Valentino giró sorprendido ante la pregunta de Paulo.
- ¿Qué?
- ¿Te gusta Jayden? - Repitió
- No, yo no soy gay, Paulo.
- No fue eso lo que pregunté.
- ¿Qué te hace pensar que me gusta?
- La manera en la que lo miras.
- No.
- ¿Sabes? Yo antes de que esto pasara no sabía vivir mi vida, te lo juro, pensaba mucho las cosas, me preocupaba más por los demás que por cómo me sentía yo, y ahora simplemente quiero vivir la vida al límite y hacer todo lo que siempre quise.
Valentino bajó la mirada.
- No puede gustarme, eso me traería miles de problemas.
- Más problemas te podría traer que vivas infeliz por siempre.
- ¿Se me nota mucho que no soy feliz?
- La verdad, sí- Respondió Paulo con seguridad- Nunca sonríes, sé que estamos pasando por algo difícil, que no sabemos cuándo vendrán por nosotros, que estamos en serios problemas. Pero si te amargas todo será peor, te estresarás más fácil y el tiempo se te hará eterno.
- Va a sonar loco, pero me siento mejor aquí, me siento tranquilo, no tengo paparazis detrás de mí, no tengo acceso a las redes sociales en donde recibo todo tipo de críticas, nadie me está diciendo qué debo hacer, cómo lo debo hacer, qué me debo poner, cómo me debo peinar, con quién puedo salir o no, me siento libre.
- No tan libre si te estás negando lo que sientes, esta es tu oportunidad, y tú también le gustas a él.
- No, yo no le gusto.
- ¿Seguro? ¿Por lo menos te has detenido a observar cómo te mira? ¿Has visto que te trata diferente que a nosotros?
- Eso no es cierto.
- Pon un poco más de atención, Valentino, se nos va la vida y no hemos hecho nada.
- ¿Tú... tú eres feliz?
- Siempre consideré que lo era, porque tengo a mi familia, tengo a los chicos de la escuela, me dedico a lo que me gusta, siempre tenía conquistas no serias, cosas de un día o de un fin de semana, tengo a mis amigos. Y ahora que conocí a Oliver me di cuenta de lo que me faltaba, él me hace feliz, sabe hacer que me olvide de en dónde estoy y de qué situación es por la que estamos pasando. Me hace reír, me trata como si lleváramos juntos mil años, me hacía falta esto, Valentino, el amor.
- ¿Cómo sabes que estás enamorado? Llevamos una semana aquí.
- Lo sé porque ahora mi futuro lo veo con él.
- Él vive en Los Ángeles y tú en Doncaster.
- Existen las mudanzas, Valentino.
- ¿Lo han hablado?
Paulo soltó una risa ante el interrogatorio de Valentino.
- Ya hablamos hasta de dónde y cómo nos vamos a casar.
- Eso es apresurado.
- ¿Y?
- Puede que al volver él se olvide de ti, él es famoso, Paulo. Mucho.
- ¿Y? Estamos aquí, Valentino, y quiero vivir el ahora.
- ¿No te preocupa el futuro?
- Estuve a punto de morir, vi pasar mi vida frente a mis ojos y me di cuenta de que siempre estaba pensando en mi futuro y nunca en el presente.
- ¿Y qué es lo que tratas de decirme? ¿Qué yo le diga a Jayden que me gusta?
- ¿Te gusta?
- Nunca he estado con un hombre.
- ¿Y te da miedo?
- Sí.
- ¿Por qué?
- No lo sé.
- No es algo malo, Valentino, es una relación como cualquier otra.
- Lo sé, pero deben existir diferencias.
- Si te das la oportunidad de vivirlo puedes descubrir esas diferencias y si te gusta o no. Nada pierdes con probar.
- No quiero hacerle daño.
- Háblalo con él.
- ¿Cómo es tu relación con Oliver?
A Valentino le parecía adorable la manera en la que los ojos de Paulo se iluminaban y como sonreía cuando le nombraban a Oliver.
- En cuanto al sexo, no tengo idea, no hemos estado juntos así aún, tengo una pierna herida que me está estorbando.
Valentino rió.
- Y en cuanto a la relación en general, creo que es muy compartido, a veces es Oliver quien pone la cabeza sobre mi abdomen para que yo le haga cariñitos, a veces soy yo el que quiere cariñitos de él. Tenemos buena comunicación y nos gustamos, por supuesto, hay deseo y hay cariño.
- Se ven muy bien juntos.
- Gracias.
- Y espero en unos días ver en las redes sociales que Oliver confirma que tiene una relación con Paulo Gallaguer.
- ¿Él de verdad es muy, muy famoso?
- Me sorprende que no hayas escuchado de él antes.
- No soy de ver televisión o usar redes sociales.
- Debe ser eso, pero sí, Pau, Es muy famoso, de los famosos que tienen fans, que tienen mil entrevistas y que viajan casi todos los días.
Paulo frunció los labios.
- No, no quiero hacerte sentir inseguro o algo así, Oliver tiene tantos fans porque es una persona muy sencilla, ¿Sabes? Es tan dedicado con sus fans, tan adorable en las entrevistas, ama tanto a su familia. No digo que te vaya a dejar a un lado, porque se ve que te quiere y mucho.
- Yo también lo quiero.
Algunos minutos después los chicos que se encontraban en el agua salen de ella para acercarse a Paulo y a Valentino.
- ¿Ya? ¿Se cansaron?
- El agua está fría.
Oliver se agachó y unió sus labios con los de Paulo.
- ¿Y vienes a buscar calor?
- Tal vez.
Oliver se sentó al lado de Paulo, Valentino trataba de mirar para todas partes excepto a Jayden y su bendito cuerpo mojado.
- Hay que revisar tu herida, Paulo- Dijo Jayden sentándose al lado de Valentino.
- No, eso duele.
- Está sanando bien, eso es bueno.
- Sí, ya no duele tanto, tengo buenas distracciones.
Paulo miró a Oliver y este rió.
- Lo imagino- Dijo Jayden riendo.
- ¿Y Uriel? - Preguntó Theo.
Valentino y Paulo señalaron hacia la roca en donde habían estado antes Jayden y Valentino, Theo caminó hacia allí, Uriel estaba sentado mirando con atención el atardecer.
- Hola- Dijo Theo.
- Hola Theo.
- ¿Por qué tan solo?
Theo se sentó al lado de Uriel y puso la cabeza en su hombro.
- Pensando.
- ¿En?
Uriel pasó el brazo por la cintura de Theo.
- En todo, ¿Te divertiste?
- Mhm, ¿Estás bien? - Preguntó Theo preocupado.
Uriel miró a Theo y le sonrió.
- Sí.
- ¿Seguro?
Uriel puso la mano en la mejilla de Theo y unió sus labios para que ya no preguntara más, se besaron por largos minutos sintiendo la fría brisa moviendo sus cabellos, el rubio mantenía sus manos agarrando la camisa de su chico.
- Te amo- habló Uriel.
- Te amo- Respondió Theo.
--
- Oliver- Habló Paulo- ¿Vamos a... a sentarnos más cerca del mar?
Paulo abrió sus ojos como diciéndole a Oliver: "Di que sí y no preguntes"
- Claro.
Oliver ayudó a que Paulo se pusiera de pie, caminaron más cerca de las olas que alcanzaban el suelo, se sentaron, el rizado atrás de Paulo, con sus piernas a los lados del cuerpo del castaño y sus manos rodeando su cintura hasta su abdomen.
- ¿Alguna razón por la que estemos aquí? - Preguntó Oliver.
- Valentino necesita más momentos a solas con Jayden.
- ¿Por?
- Se gustan, pero ambos temen decírselo.
- Sabía que no eran alucinaciones mías.
--
- ¿Estás aburrido? - Preguntó Jayden.
- No.
- ¿De qué hablaban Paulo y tú?
- De su relación con Oliver.
- ¿Por qué tienes tus ojitos tristes?
Valentino bajó la mirada.
- No es cierto- Respondió Valentino.
- Claro que sí.
Jayden puso su mano en la barbilla de Valentino subiéndole el rostro.
- ¿Pasó algo malo?
- ¿Además de lo obvio?
- Uriel y tú son los que peor lo han llevado, estamos vivos, Valentino, y eso es mucho.
- Yo sé.
- ¿Entonces? ¿No me vas a dejar ver tu sonrisa otra vez?
Valentino se sonrojó y sonrió.
- ¿Ves? Mucho mejor.
Ambos no se movieron de su lugar, Jayden estaba sentado al lado de Valentino y frente a él, tan malditamente cerca que bastaban unos pocos centímetros para hacer lo que tanto querían ambos. Besarse.
- ¿Qué harías si te beso ahora? - Preguntó Jayden.
La respiración de Valentino se agitó, su corazón se puso a mil por hora, su boca se secó. ¿Qué haría si Jayden lo besa? No lo sabía.
- No tengo idea.
- ¿Quieres que te bese?
- No lo sé.
- Yo sí quiero besarte.
- ¿Por qué?
- ¿Por qué quieres encontrarle un por qué a todo?
- Estoy comprometido, Jayden.
- Pero no enamorado, y desde que no lo estés, está todo perfecto. Además, no estás casado aún.
- Pero me voy a casar.
- ¿Seguro? Porque creo que este accidente cambió tu vida, como la de todos nosotros, nos ha hecho entender muchas cosas y ver el mundo desde otra perspectiva.
- Eso no significa que sea lo correcto.
- ¿Y qué es lo correcto según tú?
- Ya ni siquiera lo sé.
- Entonces déjate llevar.
¿Qué haría Valentino?
¿Dejarse llevar?
¿O alejarse y no dejar que esa historia entre ellos avance más?
- Por favor no te vayas a alejar- Dijo Jayden.
- Jayden, esto no está bien.
- Pero lo quieres y yo también, déjame que te muestre de lo que te estás perdiendo.
Jayden se había acercado ya demasiado, tanto que el auto control de Valentino ya estaba llegando a Rusia o algo así, y lo único que deseaba con todo su ser era que Jayden lo besara, que le demostrara qué tan bueno era, quería dejarse llevar, por primera vez en mucho tiempo hacer algo que él quería sin preocuparse por nada ni por nadie, solo por disfrutarlo.
Jayden puso su mano en la nuca de Valentino y rozó sus labios, miró sus ojos y acarició su mejilla con el pulgar.
- ¿Lo quieres? - Preguntó Jayden.
- Lo quiero.
Jayden unió sus labios con los de Valentino, lo besó siempre pensando en que ese tenía que ser el mejor beso que ha dado en toda su vida, era la primera vez que el pelinegro se besaba con un hombre y tenía que hacer que le gustara, que no se arrepintiera, tenía que hacer que este lo disfrutara y quedara pidiendo más.
Abrió su boca y lo besó tratando de ser cuidadoso por si Valentino se arrepentía, pero no fue así, el pelinegro correspondió al beso y Jayden pudo dejarse llevar más, se dedicó a probar aquellos exquisitos labios, las manos del morocho fueron a dar a las piernas desnudas del castaño, ambos cogieron más confianza, Valentino le permitió el paso a la lengua de Jayden y el beso se intensificó. El pelinegro gimió cuando sintió la mano de Jayden agarrar su cabello, al ambiente daba todo para que el beso fuera perfecto, las olas del mar se escuchaban chocando con el suelo, la brisa movía sus cabellos que comenzaban a crecer de más y necesitaban un corte con urgencia, Jayden estaba dominando y Valentino se estaba dejando llevar, que el castaño hiciera con él lo que le viniera en gana.
Pocas veces, por no decir que nunca, se había sentido tan caliente, tan excitado con un solo beso, con el primer beso.
- Jayden.
- Mm.
- Para, o de verdad, ya no podré detenerme.
- No quiero que te detengas.
- Es demasiado rápido.
Jayden se alejó un poco y asintió.
- Tienes razón, lo siento.
- No, no me pidas perdón, de verdad me gustó, me encantó, mucho, más de lo que me gustaría admitir.
Jayden sonrió.
- Pero para algo más, quisiera esperar.
- Por supuesto, claro que sí- Respondió Jayden.
Valentino sonrió.
- Gracias por entender.
- Te voy a esperar lo que tú quieras, con ese beso te espero mil vidas.