Cuando abro los ojos y me descubro en un avión inmediatamente intento ponerme de pie pero estoy atada, más bien esposada.
-Si yo fuera tú no lo intentaría -le escucho advertir -. Las esposas te van a dejar marcas y no queremos eso.
-¿Qué está pasando aquí?
Baxter me mira arrugando la frente y siento que le leo la mente. No sé por qué inteprtrto perfectamente lo que intenta entender de mi repuesta ante él.
-Sé quien eres, Baxter Moskav -casi sonrío al ver su desconcierto -recuerda que existe Internet, pero no te veo desde qje somos pequeños. No te vuelvas loco creando teorías conspirativas.
-Eres una persona tan peculiar que reconozco que me has sorprendido y -me pone delante unos documentos que no miro, sus ojos dominan los míos -me lo has puesto todo más fácil. Firma esos papeles y antes dí: ¡Sí, quiero! –señala a un hombre detrás suyo. Un hombre que está asustado de los demás que de pronto descubro que nos rodean -. Mirándolo a él, para que no tenga dudas de que aceptas.
-Primero me sueltas y luego me dices de que va esto -exijo.
Hay alguna especie de sonrisa bailando en las comisuras de sus labios. Creo que no esperaba que respondiera ante él de esta forma tan relajada a pesar de mi situación pero sé perfectamente que si él está aquí es porque papá lo mandó a por mi y mis amigas están a resguardo.
¿Será que soy demasiado confiada...?
-Mas te vale firmar y decir la puta frase antes de que me cabree en serio -lanza una clarisima amenaza.
-¡Oblígame, entonces!
-Naiara, firma la puta mierda esa -da un golpe en su mesa y el hombre tiembla, Baxter se inclina hacia mi y de repente empiezo a reír sin poder evitarlo. Es una risa fuerte y escandalosa... esto es una mala broma de mis padres por haberme escapado a Rusia.
-¿Dónde están? -pregunto.
-¿Donde está quien?
-Vamos, Baxter... ya sé que me escapé de mi madre y te ha llamado papá para que me asustes y me hagas una broma pero yo no firmo nada que no sepa que es. ¿Dónde están?
Por primera vez reparo en los hombres tras él. Mi vista vuela por todos lados y soy consciente de que estoy rodeada de gente armada que además de no asustarme en absoluto no será capaz de disparar dentro de un avión así que me relajo todavía más y al parecer eso le pone más nervioso a él.
Se alza en toda su altura y por primera vez jadeo ante la belleza masculina. Es un jodido vikingo ruso. Menudo tío.
Si alza una mano la saca por fuera del avión. Pero, ¿este cuanto mide?
Lleva una camisa negra con las mangas dobladas hasta los codos. Adoro los tatuajes que le salen de ambos antebrazos. Va de pantalón clásico negro, muy elegante y zapatos que brillan como si fueran un maldito espejo. Parece la encarnación humana de la muerte. Dios, que exquisito.
-Parece que no has entendido nada -se inclina hacia mi para hablarme al oído señalando lo que entonces veo al no cortarme él la visión -. Efectivamente Eric me ha mandado por tí pero no para darte un susto estoy aquí: vas a ser mi esposa ahora mismo. De este maldito avión no baja nadie hasta que firmes y le digas al señor aquel lo que te he dicho. Si no lo haces le mataré y le seguirán tus amiguitas.
Cuando me doy cuenta de que la cosa se pone seria veo a las chicas. Están atadas de manos y piernas, con las bocas cubiertas de cinta adhesiva tiradas en el suelo.
-Pero, ¿qué coño es esto?
-Nuestra boda, ellas son las damas de jodido honor -me pone el papel delante y dando un golpe brama en mi oído -: ¡Firma!
Me sobresalto asustada. Ahora sí tengo miedo. No entiendo qué coño hace.
-No puedo creer lo que estás haciendo es absolutamente absurdo. Mi padre te va a matar. Esto es absurdo -repito llevando mis manos esposadas a mis ojos -. No podemos volar eternamente.
-El avión solo tocará tierra cuando te cases conmigo.
-Pero, ¿ por qué?
-Porque yo lo quiero así, el avión repostará en el aire hasta que firmes. No bajaras del avión sin ser mi mujer.
-¡Dios, estás loco!
Empiezo a sollozar y los otros cautivos me miran asustados. Mis amigas y el señor dependen de que firme un papel en el que no confío para un hombre que en fondo no conozco y detrás de todo eso por lo visto, no tengo muchas alternativas.
-¿Qué quieres de mi?
-Que firmes el maldito papel -me lo pone delante y me pasa el boli.
-Baxter nuestros padres...
-No importan. Firma y empezarás a vivir tu vida a mi lado. Nada más... no volverás a ver a nadie que yo no decida -empiezo a llorar sin poder creer lo que pasa y entonces me susurra al oído -. No debiste desobedecer a tus padres. Si no hubieras venido a mi, no estarías pasando por esto. Tu lo has querido: eres mía.
Entendiendo que estoy en medio de una especie de pacto del que no sabía nada, o una obsesión desconocida, o no lo sé... una maldita demencia de este loco ruso, miro resignada al señor delante de mi y digo lo que Baxter me pide, aprieto el bolígrafo en mis manos esposadas y temblorosas y firmo el papel sin saber qué me deparará el futuro a su lado.
Ya puedo entender que es un maldito mafioso, pero no creo que pueda cargar con la muerte de mis amigas ni nadie. Si en algún momento puedo lo denunciaré por secuestro pero ahora no puedo hacer nada más.
-¡Bien, ven conmigo! -me quita las esposas y me hace ir con él a una habitación en el avión, dejando a todos atrás.
Antes de meterme dentro se da la vuelta y ruge:
-Ya puedes lanzarlos a los tres del avión... ya no los necesito.
Viendo como los levantan y se los llevan empiezo a dar gritos...
-¡Noooo, por favor no lo hagas!
Pataleo pero es más fuerte que yo. Me mete a la habitación tirándome en la cama y solo puedo esperar que esto sea una maldita pesadilla y me despierte pronto en mi casa con mis padres... de donde nunca debí salir.