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La vida de Clara, aunque difícil, parecía seguir una cierta rutina predecible. Los días fueron pasando y ella encontró consuelo en la lectura y los estudios. Sin embargo, todo cambió repentinamente el día en que Olivia, la figura materna en la que Clara siempre había encontrado apoyo, enfermó gravemente.
#### La primera señal
Era una mañana como cualquier otra cuando Clara notó que Olivia no estaba en la cocina preparando el desayuno. Preocupada, se dirigió hacia la habitación de Olivia. Al abrir la puerta, descubrió a Olivia acostada en la cama, con el rostro pálido y los ojos cerrados.
"¿Olivia? ¿Estás bien?" Preguntó Clara, con la voz temblando de preocupación.
Olivia abrió lentamente los ojos y sonrió débilmente. "Oh, Clara. No me siento muy bien esta mañana. Tengo fiebre alta".
Clara se acercó tocando la frente de Olivia con la palma de su mano. "Estás ardiendo. Voy a buscar ayuda".
Corrió a la cocina para llamar a Martha, la madre adoptiva, cuya frialdad nunca había disminuido. Martha estaba leyendo el periódico con una taza de café en la mano.
"Martha, Olivia está enferma. Tiene fiebre muy alta. Creo que debemos llamar a un médico", anunció Clara con urgencia.
Martha apenas levantó la vista del periódico y su expresión gélida no cambió. "Bueno, ¿qué quieres que haga? Ya tenemos nuestras propias preocupaciones. No puedo darme el lujo de desembolsar dinero para una criada enferma".
Clara sintió un gran peso en el pecho. "Pero Olivia siempre ha estado ahí para mí. Merece atención".
Martha suspiró y dejó el periódico. "Si está enferma, es su problema. Encuentre una manera de solucionarlo".
La frialdad de Martha dejó a Clara angustiada. Sabía que el apoyo financiero para la atención médica de Olivia no era una opción. Decidida a no dejar a Olivia sin ayuda, Clara decidió tomar el asunto en sus propias manos.
#### la enfermedad de Olivia
Durante los días siguientes, el estado de Olivia se deterioró rápidamente. Tenía escalofríos constantes, sudores fríos y la fiebre no bajaba a pesar de los esfuerzos de Clara por tratarla con remedios caseros. Clara iba todos los días al mercado a comprar medicamentos sin receta, pero no era suficiente.
Una mañana, mientras se dirigía al mercado, Clara se cruzó con la señora Anderson, una amable vecina. La señora Anderson, al ver la preocupación en el rostro de Clara, se detuvo.
"Clara, pareces molesta. ¿Está todo bien?" Preguntó la señora Anderson, con los ojos llenos de compasión.
Clara explicó rápidamente la situación, con lágrimas en los ojos. "Olivia está muy enferma. Martha se niega a pagar las facturas médicas y yo no sé qué hacer. Ella necesita un médico, pero yo no puedo pagarlo".
La señora Anderson frunció el ceño y sacudió la cabeza con empatía. "Es terrible. Hay una clínica gratuita en la ciudad donde la gente puede obtener ayuda. Tal vez puedas contactarlos".
"Gracias, señora Anderson. Lo intentaré", respondió Clara, con una ligera esperanza regresando a su interior.
Clara corrió a la clínica gratuita con la esperanza de que pudieran ofrecerle ayuda. Al llegar, explicó la situación a los médicos, mostrándoles los síntomas de Olivia y la gravedad de su enfermedad.
El doctor Smith, un hombre de unos cuarenta años y barba gris, examinó atentamente a Olivia y escuchó las explicaciones de Clara. "Parece que su amiga sufre una infección grave. Necesitamos hospitalizarla de inmediato para realizar pruebas y recibir tratamiento".
Clara sintió que un gran peso se le quitaba de los hombros. "Gracias, doctor Smith. Haré lo que sea necesario para asegurar que Olivia reciba la atención que necesita".
#### La negativa de Marta
Cuando Clara llegó a casa para empacar las cosas de Olivia y llevarla al hospital, encontró a Martha en la sala, charlando con los invitados.
"Martha, voy a llevar a Olivia al hospital. Dijeron que necesita atención urgente", anunció Clara, tratando de mantener el tono tranquilo a pesar de su ansiedad.
Martha volvió la cabeza lentamente, con una expresión de desprecio en su rostro. "¿Realmente debería preocuparme por esto? Es un gasto que no estoy dispuesto a asumir. Debes tener cuidado de no avergonzarte demasiado con esto".
"Pero ella necesita ayuda. ¿Cómo puedes ser tan insensible?" Preguntó Clara, con la voz quebrada por la frustración.
Marta se encogió de hombros. "Tú te encargas del resto. No voy a gastar dinero en alguien que no me importa".
La firme negativa de Martha hirió a Clara, pero sabía que tenía que seguir adelante por el bienestar de Olivia. Hizo las maletas y acompañó a Olivia al hospital, preocupándose únicamente por su estado.
#### Los primeros pasos hacia la supervivencia
En el hospital, los médicos comenzaron inmediatamente las pruebas y tratamientos necesarios para estabilizar a Olivia. Clara permaneció a su lado tanto como fue posible, asegurándose de que estuviera cómoda y recibiera la mejor atención posible. Trajo comida, ropa limpia y se aseguró de que todo estuviera en orden.
Pasaron los días y, aunque el estado de Olivia se estabilizó, el proceso de curación fue lento y arduo. Clara iba al hospital todos los días para ayudar a Olivia a recuperarse y encontraba consuelo en los momentos que compartían juntas.
Para hacer frente a las necesidades económicas de la situación, Clara empezó a buscar trabajo. Encontró trabajo como camarera en una cafetería local, donde trabajó muchas horas para ganar dinero y pagar las facturas médicas y los gastos de manutención.
Los días eran agotadores, pero Clara estaba decidida a no rendirse. Sabía que cada centavo que ganaba era esencial para el bienestar de Olivia. A pesar de las dificultades, estaba dispuesta a hacer lo que fuera necesario para asegurar su supervivencia.
#### Miradas indiferentes
En casa, los Hudson siguieron ignorando la situación. Martha y Emily parecían indiferentes a las dificultades de Clara. Las comidas se dejaban solas y se descuidaba la limpieza. La casa se había convertido en un lugar frío y deshumanizado, en marcado contraste con la atmósfera cálida que alguna vez había traído Olivia.
Clara no encontró respiro en casa. Cada día era una lucha para equilibrar sus responsabilidades laborales con el cuidado de Olivia. A pesar de los obstáculos, ella persistió en su compromiso de brindar atención a Olivia y mejorar su condición.
El apoyo de la Sra. Anderson y los pocos amigos que había hecho en la escuela ofrecieron un rayo de esperanza en estos tiempos oscuros. Las visitas y palabras de aliento de estas personas le dieron fuerzas para seguir luchando.
#### Determinación ante los desafíos
A pesar de las crecientes dificultades, Clara no se rindió. Encontró consuelo en las pequeñas victorias diarias: los momentos en los que Olivia sonreía, los días en los que se sentía un poco mejor y el aliento de las personas que la rodeaban.
El proceso de curación fue lento, pero Olivia poco a poco empezó a recuperar fuerzas. Los médicos se mostraron optimistas sobre su rehabilitación, aunque el camino sigue siendo largo y plagado de obstáculos.
Cada noche, Clara regresaba a casa agotada pero satisfecha, encontrando una apariencia de paz en la satisfacción de haber hecho lo mejor que podía. Olivia, aunque todavía debilitada, estaba agradecida por el amor y la devoción que Clara le mostró.
Los primeros obstáculos en la vida de Clara fueron los más duros que jamás había enfrentado. La enfermedad de Olivia, la indiferencia de los Hudson y las dificultades financieras crearon un torbellino de desafíos. Sin embargo, a pesar de todo esto, Clara encontró fuerza en su amor por Olivia y en su determinación de velar por su bienestar. Los días eran largos y las noches cortas, pero sabía que cada sacrificio valía la pena. A través de las pruebas, Clara descubrió una resiliencia interior que nunca imaginó y una esperanza renovada de un futuro mejor.