Capítulo 3 La Belleza del Paraíso

El resort era un paraíso terrenal. Un jardín tropical, con palmeras que se elevaban hacia el cielo y aguas cristalinas que se extendían hasta el horizonte, daba la bienvenida a los huéspedes. Catalina, con su espíritu libre, se maravilló con cada detalle. Defne, en cambio, se sintió incómoda con la exuberancia del lugar.

"¡Defne, mira qué increíble es! ¡Es como estar en un sueño!" exclamó Catalina, con los ojos brillantes.

Defne se limitó a asentir, sin dejar de observar el entorno con una mirada atenta. Su misión era proteger a Catalina, y para eso debía conocer cada rincón del resort, cada detalle que pudiera representar un peligro.

"¿Te gusta?" preguntó Catalina, con un tono dulce.

Defne la miró con una expresión gélida. "Es... un lugar", respondió con un tono impersonal.

Catalina frunció el ceño, un poco decepcionada. "¡Defne, no seas tan seria! ¡Estamos en las Maldivas! ¡Tenemos que disfrutar!"

Defne suspiró, sintiendo un nudo en el estómago. No era de las que disfrutaban de las cosas simples. Su vida era llena de riesgos, de peligros que la obligaban a estar alerta. Sin embargo, algo en la mirada de Catalina la hizo cambiar de opinión.

"Está bien", respondió Defne, con un tono neutral.

Catalina sonrió, con su alegría característica. "¡Genial! ¡Vamos a disfrutar de este paraíso juntas!"

            
            

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