - Asentí todavía anonada por todo lo que me había dicho y al parecer era real. Me paso una manta del asiento trasero. Me tapé y me apoyé contra la ventana. No me había dado cuenta que eran las cuatro de la mañana hasta que vi el reloj del auto y sentí de golpe un cansancio en mis hombros. A lo que me dormí instantáneamente...