Capítulo 2 Los comienzos difíciles

#### La realidad de su vida con los Hudson, abuso diario

Las primeras semanas después de su adopción fueron un período de doloroso descubrimiento para Clara. La vida con los Hudson resultó ser muy diferente de lo que había imaginado. Cada día trajo consigo críticas y burlas por parte de Martha, quien nunca perdió la oportunidad de menospreciarla. Clara intentó adaptarse y complacer a su nueva familia, pero nada parecía suficiente para ganarse el cariño de Martha.

#### Clara es humillada por Martha frente a los invitados

Un domingo por la tarde, Martha había organizado un almuerzo para varios de sus amigos de la alta sociedad. Clara, a pesar de sus esfuerzos por permanecer discreta y evitar problemas, inevitablemente se vio arrastrada al evento. Había pasado la mañana ayudando a Olivia a preparar la comida, con la secreta esperanza de que eso suavizara la actitud de Martha hacia ella.

La mesa estaba cuidadosamente puesta en el gran salón, decorada con manteles de encaje y vajillas de porcelana fina. Los invitados, elegantemente vestidos, charlaban y reían. Clara, vestida con un vestido sencillo pero limpio, intentaba hacerse lo más pequeña posible mientras ayudaba a servir los platos.

"Clara, tráenos postre", ordenó Martha bruscamente.

Clara se apresuró a obedecer, tomando la bandeja de pasteles que Olivia había preparado. Mientras caminaba hacia la mesa, tropezó con la alfombra y la bandeja se le resbaló de las manos, enviando los pasteles volando en todas direcciones.

Un silencio de asombro se apoderó de la habitación. Clara se quedó quieta, horrorizada por lo que acababa de suceder. Los invitados la miraron con diversas expresiones de sorpresa y desaprobación. Martha se puso de pie abruptamente, con el rostro contraído por la ira.

"¡Mira lo que hiciste, pequeño idiota!" -gritó Marta-. "¡Ni siquiera puedes hacer algo tan simple sin arruinarlo todo!"

Clara sintió que las lágrimas brotaban de sus ojos, pero las contuvo, agachando la cabeza avergonzada. "Lo siento, señora", susurró.

"¿Lo siento? ¡Lo siento no es suficiente! ¡Mira este desastre! ¡Ve a tu habitación inmediatamente!"

Clara salió corriendo de la habitación, con las mejillas ardiendo de vergüenza. Corrió a su habitación y se dejó caer en la cama, amortiguando sus sollozos con la almohada. Se sintió humillada, devastada por la dureza de Martha y por la humillación pública que acababa de sufrir.

#### Olivia intenta proteger a Clara

Poco después, Olivia entró silenciosamente en la habitación de Clara, llevando una bandeja con una taza de té y unas galletas. Se sentó en el borde de la cama y puso una mano reconfortante en el hombro de Clara.

"Querida, no dejes que estas palabras te lastimen. La señora es dura, pero no mereces este trato", dijo Olivia suavemente.

Clara levantó la vista, con las lágrimas aún cayendo. "Sólo quería hacerlo bien. ¿Por qué es tan mala conmigo?"

"A veces la gente es dura sin ningún motivo. Hiciste lo mejor que pudiste y eso es todo lo que importa", respondió Olivia, entregándole la taza de té.

Clara tomó la taza con las manos temblando levemente. "Gracias, Olivia. Eres la única que me entiende".

Olivia sonrió con tristeza. "Siempre estaré aquí para ti, Clara. Nunca lo olvides".

#### Clara comienza a retirarse

Los días siguientes fueron aún más difíciles para Clara. Se sentía cada vez más aislada y sus interacciones con Martha se volvían cada vez más tensas. Hizo todo lo posible para evitar conflictos, pero cada pequeño error fue magnificado y utilizado en su contra.

Una noche, mientras hacía sus deberes en su habitación, Clara escuchó fuertes voces provenientes de la sala. Se acercó discretamente a la puerta para escuchar.

"¡Edward, esta chica es una carga! ¡Solo causa problemas!" Marta se enojó.

"Martha, eres demasiado dura con ella. Clara es una niña, necesita tiempo para adaptarse", respondió Edward con voz tranquila pero firme.

"¡Ya ha tenido suficiente tiempo! ¡Necesita aprender a comportarse correctamente o irse!"

Clara dio un paso atrás, con el corazón a punto de hundirse. Se sentía cada vez más perdida y desesperada. Aunque Edward parecía más comprensivo, no estuvo lo suficientemente presente como para contrarrestar la dañina influencia de Martha. Clara sabía que tenía que encontrar una manera de sobrevivir en esta casa, pero se sentía cada vez más sola y vulnerable.

Un día, mientras caminaba por el jardín para escapar del ambiente opresivo de la casa, Clara encontró un rinconcito tranquilo debajo de un árbol. Se sentó en la hierba, abrazó las rodillas contra el pecho y dejó que las lágrimas fluyeran libremente.

"¿Por qué es tan dificil?" murmuró para sí misma. "¿Por qué no puedo simplemente ser amado y aceptado?"

Olivia, que la había seguido discretamente, se acercó y se sentó a su lado. "Clara, eres una chica increíble. No dejes que la crueldad de los demás defina tu valor".

Clara asintió, tratando de encontrar consuelo en las palabras de Olivia. "Gracias, Olivia. No sé qué haría sin ti".

"Eres más fuerte de lo que piensas, querida. Sigue luchando y un día encontrarás el lugar que te corresponde".

Las palabras de Olivia resonaron en el corazón de Clara, dándole un rayo de esperanza a pesar de la oscuridad que la rodeaba. Sabía que el camino sería largo y difícil, pero con el apoyo de Olivia y su propia determinación, estaba lista para enfrentar los desafíos que le esperaban.

#### Un intento de fuga

Un día, después de otro enfrentamiento con Marta, Clara se sintió abrumada por el deseo de huir. No sabía adónde iría, pero sabía que ya no podría soportar el abuso y la humillación diarios.

Esperó hasta la noche, cuando la casa estaba en silencio, para hacer la maleta. Sólo se llevó lo imprescindible: algo de ropa, un poco de comida y el poco dinero que había logrado ahorrar. Antes de salir de su habitación, le escribió una nota a Olivia, explicándole que tenía que irse y agradeciéndole todo su apoyo.

Clara salió silenciosamente de la casa, sus pasos amortiguados por la oscuridad. El jardín, habitualmente un lugar reconfortante, ahora parecía lleno de peligro y misterio. Cruzó la puerta y comenzó a caminar, con los pensamientos dando vueltas en su cabeza.

"Ya no puedo quedarme aquí. Tengo que encontrar un lugar seguro", pensó.

Pero mientras caminaba, la realidad de su situación la golpeó. No tenía adónde ir ni nadie a quien recurrir. El mundo exterior era grande y aterrador, y ella era sólo una niña de diez años.

Después de caminar lo que le pareció una eternidad, Clara se sentó en un banco de un parque desierto. Sintió que las lágrimas volvían a brotar y las dejó fluir libremente.

"Que hago ?" se preguntó en voz alta. "No puedo sobrevivir solo".

Mientras lloraba, una figura familiar apareció a su lado. Olivia, sin aliento pero decidida, se sentó junto a Clara y la abrazó.

"Pequeña, no necesitas huir. Estoy aquí para ti", susurró Olivia.

"Pero ya no puedo soportar esto, Olivia. Martha es demasiado cruel", sollozó Clara.

"Lo sé, querida. Pero ir sola no es la respuesta. Encontraremos una manera de mejorar tu vida, juntos".

Clara asintió, agradecida por la tranquilizadora presencia de Olivia. Regresaron juntos a la casa de los Hudson y Clara se comprometió a seguir luchando, por ella y por quienes creían en ella.

#### Un rayo de esperanza

A pesar de las dificultades, Clara encontró un rayo de esperanza en sus estudios. Le encantaba aprender y sumergirse en sus libros, encontrando un respiro temporal en las historias y el conocimiento que contenían. Su rendimiento académico fue excelente, lo que llamó la atención de sus profesores.

Un día después de la escuela, su maestra, la señora Martin, lo detuvo en el pasillo.

"Clara, me gustaría hablar contigo un momento", dijo la señora Martin con una amable sonrisa.

Clara, un poco nerviosa, asintió. "Si señora."

"Tus resultados son excelentes Clara. Veo que estás trabajando muy duro.

¿Hay algo de lo que te gustaría hablar? ¿Algo que te agobia?

Clara vaciló, sin estar segura de poder confiar sus problemas a la señora Martin. Pero la expresión sincera de su maestra la convenció de hablar.

"Señora, es difícil en casa. Mi madre adoptiva... no es amable conmigo. Hago lo mejor que puedo, pero nada parece ser suficiente", confesó Clara, con los ojos brillando con lágrimas no derramadas.

La señora Martin puso una mano reconfortante en el hombro de Clara. "Lamento escuchar eso, Clara. Por favor, debes saber que no estás sola. Si necesitas hablar o necesitas ayuda, estoy aquí para ayudarte".

Las palabras de la señora Martin reconfortaron el corazón de Clara. Por primera vez en mucho tiempo, sintió que había adultos, además de Olivia, que realmente se preocupaban por ella. Esto le dio nuevas fuerzas para afrontar los desafíos venideros.

#### Un enfrentamiento inevitable

Esa noche, mientras ayudaba a Olivia a preparar la cena, Martha entró en la cocina luciendo furiosa.

"Clara, escuché que estabas hablando de nuestros asuntos familiares en la escuela. ¡No tienes derecho a lavar nuestra ropa sucia en público!" -gritó Marta-.

Clara se quedó helada, con el corazón acelerado. "Yo... yo no hice eso, señora. Sólo estaba hablando con mi maestra".

"¡Eres un mentiroso, además de un inútil!" Marta gritó. "¡Te arrepentirás de haber abierto la boca!"

Olivia intervino rápidamente, colocándose entre Clara y Martha. "Señora, por favor cálmese. Clara no ha hecho nada malo".

"¡No te metas en esto, Olivia! ¡Es un asunto de familia!" Marta replicó.

Clara, temblando, se refugió detrás de Olivia, agradecida por la protección de la sirvienta. Pero sabía que esta confrontación sólo empeoraría las cosas. Tenía que encontrar una manera de afrontar esta delicada situación sin enojar más a Martha.

#### Una decisión valiente

Clara se dio cuenta de que tenía que luchar por sí misma, pero de forma inteligente. Decidió centrarse aún más en sus estudios, con la esperanza de que sus éxitos académicos pudieran abrirle las puertas a una vida mejor. Se sumergió en sus libros y pasó largas horas en la biblioteca después de la escuela.

Un día, mientras hojeaba un libro sobre las grandes mujeres de la historia, Emily se acercó a ella.

"Hola, Clara. ¿Estás bien?" Emily preguntó con una cálida sonrisa.

Clara asintió. "Sí, estoy bien. Sólo estoy tratando de concentrarme en mis estudios".

"Tienes mucho talento, ¿sabes? Un día harás grandes cosas", dijo Emily con convicción.

"Gracias, Emily. Tus palabras significan mucho para mí", respondió Clara, conmovida por el apoyo de su amiga.

#### Un punto de inflexión inesperado

Pasaron las semanas y, a pesar de las dificultades, Clara siguió perseverando. Una tarde, al regresar de la escuela, encontró una carta en su cama. Lo abrió con aprensión y reconoció inmediatamente la letra de la señora Martin.

"Querida Clara,

Le escribo para felicitarlo por sus excelentes resultados académicos. Su arduo trabajo y determinación no pasan desapercibidos. Como tu profesor, estoy muy orgulloso de ti. Sepa que tiene un potencial enorme y estoy convencido de que puede lograr grandes cosas.

Si alguna vez necesitas apoyo o ayuda, no dudes en venir a verme. Usted no está solo.

Con mis mejores deseos,

Señora Martín.

Clara sintió que una oleada de emoción la invadía. Las palabras de la Sra. Martin fueron un soplo de aire fresco en un mundo a menudo asfixiante. Sabía que tenía que seguir luchando, no sólo por ella misma, sino también por quienes creían en ella.

#### Un futuro incierto pero esperanzador

Clara colocó cuidadosamente la carta de la señora Martin en su cuaderno, decidida a conservarla como fuente de inspiración. Sabía que el camino sería largo y plagado de obstáculos, pero estaba preparada para afrontar los desafíos que le esperaban.

Con Olivia a su lado y el apoyo de personas como Emily y la señora Martin, Clara encontró la fuerza para continuar. Prometió convertir su dolor en fortaleza y demostrarles a todos, incluida ella misma, que era capaz de superar los obstáculos y crear la vida que merecía.

Los difíciles comienzos de Clara con los Hudson estuvieron marcados por el dolor y la humillación, pero también por momentos de consuelo y apoyo inesperado. Cada día era una batalla, pero Clara, con su resiliencia y espíritu indomable, se preparó para escribir su propia historia, una historia de coraje, determinación y esperanza.

            
            

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