Capítulo 4 Un Secreto Revelado

Catalina, con su inocencia característica, no podía dejar de preguntarle a Defne sobre su vida. Defne, con su carácter reservado, se limitaba a responder con evasivas.

"Defne, ¿tienes novio?" preguntó Catalina, con un tono curioso.

Defne la miró con una expresión gélida. "No tengo tiempo para eso", respondió con un tono impersonal.

Catalina frunció el ceño, un poco decepcionada. "¡Pero... ¿por qué no? ¡El amor es maravilloso!"

Defne suspiró, sintiendo un nudo en el estómago. No era de las que creían en el amor. Su vida era llena de obligaciones, de secretos que la obligaban a mantener la distancia.

"No soy de las que se enamoran", respondió Defne, con un tono seco.

Catalina la miró con una expresión de tristeza. "¡Qué pena! ¡El amor es lo más bonito que existe!"

Defne se sintió incómoda. No quería hablar de su vida, de los secretos que la perseguían.

"No quiero hablar de eso", respondió Defne, con un tono frío.

Catalina la miró con una expresión de preocupación. "Defne, ¿qué te pasa? ¿Estás bien?"

Defne suspiró, sintiendo que la presión se acumulaba en su pecho. No podía seguir ocultando la verdad.

"Catalina, necesito contarte algo", dijo Defne, con un tono grave.

Catalina la miró con una expresión de curiosidad. "¿Qué pasa?"

Defne se tomó un momento para respirar hondo. "Soy un guardia. Tu hermano me contrató para protegerte."

Catalina abrió los ojos con sorpresa. "¿Qué? ¿Por qué?"

Defne suspiró, sintiendo que la verdad se liberaba de su pecho. "Tu familia es muy adinerada. Tiene muchos enemigos."

Catalina se quedó en silencio, procesando la información. No podía creer que su hermano la hubiera puesto en peligro sin decirle nada.

"¿Por qué no me lo dijiste antes?" preguntó Catalina, con un tono de reproche.

Defne la miró con una expresión de tristeza. "No quería asustarte. Quería protegerte."