Me gusta ver cada amanecer, apreciar cada uno con sus miles de colores en el cielo y solo se me antojaba un lugar antes de irme, ¿Porque?, desde luego no pensaba quedarme, había muchas ciudades que me gustaba visitar y sobretodo si era de noche, Y no me marcharía hasta ir a mi lugar favorito.
Despertar "Era más bien", ¿Como?, "Cuando ves el final de un túnel y cuando llegas a la luz, esta te ciega por momento, cuando recuperas la vista te sientes más despierto", todos mis sentidos estaban agudizados, lo escuchaba todo con mucho eco y voces por doquier, además de las voces de mis hermanos, me senté tallandome los ojos con las yemas de los dedos, me sobe la sien para relajarme. ¿Qué fue lo que pasó anoche?, otra vez este estado de confusión y secades en mi garganta. Me fui directo al espejo del baño, todo rastro de cansancio por la falta de sueño, desapareció, las pequeñas formas oscuras debajo de mis párpados desaparecieron, ¿No sé cómo, pude dormir tan bien?, sentía que algo había diferente, para mi mayor satisfacción no había nada en mi mente, nada que me perturbara como otras mañanas al despertar, sabía que había soñado algo, pero como era todo el tiempo no recordaba, en los últimos meses las pesadillas habían estado muy presentes, pero las recordaba muy confusas... Es absurdo. "Quizá los extrañaba más de lo que creía" Me sonreí al espejo "Eso era, extrañaba a mis hermanos más de lo que realmente creía", cepille mis dientes con rapidez, camine hasta que me senté en el borde de la cama, había roto la barrera de concentración, primero me ocupe de apagar las voces, me concentre en las más lejanas, unos cazadores estaban a un par de millas de tras de un ciervo.
"Quieto... así... con cuidado...hu, hu,... Mira donde pisas no querrás espantarlos". Pensaba un cazador, voltea a ver a su amigo que le hace una señal con un dedo para rodearlo... este otro también piensa algo más "Vamos... dispárale ya... o lo haré yo... anda que esperas..." este hombre era impaciente, apague sus pensamientos, me distraen, ahora me concentré en el exterior... eso fue fácil. No requería mucho esfuerzo... "Me pregunto si ya habrá despertado – pensaba Keila – Después de anoche... parece que durmió bien... iré a verla...No, no... debo esperar a que sola se despierte" – Como siempre se preocupa por todo, apague su voz y por último todo lo demás regreso a la normalidad... "Fue sencillo" me felicité.
Regularmente usábamos un alfiler para inhibere (inhibir) nuestras habilidades gracias a la acupuntura, así que me dediqué a perfeccionar el arte estando en Washington. Toqué de bajo de mi oreja y no estaba la punta del alfiler.
"¿Que cojones, cuando me la quite?"
Busqué en mi maleta de viaje y saqué el estuche, al principio poner el alfiler era doloroso, pero conforme me acostumbre a llevarlo, se había convertido en un pequeño pellizco. Después de ponerme el alfiler me vestí con unos levi's de licra y una blusa negra con tres rasgada por todo mi vientre, con mangas que me llegaban a los codos, ceñida a mi cintura donde dejaba ver algo de piel. "Es mi favorita. Me hace ver sexi" para salir me puse unos zapatos de piso color negro. Quería estar presentable, Israel estaba aquí.
"¿Espera? ¿ Qué?"... "¿Desde cuándo me importa lo que Israel piense de mi?".
El desayuno estaba servido en la mesa, hot-cakes, leche tibia, jugo y una ensalada de fruta.
– ¿Y todo esto? – sorprendida me senté a la mesa sirviéndo un vaso de jugo de naranja.
– ¡No hagas eso! – me reí por el sonido de su corazón, suspiró dejando de sostener su pecho – Pensé que debería celebrar tu regreso, así que fui al pueblo y traje cosas.
– ¡Fuiste al pueblo sin mí! – me sentí indignada – Me hubieras levantando – reclame.
– Estás loca... dormiste estupendamente... ahora desayuna.
– es-tu-pen-da-mente- – la imite burlona y le sonreí.– Por cierto dejarás de preocuparte ... Un día de estos te dará un ataque.
– Bueno sí que estás de buen humor.
– ¿Debería estar de otro modo?... quizá deba masacrar a alguien – ella se puso nerviosa.
– Estoy bromeando – le dije, para que cambiara su expresión, tomé mi tenedor – Eso hacemos las personas, bromeamos.
– ¡Hey! espera tu hermano y a Israel. Y deja de hablar como ellos.
– Pero si están afuera pensando cómo matarse mutuamente... y ya tengo hambre.
– ¿Como sabes que están discutiendo? – pregunto extrañada, ella sabía de mi habilidad con las agujas. Otra vez esos gestos.
– Puedo escucharlos... ¿Acaso tu no? – dije rodando los ojos.
– No hagas esos gestos y deja de comer – me regaño.
– De hecho... fue lo que me despertó. ¿Pero a ti qué te pasa? A de mas es tu culpa, me quitaste mi alfiler.
– ¿Como que, puedes escucharlos?... estas... – hizo una seña sobre su oído, como si no comprendiera lo que le estaba diciendo.
– ¿Te sientes bien Keila? – Entonces se puso tensa y rígida de hombros.
– ¿Si por... porque preguntas?.
– No lo se... ¿Estas más nerviosa de lo normal, quien intentó matarte? – torció su boca – Vale ... Me levanté y todo estaba muy ruidoso.
– Escuchabas las voces otra vez en tu mente – me pregunto con suma preocupación de que yo hubiera escuchado algo que no quisiera que me enterara.
– No te asustes, ya está todo normal... sabes que jamás te haría nada parecido.
– No es eso... no quiero que te inquietes con mi pasado. Eso es todo.
– Lose... sabes que no les leería la mente a ninguno de ustedes... eso sería muy irrespetuoso de mi parte – añadí con sarcasmo y una risita.
– Ha, pero con los humanos es diferente. – se burló con las palabras que tanto me gustaba oírle decir.
– Hey... con ellos no te metas – le seguí el juego, en eso Mitkel e Israel se lavan la manos entrando por la puerta trasera, queda por el cuarto de lavado y la alacena, hasta el comedor, se sacuden los pies y entran colgando los manteles sucios en el perchero.
– Ya era hora... estoy muriendo de hambre – les dije en cuanto entraron.
– Hot-cakes – también se asombró Mitkel.
– Es un día especial – le contestó ella. alzando la cabeza orgullosa.
Keila se sentó a mi derecha, Mitkel frente a ella e Israel frente a mi... se vieron unos a otros en un incómodo silencio. Mitkel inicia la oración aunque Israel no participa, ¿Me pregunto porque?, tendrá algo encontra del creador, sin darme cuenta lo estaba estudiando y el me miro mientras acomodaba una servilleta en su regazo, me ruborice apartando la mirada, él se limitó a esperar a que Mitkel se calle.
– Padre todo poderoso bendice nuestro alimentos y te damos gracias por permitirnos despertar un dia mas – Israel resoplo despacio – Así mismo guía a nuestro amigo Israel por el buen camino.
– Amen – dijimos los tres al unísono.
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– Buen provecho – Keila Suspiro de nuevo. ¿A qué vendrá tanto suspiro?
El desayuno fue silenciosamente rápido. Los observaba comer, preguntándome porque se sentía tensión en el ambiente. Estaban ajenos a mi escrutinio, ni siquiera se dedicaron una mirada. al terminar sentí una extraña, estática... era como un calambre molesto, cuando se te duerme una parte de un músculo de una pierna... yo lo sentía en el brazo izquierdo y me sobe.
– ¿Estas bien? – pregunto Keila... notando cómo retorcía mi mano y como siempre se preocupada.
– Es un calambre... no es nada – el calambre paso, keila volteo a ver a Israel... quien estaba en silencio sin mirarme. Le mire también.
– ¿Y bien cuando decidiste mudarte con nosotros? – me dedico una mirada complice reprimiendo una sonrisa...Mitkel y keila me vieron con la boca abierta.
– Unas semana antes que tu... Estuve un tiempo New york – me respondió con una sonrisa muy hermosa, y estuve apunto de sonreírle de no haber hecho el último comentario a modo de provocación.
–¿keila ya te llevó a sus caminatas?.
– Siquiera he tenido tiempo – intervino ella.
– Ha, no... ¿Y porque no?.
– ¿Que?
– Soy yo o algo sucede... no sé qué les pasa. Pero definitivamente están raros – los señale con el dedo a ambos – ¿Otra mala noche quizá?. Ya se, ¿Pelearon?
– No – respondió keila muy rápido.
– Tal vez – Mitkel contestó sin mirarme. clavé mi mirada en la ventana, mientras ella recogía los platos... empecé a mecerme en la silla.
– Con su permiso – se disculpó Israel y se retiró por la puerta trasera.
– Voy a ir, con albert... le voy a entregar la lista de provisiones para el almacén – añadió Mitkel levantándose de la mesa.
Albert es un campesino del pueblo de maryland aquí en Idaho, así fue bautizado desde hace unos 50 años en honor a los soldados caídos en la segunda guerra mundial, sus familias han creado un fondo turístico para el museo que tiene el pequeño pueblo y aunque no es la verdadera maryland sus hijos murieron ahí... el pueblo antes se llamaba el tecolote por una tribu que abandonó el lugar durante la segunda guerra, desde aquí pelearon su parte salvando vidas de los naziz.
– ¡Esperen! – me acordé de algo importante... pero hice una pausa dramática... keila se que tomo aire y lo contuvo, Mitkel espero en silencio, mirándome con precaución, ambos par de ojos me miraban,¿Pero que mirada me lanzaban?, como si fuera a confesar un asesinato o ellos hubieran cometido uno – ¿Que día es hoy? – añadí con una gran sonrisa. Keila volteo los ojos y se golpeó la frente con la palma de su mano, conteniendo una sonrisa.
– Hoy es martes.– respondió Mitkel, ahora fui yo la que se quedó sin aire.
– ¿¡Cuanto me dejaron dormir!? – grite incrédula.
– Como tres días – keila me lo dijo como si nada importara más.
– ¿Eso importa?... Necesitabas descansar y no digas que no lo disfrutaste... no hiciste nada de ruido, y no te atrevas a refutar – Mitkel me regaño antes de que keila dijera más.
– Pero ahora entiendo porque me siento tan loca...– añadí con un puchero Cruzánda de brazos.
– Tu siempre estás loca – Mitkel se acercó a mí, me beso la frente, le mire con caras de pocos amigos.
– Déjala en paz y ya vete – también se acercó a ella y solo la abrazo, sus manos se rozaron con cariño. disimule no ver nada desviando la mirada ... ella lo noto.
– ¿Que? – dijo a la defensiva.
– No nada – disimule no haber visto jugando con el borde del mantel.
–¡Oh vamos, escúpelo ya!
– ¿Como vas con él? – me incline hacia adelante esperando recibir el chisme como si ella no fuera una nefilim como yo, si no una humana.
– No deberías hacer eso... Mitkel se molestara, y nose a que te refieres – contestó a la defensiva... mientras secaba y aguarda los platos.
– Por favor keila... me vas a decir que no pasa nada entre ustedes.
– Niña... eso no va a pasar... nunca... Mitkel y yo somos... eso no es de tu incumbencia.
– Claro y han vivido juntos desde hace tanto tiempo... añadiendo que ustedes han cuidado de mi desde que me encontraron.
– Basta... no voy de hablar de esto... ahora no...– me contestó incomoda.
– entonces ¿Qué quieres hacer?
– Tu dime... eres de buenas ideando.
Mire por la ventana e Israel, se acostó en mi hamaca. Ahí se me ocurrió una idea, me levanté terminando el vaso de jugo y después de lavar mi boca con demasiada rapidez me dirigí hacia la puerta trasera.
– ¿A dónde vas? – me preguntó con una mirada de sospecha.
– A cumplir con tu capricho, recuerdas.
– Ah, si... que te diviertas – Su expresión fue de preocupación, pero fueron sus mismas palabras las que me alentaron a intentar un acercamiento con él, esto fue su idea. Israel estaba acostado en mi hamaca, camine directo a él.
– ¿Cómodo? – cruce los brazos sobre mi pecho.
– Hey – me saluda con una sonrisa divertida – ¿Quieres acompañarme?
– Muévete – le exigí dejándome caer a su lado, para acomodarme bajo su brazo, lo acomodo atrás de mi cabeza, con una media sonrisa y lo dejo de almohada para mi, tanto una pierna mía como la de él se columpiaban fuera de la hamaca para darnos impulso, en cuestión de segundos nos mesíamos mutuamente... el no dijo nada, dejando que el silencio fuera lo único entre nosotros, pero él no noto que el calor de su cuerpo comenzó a despertar una sensación diferente, algo que no hubiera imaginado sentir con nadie más salvo aquel humano. Me giré hacia él encontrándome con su mirada y nuestras narices se rozaban.
– Primero el cuarto de mi hermana, ahora mi hamaca – tome aire para continuar y apartar un poco la cabeza – ¿Hay algo de lo que no quiera adueñarse? – le reclame en tono juguetón. Vale, Eso fue raro, va a creer que enloqueci.
– Solo dos cosas – me contestó muy serio, sin sonreír, solo me miraba dejándome atrapada en el color líquido de sus ojos.
– ¿Siempre eres tan tonto?... y no sales casi... ¿Cómo es que mi hermana no te ha seducido con sus caminatas o Mitkel con sus claves de cazeria?¬ estaba enloqueciendo, quería preguntarle muchas cosas.
– ¿Tonto yo?. Me ofende señorita.
– Si ¿Y porque tienes el cuarto de mi hermana?
– El cuarto de Keila tiene una bonita vista... Ya sabes me gustan la puertas abiertas – me podria multicolor porque se refería a mi recamara.
No parecía incómodo, parecía más bien relajado, apartó la mirada viendo hacia la copa de los árboles, deseaba que girara su rostro hacia ami y poder contemplar el color de sus ojos, sumergirme en ellos.... "¿Espera, que?"
– ¿Has visto un amanecer? – pregunte con énfasis burlón no mas me faltaba cruzar los dedos para esperar mi respuesta favorita, Me olvide de mis absurdos pensamientos y me giré a ver el alba gris.
– He visto muchos – me respondió con suma delicadeza.
– ¿Realmente has visto un amanecer?, ¿Estás seguro?... No te noto muy seguro – juguetee de nuevo con el rozandolo con mi hombro. Me miró de reojo porque yo hice lo mismo.
– ¿Quieres que diga que no? – se giró repentinamente hacia mí dejándome bajo su cuerpo al quitar el brazo y con el rostro demasiado cerca del mío. Me quedé paralizada un instante por su cercanía, no fue como hace un momento, su semblante cambió repentinamente. El parecía muy agusto con un costado de su cuerpo sobre el mío y una de sus piernas se entrelazada en medio de las mías, su brazo sostenía su cabeza, inconscientemente mi mano se deslizó por el brazo libre que me arropaba y me sujete como si fuera a desaparecer, no es que no sonriera realmente, es que cuando lo hacía se notaba que se esforzaba mucho. Y estaba descubriendo que conmigo se le daba bien sonreír y era lo que me cautivo desde ese instante en que su sonrisa pícara apareció en sus labios, algo me decia que sabia cosas de mi que yo no y le divertía ser el único que lo sabía. Por unos segundos no pude responder nada, mire sus ojos de color gris y fui incapaz de dejar de mirarlos. Carraspee para poder hablar algo coherente.
– Si... eso quiero... ¿Vamos a ver una puesta de sol? – contuvo una sonrisa. sin soltar mis ojos, no creo que fuera consiente en expresar si le molestaba mi toque o quisiera apartarme de él. Me siguió clavando su mirada hasta ver, cómo sus ojos se deslizaron sobre mi boca y después de nuevo a mis ojos... perpleja me di cuenta que este completo desconocido quería besarme... confundida me pregunté si yo también lo deseaba. Su mano se deslizó debajo de mi barbilla y cerró mi boca con delicadeza y la volvió apartar.
Todo era extraño , nunca me había acercado a Israel tanto que ahora lo tenía casi encima de mi. Se inclinó un poco más hasta que nuestras narices se rozaron , contuve la respiración cuando se inclinó, no sabía identificar mi reacción, pero a él le brillaron los ojos de una manera que llamó mi atención, eran como diamantes, una luz que solo yo podía ver, sentía que esos ojos de gris claro, eran solo míos, me pertenecen.
– ¿Estás invitándome a salir? – su tono de voz cambio a ronco y sensual cuando lo pronuncio, tenía una voz muy seductora. Mordí mi labio esperando que hiciera algo, jamás había estado cerca de un Nefil como el, que no fueran mis hermanos, una extraña corriente recorrió mi brazo en cuanto el acaricio el mío, sus manos dejaron una marca sensible en mi piel, mi corazón explotó como una bomba molotov, cuando su fragancia llegó a mis pulmones, recordando a esa brisa que inhalaba cada mañana del bosque . Era un olor mezclado con almendras, algo que jamás me había gustado, pero en él tenían un efecto agradable. Cambié mi posición apoyándome en un brazo disfrutando de verle casi reir... ¿Yo hice eso?... necesitaba estar más cómoda para poder verle el rostro, el retiro su cuerpo dejándose caer atrás y se cruzó de brazos, clavando sus ojos grises en mi.
– Si... ( suspire) necesito recuperar el espacio que me has robado, primero mis hermanos, su cuarto y ahora mi hamaca... ¿Quien te has creído?¬ le digo en broma y él sonriendo sinceramente, eso me hizo sentir dichosa, mi mano descansaba en su pecho acariciando la tela de su camisa.
– ¿Quieres ir a ver una puesta de sol con nosotras? Di que sí. Por favor – le di una sonrisa pícara... estaba apunto de tomar mi mano, cuando en keila cae encima de nosotros.
– Ya vámonos, el sol está apunto de cruzar las montañas... dejen de meterce mano.
– ¡Keila... quítate ...! – y en eso la hamaca no resistió su peso extra, ya tenía años colgada, tarde o temprano esto pasaría. En cuanto fuera al pueblo me compraría una. Genial. Al romperse caemos de espalda con keila encima, además que nos mojamos.
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Un amanecer en las montañas de idaho, el acantilado de wroos, lejos de casa donde se puede ver todo el lugar desde sus alturas, aún seguía lo bastante oculto para darnos el lujo de usar nuestras habilidades, y tener la mejor vista de nuestras vidas, mientras cambiaba mis ropas por unos levi's y una blusa negra de resaca con unas botas de montaña, pensaba en lo maravilloso que era volver hacer yo misma y olvidarme de los límites y de las restricciones, durante estos tres años fuera de casa me sentía cohibida, y no me molestaba de no poderme mover a una velocidad normal, de no emplear toda mi fuerza, lo que era normal para mi, aun humano lo asustaría y nuestros predecesores nos dejaron mucha herencia, física, genética, etc, etc... los ángeles están destacados, por su fuerza y hermosura... ellos solo tienen unos cuantos dones porque no dependen de ellos para usar todo su poder son limitados por los arcángeles o guardianes como mis hermanos, cosa que no me ha dado por preguntar, ya que no hablan de su pasado y no me gusta discutir con ellos.
Ellos viven atados a las leyes del creador a diferencia de nosotros que tenemos elección, casi nunca tienen el libro albedrío intacto y si quieren servirle y ser de su agrado deben obedecer con fe y amor... nuestra especie puede poseer una diversidad de habilidades, y solo los elementales poseen ilimitados dones como yo, se preguntaran porque no los uso y no es que no pueda, es que no se han desarrollado del todo, una parte de mi mente en aquel dia que no recuerdo, algo me pasó que mis habilidades se quedaron bloqueadas, y no volvieron a crecer o despertarse, estaban dormidas en algún rincón de mi mente y no podía desbloquearlas aun que lo intentara.
Eso significaba una sola pista de mi falta de memoria y mis dones, era que un Arcangel o Guardián nos atacó ese dia y esta era una de las causas porque vivimos escondidos y lejos de los humanos, entre menos supieran de nosotros era más seguro, según Mitkel claro, pero pienso que si hubiera peligro nos habrían encontrado si quisieran, " ¡Por dios! son Arcangeles, Ángeles y Guardianes, tienen cazadores a su mando y la protección del creador" bueno. Visto lo visto. Solo uno de ellos tiene tanta influencia en nosotros como los humanos, solo que el daño es más permanente.
No me importaba mucho, conservaba mi velocidad y fuerza física, podía leer la mente, obtener esencias, y manipular los elementos y el susurro del aire. Asi lo llamo yo, porque ha veces el clima cambiaba conforme mis emociones y de verdad aun no entendía ese don.
El aire es el que controla la brisa, trae las hojas secas, limpia la tierra levantándose con su caricia. No sentía esa conexión, solo con el agua y mis hermanos me prohibían que por mi seguridad no jugará con el fuego. La tierra era diferente, podía moverla flotando delante de mi, solo lograba levantar unos cuantos pedazos enormes, que requería de toda mi concentración para lograrlo. Decirme cosas así de mis habilidades me sacaba de mis casillas, porque no me daban más explicaciones que esa. Así que deje de insistir en el tema por el bien de mi familia.
Nos llaman Nefilim... Gigantes... Hijos de Ángeles... Demonios sin alma o Condenados. Aunque tenemos muchos nombres. Las diferentes generaciones nos han llamado Dioses, Vampiros, Brujos, Licántropos, Genios... etc, etc. Todo a causa de nuestras acciones y nuestro poder sobre la raza humana. Somos todo lo mismo, pero dentro de esas mitologías y leyendas hay solo una verdad. Las mentiras que se han usado para escondernos de la raza que se dedica a matarnos, los llamamos cazadores para ser exactos. Seres sin escrúpulos y sin conciencia, seres sin alma con cuerpos humanos tan hermosos como nosotros o como nuestros padres. Lo que nos diferencia de ellos es que somos seres de luz, tenemos conciencia y conservamos la parte humana que nos heredaron nuestras madres. Los que podemos sobrevivir tenemos que vivir ocultos en la oscuridad, pero e visto que puedes coexistir entre los humanos porque han dejado de ser un peligro y muchos de los nuestros llevan una vida normal, mis hermanos dicen que son un señuelo para que incrédulos como yo caigan en una trampa.
El sol como cada día acaricia nuestras montañas en nuestro hogar, llevándonos a una única experiencia, algo que nadie puede ver, porque solo nuestros ojos están abiertos para experimentar lo que no podemos tocar, nos reunimos alejados de las casas, junto a el espeso bosque una vez más, recordando cada día que alguna vez esto dejará de existir y que debo disfrutar de cada día como si fuera el último. Y qué mejor que vivirlo en compañía de keila y ahora Israel. Ya que hace mucho que la relación entre Mitkel y yo no es la misma.
– Espero que puedas seguirme el paso –
– Yanis. No presumas. – dice mi hermana.
– No puedo creerme que no hayas sido más persistente, a mi prácticamente me arrastraron.– iba a decir algo tonto, pero me retracte, no quería arruinar el momento.
– Debes aprender a decir que No – Israel susurro con tono burlón caminando en mi dirección con sus ojos fijos en mí.
Comencé a caminar adentrándonos en el los bosque, todo era tan verde y lleno de musgo, no hace poco acababa de llover y el cielo se descubre abriéndose paso entre los primeros colores del sol, unos magníficos rosados y lilas sobre el alba... respire profundamente, dejando que mi cuerpo se relajara, dejando atrás las mentiras de mi estado físico, dejando que despierte cada extremidad de mi cuerpo, Keila se colocó a mi flanco derecho, respirando unos segundos después de mi, Israel estaba en relativa calma detrás de nosotras, siguiendo nuestro pasos, haciendo ruidos con sus pies al pisar las hojas y ramas, Keila y yo conocíamos todo el terreno de sobra, sabía a donde ir... mi paso se fue acelerando conforme mi cuerpo respondía a la naturaleza, empecé a dar más zancadas en el suelo, que se hicieron cada vez más firmes y fuertes, poco a poco mi caminar se convirtió en un trote, pasando los árboles con más facilidad, dejándolos atrás, ellos empezaron a seguirme el paso y mientras nuestro hogar, se quedaba atrás empecé a sonreír, a disfrutar la vista, el sonido del viento, de su chocar contra las hojas de los árboles.
El trote se convirtió en una carrera, enfrente de mi estaba la libertad, enfrente de mi estaba mi cielo personal y aunque no pudiera entrar aun podía verlo, hace tantos años que deje de ver el sol, detrás de las montañas en las colinas más altas, esas que nos dejan cerca de las nubes sobre los acantilados, vamos, nos reunimos y podemos ver a nuestros hermanos. Somos parte de toda la magia porque esta existe a causa de nosotros, somos lo que mantiene el equilibrio entre los mundos, somos la causa de que el planeta siga vivo, corremos más veloces, mis pies son firmes.
Israel se une a nosotras en silencio, keila salta intentando volar, pero no la hará, porque sabe que yo no puedo, me seguían a mi paso, "Si es que pueden", me digo a mi misma, corro, corremos juntos cada uno flanqueando mis lados, corremos al alba sin parar, parecerán minutos incluso horas, pero somos más rápidos y llegamos en minutos, los insectos y los pequeños animales huyen de nuestro paso, ellos más que los humanos sienten nuestra presencia, incluso pueden ver a través de nuestro campo de fuerza que es como una segunda capa de piel y descubrir que hay detrás de nuestra alma.
– ¡Ya casi llegamos! – anunció. Se deja ver los acantilados cubiertos por la neblina que dejan ver el inicio de la montaña, solo tenemos que correr en línea recta dejando atrás el bosque, abriéndonos paso en el campo con flores silvestres, la tierra bañada de un dorado por la hierba seca, las cuales nos llevan a los riachuelos de idaho, sus aguas son tan cristalinas y cubiertas por graba, el agua suena bajo mis pies mezclados con mis pisadas y mi nueva compañía, es solo música para mi, el mundo canta para mí, porque él y yo vivimos y nacimos como almas gemelas, yo puedo escuchar a la tierra, está viva, la oigo crujir cuando se mueve bajo mis pies, el agua la ciento en el viento que sopla a mis pulmones, la ciento flotar entre mis dedos mientras el tiempo se detiene y puedo acariciar las gotas con mis dedos, me podría pasar horas haciendo ondas entre mis dedos y jugado con el fulgor de las gotas sobre las hojas después de la lluvia o la brisa sobre el césped. El tiempo no tiene sentido cuando juego Con los elementos, parece que pasan horas, incluso días. Pero Dejó el agua segundos después porque podría perderme en ella. Quizá esta noche me libere.
Escucho chocar las ondas del agua contra las rocas, es un siseo tan quedo que solo nosotros podemos escucharlos, ser un elemental es de lo más genial y no lo digo por presumir, pero solo soy la única que posee y puede utilizar los elementos a su antojo, los ángeles a pesar de que también poseen este don no lo usan por sus leyes.
Ser única en mi especie, haber sido la hija de un ángel que me heredó este don es lo único que me conecta de mis padres biológicos, nunca he intentado buscarlos. No sabré si aún vive, no me arriesgare a separarme mucho tiempo de mis hermanos aun que Mitkel y yo no nos llevemos bien, asu manera se que el me quiere. Y aun que e sentido el impulso de investigar sobre ellos. No deseo poner en peligro a mi familia.
Ser elemental es lo que más me gusta de ser una Nefilim, es porque es un recuerdo único, de que una vez tuve una familia y atravez de mis hermanos ellos me cuidan y estando conectada con elementos, honrar su memoria ya que puedo entrar en contacto con todo lo que quiera, puedo descubrir secretos que ni siquiera los mismos ángeles conocen, puedo llenarme de información y aprender, todo se trata de aprender algo nuevo es así como encontré este lugar. Mi hogar.
Aunque también tiene sus desventajas, como por ejemplo que no importa que tan fuertes seamos, no importa que un no hayamos muertos, moriremos algún día. Podemos vencerlo todo menos la muerte y aunque ese dia tarde en llegar espero poder regresar con mi padre y servirle. Quizá hasta volveria a ver a mis padres y agradecerles por cuidar de mi. Conocería a mi madre humana.
Cuando decidimos abandonar esta vida, llegamos a la madurez y dejamos de tener poder, decidimos dejar esta etapa, porque no es inmortalidad, Es una etapa de nuestra vida y cuando sea el momento dejaremos de existir, cuando hayamos cumplido nuestro propósito, porque siempre tenemos elección, aunque cada una de ellas nos lleve al final, un único final que no cambiará, la inminente extinción de nuestro cuerpo.
Las historias dicen cuando uno de nosotros muere, otro más a de nacer, al cumplir nuestro propósito o tomamos lo que la vida y la tierra nos brinda , entonces uno lo sabe, como una epifanía sabes que ha llegado el momento, estamos listos para ceder nuestro lugar, todo tu cambias, algo nuevo en ti es diferente y quienes te conocen lo notan, a veces los grupos se unen a él, a veces también son parte de tu propósito quienes te rodean.
Estas pláticas tenia y mas con Mitkel frente al sol, recordé que mi hermano hacia esto conmigo, viajamos en silencio, yo tropezaba con cada rama que salía del subsuelo, Mitkel se detenía a esperarme que me pusiera en pie "Lentamente" me alentaba con voz aterciopelada, su voz era gruesa aunque no dejaba de ser autoritaria. Tiene un encanto tan personal que cada mujer cuando lo oían hablar en el pueblo, se quedaban sin aire y suspiraban, no solo ami me gustaba su voz, la de él era única, Mitkel tenía su toque seductor.
Ese era el mismo acantilado al que íbamos antes de que mis dones aparecieran, Mitkel me llevaba a los acantilados a observar el amanecer y las puestas de sol, realmente yo no le recuerdo, pero sé que no me mentiría con algo así... me caí de la soga, ya que escalaba como cualquier humano, cosa Que él odiaba, llevaba unos 15 metros de altura ganados, cuando la cuerda resbaló de mis manos, intentaba hacer un nudo para sostenerme de una roca y pasar al Lado de mi hermano, que se sostenía Con sus manos, mis manos se aferraban torpemente a una rama frágil en un intento de sacarla de mi camino y poner el seguro cuando caí, estrellándo contra una roca mi cabeza.
Quede inconsciente unos tres minutos, pues Mitkel no quiso moverse hasta que diera señales de vida... Si lo hice, entonces me tomó entre sus brazos, ubico una cueva a lo alto del acantilado y de un salto me llevó hasta ella, el sol estaba a punto de acariciar la montaña y a si cuando lo hiso, mi cuerpo sano cómo sanan el de mis hermanos con el poder del sol... eso sí lo recuerdo, la vista más hermosa fue ver mi hermano protegerme, ese día nos hicimos promesas y fue cuando por primera vez los vi.
Al fin llegamos al pie de las montañas nevadas, la colina más alta, mi favorita porque cuando me acerco a la orilla es como si volara, me acerque a la gran roca acariciando la superficie, estaba gélida, las lluvias dejaron sus rastro en ella, era firme como mi hermano Mitkel, por fuera y por dentro llena de sorpresas, keila tomó su lugar a mi derecha, Israel se situó a mi izquierda, sin pensarlo clavé mis dedos y pies en la roca más firme y subí, keila se adelantó a mi e Israel se quedó confuso, pensativo, no entendía porque hacíamos esto, " ¿Vienes guapo o te vas a quedar a echar raíces?" le distrajo de sus pensamientos, cualesquiera que fueran, subió detrás de mí hasta alcanzarme, escalar esta montaña me hacía sentir que volaba, que era más fuerte. Me dejé caer hacia atrás un par de veces haciendo que keila gritase y israel me diera miradas asesinas. Me rei por sus racceciones de terror, esa caída no me mataría, ¿Como podían preocuparse tanto?.
Ahora que la veía de nuevo descubria que también había cambiado con el paso de las tormentas, pero por dentro aun tenía sus tesoros ocultos que no me atrevía a descubrir. Aun.
Fuimos escalando más rápido, como arañas hasta llegar al borde, el sol, avanzaba a su paso aclarando el día, tocando cada parte el planeta, Desapareciendo las sombras de la noche que ha dejado a su paso, al fin llegamos a la orilla del acantilado, estoy justo enfrente, me hice un raspón en la palma que me dejó la piel al descubierto, pero no es nada que el sol no pueda curar... esperamos.
– Ahi – le anunció a Israel.
– ¿Qué es lo que hacemos aquí? –preguntó frustrado.
– Espera y verás... será en dos segundos – le contestó keila viendo el horizonte.
– Abre bien lo ojos – le comente viendo mi vista al sol.
Un amanecer, un nuevo día... algunas vez te has parado tu mismo y ver como justo el sol nos muestra el hogar de nuestros hermanos... ahí entre el cielo y el fuego... en medio de las nubes y los primeros rayos del sol, Se ven las puertas invisibles, hechas de oro, abiertas para nuestros hermanos... ocultas para los ojos de los humanos, que no podamos entrar no significa que no le podamos ver, el sol abre las puertas a nuestros ojos mezcladas con un fulgor de miles de colores mostrando los lugares ocultos con su rayos de fuego.
Esto hace que cada amanecer se marque con su entrada, que deja su rastro de luz solo 10 segundos hasta que el sol se pone justo frente a nosotros.. Puedes ver a nuestros hermanos volar cerca de ella, detrás de su puerta, si ellos quisieran podrían voltear y vernos, pero no lo harían, es una de las leyes escritas por los propios Arcangeles, en una de las siete puertas, 7 libros de oro con los secretos más antiguos, desde antes de nuestra existencia, escritos por los mismos 7 Arcangeles y Generales del cielo y con conocimientos del universo elegido por el creador para cuidar de estos objetos tan valiosos.
Ahí en el horizonte se ve el fulgor de la verdadera magia y poder... porque sólo en el cielo pueden coexistir todos los mundos, todas las tradiciones... solo en ese mundo perfecto todos son iguales... pero muchos han caído en los encantos de la tierra y a veces es inevitable no mirar. Me siento sumamente contenta de no tener esa preocupación pues no hay nada que no valga la pena que no sea este momento.
– ¿Eso... era?.¬ pregunta sorprendido ante las imágenes que acababa de ver, su expresión me recuerda a la mía la primera vez que vine ...y me satisface ser yo quien la ha provocado, era algo que tenía que ver.
– Si– respondo dejándome caer al suelo.
–¿Que haremos ahora?– pregunto con el tono aún de sorpresa en su voz.
– Meditar... esperar a que te recuperes... ¿Te has visto en un espejo? – le bromee... se sentó a mi lado... prácticamente ignorando a Keila.
Ella seguía en completa calma, Israel miraba el horizonte y yo le miraba a él absorbiendo cada expresión de su rostro, "Esto es lo mío" pensé para mi misma.
– Gracias – hablo, después de meditar, clavándome sus hermosos ojos esto me agarro con la guardia baja, deslumbrandome por completo, tuve que retirar mi mirada y parpadear para aclararme, incluso sacudí mi cabeza.
– ¿Porque? – pregunte deslumbrada.
– Es lo más hermoso que he visto a de más de ti – me sonrió..." ¿Lo decía enserio?"... me hizo un cumplido, y yo por supuesto enrojecí, conteniendo una sonrisa estúpida en mi rostro.
– Ham.... De... nada – logré soltar las palabras sus ojos aún estudiaban mi rostros y yo no podía verle pues me daba miedo no poder soltarlos después.
Me deje recostar en la superficie sintiendo la tierra fresca contra mi piel, golpee el suelo elevando mis manos al frente jugando con los granos de arena frente ami. Cuando los tuve en frente sople con delicadeza y estos se arremolinaron alzando el vuelo.
– Eso es escalofriante – se me ha olvidado la presencia de Keila e israel. El polvo me callo en la cara entrando un poco en un ojo. Israel se acercó ayudandome a limpiarme la cara. Le aparte las manos manoteandole juguetonamente mientras Keila fingía ignorarnos.
– Tengo una idea – intervino Keila rompiendo, mi momento de incomodidad – ¿Porque no jugamos a verdad y castigo.
– Pero eso es de niños – replique infantilmente.
– No si lo hacemos nosotros, además las reglas son es que no hay reglas... recuerdas cómo jugábamos cuando eras niña.
– Por supuesto que me acuerdo. Eras muy tramposa.
– Yo no hago trampas eras tu.
– Ja.
De la bolsa se su chamarra saca una bolsa enorme de vallas ácidas, de color morado, son de esas vallas que te entumen la lengua y llegas a un punto que entre más comes ya no puedes hablar. A nosotros el efecto dura unos 40 segundos.
– Háblanos de nueva york– responde ixa mientras me mira. Mmmm. Me gusta el nombre de pila.
Keila coloca la bolsa frente a nosotros, ágatas, haciendo puchero porque ignoramos su propuesta.
– Tuve un caso hace medio año... Me encontré con imbécil que creía que estaba en peligro. – las cejas de ixa se juntaron y mi sonrisa se amplio mas, mientras me dejaba caer con las piernas cruzadas al suelo y jugaba con el polvo haciendo círculos en la roca, la cual se marcaba bajo mi poder.
– Asi – me reprocho entrecerrando sus ojos y solté una risita de adolescente.
– ¿En donde has estado estos tres años?- me pregunto Keila. Tomó unas vallas y tras hacer una mueca esperó mi respuesta.
– Eso no es una pregunta– le acusó y ella espera en silencio – En nueva york – miento. Israel finge mirar a otro lado y me dan ganas de lanzarle una piedra en la cabeza. No tiene porque saber la verdad. No he hecho nada malo. "Además de ocultarle lo de Nicole" me dice la vocecita interna.
– Nueva york – me contestó confundida – ¿Qué hay de especial ahí?
– Acaso no adivinas – "A veces quisiera golpearla"
– Oh, sí... humanos.
– Muchos humanos – responde Israel.
– ¿Has estado ahí? – le pregunta keila.
– ¿Quién no ha estado ahí?- –y me mira significativamente, cree que no recuerdo el dia que nos encontramos. Si sigue así lo matare.
– Bueno. Como decía. El imbécil creyó que estaba en peligro pero todo era actuación. Me estaba divirtiendo haciéndoles creer a los narcos que tenían el control.
– ¡Narcos! –repite Keila horrorizada."Así". Ella no sabe que trabajó para el FBI. Voltee a verla.
– Lo siento. Me uní al FBI como consultora civil y hemos estado trabajando en casos sin resolver.
–- ¿Nada peligroso verdad?
– Quieres calmarte. No lo arruines – fue más una exigencia que una petición. Su sobreprotección no me arruinaria el dia.
–Lo siento – agacho la mirada – ¿Que paso con el imbécil ese? – me rei en la cara de Israel porque mi hermana nunca sabría que era el.
– ¡En eso! el imbécil!l entra por una ventana arruinandolo todo y se pone a mis espaldas. " Joder. ¿Que haces?" le grite. Y el capullo como si yo le necesitase me contestó. " Salvarte el culo" para cuando los disparos se iniciaron ya teníamos a todos inconscientes. – la cara de horror que puso Keila me hizo hablar antes de que dijera nada – No me pongas esa cara. Sabes que somos invulnerables mientras no tengan beyadona. Bueno. Le grité hasta quedarme sin voz para que se largara y lo hice quedar en ridículo frente a todos dándole un rodillazo en medio... Justo ahí... Para que lo arrestaran ¡Y joder!... ¡Jamás me diverti tanto! pero en fin – suspiro soltando una carcajada, nunca olvidare ese dia. Fue glorioso. Ella no dice nada esta vez torció su gesto en forma reprobatoria y la mire desafiante, se echó unas vallas ala boca.
– Quizá el imbécil sabia que tenian una bomba o algo – replicó Ixa. Lo miré entrecerrando los ojos, quería pelea, eso tendría.
– Bueno. Quizá si el imbecil no hubiera intervenido se habría dado cuenta que había rehenes y estaban rescatandolos.
– dije con irritación.
– Quizá el imbécil pensó que la "niña" era tan cría – enfatiza lanzandome la pedrada – Que no saldría viva de ahí. Porque había otras personas que no vio.– replicó con segundas intenciones.
Apreté los labios y Keila nos ignoraba comiéndose las vallas. Empuñe una roca sacándola de la superficie y se la arroje. El solo se cubrió partiendose de risa.
– ¿Que haces? – me pregunto mi hermana viéndome y después ha el.
– Nada. Ixa verdad o reto – Me miró y se echó hacia atrás recargándose en una mano y descansando la otra en su rodilla, se miraba tan sexi.( pienso burlandome internamente de el y deseando que leyera mi mente para que escuchara los insultos solo pensados para el)
– Reto – me desafío, Keila saca unas hojas de menta pasándolas a nosotras. el se lleva a una a la boca. Sonrió antes de romper las reglas y preguntarle.
– ¿Eres virgen? – no pude contener la carcajada de mi boca y Keila se unió ami atragantándose con las vallas. Sabía la respuesta, pero quería provocarlo.
– Ustedes ... Dos... si no paran de meterse conmigo... En otra vida las hubiera ahogado en el lago– espero hasta que las carcajadas se apagaran, estaba segura me me iva a preguntar lo mismo, por eso me adelante – Ya en serio quitate la camisa y dime de donde eres.
Esta vez lo tome con la guardia baja... espero a que me enjuga las lágrimas que se me escaparon, no respondió, se inclinó solo para recibirlas vallas que Keila le ofreció regresando a su pose. Se las llevó a la boca e hizo una mueca por la acidez... Keila y yo nos rompimos a reír de nuevo, mientras se sacaba la camisa por la cabeza. Luche con todas mis fuerzas para no mirarlo y recorrer sus fuertes, bien marcados abdominales.
Mientras se le entume la boca... me atacó hablando difícilmente.
- "¿Vedad o reto?"
– Verdad – le respondí.
– ¿Sabes lo que significa crieshs, trom? .- lo mire sin saber – Hay idiomas que no conocemos porque cada uno adopta un idioma singular el mío es de criehs-trom
– ¿Que es el?
– Idioma de las sombras – Keila responde de mal humor.
– Oye... – reclame llevándome tres vallas ala boca... pero estas estaban más ácidas, rugí por la acidez... no estábamos jugando a nada en concreto. Solo disfrutaba de poder oír su voz. Y molestarlo.
– ¿Verdad o reto?
– Verdad.
– ¿Aabes que significa obromer? ¬ si lo sabia... ¿Que pretendía con eso?
– Significa Te Amo... – entonces Keila se carcajeó tanto que se sostuvo su tripa, no podía creer que hubiera dicho eso, pero lo hizo a propósito para provocar a Keila y lo consiguió. Esta vez no me resisti de nuevo y le arroje otra piedra que le golpeó en el hombro, se quejó como si le doliera.
– Lo amas – me acuso entre ataques de risa.
– Espeda... espeda... el pegunto – me reí de mi propia voz y Keila e Israel se rieron de mi – Como te etevez. – lo regañe llevándome a mano al boca... espere unos segundos para recuperar mi voz, cuando pude hablar anuncie.
– Es hora de irnos.
– ¿Vas a bajar como subiste? O ¿Te arrojo por la borda? - se rio Ixa.
Le eche una mirada envenenada... al parecer no sabía que yo no puedo volar, era un tema delicado para Mitkel y Keila. intercambiaron unas miradas, hasta que cayó en la cuenta.
– Lo siento... no pretendía..
– Descuida, yo no soy como ellos y cuando sea el momento Mitkel me ayudara... lo prometió.
– ¿Si quieres te cargo?
– Gracias... pero mi ego no podría resistirlo.
– Tu ego... creí que no tenias – me volvió a sonreír.
– Están listos par de tortolitos – Keila Intervino impaciente e ignore su comentario o no pararia jamas.
Mire hacia el horizonte por últimas vez absorbiendo en mi piel el poder del sol... disfrutando de la vista.
Jamás me sentí tan viva... tan despierta... podía ver todo el bosque, las montañas, el gran río que cruzaba a través de la pradera a lo lejos... Otra vez el soplar del viento, jamás podré desacostumbrarme... no tendría suficiente... aquí podía quedarme inmóvil para siempre, esperar cada día el amanecer... me incline hacia adelante... Sintiendo la roca bajo mis pies, podía sentir como me llamaba la tierra... ahí un toque me hizo salir de mi sueño. "¿Que haces?" me pregunto Israel, me sentí capaz de hablar con toda la normalidad posible y le conteste con otra pregunta, "¿Israel, enserio, de donde eres?." Él no respondió, me miro en silencio intentando descifrar porque le volvía a preguntar lo mismo... llevaba tanto tiempo estudiando las expresiones humanas, leyendo sus mentes que ya no hacía falta invadir la mente de los humanos, su privacidad, aprendí en ese tiempo que estuve lejos de mis hermanos, que las expresiones de cualquiera hasta cuando haces una pregunta te responden sin que se den cuenta... como dije el cerebro es el primero en reaccionar, una vez que la mente capta la información, Israel frunce el labio... ocultando la respuesta, enarca muy poco, unos segundo las cejas, tiene la expresión de que no desea que me entere de algo que se le a pasado por la cabeza... entonces corrijo mi pregunta de inmediato, no quería hacerle ser entrometida... "Me refiero ¿A si eres uno de nosotros?"... cambió su expresión ahora, era de curiosidad. "Si porque" me contesto confundido.
– Entonces ¿Te gusta volar?
– Si... ¿Porque? – respondió aun mas confundido... me acerque con deliberada lentitud a la orilla y abrí mis brazos a los lados sintiéndose como si fueran mis propias alas.
– Entonces... Te sugiero que me atrapes. porque yo no puedo volar.
Un Segundo después me dejo caer, dando un paso hacia atrás, antes de que pudiera detenerme grabe en mi mente su expresión de sorpresa, ira, preocupación y desesperación... claramente me estaba insultando internamente. Cuando intento atraparme eso me hizo reir.