Katherine
Dos meses más tarde
El transcurso de las semanas había sido al comienzo algo realmente lento y tedioso. Me sentía fatal por la abrupta ruptura que tuve con Jayden y su boda con Mónica. Cosa que solamente había empeorado mi situación emocional, y no solo por el hecho de que me abandonara, sino que con ello hizo que la prensa fuese una verdadera pesadilla para mi familia y para mí, una vez más. No sólo tenían el tema de nuestra ruptura y el accidente, sino que se tomaban la libertad de hacer suposiciones descabelladas, sobre las razones por las que su boda se llevó a cabo con tanta rapidez. Eso y mi presencia en el lugar en el que se celebraba la boda, tan solo estaba dando de comer a todos esos lobos hambrientos por cazar una noticia jugosa.
Sin embargo me alegraba poder decir que el tiempo finalmente había pasado y poco a poco me encontraba un poco más fuerte. Lo que me lleva hasta el día de hoy y al lugar en el que me encuentro. En mi despacho, en una reunión muy interesante con mi gran amigo y abogado de la empresa, Brian.
-¿Estás seguro de que con esta inversión ayudará a resolver nuestro mayor problema?
Brian me mira con un gesto obvio que me hace reír un poco antes de contestar. Cosa que aligera un poco el ambiente y agradezco de verdad. A pesar de mi aspecto calmado, tanta tensión me estaba matando. Sin embargo, si esta jugada sale como esperamos, nos podríamos deshacer de un pesado lastre que nos impide avanzar.
-Confía en mí Kate. Con esta inversión podremos volver a trabajar con total libertad...
-Sabes que siempre confío en ti Bry... Por favor, llama a Black para que esté presente en la reunión. Al fin y al cabo es parte de su labor... -le digo con intención.
-Por supuesto, enseguida le llamo -dice Brian con una pequeña sonrisa en su bello rostro, mientras toma su móvil del bolsillo de su americana y marca el teléfono de Julio Black.
Lo pone en manos libres y lo coloca sobre la mesa, entre nosotros. En cuanto lo hace, escucho como el primer pitido resuena desde el pequeño aparato, y llena toda la estancia. Rápidamente desplazo toda mi atención al gesto de Brian, el cual permanece neutro mientras observa con atención su móvil, justo cuando suena el segundo pitido. Un tercero se escucha y de pronto la ronca voz de Black, tocada por la edad y el tabaco, se escucha fuerte y clara por el móvil de Brian.
-¿Si Brian? ¿Qué quieres? -Es lo primero que suelta Black con un gran desdén, irritandome en el proceso. Nadie habla así a alguien que trabaje para mi familia o para mí, y menos si se trata de mi amigo.
Sin embargo Brian no le da oportunidad para poder regodearse con esa chulería que Black destila por los poros, ya que lo descoloca con tan solo cinco palabras.
-Al despacho de Katherine. ¡Ahora!
-Brian... ehh... estoy... -es lo último que escucho decir al hombre, con gran nerviosismo debo añadir, antes de que mi amigo termine la llamada cortando lo que sea que fuese a decir.
-Todo saldrá bien -repite Brian por tercera vez desde que entramos al despacho para tratar este tema, extendiendo una mano hasta el centro de la mesa. A diferencia de esas otras veces, en esta ocasión me decanto por confiar ciegamente en Brian como siempre he hecho, y no preguntar más sobre el tema. Si algo he aprendido en todos nuestros años de amistad es que en mi increíble amigo se puede confiar, es alguien que jamás me va a fallar.
-Lo sé Bry... -le digo tomando la mano que me ofrece y entrelazo nuestros dedos, mientras me dedica una sonrisa completa.
Unos toques en la puerta interrumpen nuestro momento y sé, que es hora de comenzar nuestra pequeña reunión con el traidor de Black.
-Pasa -. Le indico a la vez que abro la carpeta por la página que más nos interesa, antes de que la puerta finalmente se abra.
Por ella aparece la figura del hombre en cuestión, embutido en un perfecto traje de Armani de color negro. El cuál se nota a leguas que está hecho a medida, ya que se le ajusta perfectamente al cuerpo. Supongo que el sobresueldo que se gana por traicionar la confianza de mis padres, le ayuda a poder concederse esos caprichos tan costosos.
-Katherine. Brian -dice a modo de saludo antes de cerrar la puerta tras su espalda y colocarse al lado de Brian. Quien permanece quieto, sentado en su asiento sin dedicarle siquiera una mirada al hombre que acaba de entrar.
No es un secreto para nadie en toda la compañía que, ninguno de los dos soporta al otro, pero sin duda el tiempo me ha demostrado que Brian es quien tenía la razón.
-Siéntate Black -digo con calma.
Me doy cuenta de la manera disimulada, por llamarlo de alguna manera, en la que Black se aclara la garganta y da un leve movimiento con la cabeza, antes de tomar asiento junto a Brian.
Su mirada nerviosa oscila entre mi amigo y yo, cuando pasado un momento ninguno de nosotros da señal de querer comenzar a hablar.
-¿Por qué me habéis llamado? -Pregunta finalmente.
Deslizo el archivo hasta Black y este lo toma entre sus manos sin perder más tiempo y lo lee en silencio. Mientras lo hace, sus labios forman una gran o, justo antes de mirarme sorprendido.
-¿Esto es verdad? -pregunta Julio revisando el archivo que le he pasado y doy un asentimiento con la cabeza.
-Dentro de dos semanas la empresa que muestra el documento en el encabezado, realizará una fusión con una empresa británica de seguridad. Aún están en negociaciones, de modo que si invertimos antes que ellos, la fusión será nuestra -le expone Brian sentado a su lado.
-¿Vamos a invertir ahí?
-Por eso te hemos llamado. Necesitamos los archivos de las últimas inversiones de este nivel, ya que en unos días nos pondremos en contacto con ellos.
El hombre asiente y necesito que me mire a los ojos para saber a qué atenerme. Lo que haga a partir de ahora Julio, significará la diferencia entre si recibe una denuncia por parte de la empresa o no.
-Julio... -lo llamo y me mira sin dudar, directamente a la cara como si no hubiese roto un plato en su vida -. Esto no puede salir de aquí. Han habido demasiadas filtraciones sospechosas a nuestro alrededor, y debemos extremar las precauciones-. Le digo tragandome la bilis que me sube por la garganta, al no poderle decir en su cara que sé que él es el topo.
-Puedes confiar en mí Katherine... ¡Lo sabes! Te he visto crecer... -suelta el descarado con un brillo en los ojos que, a cualquiera que no hubiese visto las pruebas que descubrieron hace un tiempo Will y Brian, le hubiese costado poner en duda.
-Lo sé... Pero nunca se sabe en quién se puede confiar realmente Julio.
-Eso es verdad cielo. Ahora hay que andar con mil ojos -. Sus palabras suenan tan sarcásticas cuando termina de hablar, que aún me cuesta pensar que no tema ser descubierto. Eso me enfurece aún más ¿Tan fáciles de engañar nos cree? Pues se equivoca de lleno y pienso demostrárselo.
-Ya te puedes retirar.
-Muy bien querida Katherine -dice con una calma renovada y tomando entre sus ávidas manos, el dosier de la nueva inversión para después ponerse en pie -. Que tengáis un buen día.
Sin más que decir, veo como Black sale del despacho y lanzo una mirada a Brian, quien rápidamente entiende lo que le quiero decir. Si esto funciona me quitaré al menos dos problemas de un solo golpe.
***
Unas horas después...
Llego a mi despacho feliz, cortando la llamada que tanto esperaba del registro de sociedades, y en el me espera Ellie sentada en mi silla, mirando muy concentrada algo que tiene entre sus manos.
-Veo que te has puesto cómoda -suelto nada más cerrar la puerta tras de mí, tan suavemente que incluso le hago sobresaltarse, ya que no me había visto entrar.
Desde que me contó lo del baboso de su antiguo jefe y se convenció de ponerle una denuncia, habíamos hablado sobre su nuevo contrato en D'Luca, pero hasta el día de hoy no había podido incorporarse a su puesto de trabajo.
-Hola cariño, perdona pero he visto estos papeles que tenías acumulados, y ya que me has dado esta maravillosa oportunidad no quiero que pienses que no la aprovecho solo por ser tu amiga.
Su gesto es tan sincero que me hace acercarme a ella sin dudar y entrelazar nuestras manos.
-Jamás pensaría eso de ti Ellie. Te conozco, conozco tu trabajo y sé que lo harás genial -la animo ya que comprendo lo infravalorada que se sentirá por culpa de ese cerdo que era su jefe.
-Gracias Katy de verdad...
-¡Oh! ¡vamos! Sabes que puedes contar conmigo cada vez que lo necesites -, digo dándole el abrazo que me pide en silencio -tanto tú como las chicas, al igual que sé que os tengo, si necesito algo. Ahora pongámonos en marcha, tenemos una rata que echar de la empresa.
Dicho esto salgo de mi despacho seguida por una más que confundida Ellie, ya que ni Hudson, ni Bryan, ni yo habíamos tenido oportunidad de hablar de nuestro plan con las chicas. Nada más llegar a la zona donde se encuentra el ascensor, mi teléfono comienza a sonar, sin embargo, no lo atiendo. En lugar de hacer eso, en cuanto me monto al ascensor seguida de mi amiga, presiono el botón del interfono que comunica mi ascensor privado con la recepción del edificio.
-¡Katherine! ¡maldita seas! - me sorprendo al escuchar eso a través del interfono en cuanto presiono el pequeño botón negro.
-Katia ¿Qué está pasando ahí?
-Katherine... El señor Black ha entrado colérico al edificio. Pide verte, pero se encuentra tan exaltado que he llamado a seguridad, y está liándola en el hall... -explica la cariñosa mujer con voz nerviosa.
-Tranquila Katia, has hecho bien llamando a seguridad. Enseguida bajo, dile a Black que me espere.
Una vez que suelto el botón del interfono, doy media vuelta para mirar a Ellie, quién se encuentra a mi lado, muy quieta y con ambas manos sobre sus labios, en un intento por contener su asombro.
-¿Qué vamos a hacer ahora? -me pregunta antes de que se abran finalmente las puertas del ascensor. Algo a lo que sonrío satisfecha.
-Tranquila, lo tengo todo controlado... -contesto antes de salir, dispuesta a confrontar a Black.
Camino por el amplio pasillo que me lleva hasta la recepción, mientras no dejo de escuchar los gritos irrespetuosos de Black, quien exige una y otra vez hablar conmigo. Si bien no había actuado como hubiese preferido en un caso como este, y despedir de manera irrevocable a Black, espero que con todo esto pongamos a ese problema un punto final. Al menos por ahora, ya que estoy segura de que quién maneja sus hilos no lo dejará correr...
-Estoy aquí Black y por tu bien, será mejor que bajes ahora mismo ese tono que estás utilizando. No permito que se grite a mis empleados y menos si se trata de un traidor como tú.
Dicho esto, veo como Black se gira hacia mí, dando dos pasos más para hacer incapie en sus palabras. Su gesto contraído por el odio y la frustración. Algo que veo fácilmente y que no pienso dejar que me asuste.
-¿A qué demonios estás jugando? La comisión del registro de sociedades, se ha puesto en contacto conmigo y la maldita inversión "sin riesgos" que me pediste que hiciera era desde el principio un maldito agujero. He perdido millones en esa inversión de riesgo... Me has arruinado -. Suelta con mucha rabia y rapidez, como si las palabras le quemaran en la boca.
Por el rabillo del ojo veo como el equipo de seguridad rápidamente se acerca hacia nosotros, sin embargo con un pequeño movimiento de mi mano les pido que esperen.
-¡Oh! Me parece que te equivocas Julio... El registro se ha puesto en contacto conmigo hace unos minutos, y me han informado de que ningún movimiento se ha generado desde nuestra cuenta -. Una pequeña sonrisa se escapa de mis labios, al pensar en la cara del que sea quien lo domina, cuando se entere de la cantidad de millones que ha perdido en unas acciones que no sirven para nada-. Al parecer alguien se nos ha adelantado, pero tranquilo... La buena noticia es que no hemos perdido nada -le digo con toda la intención y consigo sacarle los colores de la furia apenas retenida.
-Eres una maldita -Black da dos pasos más hasta que llega a mí y me toma con fuerza del brazo -y te aseguro que te vas a arrepentir de esto que me has hecho...
-No te equivoques conmigo Black -le digo sin dejarlo terminar con su amenaza-por que no soy un persona que se deje atemorizar por amenazas vacías.
En ese momento hago un pequeño movimiento con mi cabeza y un instante después, dos hombres del equipo de seguridad, se acercan a Julio y lo obligan a que me suelte, para acompañarlo a la puerta aún soltando estupideces.
-No sabes con quién te metes. No soy yo del que deberás temer... Y cuando estén aquí, ya va a ser muy tarde para ti y tú familia...
Algo en lo que dice hace que se me remueva algo por dentro, lo suficiente para ir hasta él y enfrentarlo una vez más, antes de echarlo como debería haber hecho en cuanto descubrimos lo que hacía con la empresa.
-Diles a tus nuevos jefes que lo siento mucho pero que las acciones que acaban de adquirir no valen nada en el mercado.
Veo como un hombre del equipo de seguridad hace un ademán con su mano hacia Black, indicándole el camino fuera de la empresa, justo antes de dar por acabado ésta bochornosa situación y dar media vuelta para volver a mí despacho junto a Ellie, quién me espera estática a unos pocos pasos.
-Katherine... ¡Maldita cría mal agradecida! A mí no te atrevas a darme la espalda...
¿Qué hará black?
Votad y comentad mis queridos Meyers!! Me haréis realmente feliz.