Katherine
Escucho unos pasos acelerados muy cerca de mí y un golpe que me obliga a dar media vuelta y devolver mi atención a un Black que se encuentra reducido por más de cinco hombres de mi equipo de seguridad.
Sé que no debería hacer esto. No es bueno hacer pedazos o reírse de alguien cuando se ha caído, por más que esta hiena se lo merezca. Como dice mi padre, cuando un hombre se encuentra acorralado puede ser muy peligroso. Sin embargo, algo dentro de mí, tal vez debido a los años y confianza que le ha dado mi familia al completo y que han sido tirados por el suelo sin ninguna contemplación, me pide que lo haga.
De modo que me pongo en cuclillas en el suelo y lo miro a los ojos por la que espero sea la última vez.
-Uh ¡Qué mal Black! Te creía un mejor perdedor.
-Mal...di...ta... -trata de decir apesar del fuerte agarre que mantienen mis hombres sobre él.
-Recuérdame exactamente por qué, según tú, ¿es por lo que te debo dar las gracias?
Una palabra mal sonante es lo que recibo por respuesta.
-Acabas de llamarme mal agradecida... -pronuncio sus palabras lentamente y si no fuese tan delicado este asunto, me estaría riendo ahora mismo en su cara -. Dime por qué... ¿Qué es lo que debo agradecerte? ¿Que hayas traicionado a mi familia? ¿Que nos hayas vendido al mejor postor? O ¿que nos hayas subestimado de tal manera que, incluso llegaste a pensar que no íbamos a darnos cuenta de la irregularidad de tus informes? -Enumero cada una de ellas, alzando uno de mis dedos -. ¿Sabes? No pienso dedicarte más tiempo, no lo mereces. Lo que mereces es pudrirte en prisión.
Tras ponerme nuevamente de pie, le pido a los chicos que se lo lleven y se aseguren de que no vuelva a pisar nuestra propiedad. Los chicos cumplen con mi orden y una vez que veo que todo está en orden, me giro hacia las chicas y veo que Katia se encuentra bastante nerviosa mientras sostiene las manos de una Ellie que ha ido a su lado en un intento por calmarla.
-Todo está bien Katia. Tranquila... -intento calmarla sin embargo me veo interrumpida en cuanto la mujer me ve llegar hasta ella y rodea mi cuerpo con ambos brazos.
-Mi niña... He temido que ese hombre te hiciese algo... ¿Cómo ha llegado Julio a hacer algo así? ¡Aún no me lo explico...! -se lamenta agitada, más para ella misma que para mí. Lo entiendo, para todos va a ser un duro golpe enterarse de todo el tema de Black, pero él mismo se ha buscado el destino que le tocará enfrentar por su traición.
-Tranquila Katia, lo entenderás todo, pero será en otro momento. ¿Cómo váis con la preparación de Juliet? -Le pregunto al recordar a la chica nueva que contrató recursos humanos para ayudar a Katia hasta su jubilación.
-Bien, la niña es diligente en su trabajo y se ha ganado la confianza y el cariño de todo el departamento.
-¡Me alegra oír eso! Y ¿cómo es contigo? Mira que si no te gusta... -Le digo en un intento por que la mujer se ría y olvide este mal momento con Black, ya que sus manos, las cuales sostienen las mías con bastante fuerza, aún tiemblan un poco.
-¡Ay mi niña! -dice con una pequeña sonrisa que ilumina sus ojos marrones -. Te agradezco eso, pero ya estoy bien. Así que vuelvo a mi tarea.
-¿Pero qué dices Katia? Por hoy tu trabajo ha terminado. Ve a casa a descansar...
-¡Gracias mi niña! -me corta divertida y me alegra ver que se le ha pasado un poco el sofoco-. Pero no hay tiempo qué perder. Ya estoy vieja y este cuerpo no aguanta los tacones como antes. Tengo que preparar bien a la niña para que haga su labor una vez que yo no esté aquí.
-Ya habrá tiempo para hacer eso mañana. Le diré a uno de los chicos de seguridad que te acerque a tu casa. Tenemos que cuidar a nuestros mejores empleados Katia -le digo acercándome a ella para susurrarle lo siguiente-y sin duda tú eres la mejor -le digo acompañada por un enorme beso en la mejilla -y ¡Es una orden!
Sus mejillas se enrojecen levemente a la vez que su gesto suave se llena de regocijo por mis palabras. No debería avergonzarse por recibir un halago, ya que a mí parecer, cualquier halago se le queda corto. Katia ha estado casi desde el inicio de la empresa a nuestro lado. Mi abuelo la contrató con apenas dieciséis años de becaria, y poco a poco fue subiendo de cargo debido a su tenacidad y trabajo bien realizado. Es una mujer extraordinaria y leal, alguien que desde pequeña recuerdo estar apoyándonos, algo por lo que estoy demasiado agradecida con ella. Katia es familia, punto.
-De acuerdo mi niña. Dame un momento para que recoja mis cosas.
-¡Perfecto! -Una pequeña sonrisa se desliza por mis labios al ver que por hoy estará tranquila. Al girarme veo que unos cuantos empleados de la primera planta se han asomado para ver de dónde venía todo el jaleo que ha armado Black-. ¡Chicos! ¡Vamos! Volved al trabajo, no hay nada más que ver aquí -, digo antes de ver como cada uno vuelve a lo que estaba haciendo.
Siento la mirada de Ellie sobre mí, mientras tomo un pequeño aliento, todo esto se ha salido de control, eso está más que claro. Ni Brian, ni Hudson o yo habíamos pensado para nada que Black armaría todo este escándalo. Sin duda ahora tocaba dar explicaciones y preparar al equipo para que sepa cómo actuar.
-Ellie, vamos arriba de nuevo -, le pido a la morena quien da un leve asentimiento, provocando que uno de sus largos mechones azabache salga de su semi recogido-. Lo lamento, pero tu primer día va a ser más ajetreado de lo que esperaba.
¿Qué pasará...?