Sexo y deseos prohibidos
img img Sexo y deseos prohibidos img Capítulo 5 La intensidad aumenta
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Capítulo 6 La explosión del placer img
Capítulo 7 El auge de la erección img
Capítulo 8 La fusión de cuerpos img
Capítulo 9 Revelaciones íntimas img
Capítulo 10 Vuelta a la realidad img
Capítulo 11 La tentación permanente img
Capítulo 12 La segunda reunión img
Capítulo 13 La doble vida img
Capítulo 14 Complicaciones emocionales img
Capítulo 15 El descubrimiento de un secreto img
Capítulo 16 Pasión desatada img
Capítulo 17 Las repercusiones img
Capítulo 18 Confrontación img
Capítulo 19 Reconciliación imposible img
Capítulo 20 El punto de quiebre img
Capítulo 21 Revelaciones inesperadas img
Capítulo 22 Dudas crecientes img
Capítulo 23 Tentación renovada img
Capítulo 24 Consecuencias no deseadas img
Capítulo 25 Las impactantes revelaciones img
Capítulo 26 Reevaluación de opciones img
Capítulo 27 Confesiones íntimas img
Capítulo 28 Tentación recurrente img
Capítulo 29 Intensidad renovada img
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Capítulo 5 La intensidad aumenta

La noche había caído sobre la ciudad y el silencio reinaba en la habitación donde se encontraban Romain y Ariane, envueltos en una atmósfera íntima cargada de deseo. La luz tenue de las lámparas creó un ambiente suave, acentuando la calidez del momento. Después de su exquisita cena regresaron al hotel con muchas ganas de continuar lo iniciado. El deseo entre ellos era palpable y sabían que esa noche estaría marcada por una nueva intensidad.

Ariane yacía en la cama, con los ojos brillantes de deseo y anticipación. Sus manos jugaban nerviosamente con las sábanas, pero su mirada permaneció fija en Romain, quien se acercó a ella con tranquila confianza. Sus miradas se encontraron y una sonrisa de complicidad apareció en los labios de Romain.

"Quiero darte todo el placer que te mereces", susurró, en voz baja y llena de promesas.

Ariane se mordió el labio y sus mejillas se enrojecieron por sus palabras. Se sentía completamente suya, dispuesta a dejarse llevar por la intensidad de su reencuentro. Romain se inclinó suavemente y sus labios rozaron el cuello de Ariane. Sus besos eran ligeros, pero cada toque provocaba escalofríos por todo su cuerpo.

Romain le dio un beso más firme en los labios antes de bajar lentamente hasta el escote. Sus manos se deslizaron con cuidado por sus caderas, dejando suavemente al descubierto su cuerpo mientras continuaba besando y acariciando cada centímetro de piel que exponía. El deseo entre ellos creció exponencialmente y la temperatura de la habitación parecía elevarse con cada gesto.

Cuando Romain llegó a su estómago, deslizó sus dedos debajo de las bragas de Ariane, sus movimientos estaban imbuidos de una suavidad infinita. Introdujo sus dedos en su intimidad con una delicadeza casi ceremonial, explorando cada rincón con deliciosa precisión.

- Oh... Romain, murmuró Ariane, cerrando los ojos bajo el efecto del placer inmediato.

Romain movió sus dedos lentamente al principio, intentando provocar tantas sensaciones como fuera posible. Se centró en sus movimientos, aumentando gradualmente la presión para maximizar el placer de Ariane. Sus dedos se movían con cierta maestría, provocando gemidos cada vez más fuertes de Ariane.

- Te gusta ? Preguntó Romain, su voz llena de deseo.

"Sí, sí... continúa, por favor", respondió Ariane, con la voz temblorosa de emoción.

Romain intensificó sus movimientos y añadió un segundo dedo para profundizar la exploración. Sintió la respuesta de su cuerpo a cada gesto, cada apretón y cada caricia. Ariane era completamente suya, su cuerpo arqueándose con las sensaciones. Sus gemidos se volvieron más insistentes y su respiración se aceleró.

- Dios mío... Romain, me estás volviendo loca..., gimió, apretando las manos sobre las sábanas.

Él aumentó el ritmo de sus movimientos, sus dedos se movían con una precisión y velocidad que la hizo estremecer. Los gritos de Ariane se hicieron más fuertes, más urgentes, a medida que se acercaba a la cima de su placer.

"Estoy tan cerca..." susurró, su cuerpo tensándose.

Romain continuó estimulando su intimidad, los movimientos de sus dedos se volvieron casi frenéticos. Ariane se dejó llevar, perdida en las sensaciones que él le daba. Sintió una ola de intenso calor atravesarla, su orgasmo estalló con fuerza brutal. Su cuerpo se arqueó y sus gemidos se convirtieron en gritos de placer.

- Sí, Ariane, déjate llevar..., murmuró Romain, sus dedos continuaron su trabajo hasta que ella se calmó.

Permanecieron así por un momento, Romain tocó suavemente la piel de Ariane, ofreciéndole una suave oleada de placer. Su respiración se fue calmando poco a poco, mientras Romain la besaba tiernamente, colocándola contra él.

-Fue increíble..., respiró Ariane, con los ojos brillando de emoción.

"Me alegra que te guste", respondió Romain, besando su frente. Es hora de explorar otros horizontes, ¿no crees?

Ariane asintió, con el corazón todavía acelerado. Se incorporó ligeramente, con una sonrisa traviesa en los labios.

- Qué quieres decir con eso ?

Romain se levantó y sugirió un cambio de escena, guiando a Ariane hacia el borde de la cama. Él la invitó a ponerse de pie y juntos exploraron diferentes posiciones, poniendo a prueba sus límites físicos y emocionales.

Comenzaron de pie, con Romain sosteniendo a Ariane contra él. Sus manos descansaron firmemente sobre sus caderas mientras la animaba a moverse contra él. Ariane sintió una oleada de deseo dentro de ella, sus movimientos se sincronizaron con los de Romain. Se movían en armonía, cada toque y movimiento amplificaba el placer.

- Romain, no puedo... es tan intenso..., gimió Ariane, apretando sus manos alrededor del cuello de Romain.

"No te preocupes, déjate llevar", susurró, sus manos explorando las curvas de su cuerpo con ternura posesiva.

Luego cambiaron de posición, moviéndose a una posición en la que Ariane estaba acostada en la cama, con las piernas dobladas sobre las caderas de Romain. Esta nueva posición les permitió acercarse aún más, y sus cuerpos se unieron con mayor intensidad. Los movimientos de Romain eran profundos y lentos, cada embestida resonaba en el cuerpo de Ariane como una suave ola de placer.

"No sabía que podía sentirme así..." susurró, con la voz llena de asombro.

- Todavía hay mucho por descubrir, dijo Romain, intensificando sus movimientos, acariciando con sus manos cada trozo de piel a su alcance.

Sus gemidos se mezclaron en una melodía de deseo y placer, cada posición revelaba nuevas sensaciones. Pusieron a prueba sus límites, explorando cada variación con una curiosidad insaciable. Las paredes de la habitación parecieron desvanecerse en las sombras y el mundo exterior desapareció, dando paso a su ardiente pasión.

En un momento, cambiaron de posición una vez más, Ariane se encontró a cuatro patas en la cama, Romain detrás de ella. La posición era a la vez íntima y salvaje, ofreciendo un ángulo diferente que intensificaba aún más sus sensaciones. Los movimientos de Romain fueron rápidos y decididos, cada embestida llenaba la habitación con gemidos y suspiros.

"Es increíble", murmuró Ariane, con la voz entrecortada por gemidos.

Romain respondió con un gruñido de satisfacción, colocando las manos en sus caderas, guiando sus movimientos con precisión experta. Sintió cada vibración, cada ondulación de su cuerpo, las sensaciones mezclándose y acumulándose.

"Te ves tan hermosa en esta posición", dijo, con la voz llena de deseo.

Ariane se arqueó debajo de él, sus gemidos se volvieron cada vez más intensos. Sintió que una nueva ola de placer la recorría y su orgasmo crecía lentamente. Sus gritos se hicieron más fuertes, más urgentes, hasta que alcanzó un nuevo pico de placer, su cuerpo se tensó con las sensaciones.

- Sí, Ariane, déjate llevar..., murmuró Romain, acelerando el paso.

Continuaron así, sus cuerpos moviéndose en perfecta sincronización. Oleadas de placer se sucedieron y cada orgasmo aportaba una nueva dimensión a su experiencia. Estaban perdidos en un torbellino de sensaciones, explorando los límites de su deseo y placer.

Finalmente, cayeron sobre la cama, exhaustos pero satisfechos. Romain abrazó a Ariane contra él, sus cuerpos empapados de sudor, pero sus ojos brillando con satisfacción.

- Eres increíble, murmuró Romain, mirándola con ternura.

"Tú también", respondió ella, con una sonrisa agotada en sus labios.

Se quedaron así, sus cuerpos relajándose en la réplica del placer. Su respiración se calmó poco a poco y se dejaron llevar por el calor del momento. Ariane cerró los ojos, saboreando cada sensación, cada toque de Romain.

"Fue... uno de los momentos más intensos que jamás haya experimentado", susurró con la voz llena de gratitud.

"Me alegra que pienses eso", respondió Romain, abrazándola con más fuerza contra él. Creamos algo realmente especial esta noche.

Ariane se sintió envuelta por una oleada de felicidad y satisfacción. Sabía que ese momento compartido con Romain marcaba un importante punto de inflexión en su relación. El intenso placer que habían explorado juntos había fortalecido su conexión de una manera profunda e irreversible. Ahora estaban conectados no sólo por los sentimientos, sino también por una comprensión mutua del deseo y la intimidad.

Ariane se relajó en los brazos de Romain, cediendo a una serena dulzura. Ella se giró levemente para mirarlo, sus ojos brillaban con genuina ternura.

-Romain, ¿cómo me entiendes tan bien? preguntó, su voz llena de sinceridad.

Romain le dio un ligero beso en la frente y sus dedos acariciaron suavemente su cabello esparcido sobre la almohada.

"Es porque realmente te escucho", respondió en voz baja. Aprendí a conocerte no sólo a través de tus palabras, sino también a través de tus gestos, de tus silencios. Cada momento que paso contigo me revela un poco más de quién eres.

Ariane cerró los ojos y disfrutó de esta reconfortante declaración. Siempre había sentido cierta vacilación en su interior, una duda sobre cómo evolucionaría su relación. Pero las palabras de Romain trajeron una claridad tranquilizadora, permitiéndole relajarse en la comodidad de su presencia.

"Estoy tan feliz de estar contigo esta noche", susurró ella, sus dedos recorriendo su pecho. Era más de lo que podía imaginar.

Romain sonríe, su mirada llena de sincera calidez. Él agarró suavemente su barbilla para mirarla a los ojos.

"Todavía tenemos mucho que explorar juntos", dijo con voz llena de promesas. Quiero que cada momento contigo sea tan memorable e intenso como este.

Ariane asintió, sus pensamientos se mezclaban entre la emoción y el pensamiento en el futuro. Era consciente de las difíciles decisiones que tenía por delante, pero en ese momento estaba concentrada en el sentimiento de felicidad y conexión que sentía.

"Estoy lista para ver lo que depara el futuro", dijo con determinación.

Se entregaron a una nueva ola de ternura, compartiendo besos y delicadas caricias. Romain se movió suavemente para que su posición fuera más cómoda, sus brazos rodearon a Ariane con una gentileza protectora. Se quedaron así, con sus cuerpos entrelazados, dejando pasar el tiempo en paz.

Sus conversaciones se reanudaron con suaves susurros y ligeras risas, explorando diversos temas que van desde sus sueños para el futuro hasta sus recuerdos de la infancia. Cada palabra intercambiada fortaleció su vínculo, aportando profundidad adicional a su relación.

- ¿Recuerdas la primera vez que nos vimos? Preguntó Romain, con los ojos brillando de nostalgia.

Ariane sonríe y recuerda el recuerdo con particular ternura.

- Sí, fue durante esta conferencia. Recuerdo lo confiado que parecías, incluso si estabas un poco nervioso.

"Y eras muy reservado, pero había algo en tus ojos que me atrajo de inmediato", respondió Romain con una sonrisa. Es como si estuviéramos destinados a encontrarnos.

Ariane asintió y sus ojos se llenaron de dulzura.

- Creo que tienes razón. Cada momento que pasamos contigo parece tan natural, como si fuéramos hechos para entendernos y complementarnos.

Continuaron hablando, sus voces se mezclaron en un intercambio profundo y sincero. El tiempo pareció detenerse mientras compartían sus pensamientos y sentimientos, disfrutando de la rara conexión que habían encontrado.

Finalmente, la noche se hizo más oscura y el sueño empezó a envolverlos. Romain se inclinó para besar a Ariane por última vez antes de acurrucarse bajo las sábanas. Sus manos se deslizaron suavemente alrededor de ella, sus brazos ofreciéndole calidez reconfortante.

"Estoy tan feliz de verte así", susurró. Esta noche compartimos algo realmente especial.

"Yo también", respondió Ariane, cerrando los ojos y con una sonrisa tranquila en los labios. Gracias por todo, Romain. Nunca olvidaré esta noche.

Romain la abrazó y sus propios ojos se cerraron lentamente mientras se quedaba dormido. Sus cuerpos se fusionaron en un momento de paz y satisfacción, su amor expresado a través de cada toque, cada respiración compartida.

A la mañana siguiente, la luz del sol se asomaba a través de las cortinas, calentando la habitación con una luz suave y dorada. Ariane se despertó primero y sintió el reconfortante calor de Romain a su lado. Se tomó un momento para apreciar la tranquilidad de la mañana, centrándose sus pensamientos en la felicidad que sentía en ese momento.

Volvió ligeramente la cabeza para observar a Romain, cuyo rostro estaba sereno mientras dormía. Una tierna sonrisa apareció en sus labios mientras se inclinaba para darle un ligero beso en los labios. Romain gimió suavemente, despertando lentamente a la suavidad de su beso.

"Hola", susurró, abriendo los ojos con una sonrisa.

"Hola", respondió Ariane, su voz llena de calidez y afecto. Cómo has dormido ?

"Muy bien, especialmente después de una noche tan increíble", dijo, acercándola a él para darle otro beso. Espero que te sientas tan bien como yo.

Ariane asintió y su corazón se llenó de ternura. Se entregó a un momento de calma, disfrutando del calor de Romain y de la dulzura de la mañana. Permanecieron así por unos momentos, saboreando la tranquilidad y la conexión que habían compartido.

-¿Qué quieres hacer hoy? Preguntó Romain, con la mirada llena de anticipación.

Ariane pensó por un momento y luego le sonrió.

- Creo que deberíamos aprovechar este día para explorar un poco la ciudad, descubrir nuevos lugares y simplemente pasar tiempo juntos.

Roman asintió con entusiasmo.

- Genial, conozco algunos lugares interesantes que podríamos visitar. No puedo esperar para pasar otro día increíble contigo.

Se prepararon para su día, sus gestos estaban marcados con complicidad y alegría. La habitación se llenó de risas y tiernos besos mientras se preparaban para su aventura.

El resto del día transcurrió bajo el signo del descubrimiento y el placer. Exploraron calles pintorescas, descubrieron cafés encantadores y disfrutaron de momentos de espontaneidad y diversión. Cada momento que pasaron juntos fortaleció su conexión, permitiéndoles descubrir aún más facetas el uno del otro.

Al acercarse la noche, regresaron al hotel, agotados pero encantados con su día. Se acurrucaron nuevamente en los brazos del otro, sus cuerpos se calentaban bajo las sábanas.

- Este día fue perfecto, dijo Ariane cerrando los ojos, con el corazón lleno de felicidad.

"Sí, lo era", respondió Romain, besándola suavemente. Y no puedo esperar a ver qué nos depara el futuro.

Se durmieron juntos, con sus cuerpos entrelazados y sus mentes llenas de sueños y deseos para el futuro. La noche trajo consigo una reconfortante tranquilidad, permitiéndoles descansar después de un día lleno de descubrimientos y momentos preciosos.

Mientras dormían, los sueños de Ariadna se llenaron de esperanzas y posibilidades, y se despertó a la mañana siguiente con nueva determinación y alegría renovada. El futuro aún era incierto, pero con Romain a su lado, estaba lista para afrontar cualquier cosa que se le presentara.

                         

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