Capítulo 2 Antes de él

El avión a Rusia está a punto de despegar y yo tengo la sensación de que no podré tomar altura sin que intercepten mi saluda del país.

Mis padre no saben nada de esto y mamá me va a matar cuando vuelva pero quiero ir. Le he conocido por Internet, es cierto pero, ¿Dónde dice que alguien es mejor o peor persona por el sitio donde le encuentres? A mi anterior novio le conocía de toda la vida y al final terminó siendo un maldito cabrón. El amor y la pasión de la vida va de la mano del riesgo, y yo quiero conocer y vivir intensamente, no tengo otra forma de hacerlo qu esta.

-Tía, tu madre no me va a volver a hablar en la vida.

Clarissa a mi lado se lamenta de lo que estamos haciendo. En el fondo es una fiesta que su hermana que vive allá ha montado. Me he citado con el chico allí y quiero ir. Si todo sale bien mamá no sabrá nunca que hemos ido a Rusia, le dejé una nota diciendo que estaba en las Maldivas con las chicas. Papá está de viaje así que no será un problema

-Si se entera te perdonará -me fijo el cinturón cuando lo avisa la aeromoza -. Mi madre te ama y es incapaz de odiar a nadie.

-Nunca he entendido por qué no quiere que vayas a Rusia cuando ellos van tantas veces y sus mejores amigos viven allí y según tú, casi son los dueños del país.

-Mis tíos suelen venir a verme para que yo no pise suelo ruso -explico por enésima vez y Lila me presta más atención que Clarissa que ya sabe la historia -, siempre me dicen que como son tan importantes podrían intentar secuestrarme o cosas así si saben de mi presencia. No me dejan ni ver a Baxter. Hace años no le veo.

-Y es guapo a rabiar -anuncia Clarissa llevándose la mano al pecho -. Le he buscado en Instagram, tía. Tiene unos ojos increíbles pero es su amigo el que me gusta. Prometiste llamarlo para que me lo presente -me dice entonces a mi.

-No puede saber que estoy en Rusia o le dirá a mi padre. Cuando vuelva a casa le voy a escribir y prometido -ruedo los ojos -, te conseguiré el número de su amigo y cuando vuelvas ya quedan. Yo no puedo hacer nada más.

-Cada vez me das más miedo, Clari -bromea Lila -. No quiero ni pensar de lo que serias capaz por conocer a alguien que te gusta.

-¿Qué puedo hacer...? -la aludida abre los brazos al cielo -. Mi karma es perseguir el amor, este me es esquivo a mi pero al final lo encontraré.

Mientras las dos bromean yo solo pienso en los ojos de Baxter. Hace años no le veo pero sus ojos son inolvidables. Desde los seis años o algo así no estamos frente a frente, nunca entenderé los motivos de nuestros padres pero el caso es que no me parece justo que por culpa de ellos yo no pueda pisar Rusia. Además de que hablo el idioma perfectamente, adoro la historia de Moscú y me fascina todo lo referente a ellos. No sé por qué, es como una fijación visceral. Una cosa inexplicable.

El vuelo se me hace tan largo que acabo en Instagram, una foto tras otra termino en el perfil de Baxter Moskav.

¡Dios... que guapo es!

Apago el móvil cuando empiezan las llamadas de mi madre, ya debe haber leído mi nota. Estará flipando.

-¡Naiara me está llamando Kaia! -me informa Clarissa.

-No le contestes, ya debe haber visto la nota. Cuando lleguemos le mando una foto de la habitación de hotel y seguro se calma.

Aterrizamos después de casi 9 horas de viaje, agotador el vuelo. Cuando piso suelo ruso me estiro en medio de la pista y entramos a inmigración para hacer el proceso y salir para el hotel.

Hemos reservado una suite que para las tres está muy bien. Lo que no está tan bien es que sin dormir ni tomar un rato de descanso solo nos duchamos y vestimos para irnos a la fiesta.

-Creo que me duelen las pestañas -bromea Lila -. Les prometo que no estoy para fiestas.

-Pues yo voy como quiera que me sienta. Solo tengo dos días para estar aquí y no puedo perder el tiempo durmiendo, ya dormiré cuando vuelva a casa.

-¡Venga, chicas!

Cuando ponemos un pie en el suelo en plena calle donde será la fiesta lo primero que veo es una pistola apuntándome. Ahogo un grito cuando un tío enorme se pone detrás de Clarissa llevándose su cuerpo contra el suyo y clavando un cuchillo en su cuello.

-¡Oh, Dios!

Todo sucede demasiado rápido.

Lila es atrapada por otros dos que llevan el pelo largo y muy rubio. Mi amiga mirándome en brazos de su captor deja escapar lágrimas que me parten el corazón. Mi madre tenía razón: en Rusia acabaría secuestrada por alguna mafia y ahora mis amigas son las que pagan el precio.

-Ahora las tres subirán a mi camioneta.

Un alto y nuevo ruso sale de la nada dando órdenes indiscutibles pero cuando me toman de la cintura para alzarme y me echo a temblar oigo la voz de alguien que reconozco no sé por qué pero que no veo, no me permiten hacerlo. Mis amigas miran aterradas hacia detrás d mi y el recién llegado brama:

-¡Suelta a mi mujer, Dimitriv!

Inmediatamente mis amigas son liberadas y otros nuevos rusos son los que las toman y se las llevan en tanto yo me doy la vuelta para recibir el impacto de los ojos más increíbles que he visto en mi vida. Los de: Baxter.

Todo lo sucedido se evapora de repente y los que nos iban a secuestrar sin que pueda saber por qué se alejan dejando el paso a los nuevos hombres que nos llevan.

Baxter me toma de la muñeca y tira de mi con su pistola en la mano y sin dejarme escapar.

Corro y corro tras él al mismo paso que impone. Es tan alto a mi lado que tengo que hacerlo para no caer al suelo., quiero saber qué quiere de mi, por qué está aquí.

Una camioneta se abre ante mis ojos y me mete dentro haciéndome trastabillar. Sin saber por qué, me doy la vuelta cuando el cierra la puerta tras sí mismo y grito:

-¿Qué quieres de mi?¿ Por qué me has raptado, dónde me llevas?

–Cierra la boca -ruge.

Voy a decir algo más cuando su mano se dobla en una extraña posición y solo sé que me da un golpe en el cuello que me hace perder un poco el sentido. Siento que sus brazos me toman y empiezo a perder la consciencia.

No sé lo que está pasando pero puedo imaginar que no es bueno. Poco más imagino aunque...

También sé su nombre...es Baxter Moskav. El único hombre al que no me podía acercar y del que no sabré escapar.

Esta mierda apenas está empezando y no soy yo quien tiene el control de cómo acabará.

            
            

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