Frederick Becker
img img Frederick Becker img Capítulo 3 Nuevo proyecto
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Capítulo 6 No me recuerda. img
Capítulo 7 Cine en casa. img
Capítulo 8 Casualidad inesperada. img
Capítulo 9 Un hasta luego. img
Capítulo 10 Conclusiones precipitadas. img
Capítulo 11 Placer y deseo. img
Capítulo 12 Una propuesta. img
Capítulo 13 Mi perdición. img
Capítulo 14 Reconocimiento. img
Capítulo 15 Un antes y un después. img
Capítulo 16 Mi mujer. img
Capítulo 17 Tentación y pecado. img
Capítulo 18 Un nuevo día. img
Capítulo 19 Una seria conversación. img
Capítulo 20 Angustia. img
Capítulo 21 Desconcertado. img
Capítulo 22 Más que una coincidencia. img
Capítulo 23 Por favor no me sueltes. img
Capítulo 24 Todo va a estar bien. img
Capítulo 25 Alguien en quien confiar. img
Capítulo 26 Nadar contra la corriente. img
Capítulo 27 Las palabras tienen poder. img
Capítulo 28 Desesperación. img
Capítulo 29 Tenemos las pruebas. img
Capítulo 30 Destino. img
Capítulo 31 Llegada a Nueva York. img
Capítulo 32 Investigación. img
Capítulo 33 Cara a cara. img
Capítulo 34 No lo entenderias. img
Capítulo 35 Una feliz noche. img
Capítulo 36 La Tormenta. img
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Capítulo 3 Nuevo proyecto

En la actualidad...

-Enzo recuerda la junta que tenemos a las dos de la tarde -hablo con mi hijo por celular-. Por favor sé puntual, no olvides que esta reunión es muy importante.

-Tranquilo papá, faltan como tres horas para eso -responde al otro lado de la línea-. Además, ya tengo listos todos los documentos, relájate viejo que te puede dar un soponcio. Recuerda que tienes dos hermosas hijas que criar y no me puedo hacer cargo yo solo.

-Lo sé hijo, lo sé -asiento con un movimiento de cabeza, aunque él no me pueda ver-. Parece mentira que ya tienen cuatro años, el tiempo se va muy rápido y me estoy volviendo viejo. A este paso voy a parecer el abuelo.

Conversamos por un corto tiempo recordando esos años y me llena de satisfacción poder disfrutar de cada uno de ellos. Antes de colgar la llamada nuevamente le recuerdo que debe llegar temprano. Sé que estará pensando que soy un viejo achacoso y a su vez fastidioso, pero no tiene de otra.

Reviso los correos que me envió mi amigo de estados unidos, necesito verificar si todo se encuentra bien, estamos trabajando en conjunto con un gran proyecto. Afortunadamente, todo ha salido bien y eso lo agradezco en gran parte a mi hijo y a Yara. Hemos trabajado hombro a hombro para que la compañía salga adelante.

La mañana pasó tan rápido que no tuve tiempo siquiera de tomar un café, si no hubiera sido por la llamada que me ha hecho mi secretaria, aún estaría inmerso entre papeles. Apago la laptop y dejo los documentos para ir a almorzar, en realidad necesito nutrientes, de lo contrario me puede dar algo durante la reunión que tengo en menos de hora y media.

Salgo de la compañía y me dirijo al restaurante más cercano, no es uno de mis preferidos, pero también sirven una buena comida.

Al entrar me recibe una hermosa chica, sé que le llamo mucho la atención porque cada vez que vengo a este lugar no hace más que sonreír con una picardía que la caracteriza.

-Bienvenido, señor Becker. -esboza una gran sonrisa.

-Muchas gracias Sarah. -respondo ofreciendo una leve sonrisa.

Le agradezco y la sigo para que me indique la mesa en la cual voy a comer, esta vez no es la acostumbrada, puesto que el restaurante está abarrotado, tal vez tengan la mayor parte del espacio reservado.

Me entrega la carta y hago mi pedido enseguida sin perder más tiempo, puesto que tengo los minutos contados para comer y regresar a la compañía.

Al cabo de unos 10 minutos me traen la comida. Comienzo a degustar con gran ansiedad. De repente siento una pesadez en el cuerpo, me siento observado y disimuladamente levanto mi rostro para evaluar el sitio. Justo a tres mesas veo una mujer muy hermosa, no puedo confirmar que sea ella la que me observa porque tiene puestos unos lentes oscuros.

Cuando creo que nada puede suceder, ella levanta su copa a modo de brindis y yo hago lo mismo, pero con un vaso de agua. Últimamente, no consumo alcohol por cuestión de salud, necesito mantenerme sano para seguir criando a mis dos princesas. Esto solo lo hago en ocasiones especiales.

Cuando termino de comer le hago señas al mesero para que traiga la cuenta, veo la hora en mi reloj y me quedan justo 10 minutos para llegar a la reunión. Apenas me traen la cuenta decido pagar en efectivo para no demorar pagando con la tarjeta.

Salgo apresurado del restaurante rumbo a la compañía y al llegar me encuentro con la gran sorpresa de que en la recepción se encuentran mis dos más grandes tesoros.

-Papá, vinimos a visitarte. -ambas hablan al unísono corriendo en mi dirección donde las recibo con los brazos abiertos.

-¿Qué hacen aquí? -pregunto aún sorprendido porque no es costumbre que ellas vengan y menos siendo en horario escolar.

-Le pedimos a la abuela Sol que nos trajera. -responde Danna, quien es la más conversadora, en cambio, Dara es más reservada.

Las cargo a ambas y veo que por el pasillo vienen mi madre junto a Yara, ambas al verme se miran con complicidad y creo que este par de mujeres se traen algo entre manos.

-Al parecer ya te han encontrado. -dice mi madre con una amplia sonrisa-. Me exigieron que las trajera para verte, sabes que son igual de testarudas que tú y como soy una abuela consentidora no me pude negar -se encoge de hombros para restarle importancia al asunto.

-¿Y por qué no fueron a la escuela? -pregunto con seriedad para que me den una explicación.

-La profesora no fue y tampoco teníamos un suplente papi. -responde Dara mientras entrelaza sus dedos.

-Ok, entonces se van con la abuela a casa, ya que este no es lugar para ustedes.

Las estrecho en un fuerte abrazo y me las como a besos. Luego que se despiden de su madre las acompaño hasta el estacionamiento. Una vez que las siento en sus sillas, procedo a abrochar los cinturones para que estén seguras. Nuevamente, les doy un beso a cada una y les prometo llevarles algo cuando llegue a casa.

-Mamá trata de no consentirlas en todo lo que te pidan por favor. -le digo mientras abro la puerta del piloto para que entre.

-Sabes que mis nietos son mi mundo entero. -dice con seriedad-, no me puedes prohibir consentirlos.

Sube a su auto y se coloca el cinturón de seguridad arrancando para que no siga diciendo nada. Cuando desaparecen de mi campo de visión, entro nuevamente a la compañía para asistir a la reunión que tenemos planificada para dentro de unos minutos.

«Mejor dicho ya voy con 5 minutos de retardo»

Cuando entro a la sala de juntas todos se encuentran presentes, el único que hacía falta era yo para dar inicio. Saludo a todos y tomó asiento en la silla que me representa como la cabeza de la organización, sé que mi empresa se encuentra formada por una sociedad, pero yo soy el accionista mayoritario de la misma.

«La visita de mis hijas fue muy sorprendente, pero me hizo muy feliz haberlas visto más temprano que de costumbre y hasta puedo asegurar que mis energías se han renovado»

Yara ya ha hecho entrega de las carpetas que contienen la información sobre el nuevo proyecto. Se da comienzo a la reunión en donde ella es quien se encarga de explicar cada uno de los puntos. La forma en que domina el tema la hace ser una mujer empoderada y segura de sí misma. No me arrepiento de haber tenido esas dos hermosas princesas con ella.

Muy en el fondo de mi corazón aún la sigo amando con locura desmedida, pero ella siempre fue para mí un amor prohibido. Fui yo quien tomó la decisión de dejarla en brazos de mi hijo y no me arrepiento porque él se merecía más que nadie ser feliz con la mujer de quien siempre estuvo enamorado.

Cuando llega mi turno de explicar la parte química lo hago con gran seguridad, este es un proyecto que vamos a trabajar de la mano con un grupo de médicos en los Estados Unidos. Sé que lo más seguro es que tenga que hacer un viaje que va a durar poco más de un mes y de solo pensar en separarme de mis princesas, siento que el corazón se me destroza.

Cuando la reunión finaliza, todos los presentes quedan satisfechos. Para celebrar la aprobación del proyecto los invitamos a un restaurante a cenar y será Enzo se va a encargar de toda la parte legal el día de mañana.

Yara es quien se hace cargo de hacer la reservación para las 7:00 de la noche para el día siguiente. Todo con la finalidad de celebrar el cierre de este gran contrato.

Yara y Enzo son los primeros en retirarse porque tienen que pasar por Ethan, que se encuentra en sus clases de Francés. Este pequeñín es otro que a pesar de que ya cuenta con 7 años es muy avispado y diría que es muy maduro para su edad. Siempre tiene un tema de conversación y pregunta de todo ante cualquier duda que tiene.

Mientras me encargo de sacar los pendientes para no tener tanto trabajo para el día siguiente. Las horas pasan y cuando termino dejo todo listo junto a las indicaciones que le doy a mi secretaria. Me despido de ella y quedamos en vernos mañana a primera hora.

De camino a casa estaciono el auto en el súper para comprarles un helado a mis tres tesoros, nunca llego a casa con las manos vacías y si se da el caso tengo que prometer que el día siguiente los recompensaré el doble.

Yara me ha reprochado eso infinidades de veces y en donde me doy cuenta de las palabras que dice mi madre.

«Somos unos alcahuetes y consentidores de primera»

Cancelo en caja y subo al auto para no perder más tiempo y llegar a comer un poco de helado con mis pequeños terremotos.

            
            

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